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#CDFx 5

Don Jaime entra como un vendaval en la cabina, agitado y nervioso, y es cuando consigue transmitirme su inquietud. Seguro que Jaime y yo nos hemos cargado el nuevo programa, antes incluso de empezarlo. Nuestra inconsciencia habrá supuesto, además, la caída definitiva de la audiencia en nuestra franja horaria.

     En Cadena2 ha pasado a la historia para mí.

     —¿Qué ha sido eso? —pregunta con la cara tan roja que su cabeza parece a punto de estallar de la presión.

     Miro el reloj, tres minutos tengo ya para que Sabor de Amor finalice, y lo haga también con mi carrera.

     —Papá, podemos explicarlo.

     Jaime no está acertado. Cualquier explicación que comienza con esa frase te deja con el culo al aire, porque no ganas cómplices con ella, al contrario, te los arrebata.

     —No, esas se las dais a vuestros oyentes, y de paso les decís también por qué habéis comenzado con ese diálogo fuera se horario y de escaleta. 

     Desafío a Jaime con una mirada, ¿no decía que nada de escaleta?

     —¿Y tú,  no vas a decir nada?

     Mi jefe, que no sé si confía en mí como hasta ahora, espera parte de mi explicación.

     —Puede parecer que nos reíamos de ellos, jefe, pero no es así, tratábamos de adaptarnos al rol del otro mientras nos divertíamos. No sabíamos que estaban los micros abiertos.

     Bueno, mi frase tampoco resulta de lo más apropiada, con ella no solo no me explico yo, sino que estoy evitando el problema mientras me río de él culpando a otros. 

     El reloj me deja solo dos minutos. 

     —¡Ha sido un jodido acierto, Sofía!

     La expresión de Don Jaime se suaviza hasta revertir en una espléndida sonrisa antes de cogerme en peso y besarme.

     —¿Un acierto? —pregunta un atónito Jaime. Y voy más lejos al describir su expresión, se ve decepcionado, diría que molesto por la atención de su padre conmigo. 

     Lo entiendo, si la metedura de pata fue de los dos, es de justicia pensar que el éxito lo compartamos, no que me lo lleve yo sola.

     —Entonces, jefe, ¿seguimos en el aire  o hacemos el petate? —Quiero saber yo, porque ya solo tenemos un minuto y veinte segundos antes de que el programa arranque. 

     —Oh, no, mi pequeño talismán, ahora menos que nunca te marchas de aquí, y si he de cerrar esta cabina con llave hasta que finalice el programa,  lo haré. 

     —Bien —digo. Y me pongo de nuevo mis cascos. 

     En parte, yo he provocado esto, ¿no?, pues bajo mi parte también de responsabilidad, lo solucionaré, porque parece que Jaime se ha quedado bloqueado, sin sangre en la venas que le hagan reaccionar.

     Ordeno mis papeles para quitarlos de en medio, de poco me sirven ya los chistes que traía preparados sobre las últimas elecciones territoriales ahora que entro de lleno en un programa de participación respecto al amor. 

     Y sin vacilar, porque no sé qué es eso estando bajo presión del directo, me siento frente a mi micro, respiro hondo y elevo la mano para que Macarena me dé la señal de entrada. 

     Don Jaime sonríe al verme dispuesta a levantar el programa y se marcha lanzándome un beso al aire, creo que no necesito dormir en su casa para que el hombre mantenga su confianza y aprecio por mí. Pero eso sí, lo siento por su hijo, el que sigue noqueado ante las dificultades, puesto que todavía no ha sido capaz de moverse, ¿en qué estará pensando?

     Macarena ya no se ríe tanto de su jugarreta, entra en modo profesional, y desde su cabina de control ella es la que me hace gestos de tres, dos, uno…

     —BUENAS NOCHES, MIS QUERIDOS FÉNIX, TRAS UNA ESPONTÁNEA Y DISPARATADA ENTRADA A NUESTRO NUEVO PROGRAMA, EN LA QUE NADA PARECÍA CIERTO, PERO QUE TODO EN ELLA ERA VERDAD, YA PODEMOS RELAJARNOS Y COMPARTIR LO QUE DE VERDAD NOS INQUIETA, ESE LOCO SENTIMIENTO LLAMADO AMOR. Y SÍ, HAS OÍDO BIEN, HE DICHO COMPARTIR, ASÍ QUE TRATEMOS DE NO IMPONER NUESTRAS OPINIONES TÓXICAS, O LA LLAMADA SE CORTARÁ AUNQUE JAIME DIGA LO CONTRARIO —digo mientras lo miro riendo, no podrá decir que no he avisado si acabo por colgar a alguien—. YA CONOCES NUESTRO TELÉFONO, ES EL 677 45 24 377, Y ESTARÁ DISPONIBLE PARA TI.

     Jaime se coloca sus audífonos y se sienta de inmediato. Creo que quiere intervenir. Yo sonrío al verlo activo, que ya tardaba en mover esa linda boquita para hablar.

    —PERO SI LO PREFIERES, TAMBIÉN PUEDES HACERLO A TRAVÉS DE MENSAJES DE WHATSAPP, INTENTAREMOS DAROS VOZ A TODOS, Y ASÍ SOFÍA NO TENDRÁ EXCUSA PARA COLGAROS EN DIRECTO.

    Para esa mierda de intervención podría haber seguido callado.

    —No voy a justificarme para acabar con las llamadas molestas, Jaime, más bien seré selecta con ellas —le digo a él para que no me deje en mal lugar con los oyentes.

    —PUES ADELANTE, FÉNIX, YA LA HABÉIS OÍDO… SOFÍA, SERÁ QUIEN LEA VUESTROS MENSAJES, ¿NO QUERÍA DIVERTIRSE?, DÉMOSLE MATERIAL PARA SUS CHISTES —dice mi compañero de programa, que más bien por sus comentarios parece ser mi más directo rival de audiencia.

     —Vaya, ahora sí que puedo considerarme bienvenida a tu terreno, ¿eh?, me he comido la novatada. —Sé que ha pillado la ironía por cómo sonríe él ahora.

      —Claro que eres bienvenida a Corazón de Fénix, y por eso mi pregunta es para tí; yo no notaré demasiado el cambio cuando hablemos de amor, pero, ¿y tú?, ¿qué me dices, compañera?, ¿sabrás enfrentar temas más serios que en tu programa habitual? —me pregunta él, creyendo que así me dejará callada. 

      ¿Qué mierda le pasa desde que se fue su padre?, parece decidido a no dejarme avanzar en el programa. Jaime no me conoce en pleno directo, no tengo miedo a nada tras un micro, y mucho menos vergüenza si se trata de hablar en las ondas.

     —Por supuesto que sabré, Jaime,  el amor sano, inofensivo y recíproco, después de todo es divertido. Además, las mariposas en un estómago enamorado también provocan  cosquillas, ¿no? No hay mejor manera de reír, entonces. 

     Espera, Sofi, que para ti de divertido tiene bien poco. Tu amor por Jaime te da dolor de cabeza cuando piensas en él. Y no solo de cabeza, acuérdate de tu estómago a cuenta de los celos por verlo con otras mujeres, tú no tienes mariposas, cariño, sino una colmena de avispas que te lo aguijonean. ¿Y qué me dices de tu pecho, con esos latidos acelerados del corazón en un fuerte golpeteo?, como ahora, que te reventará con su Tan-Tan descontrolado.

    —Sabes que habrá gente que haya pensado que practicarlo es mucho más divertido que hablar de él, ¿verdad? —dice con tono burlón.

     Pero, ¿qué coño hace?

     Ese puñetero guiño de ojo no sé cómo interpretarlo cuando el que estaba hablando era él y no necesitaba que yo le diese la réplica. 

     —¿Sofía?

     —¿Eh? —Mierda me he quedado muda.

     Y no sé si ha sido por respetar la señal en mi turno de palabra, o porque pensaba en practicar con Jaime, tres veces seguidas como poco, eso que empieza por A y acaba por MOR.

     —Hablábamos de divertirnos esta noche —dice sonriendo. Y yo tengo que dejar de pensar que todo lo que dice y lo que hace es para desconcentrarme, no lo creo capaz.

     —Cierto, vamos a pasarlo bien —le digo más a él, que a nuestros oyentes—. Para un primer programa de infarto, como está siendo este, Jaime, ¿qué te parece si hablamos de una primera vez, igual de distinta y apasionada en nuestras relaciones de pareja?

     Jaime me mira muy serio, piensa todavía en su respuesta, pero es tan espabilado y locuaz que me contesta rápido:

     —Creo que deberíamos añadirle otros calificativos, Sofía, así  daremos cabida a más llamadas. 

     Jaime cierra los ojos para dirigirse a su oyentes del otro lado, yo lo miro embobada.

     “Y AHORA SÍ, AMIGO FÉNIX, HA LLEGADO TU MOMENTO. SI TIENES UNA PRIMERA VEZ DISTINTA, APASIONADA, DESCONCERTANTE, ÚNICA Y TREMENDAMENTE BONITA QUE QUIERES COMPARTIR CON NOSOTROS, SOLO TIENES QUE LLAMARNOS. SOFÍA Y YO QUEREMOS OÍR TU SONRISA”

     Jaime abre los ojos y su mirada oscura me ruboriza, espero que no se haya dado cuenta de lo que he pensado. Con cada adjetivo que decía he ido enamorándome de un hombre distinto, apasionado, desconcertante, único y tremendamente bonito, cuyo nombre es el suyo propio.

     La primera llamada se demora en entrar. De seguir así Macarena tendrá que volver a poner música,  no podemos estar tan callados sin meter una cuña publicitaria, pero eso todavía no será posible porque no tenemos patrocinadores asociados a este programa nuevo. 

     A decir verdad, no me esperaba que tras la euforia de Don Jaime se retrasaran tanto las llamadas, creí que el acierto del que hablaba tendría a nuestros oyentes pegados al teléfono para interactuar con nosotros. ¿Y si la que se ha equivocado he sido yo por preguntarles una intimidad tan directa a los Fénix? Quizás es demasiado para una primera noche.

     No puedo dejar que esto se venga abajo.

     —COMIENZO YO —digo para todos ellos.

     —¿Qué? —Jaime se sorprende.

     —SI ALGUIEN HA DE MORIR HOY DE LA VERGÜENZA, SERÉ ESE ALGUIEN, MIS QUERIDOS FÉNIX. —Jaime me mira expectante, sus ojos abiertos tardarán en volver a cerrarse en un guiño, creo que no quiere perderse mi cara cuando hable—. PERO POR FAVOR, DEJO DICHO DE ANTEMANO QUE PONGAN EN MI LÁPIDA, “ALGUIEN A QUIEN HICIERON FELIZ DURANTE UN BESO Y LO CONFESÓ EN DIRECTO”.

     —¿Y cómo fue? —me pregunta Jaime.

     —Quieres los detalles cochinos, ¿eh? —le digo yo cuando se ríe en silencio sin alertar mucho a los oyentes—. Pues mira, fue más tierno de lo que has podido imaginar. El beso que esperas que te den con trece años sin que te vayan a morder, o algo parecido, porque el chico es tan inexperto como tú.

     —Así no vale, Sofía, elige otro primer beso. —Jaime se indigna como si yo le hubiera prometido cochinadas, en serio—. Porque a esa edad todo parece ideal, nada es malo sin experiencias previas.

     —¿Y qué?, ¿Vas a cuestionar que sea el primer beso más bonito de toda mi vida, hasta ahora, solo porque él tuviera brackets y yo me llevara dos días investigando si me iba a doler o no, a mí, por quedarnos enganchados?

     —¿Dos días? —pregunta ya con esas mejillas estiradas que me dejarán ver su sonrisa.

     —Sí. 

     —¿E investigaste a fondo? —La sonrisa cada vez se hace más pronunciada.

     —Sí.

     —Dime que no te pusiste nada en la boca para comprobarlo antes, por favor.

     —Solo papel de aluminio. —Y la puñetera sonrisa de Jaime termina siendo una carcajada—. Eso, tú ríete, así solo demuestras que no has tenido nada similar en tu vida.

     —Ya lo creo que no, no así de bonito —dice riendo más—. Yo solo estuve sin respirar durante el tiempo que duró, ¿te sirve como inexperiencia? 

     Y no puedo contestarle porque me río como una loca, y porque Macarena hace aspavientos con sus brazos desde su cabina. ¡Tendré que pactar con ella también eso de hacernos señales, joder!

     El piloto de llamada se enciende en nuestra mesa y puedo ver la cara de asombro de Jaime, seguro que se asemeja a la mía. 

     ¡Ay, dios, nuestra prueba de fuego ha llegado por fin!

     Espera, Sofi, ¿y si además de la primera, es la última llamada?, ¿y si es alguien para decirte que das pena y que será mejor que cortes la emisión?, O peor aún, ¿y si es aquel chico de los brackets?

     Jaime me invita a descolgar la llamada con su mano, yo pulso el botón sin pararme a pensar mucho más. Total, mis excusas son para él, al resto del mundo no puedo ignorarlo.

     —Buenas noches, querido Fénix.

     —Buenas noches, Sofía, soy Andrew, pero puedes decirme Andy.

🎙🎧🎙🎧🎙🎧🎙🎧🎙🎧🎧🎙🎧🎙🎧

Como cada noche, bienvenido a tu programa, mi querido Fénix, aquí daremos voz a tu opinión, pregunta o propuesta en el amor.

Queremos oír tu sonrisa.

Hoy el tema será;  QUE GRAN BESO EL DE AQUELLA VEZ QUE…

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