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#CDFx 9

Me concentro en leer mi escaleta. No quiero levantar la vista y ver a Macarena al otro lado del cristal. Le he hecho llegar una copia de las entradas que tendrán sus cuñas musicales, así como de los títulos que tiene que poner. Esta vez evito dejarle espacio a su improvisación, ya me costó convencer a Jaime de que trabajemos a mi manera, y Macarena no va a ser la excepción.

     —Buenas noches, Sofía.

     Jaime entra a la cabina quitándose su chaqueta para ponerla en el respaldo de su silla. Sí, cuando aparece ante mis ojos toda mi atención se concentra en ese cuerpo. Y hoy mucho más que quiero ver sus gestos, los que puedan delatar que le gusta cierta pelirroja de metro sesenta y cinco que se sienta frente a él en el trabajo.

     Como respuesta podría encender la vela para ver su reacción y darle las gracias por habérmela enviado, o directamente lanzarme a sus brazos y decirle que es correspondido, que a mí también me gusta él.

     No, demasiada sinceridad.

     —¿Preparado para otro gran programa, compañero? —pregunto sonriendo.

     —Como todo un Fénix más  —contesta él mientras toma asiento. Su risa se me agarra al pecho, de la emoción.

     —¿Y tienes alguna propuesta de última hora?, nos quedan quince minutos.

     —Lo he estado pensando, y quizás podamos decirle a los oyentes, que llamen hoy, que les pasen el teléfono a su pareja. Con Andy y Elena nos funcionó muy bien el tándem.

     —Interacción por parejas —medito en voz alta—. Me gusta la idea, Jaime, ¡es fantástica!

     —Bueno, Sofía, siempre tuve grandes ideas, no era un favor de mi padre que presentase Con Todo Love, ¿sabes?

    Aprecio en su voz un reproche, que no me detendré a analizar. No quiero romper la armonía de compañerismo creada esta tarde en mi casa y por eso olvidaré que he sentido que me decía personalmente que yo sí estoy aquí por un favor de Don Jaime.

     —Quizás lo eches de menos, ¿no?

     —No sé, ¿el qué?

     —Saber que no estarás solo en la cabina, que tendrás que consultar la toma de decisiones y que en los propios consejos que des tendrás que contar con alguien más.

    —Si ese alguien es capaz de hacerme reír y cabrear a partes iguales, merece la pena haber perdido mi programa solo por verle la cara cada noche, frente a mí.

     La cara, dice. ¿La que en este momento, se me está poniendo roja de la vergüenza? Puedo notar cómo la temperatura aumenta en ella y el calor me invade el resto del cuerpo. ¿Qué más pruebas quiero?, ¿qué más necesita saber Macarena?

     El cristal que me separa de la cabina de control es insonorizado, pero también es transparente y puedo ver el rostro de Macarena. No es un gesto serio como cabría esperar, la pena y la desilusión se dibujan en él. ¡Sabía que estaba escuchando por el audio interno!

     Nos mantenemos el duelo de miradas que se nos quedó pendiente en el bar de Quino. En la suya adivino los celos por mí, —para hablarme como lo hizo, para aconsejarme tan mal como lo ha hecho este último año—, porque ella también está enamorada de Jaime. ¡Mierda, mierda, mierda!

     —¿Te pasa algo? —me pregunta Jaime sin entender demasiado el tiempo que llevo mirando a nuestra compañera—. ¿Sofía? —Jaime quiere coger mi mano, pero yo la empleo en ordenar los papeles que tengo sobre la mesa, para apartarlos y que no pueda tocarme. ¡Macarena es mi amiga!

     —Tenemos todavía diez minutos, estaré nueve en el baño. Disculpa.

     Y es decirlo y hacer rodar mi silla para despegarla de mi culo. Me marcho, porque ahora mismo soy capaz de cometer una locura como, por ejemplo, devolverle la vela a Jaime.

     Él no parece de acuerdo con mi decisión y me sigue hasta el baño de chicas, donde nos encierra a ambos cuando entra detrás de mí. Un solo cubículo en el que estamos muy juntos, y yo en particular tengo un lavabo que se me clava en la espalda.

    —Sofía, mírame —me pide con voz desesperada. Y al levantar la mirada a la suya veo que está preocupado—, ¿qué te ha pasado?

     ¡Espera, Sofi!, que llevas un año esperando para esto, ¡no vayas a estropearlo ahora!

    —No vuelvas a decirme esas cosas delante de Macarena,  por favor.

      —Creí que…

    —Me incomodan.

    Joder, ¡un año esperando para esto y me lo estoy cargando!

    Jaime calla por un instante, que me parece eterno. Su cara está seria, tanto que por primera vez no me gusta verla, de hecho, ni que su cuerpo esté pegado al mío me gusta en este momento.

    —Lo siento. Puedes estar tranquila, no lo haré. Esperaré a hacerlo fuera de la emisora.

     —Noooo. Jaime, no lo has entendido, así no vale, tienes que dejar… ¡Jaime!

     Y el hombre que acaba de decirme, sin decirlo con esas palabras, claro está, que le gusto,  sale del baño sin que yo lo pueda detener.

     Cuando estamos de regreso en la cabina, con nuestros cascos puestos, y ya sentados ante el micro, Macarena nos da la señal. Uy, si no quiero echarme a llorar, tendré que dejar de mirarla tanto.

     Tres, dos, uno…

    —BUENAS NOCHES, FIELES Y, SIEMPRE, TRASNOCHADORES FÉNIX, SOMOS SOFÍA ARJONA Y JAIME SUÁREZ —saluda Jaime, sonriendo. Ha sido una intervención de entrada que no estaba prevista ¡Y lo digo por su puñetera sonrisa no por la frase!

     —Y EN ESTE MOMENTO ES CUANDO SE OIRÍA NUESTRA CABECERA MUSICAL —digo asombrada por su actitud. Le pedí que no me dijese cosas tan personales delante de Macarena, pero no insistí en que no me mirase o sonriera así de sexi—. PERO ANTE LA URGENCIA DE EMITIR ANOCHE, TRAS EL INCENDIO, TODAVÍA NO LA TENEMOS PREPARADA.

      —PRONTO SERÁ, SOFÍA, MIENTRAS TANTO, DEMOS LA BIENVENIDA A NUESTROS FÉNIX UNA NOCHE MÁS POR ESTAR A NUESTRO LADO. AYER YA PUDIMOS SENTIR VUESTRO CARIÑO, ASÍ QUE HOY QUEREMOS DEVOLVÉROSLO CON SINCERIDAD.

     —ESTA SESIÓN SERÁ VUESTRA, PARA TODOS VOSOTROS —digo emocionada.

     —No los engañes.

     —¿Qué? —digo alarmada, y procuro no hacer mucho ruido cuando busco esa frase en mi…

     Miro a Jaime,  quien rompe su escaleta en mi cara, es posible que hasta haga confeti con el papel. Ea, se acabó la organización.

     Este hombre lo que busca es verme enfadada, ¡como ahora dice que le gusto así!

     —La sesión de hoy es para nosotros, Sofía, para hacer audiencia y conseguir patrocinadores.

     —Dios mío, Jaime, no hacia falta decirlo así. —Y no le guiño un ojo como hace él conmigo, yo se los dejo ver vueltos en blanco—. ¿Es que vas a convertir nuestros micros en un confesionario esta noche?

     —Exacto —dice riendo—, pero prometo no mandar penitencias a cambio. Esas, que cada uno mismo se las ponga.

     —Cuidado y la tuya no sea ir y volver de la Emisora toda una semana de rodillas por el asfalto. —Y allá que me río a carcajadas.

     —Espera a oír mi versión, ¿no? Porque si no sería prejuzgar al confeso.

    —SIENDO ASÍ PARECE QUE SERÁ UNA SESIÓN QUE NUNCA OLVIDAREMOS,  MIS QUERIDOS FÉNIX, PORQUE  ME DA LA SENSACIÓN DE QUE JAIME TIENE MUCHO QUE CONFESARNOS ESTA NOCHE,  SE LE APRECIA EXTREMADAMENTE SINCERO.

     Jaime me mira y sonríe porque he logrado encauzar el tema del programa, la sinceridad, y en el proceso ha lamido sus labios. Esa señal me gusta mucho más que el guiño de ojo, podría repetirlo más a menudo.

     —Me toca abrir las llamadas, ¿no es así? —pregunta él, encantado. Y que diga lo contrario, porque sigue riendo.

     —A ver, no puedes decirme que no. Piensa antes que estaría bien hacerlo, yo hablé ayer de mi primer beso.

     —Sofía, trece años no cuentan como experiencia siquiera.

     —Por eso esperamos impaciente tu historia. BIEN, QUERIDO FÉNIX, PUEDES LLAMAR, Y CONTARNOS LO QUE QUIERAS, AL 677 45 24 377, SI POR EL CONTRARIO QUIERES MANTENER EL ANONIMATO PARA QUE NO SEPAN QUE ERES SINCERO EN EL AMOR… HOY JAIME LE DARÁ VOZ A TUS WHATSAPP.

     Me mira sorprendido, ¡menuda jugada le he hecho!, si él quiere hacer el programa a su estilo, espontáneo y loco, y en el que sobra cualquier plan previo, que juegue con mis reglas.

     Jaime será quien mantenga hoy la audiencia y quien se identifique con el tema a comentar, para finalizar, se llevará también el protagonismo de los mensajes. Dijo que no era casualidad el éxito de su anterior programa, ¿no?, pues que me lo demuestre.

     Pero yo también quiero participar con mi propia improvisación.

     —ASÍ QUE NO OS CORTEIS AHORA, FÉNIX DE MIS AMORES, NADA DE PONERNOS SERIOS, QUE JAIME NOS PERMITE QUE LE INTERROGUEMOS POR SU EXPERIENCIA. Y PARA QUE NO TE AVERGÜENCES A LA HORA DE HACERLO EMPEZARÉ YO EN CUANTO ÉL ACABE DE GONTARNOS SU HISTORIA.

    Mi mano toma vida propia y se mueve para invitarlo a hablar. Él, riendo, cómo no, apresa su labio entre los dientes para negar al tiempo que me coge la mano para sellar un trato.

     Espera Sofi, que el contacto de su piel te está  jodiendo el cerebro, no pienses en él ni en esa mano tan suave capaz de hacerte fantasear con sus caricias.

     —Fue lo que terminó con la relación más duradera que he tenido, siete años.

     —Oye, ¿tenemos ya la clasificación de programa para adultos? —pregunto rápido, porque si no es así, no quiero problemas con Don Jaime. Tampoco los quiero con Macarena, así que retiro mi mano de la suya.

     —Ayer alcanzamos los dieciocho —dice Jaime riendo.

     —No vayas a dejarte nada, continúa —le digo yo, deseando conocerlo más. Siendo un poco cotilla, también, la verdad.

     Me dispongo a oírlo. Y como idiota enamorada —que espero no me descubra todavía—, apoyo el mentón en mis nudillos, y el codo sobre la mesa.

     —Jamás debí decirle la verdad. En esto de la pareja sobrevaloramos la sinceridad para cada momento,  pero esta puede ser un arma de doble filo. A veces es mejor callarla para no salir heridos.

     Coño, eso no me lo esperaba.
     —Esa confesión me ha dejado muerta, Jaime, creí que hablarías desde el otro lado.

     —¿De cuál, del que salen bien las relaciones? Sofía, que entonces no estaría hablando de una ex, por el amor de dios.

     —Pero no pensé nunca que decir la verdad pudiera salir tan mal.

     —¿Quieres oírlo o no? —pregunta impaciente.

     —Quiero, quiero —Y si le parezco impaciente yo, es que lo estoy.

     —Le dije que no era lo suyo, que se le daba fatal…

     —¡Ay, joder! —Y cierro los ojos para no oírlo. A saber qué burrada le dijo a esa pobre mujer.

     —...  la jardinería.

     —¿Era eso?, pero ¿quién mierda deja a nadie por esa chorrada? —pregunto con los ojos abiertos como platos.

    —¿Y quién dijo que me dejó por eso?

     —Has hablado de una ex.

     —Claro, porque no tengo pareja actual, es una ex y ya.

     —Jaime, por dios, deja de dar rodeos, no soporto cuando haces eso.

     —Está bien —dice sonriendo—, de ahí vino el problema real. Se apuntó a clases de jardinería con tal de hacerme callar, todavía recuerdo lo furiosa que estaba el día que las comenzaba. Y se le dio tan bien, luego,  seguir las instrucciones del profesor, que optó por avanzar con él a solas cada vez que tenían clases.
 
     Somos dos en la cabina, de acuerdo, y si uno enmudece el otro por respeto hace lo mismo, como ahora, que no tengo palabras y Jaime me mira esperando mi chiste.

     —No sé si reírme, Jaiem, lo siento, ¿te molestaría mucho que lo hiciera?

     —¿Eres sincera al preguntarlo? —Él mismo tiene cara de broma, no creo que le afecte mi respuesta.

     —No —admito ciñéndome a la sinceridad que le debo.

     —Pues hazlo.

     Me río a carcajadas, que él disfruta viendo.

     —Ya, Sofia, ya… sé que los tengo con flores.

     —¿El qué? —He tenido que limpiarme las primeras lágrimas de la risa, que ya se me escapaban.

     —Pero bueno, ¿no eras tú quien decía que debíamos reírnos de ellos? Hablo de mis cuernos.

     Ahora sí que paro de reír.

    —Así que es por eso que hueles tan bien.

     Mi comentario nos coge a ambos desprevenidos cuando nuestros ojos hablan por nosotros en el silencio que provoca nuestra vergüenza.

     —ADELANTE, FENIX, CONTESTARÉ CUALQUIER DUDA QUE TENGÁIS SOBRE MI RELACIÓN CON LA BOTÁNICA ORNAMENTAL, PERO YA ESO SERÁ DESPUÉS DE OÍR, FLOWERS,  DE MILEY CYRUS. NO PODÍA SER OTRA PROVINIENDO DEL ENGAÑO.

     Jaime desconecta su micro, yo lo hago con el mío.

     —Lo siento, no debí reírme así. —Soy la primera en hablar.

     —No importa, ha salido bien después de todo.

     Al parecer no queremos recordar lo que dije, me alegra que él lo evite, sobre todo por Macarena, la que deja su cabina por los tres minutos y veintidós segundos que dura la canción que ha elegido Jaime.

     Presiento que mis excusas finalizaron ahora que él y yo hemos conectado.

🎙🎧🎙🎧🎙🎧🎙🎧🎙🎧🎙🎧🎙🎧🎙

Como cada noche, bienvenido a tu programa, mi querido Fénix, aquí daremos voz a tu opinión, pregunta o propuesta en el amor.

Queremos oír tu sonrisa.

Hoy el tema será;  CUANDO SE NOS ACABAN LAS EXCUSAS, ¿ES MEJOR LA SINCERIDAD?

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