- - - ﹝Muchas gracias por leer ♡﹞ - - -

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📌CONTEXTO :

Xue Yang es el verdadero nombre de  ''Lucifer'' , en una de sus tantas visitas al mundo de los vivos, se cruza con un ángel inigualable, esperando un sin fin de críticas, este ángel lo sorprende al no juzgarlo... más bien...¿comprenderlo?

  
📌 Inspiración:

La tristesse du diable — meimuna

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— ¡ Es un pecador, es un adultero! — escuchó el exclamo de un viejo, la multitud no se hizo esperar , un gran grupo de personas se acercó susurrando y murmurando.

— ¡Te iras al infierno, haz caído en la tentación del diablo! ¡Lucifer, te ha tentado y has caído! — exclamó otro señor.

Él sólo resopló atrayendo a algunas miradas, que lo miraban como un bicho raro.

— Eso es estúpido, ustedes hablan pura mierda — acusó el joven.  De inmediato varios ancianos y señoras lo miraban acusatoriamente, empezando a hacer alborotos, en cambio el se mantenía sereno.

— ¡Él también debe ser otro pecador! ¡Es otro adultero! —exclamó ahora una anciana apuntándolo acusatoriamente, las miradas se clavaron en él ahora, de nuevo.

— Eso no es cierto, vieja —reprochó, la aludida dió un respingón ante la ofensa .

— ¡¿Cómo es que no respetas a tus mayores?! ¡Eres un mocoso! —  exclamó ofendida.

— Señora, usted le ha robado las dos manzanas que trae a el puesto del viejo de la esquina — comentó , todos la vieron ahora juzgándola, la anciana escondió  las manzanas torpemente — además, su hija tiene en su vientre al bebé de otro hombre que no es su esposo, ¿quién eres tú para juzgarme ? — cuestionó.

La anciana empezó a fingir molestia, comentando que era un engaño, era un tirano, era un vagabundo.

El chico lejos de enojarse, elevó los hombros y siguió su recorrido ante las miradas expectantes de las personas.

Ya no era nada nuevo que la gente le eche  la culpa , eso era pan de cada día. Era algo que a lo que estaba acostumbrado, lamentablemente.

Su camino era cansado, de ambulando de pueblo en pueblo, no sabía que buscaba pero... buscaba algo, algo que sentía que le faltaba. El día estaba muy soleado a su gusto, la calor era insoportable y el hecho de usar prendas oscuras no ayudaban en lo más mínimo.

— ¡Ey! ¡Querido amigo! —llamó un sujeto a sus espaldas, resopló y siguió su andar, esperaba que el sujeto se canse de llamarlo y seguirlo para irse por su lado.

Lejos de suceder, el sujeto logró alcanzarlo sorpresivamente,  el chico era alto, un poco más que él, la mirada era dulce como los caramelos que tanto amaba,  la piel era tan blanca que parecía ser de porcelana, la vestimenta igual de blanca era tan elegante y pulcra que tal vez... Sólo tal vez,  extrañaba usar esas vestiduras.

— Creo que no me escuchaste, te estuve llamando amigo — sonrió, cansado levemente, el contrario siguió su camino sin responder.— no quiero juzgarte como ellos, eso no me corresponde...

—¿y a quién si? — cuestionó, elevando una ceja.

— a tí mismo. — contestó el mucha sonriente.

— ¿Cómo te llamas?

— Claro, soy Xiao XingChen — hizo una ligera reverencia presentándose. — ¿y tú como te llamas?

— soy... Xue Yang — contestó, sin detenerse pudo ver como XingChen tampoco dejaba de seguirlo, hasta cierto punto se detuvo. — ¿Porqué me sigues?

—¡Ah!  Me.. Me pareció curiosa la forma en la que respondiste a esas personas, ¿puedo hacerte una pregunta? — mencionó con cierto nerviosismo. Xue Yang rodó los ojos y sólo asintió. — ¿Porqué dijiste aquello?

Xue Yang lo vió expectante, ¿aquel humano seguiría hablandole tan confiado y tranquilo si supiera que es el mismísimo diablo?

— Porque es verdad, no puedes hecharle la culpa al diablo por todos los errores que cometas — elevó los hombros — no creo que el diablo tenga las veinticuatro horas del día y todo el año para tentar a todos... O específicamente a una persona — contestó simple, XingChen parecía analizar palabra por palabra, Yang dejándolo analizar lo que dijo, entró a un bar, no era muy bueno tolerando el vino, pero... Ahora quería tomar un poco.

— ¡He! Entonces, ¿crees que las personas mismas lo hacen? —la voz del contrario le susurró en el oido,  Yang dió un ligero salto, frunciendo el ceño. Se sentó en una mesa lejana, y XingChen sin esperar permiso o invitación se sentó frente a él.

— Claro, no es como que amence el diablo a todos con un arma en su cabeza, ¿sabes? — contestó, XingChen asintió, vino el mesero y Xue Yang pidió un vino, esperando a que le traigan su pedido el de blanco aprovechó para seguir cuestionandolo. — ¿crees que el diablo es bueno?

— Nadie conoce de verdad al diablo,  sólo son escrituras que pueden ser falsas, — contestó , lo pensó un poco y al ver al contrario podía sentir una energía especial del chico, no parecía una persona normal... ¿alguna persona que su padre premió con un don por algo bueno en su vida pasada?

Su pedido llegó y empezó a tomar su dulce vino.

— ¿Quieres? — ofreció, nunca había ofrecido sus cosas de tal forma, ¿porqué le ofrecía a ese sujeto que acababa de conocer de su vino?

— No tomo, suelo... Emborracharme rápido — habló algo apenado, Xue Yang de igual forma sirvió el líquido en un pequeño vaso frente al chico de blanco. — pero...

— he respondido a tus preguntas, debes acompañarme a beber siquiera un vaso — lo interrumpió.

XingChen soltó una risa baja, Yang sonrió al escucharlo, la melodía de su risa podía ser compuesta como una canción, tal vez...

— ¡Salud! — exclamó Xiao, sujetó el vaso y lo tomó de un trago.

— Si lo tomas tan rápido, obviamente te emborracharas —tomó su vaso, y sirvió a ambos denuevo.

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Ambos sujetos estaban en algún cuarto que acaban de alquilar, sentados en una especie de balcón, admirando el cielo,  las estrellas brillaban, Xue Yang no recordaba cuando fué la última vez que se sintió tan agusto con alguien, la luna era testigo de el disfrute de ambos em aquel cuarto, conversando y riendo de vez en cuando.

— ¡pero es cierto!  Él fué mandado para poner en tentación a las personas... Es cierto — XingChen asintió con las mejillas rojizas por el alcohol — perooo... Recuerda que él cumplía con las ordenes que le dieron, ¿cómo puede ser obra suya si se lo mandaron?

— Sí... Tienes un punto...

—¡Tengo más que uno!  Además... Esto es estúpido, ¿porqué seguir hablando del diablo? — cuestionó, se acostó en la fría madera, suspirando.

— ¿porqué existe... La tentación? — preguntó Xiao en un ligero estado de ebriadez, se acostó al lado de Yang. Sin esperar este contestó.

— ¡Yo les hablé de amor,  ustedes sólo escucharon seducción!  — Exclamó haciendo señas con las manos, notablemente molesto — ¡Les mostré lo hermoso,  y eso se vuelve su única obsesión! ¡Yo me sacrifiqué para que ustedes no tengan una vida monótona! — exclamó, XingChen se levantó ligeramente y se apoyó en su mano para verlo, el contrario tenía los ojos cerrados y una lágrima se había escapado.

— Fuiste bueno... No es tú culpa... — susurró como una brisa de viento, Xiao pasó la lleva de un dedo por la lágrima limpiándola suavemente. —no es tú culpa...

— no lo es... — murmurò Xue Yang somnoliento, callendo en un profundo sueño.

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Un dolor de cabeza lo albergó, no recordaba casi nada de la noche pasada, nisiquiera sabía cómo es que llegó a ese cuarto y porqué aquel sujeto estaba durmiendo a su lado, habiendo dos camas... ¿porqué durmieron en el suelo?

Lejos de incomodarse, al ver el rostro relajado del contrario le llenó de paz le llenó de un sentimiento... Que tal vez , no sabía que podía sentir.

Notó que la cabeza de aquel hermoso sujeto se encontraba su brazo, tal vez estaba adormecido, pero no le importaba mucho, no quería despertar y perturbar el sueño de XingChen, optó por sacar la pequeña navaja que cargaba consigo siempre, empezando a cortar su manga con cuidado, una vez que la cortó por completo, sujetó uno de los cojines que habían cerca, con esfuerzo y delicadeza levantó la cabeza de Xiao, colocó suavemente y rápido el cojín y retiró su brazo.

Cuando se sentó, vió la hermosa figura del chico, las túnicas se habían acoplado a su figura, lejos de sentir algún toque de lujuria o deseo por el chico, sintió un gran sentimiento de calidez, aparte de sentir que una nueva vista maravillosa se mostraba ante él.

— digno de una maravilla — murmuró, se levantó,  debía conseguir una nueva túnica, se veía ligeramente raro el sólo tener una manga.

Sin mencionar más, sujetó sus botines para colocarselos y cuando empezó a salir escuchó la leve voz de XingChen levantándose.

— ¿te irás sin despedirte? — los rayoz de luz que se colaban por la ventana, le dieron una bella vista cuando volteó a ver al dueño de la voz. — deberiamos quedar para vernos denuevo, A-Yang.

"A-Yang" ... "A-Yang"...

— Cuando quieras verme, ven al bar de ayer... Estaré esperandote.

Y sin más salió del cuarto sin ver atrás, tal vez se arrepintió de no haberlo visto para grabarse ese bello rostro en sus retinas,pero... Tal vez deberían verse denuevo.

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Llevaban días encontrándose en aquel bar, siempre comenzaban con preguntas triviales y luego... Despertaba en un cuarto al lado de la ventana con aquel muchacho durmiendo en su brazo o encima de sus túnicas, ya había perdido varias mangas por ese hecho... Pero no se molestaba, le causaba cierta gracias... Porque después de haber vivido tanto tiempo en China, tal vez... La leyenda de los manga cortadas existía . Él era prueba de ello.

Cortar su manga para no despertar a su amado... Que tonterías, que tonterías pensaba antes.

— ¡A-Yang! — saludó el muchacho alegremente una vez que entró al bar, lejos de sentirse incómodo o algo... Sonrió ampliamente, pero su sonrisa desapareció al ver al sujeto que lo acompañaba.

La mirada de Xue Yang cuando se encontró con la del acompañante de Xiao XingChen se hizo una tensión que se sentía en todo el bar, también sus rostros cambiaron, Xue Yang de estar sonriendo pasó a una expresión de odio y la del acompañante de XingChen pasó de ser a una serena a una de molestia e indignacion.

— Espero no molestarte, pero decidí traera un ami-

— ¿Porqué lo trajiste? — preguntó viendo con desespero a XingChen,  este se preocupó ligeramente.

— Y-yo...

— Yo le pedí que me trajera, es hora de que regreses a donde perteneces — habló severo el tercero,XingChen frunció el ceño sin comprender y Xue Yang rió sonoramente.

En un rápido pensamiento, Xue Yang recapitulo sus desdichas, en todas ellas... Estaba presente aquel sujeto, mejor dicho... Aquel ángel, el que lo acusó, el que fué testigo y también juez y ayudó con su castigo.

— XingChen,  déjanos solos.

— Song Lan...  ¿caes tan bajo para tener que atraparme?  ¿usaste a un humano para...

—¿humano? XingChen es un ángel, ¡no debería juntarse contigo! — exclamó, Yang frunció el ceño y dirigió su vista al nombrado quién estaba viendo el suelo mordiendo su labio.

— eras... Un ángel... ¿me engañaste?

— N-no.. A-Yang...

— Déjalo XingChen, Xue Yang debes pagar tú castigo — Song Lan estaba notoriamente molesto, sin duda llevaría a cumplir su penitencia a aquel sujeto, pero Xue Yang rió amargamente negando.

— No sabía que los ángeles podían engañar a los demás, creí... Que estaba prohibido... — murmuró, XingChen elevó la vista, pudo ver las lágrimas en sus ojos, le dolía verlo de tal forma... Por alguna razón se había encariñado demasiado con aquel... Ángel pero la traición le dolió más. — No puedo creer que caí en... ¿tus garras? ¿alas? Nisiquiera sé que eres— apuntó acusatoriamente a XingChen.

— Song Lan, déjalo... Él no ha hecho nada.. Él..

— Él te iba a usar, estoy seguro de ello, Xue Yang... Ha pasado su vida arruinando la vida de los demás..

— ¿y tú no arruinaste la mía? — intervino Xue Yang. Sin esperar una respuesta levantó su jarra de vino, y pasó por el lado de XingChen chocando los hombros duramente.

— A-Yang...

Sin detenerse Xue Yang se fué del lugar, recordó el porqué no podía confiar en nadie... Xiao XingChen, le recordó que la tristeza que él cargaba... Nadie la entendería, nisiquiera él mismo.

No sabía porqué aún penaba , pero lo hacía. Tal vez era... Una forma de lidiar con su propio dolor.

Por otro lado, XingChen estaba mordiéndose el labio evitando que salga un sollozo, su amigo le había dicho que aquel sujeto era el mismísimo diablo, él lo sabía.. Pero no le importó, no le importó porque se había enamorado, cuando su amigo lo siguió a escondidas se dió cuenta cuando ingresó al bar, no esperaba que Song Lan lo enfrentaría o que Xue Yang lo conociera.

Pero no podía ir tras Xue Yang, sabía que se sentía traicionado pero él podía persuadir a su amigo de no perseguir a Xue Yang con tal de que ya no se acercaría a él.

— XingChen...  Nos vamos.

XingChen sólo asintió, su mirada se apagó y la energía que desprendía se iba apagando.

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Había pasado dos meses desde la última vez que vió a aquel chico de porcelana, últimamente odiaba tolerar tanto el alcohol, no sabía cómo pero ahora aguantaba más y lo odiaba, sólo quería emborracharse y no recordar nada.

Lamentablemente cada túnica con una manga cortada lo recordaba, cada vez que despertaba en algún cuarto donde ya había dormido con él lo hacían recordar.

— ¿A quién le importa la tristeza del diablo? — murmuró para sí mismo.

La fría brisa se colò por su túnica , ya ni siquiera el frío le importaba, se sentó en el pasto que había crecido hace poco , viendo el cielo con odio, exclamó.

— ¿Por qué me haces esto? ¡¿Por qué merezco sufrir de este modo?! ¡No debiste ponerlo en mi camino si me lo arrebatarias denuevo! — gritó furioso. Las lágrimas se hicieron presentes, se retiró sus túnicas superiores al sentir nuevamente un ardor que hace tiempo no sentía donde antes habían alas. Ahora habían cicatrices que ardían como la primera vez.

Recordó otro de los motivos que lo "lanzó a ser el diablo", pudo recordar aquella sonrisa, pudo recordar el aspecto... Sin duda Xue Yang era castigado de la forma más dolorosa;

Recordando al amor de su vida, también el como ahora.. Había vuelto.

— No soy el malo, como te hacen creer.

La brisa del viento hizo revoletear las hojas de los árboles, su cuerpo parecía calmarse con aquella brisa,  aunque extrañamente esta se sentía cálida.

Volteó su rostro y Xue Yang se tensó al verlo, la sonrisa que le brindaba era como ver el cielo

— Nunca fuiste el malo para mí.

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Kxbsmfksns discúlpenme, no sé que me fumé para hacer esto. Xd de seguro lo borraré luego pero.. Buah.

¿les gustó?  Xd eso espero... Porque alto cringue pensar que no.