24. La Torre de Babel pt.2
(JooyeonXGaon) +18
Tal y como habían prometido, la coronación de Jooyeon cómo el nuevo jefe de la mafia había sido un evento histórico en la vida de su familia y Jiseok sospechaba que también a nivel cultural.
Después de volver de la sesión privada de sexo, Jooyeon se dedicó a saludar a todos sus familiares sin soltar a Jiseok de la mano. Algunas veces se quedaba conversando con Hyeongjun mientras Jooyeon trataba asuntos delicados y privados.
Divisó a Seungmin volver con el grupo de hombres que habían sacado a los supuestos socios de querían atentar contra Jooyeon y rápidamente se acercó a él.
—¿Cómo estás?
—Todo bien. Extrañamente no me siento en peligro –Ode resopló.
—Estás en el lugar más seguro de la mansión, pero aún así siempre sé respetuoso e inteligente. Aunque creo que no tendrás problema con ello.
—Joven Jiseok –saludó Gunil y Jiseok sonrió saludando con la mano –. Veo que ya te llevas bien con Ode.
—Si, me ha dicho que hacer para que no me peguen un tiro –el guardaespaldas rio.
—No te preocupes, lo haces bien.
—Gracias.
Luego de unos momentos , la cena fue servida. Jiseok estaba sentado junto a Hyeongjun un poco alejado de Jooyeon, pero veía lo feliz que lucía conversando con sus "familiares"
—¿No te molesta no estar junto a él? –miró a Hyeongjun darle un bocado a su comida.
—¿Porqué me molestaría? Él es el jefe, yo solo soy su acompañante y aunque estoy feliz por él sé bien que no puedo entrometerme de ninguna forma en sus negocios.
—¿Te gusta? –lo meditó.
—Me gusta, pero sé que apenas llevo dos días de conocerlo. Y honestamente, quiero conocerlo aún más –Hyongjun le sonrió.
—Sería genial tener otro guitarrista en la familia –dijo empujándole levemente el hombro y haciéndolo reír.
Jiseok no estaba mintiendo para caer bien. De verdad le gustaba Jooyeon, le había demostrado quién realmente era y lo había llevado a un evento exclusivo e importante.
En cuanto los invitados comenzaron a retirarse, Jooyeon lo llevó a una habitación especial y enorme.
—¿Qué hacemos aquí?
—Sé que ya es tarde, pensé que querrías quedarte a dormir está noche. De todos modos, Ode estará siempre cerca de ti –el guardaespaldas asintió.
Jiseok tensó un poco la mandíbula pero desvío la mirada apenado.
—Te lo agradezco, Jooyeon ¿De verdad no hay problema si me quedo?
—Claro que no, precioso. Está habitación es toda tuya y lo será cada vez que vengas a mi casa –sin duda eso lo hizo sonrojar, Jooyeon sonrió y le dio un beso en la mejilla –. Gracias por haber venido hoy, por acompañarme y sobre todo por aceptarme como el nuevo jefe de la mafia.
Jiseok soltó una risa y le rodeo los hombros con los brazos.
—Te lo dije... Tu ordena, yo obedezco –se acercó para besarle los labios y Jooyeon sonrió con felicidad antes de negar con la cabeza mientras.
—Descansa, Jiseok. Vendré a verte por la mañana ¿De acuerdo?
—Claro, te esperaré.
Jooyeon le besó la mano y salió después de asentir hacia Ode quien se mantuvo en la puerta unos segundos hasta que relajó su postura erguida y tensa. Pero al alzar su vista Jiseok lo miraba contrariado.
—Los van a matar ¿Verdad? –Seungmin lo miró totalmente perplejo.
—¿Cómo lo sabes? –Jiseok resopló y se encaminó al armario.
—¿De verdad crees que no soy capaz de deducir las cosas? Son una mafia e intentaron hacerle daño al nuevo jefe, es evidente que no los dejarán solo irse así como así sabiendo demasiado. Lo más lógico es que los vayan a matar y Jooyeon esté presente por eso no quiere que me vaya y por eso te dejó aquí dentro para que no me dejes salir.
Seungmin parpadeo pero eventualmente sonrió de lado.
—¿Sabes que tu hermano te subestima demasiado?
—Más que subestimar, me sobreprotege –tambien rio –. Desde que nos conocimos se ha dedicado a hacer absolutamente todo por mi y aunque él sabe que yo puedo solo, no me deja solo nunca –Seungmin sonrió de lado.
—De verdad te aprecia mucho. Anda, ve a cambiarte yo le diré que estás bien.
—Gracias, Ode.
El guardaespaldas le envío un mensaje en código a Jungsu dejándole saber que estaban bien y de inmediato él le respondió antes de seguir empacando sus últimas cosas. En cuanto terminó se encaminó a la mesa de la sala donde tenía los planos y folio con el plan.
La Torre de Babel era una de las mafias más peligrosas pero Seungmin tenía razón. Eran muy astutos y tenían muchos socios de su lado, socios que morirían antes de delatar al jefe de la mafia. Socios que estarían dispuestos a matar con tal de proteger a su líder. Socios que estarían dispuestos a quemar toda la ciudad si así lo ordenara su jefe.
Solo esperaba que Jiseok pudiera obtener información valiosa sobre ese nuevo y joven jefe al que ahora idolatrían y así, poder ponerle fin a ese negocio de criminales.
Guardó toda la evidencia en su maletín y se dirigió a su habitación que ahora sería de Seungmin.
Ahora que el Jefe Lee, sabía la ubicación exacta del departamento a nombre de Jiseok, Jungsu no podía pasarse libremente por él siendo un policía y detective. Nadie debía saber que él y Jiseok estaban relacionados de alguna forma y no solo porque eso arruinaría el plan, sino porque podría poner en peligro la vida de su hermanito.
Afortunadamente, no tenían el mismo apellido y eso lo hacía sentirse más calmado.
Terminó de empacar todo y de inmediato bajó las cajas y maletas hacia su auto. Seungmin había dicho que debía mudarse durante la noche del evento ya que al ser una noche especial, no habría nadie que estuviera vigilando el edificio.
Ese departamento era de Jiseok, pero él tenía uno más pequeño casi al otro lado de la ciudad y más cerca de su trabajo, ahora tendrían que vivir separados para no levantar sospechas. Condujo hasta el lugar y durante la noche se dispuso a limpiar y ordenar el lugar.
—¿En qué mierda nos he metido? –suspiró revolviendose el cabello antes de meterse en la cama para descansar un poco.
Durante la mañana, Jiseok despertó temprano para arreglar la cama y arreglarse él también. El armario estaba lleno de ropa de diferentes estilos pero en su mayoría elegante y casual. Decidió colocarse unos jeans de mezclilla amplios, una camiseta blanca y encima una chaqueta de cuero talla grande. Se arregló un poco el cabello y cuando se estaba colocando los zapatos, escuchó un par de toques y Ode abrió para dejar a Jooyeon entrar en la habitación.
El nuevo jefe vestía un pantalón de cuero negro, una camisa blanca y una chaqueta de cuero similar, lo cual lo hizo sonreír con emoción.
—Vaya, pensamos casi igual. Me gusta tu estilo –Jiseok rio.
—Y a mi me gusta el tuyo –Jooyeon le besó la mejilla.
—¿Tienes hambre? Vamos a desayunar, después Ode te llevará a tu departamento. Imagino que tienes trabajo está noche.
—Imaginas bien, pero... ¿Cuando te volveré a ver? –Jooyeon lució sorprendido, pero sonrió con emoción.
—Quizá está noche, pero de hecho tengo algo para ti –extrajo lo que parecía ser un teléfono celular que podía doblarse por la mitad y se lo dio –. Toma.
—¿Un celular? Jooyeon, yo... Espera ¿Me estás dando esto para poder contarte exclusivamente a ti y de esa forma evitar algún tipo de interefercia que pueda ponernos en peligro?
La mandíbula de Jooyeon casi cayó al suelo, se giró hacia Ode que también estaba perplejo y Jiseok rio antes de revisar el teléfono que tenía solo dos números de contacto guardados, el de Jooyeon y el de Hyeongjun.
—De verdad eres increíblemente astuto, Kwak Ji Seok.
—Si, me lo dicen a menudo. Lo guardaré bien, te lo prometo Jooyeon.
El jefe sonrió y lo tomó de la mano para conducirlo fuera de la habitación seguidos por Ode y Gunil. Llegaron al comedor pero salieron al jardín donde el abuelo de Jooyeon ya estaba bebiendo café en una elegante taza y leyendo el periódico.p
—Mira esto, hijo. Ya salió el anuncio de "Se Busca" del primo Min –alzó la vista hacia ambos jóvenes y de inmediato se levantó para saludar, pero Jiseok se puso nervioso –. Buenos días, Jiseok. Me alegra que te hayas quedado a dormir.
—Buen día, señor pero, no tiene que levantarse por favor ¿Le puedo servir en algo? –el hombre sonrió y le palpó el hombro.
—No, hijo. Eres nuestro invitado, nosotros te servimos a ti –aplaudió un par de veces y de inmediato varias mucamas y mayordomos se acercaron a poner la mesa y el desayuno –. Adelante, Jiseok.
—Gracias, señor.
—No hay de qué... Oh, Jooyeon ¿A qué hora verás al primo Gomez?
—A las 12pm. Y tengo una junta de seguridad a las 2pm ¿Quieres que le diga algo de tu parte al primo Gomez?
—Solo dale el periódico de hoy y que sepa a quiénes debe de buscar... Aún no entiendo cómo es que el primo Min pudo llegar hasta ti anoche sin que supiéramos sus intenciones y mucho menos como es que los guardias lo supieron para evitarlo.
—Oh, yo sé los dije –ambos miraron a Jiseok que se sonrojó –. Lo siento ¿No debí hablar sin permiso...?
—No, descuida. No necesitas pedir permiso para hablar, mi amor –dijo Jooyeon.
—¿A qué te refieres con que tú se los dijiste?
—Yo sabía que querían hacerle daño a Jooyeon, se lo dije a Ode y él movilizó a los demás guardias.
—¿Y cómo sabías qué harían? –tragó duro al ver la mirada del hombre mayor.
—Yo trabajo como anfitrión y jefe se seguridad en un club nocturno muy frecuentado por muchos de sus socios. Ellos planearon todo una noche antes de que Jooyeon se presentará en el club por primera vez... Suelen hacer todos sus planes en esos lugares, sobre todo cuando planean conspirar o atentar contra otros. Tengo estrictamente prohibido hablar sobre esto, pero no iba a dejar que le hicieran daño a Jooyeon. Lamento si fui imprudente.
—No te disculpes, hijo. Hiciste bien, quizá hayas ido en contra de tu trabajo pero no te preocupes, nosotros no dejaremos que nada malo te pase ahí dentro.
—Lo agradezco señor, y les informaré de inmediato sobre cualquier cosa que quieran saber.
—¿Estás dispuesto a convertirte en un socio de la Torre de Babel, Jiseok? –sonrió de lado
—Si, lo estoy.
Bien. Jungsu iba a matarlo sin duda alguna.
Después del agradable desayuno familiar, Seungmin lo llevó de vuelta a su departamento. Jungsu no estaba y tampoco sus cosas, se sentía extraño, pero al menos el plan no correría peligro. Encendió su teléfono y se preocupó al ver la llamadas perdidas de su jefe.
—Mierda, tengo que ir al trabajo –corrió al baño para ducharse mientras Seungmin recorría el departamento. Jungsu había sacado todas las fotografías que había de ellos dos juntos.
Sonrió antes de marcar el número y Jungsu contestó bostezando.
—Hola... ¿Y mi hermano?
—Está bien, se está duchando. Lo llevaré a su trabajo más tarde ¿Que tal todo?
—Pues dormí mal así que todo está horrible –Seunngmin rio –. Gracias por cuidar a mi hermano ¿Cuando dejará de ser el novio del mafioso?
—Quizá eso sea algo que debas hablar con él ¿Recogiste los documentos?
—No, justo es lo que haré hoy ¿Dónde los veo?
—En el centro comercial.
—De acuerdo... ¿Y tú cómo estás?
—¿Yo? Bien ¿Por qué el repentino interés en mi? –Jungsu rio.
—Curiosidad, te veo al rato –colgó y aunque miró el teléfono extrañado, sonrió.
Seungmin llevó a Jiseok en el auto a su trabajo, dónde su jefe no estaba muy contento de que no se hubiera presentado a trabajar, pero se calmó al escucharlo decir que había sido el acompañante del Señor Lee, la expresión del hombre cambió totalmente a una de puro orgullo.
—Por ahí hubieras comenzado, Jiseok.
—Se lo dije en un mensaje, señor –el hombre revisó la conversación y soltó una risa.
—Oh, si. Tienes razón. Lo siento. Bien ¿Estás disponible hoy?
—Si, señor. Ah, por cierto, él es Ode. Es mi guardaespaldas asignado así que estará junto a mi todo el tiempo –Ode asintió y el honbre carraspeó antes de asentir.
—De acuerdo, hay un evento privado, Jiseok así que te necesito en Seguridad.
—De acuerdo.
Después de organizar el horario de esa noche y coordinar el área de limpieza para las salas privadas, Jiseok y Seungmin se reunieron con Jungsu en una cafetería del centro comercial donde Jungsu lo miró seriamente, pero Jiseok sabía cuan preocupado estaba.
—¿Estás bien? ¿Paso algo anoche? ¿Te hicieron algo?
—Estoy bien, Jungsu. Seungmin me cuidó bien, además me recibieron con calidez, me sentía muy seguro –Jungsu lo miró desconfiado –. Te lo puedo jurar por mi guitarra nueva –Jungsu suspiró.
—Bien, te creo. Y vas a dejar de verlo para siempre ¿No es así? –Ambos se miraron y Jungsu volvió a fruncir el ceño.
—Jungsu, salvé a Jooyeon de ser asesinado en su coronación. Me nombraron socio e informante de la mafia...
Hubo un silencio, un pesado silencio en el que Seungmin y Jiseok no tenían idea de como iba a terminar. Jungsu mantenía su ceño fruncido pero parecía estar completamente perdido en sus pensamientos, finalmente se llevó la mano a los ojos y los frotó suspirando con pesadez.
—Esto no puede estar pasando... –moró a Seungmin –¿Y tú porque no lo impediste?
—¿Que querías que yo hiciera? Soy un guardaespaldas que trabaja para la Torre. ¿Sabes lo que me harían si muestro algún indicio de no estar de acuerdo en algo?
—No te desquites con él, fue mi idea –las mirada volvieron a Jiseok que suspiraba mirando el teléfono que le había dado Jooyeon –. Lo siento, Jungsu pero este plan no va a funcionar. Pasé solo algunas horas en esa mansión y aprendí más de como funciona el mundo que en 22 años. No son un grupo criminal que anda haciendo maldades solo por qué si, es un negocio estable que aunque han tenido que hacer cosas malas, siempre ven por el bienestar de los socios que lo merecen.
—Jiseok, es una mafia. En cualquier sentido eso suena mal y es ilegal.
—Si, pero Jungsu. Tu no viste la magnitud de ese evento. Fue algo histórico, Jooyeon es el jefe más joven que ha existido, sabe lo que hace y como hacerlo. Y yo sé que no me vas a creer pero no es mala persona. Jooyeon es justo y listo, además de que me ha protegido con tan solo tres días de conocerme –Jungsu vio a Seungmin suspirar mientras palpar la espalda de Jiseok.
—No puedo creerlo, Jiseok ¿Te gusta? –solo una mirada basto para que Jungsu suspiraba con frustración, pero justo antes de que pudiera decir algo, Jiseok se adelantó
—Lo siento, Jugsu. Lamento decepcionarte, se que estás muy molesto conmigo después de todo lo que has hecho por mi y te prometo que lo siento mucho pero... No puedo evitarlo, yo quiero estar con él –Jiseok se levantó y se retiró de la cafetería.
—Jiseok... Maldita sea...
—Te dije que esto iba más allá de tu plan para derrotarlos. Jiseok tiene razón, es un negocio estable que hace funcionar la sociedad, no puedes mover esa pieza.
—¿Y esperas que me quedé sentado viendo como secuestran y matan personas junto con mi hermano?
—No, espero que confíes en Jiseok. Solo él puede hacer que el Señor Lee no sea como su padre –tomó sus gafas oscuras, le dio una hoja a Jungsu – ¿Puedes dejar esto en la oficina del jefe? –se retiró para alcanzar a Jiseok mientras Jungsu suspiraba.
Jiseok estaba esperando a Seungmin fuera del local, al verlo este relajó su postura.
—Creí que tendría que correr para alcanzarte.
—Creo que lo que menos quiero ahora estar solo... Supongo que ya que estamos aquí tengo que ir a comprar algo para no levantar sospechas ¿Verdad?
—Si, así es.
—De acuerdo –ambos sonrieron y se encaminaron a recorrer las tiendas mientras Jungsu los veía desde lejos.
Tenía razón, no podía derrocar a la Torre, mucho menos ahora que su hermano era un socio. Sabía que Jiseok haría un gran trabajo para posicionarse bien y destacar de alguna forma, hacerse indispensable y eso lo mantendría seguro.
Además, Seungmin estaba con él y parecían llevarse bien. Le sorprendió ver el contenido de la hoja pero se dio cuenta de lo increíble que era ese guardaespaldas.
Sonrió y decidió regresar a su oficina en la estación de policía para continuar con otros casos más importantes.
Por la noche, los invitados comenzaron a llegar al club. La mayoría eran jóvenes, Jiseok reconoció a algunos de ellos, habían estado en la coronación de Jooyeon. Eran amigos, conocidos y familiares y si ellos estaban ahí significaría que tal vez Jooyeon podría ir también.
A pesar de su creciente emoción, se mantuvo en su postura firme fuera de la habitación. Indicaba a los invitados a dónde dirigirse.
Esa noche, no tenía que ser anfitrión por lo que no llevaba ropa llamativa. Vestía solamente unos jeans ajustados negros, una camisa de vestir con la corbata desordenada y encima una chaqueta algo abultada de color negro. Llevaba una radio en la mano y estaba atento a todo el que entraba a la sala privada.
De pronto lo vio, el cabello rubio se movía al mismo tiempo que giraba su cabeza en todas direcciones. Jiseok sonrió sin poder evitarlo. Hyeongjun empujó a Jooyeon y luego señaló al final del pasillo, al ver a Jiseok su mirada pareció brillar y de inmediato se encaminó a él.
—Buenas noches, Señor Lee. Que gusto verlo nuevamente en nuestro club –Jooyoen trató de contener su emoción –. Hola, Hyeongjun –el más alto alzó la mano para saludar, pero Jooyeon interrumpió.
—¿Puedo robarte un beso? –Jiseok giró a todos lados antes de asentir con una sonrisa, de inmediato Jooyeon se acercó a darle un beso en los labios mientras su primo reía.
—Adelante y bienvenidos, disfruten de su estancia –señaló al interior de la habitación y ambos entraron después de sonreírle.
El evento comenzó, al parecer era una reunión de conocidos de Jooyeon para divertirse y celebrar su ascenso, todos los guarda espaldas estaban a lo largo del pasillo y Jiseok se encargó de ubicarlos en puntos específicos dentro de la habitación con la promesa de no intervenir de ninguna forma en su trabajo, ya que el club tenía su propio cuerpo de seguridad.
—No me pidas que no intervenga si algo te pasa, tu hermano va a matarme –Jiseok rio.
—Tu si me estás subestimando –le dio un empujón dentro de la habitación y fue a colocarse junto a Gunil.
La reunión comenzó y Jiseok cerró la puerta quedándose estrictamente en la puerta. Divisaba que todo estuviera en orden, que no faltará nada y sobre todo que sus compañeros estuvieran haciendo bien su trabajo. Pero de vez en cuando descubría a Jooyeon mirarlo y lanzarle besos que lo hacian sonreír y sonrojarse.
Definitivamente le encantaba Jooyeon... Aunque fuera el jefe de la mafia y en ese momento estuviera hablando casualmente con su jefe.
De pronto, un alboroto llamó la atención de todos. Una de sus compañeras camareras estaba frente a un hombre grande que lucía molesto, habían algunos vasos rotos en el suelo y el hombre lucía muy molesto.
—¿Qué no sabes hacer bien tu trabajo? –de pronto le soltó una bofetada en el rostro y Jiseok caminó hacia él.
—Disculpen ¿Hay algún problema?
—Si, está zorra es una incompetente.
—Lo lamento señor, pero se lo preguntaba a ella –todo el lugar quedó en silencio mientras Jiseok se dirigía a su compañera para evaluarle el rostro –¿Estás bien, Al? ¿Qué sucedió?
—Me pido una bebida, pero de último momento la cambió, le dije que se la traería nuevamente pero dijo que yo debía saber específicamente qué es lo que él quería –Jiseok tensó la mandíbula y le entregó la carpeta.
—Ve a descansar un rato, cuando te sientas mejor vuelve, linda –se giró hacia el hombre y la chica se apartó rápidamente –. Lo lamento señor, pero tendré que pedirle que se retire –el hombre se molesto aún más.
—¿Quién te crees que eres? ¿Crees que por ser la perra del jefe puedes hacer lo que quieras y ordenarme? No eres más que un marica –Jiseok lucía impasivo, pero Jooyeon enfureció.
Estuvo a punto de dirigirse a ellos junto con Ode, pero el jefe y dueño del club lo detuvo.
—Disculpe señor Lee ... Hay una razón específica por la que Jiseok es mi mejor anfitrión pero también el jefe de seguridad, le ruego no intervenir.
—Ese tipo quiere hacerle daño, no lo permitiré.
—Repito, le pido que salga del club por favor o tendré que sacarlo por la fuerza –el hombre enfureció y le dio una bofetada a el también. Jiseok lucía sorprendido y algo molesto, divisó a sus compañeros de seguridad dar pasos al frente pero los detuvo.
Sacudió la cabeza y miró al hombre que era tres veces más grande que él, sonrió de lado y subió una mano por la chaqueta y cuando la sujeto sin dejar de mirarlo a los ojos sonrió. Lo estiró con brutal fuerza hacia su rodilla haciendo que el hombre se golpeara fuertemente en la nariz. Todo quedó en total silencio mientras Jiseok se sacudía el traje.
—¿Qué es lo que te pasa, marica? –intentó levantarse, pero Jiseok lo tomó del brazo, pateo una de sus piernas y lo derribó al suelo. Alzó su puño y sonrió de lado.
—Está totalmente prohibido tocar a los empleados sin su consentimiento, debería ser un poco más considerado ya que conocemos más de ustedes que sus propios colegas –le soltó un puñetazo al rostro que lo dejó totalmente noqueado. Le rebuscó en el pantalón la billetera y luego tomó la radio –Chicos, hay que sacar la basura.
Sus compañeros guardias de inmediato se acercaron a estirar al hombre fuera mietras Jiseok miraba fijamente a Jooyeon se dio la vuleta guardando coquetamente la radio y al billetera en los bolsillos de su pantalon. Su jefe rio y dio un aplauso llamando la atención.
—Lamentamos el inconveniente, por favor acepten unos bocadillos en compensación por el mal rato –se despidió amablemente y salió de la habitacion para dejar pasar a los chcios que llevaban los bocadillos.
Jooyoen y Ode se aceraron a Jiseok.
—¿Cómo rayos hiciste eso? –dijo Jooyeon –Ese tipo era tres veces más grande que tu.
—Bueno, por algo soy el jefe de seguridad –miro a Ode –. Te dije que me subestimabas.
—Y me disculpo por eso señor, pero seguiré a su servicio como guardaespaldas.
—Está bien –Jooyeon suspiro –. Imagino que esta situacion será un problema ¿No es asi?
—Si, pero nada que no pueda manejar ¿Estás libre el miercoles?
—Para usted, siempre lo estaré, Jefe Lee.
La fiesta continuó con tranquilidad, Jooyeon atendió sus asuntos un rato antes de dejarse llevar por la fiesta, estuvo un largo rato besándose con el jefe de seguridad en el pasillo y después volvió con su primo.
En cuanto los invitados se retiraron, Jiseok se quedó a vigilar al equipo de limpieza y ayudar un poco, pero le sorprendió que el telefono que Jooyeon le había dado emitiera un sonido.
"Eres increible pero ahora
te tengo miedo"
Rio sin poder evitarlo
"Suelo causar una fuerte
impresion en las personas.
¿Consideras contratarme
como tu jefe de seguridad?"
"Estás lleno de sorpresas
y claro que me gustaría contratarte,
pero hablaremos de eso despues"
Jooyeon no le dijo a dónde ir, pero sabía que tampoco era necesario que lo hiciera ya que Ode lo llevaría. Conducía con precaucion hacia la enorme mansión, mientras movía la cabeza al ritmo de la que canción que Jiseok tocaba en la guitarra electrica de color azúl eléctrico. En realidad era la única cosa costosa que había comprado con la tarjeta de crédito que Jooyeon le había dado.
Al llegar, inmediatamente bajó del auto y fue recibido por las mucamas que lo saludaron con emoción y lo condujeron a una de las salas principales de la mansión.
—El Señor Lee está en una junta, pero volverá pronto.
—Está bien, gracias.
Se dispuso a recorrer las pinturas de la habitación mientras sostenía la correa de la funda de la guitarra hasta que escuchó un carraspeó y se giró.
—Hola, lamento la tardanza... –dijo apenado.
—Descuida, lo entiendo –Jooyeon llegó a él y lo tomó de la cintura para besarle los labios. Jiseok se deleitó con el beso rodeándolo por el cuello con sus brazos.
—Veo que me extrañaste.
—No tanto como tú a mí –Jooyeon rio y lo tomó de la mano.
—Pues tienes razón. Ven conmigo, vamos a comer.
Comenzaron a caminar mientras platicaban, Jooyeon balanceaba sus manos hacia adelante y hacia atrás, pero un estruendo en la puerta principal llamó su atención. Gunil empujaba a dos chicos atados y amordazados que terminaron de rodillas frente a Jooyeon.
—¿Qué es esto? –al alzar la vista Gunil lució preocupado de ver a Jiseok, pero aún así carraspeó.
—Espías de la mafia 3RACHA. Los encontramos tratando de escalar los muros del ala sur, tienen órdenes de llevar información a su líder. O al menos las tenían.
Jooyeon soltó a Jiseok y lo miró sin expresión alguna.
—Ve con Ode al jardín principal. Iré en un...
—No.
—¿Qué?
—Quiero verlo –Jooyeon tensó la mandíbula pero Jiseok lucía firme en sus palabras y no había miedo en su rostro –. Quiero conocerte en todos los aspectos Jooyeon.
—De acuerdo –de giró metiendo la mano en su saco, extrajo una pistola de color blanco, como su usual sombrero y apuntó a uno de ellos a la cabeza, ambos lo miraron suplicantes –. Lástima que no podrán cumplir su misión –disparó el arma contra uno y luego contra el otro.
Pareció un poco perdido en ambos cadáveres, pero eventualmente guardó el arma y se giró hacia Jiseok que también veía los cadáveres.
—¿Te preguntarás por qué...?
—Pienso que las rotaciones de los guardias dan una brecha para que puedan infiltrarse en tu mansión. Podría sugerirte asignar roles que cambien cada ciertas horas y cada ciertos días sin que cumplan un patrón totalmente específico. Al menos no uno que se pueda deducir fácilmente de esa forma lo pensarán dos veces antes de querer infiltrarse –Jooyeon parpadeo.
Jiseok no lucía consternado por lo que acababa de pasar, lucía hasta más sereno que él. Lo miró a los ojos y sonrió un poco.
—¿Usted qué opina, jefe?
—Opino que no dejas de sorprenderme. Gunil... –el guarda espaldas se acercó –. Programa una reunión con el jefe de seguridad para más tarde.
—Si, señor.
—Estaremos en el jardín principal –tomó de la mano a Jiseok y ambos comenzaron a caminar, miró por última vez los cadáveres antes de caminar junto a Jooyeon.
La comida fluyó un poco tensa gracias a la situación que acababan de enfrentar. Jooyeon no dejaba de mirarlo fascinado. Jiseok era la primera persona que no se asustaba de quien realmente era.
Había estado con algunas chicas y chicos pero todos terminaban asustados o asqueados de ese tipo de cosas que tenía que hacer. Sabía que eran malas y que se podía resolver de otras fornas, pero eso es lo que implicaba ser una mafia y ahora que era el jefe no se podía permitir fallar ni vacilar. Jiseok era impresionante, astuto e inteligente. De un momento a otro ladeó la cabeza y Jiseok se sonrojó.
—¿Porqué me miras tanto?
—Solo estoy apreciandote. No solo eres precioso Jiseok, no dejas de sorprenderme... ¿Cómo es que no pudiste entrar a la Universidad?
Jiseok de detuvo antes de llevarse el tenedor a la boca con la comida. Bajó su mano y suspiró antes de limpiarse los labios. Jooyeon se acomodó con interés.
—Por mi trabajo. Mi mamá estuvo saliendo con un tipo que tenía un hijo, nunca se casaron pero él y yo nos volvimos muy cercanos, como si fuéramos hermanos de sangre. Cuando nuestros padres se separaron nosotros no quisimos hacerlo así que nos escapamos, pero ambos debíamos conseguir trabajos para mantener el departamento... Yo encontré trabajo en ese club y comenzó a irme demasiado bien, a tal punto en que no necesitaba esforzarme de más para pagar la renta y comencé a ahorrar dinero para la universidad –hizo una pausa y se frotó las manos sobre la mesa –. Envié mi solicitud pero me investigaron como si fueran el FBI y descubrieron que trabajaba en ese club... Solo por eso no me dejaron ingresar y se encargaron de que ninguna universidad me aceptará por ello ... El club tiene muy mala fama en el mundo que no entiende estos negocios, pero en realidad no es un lugar de mala muerte o algo así, me tratan bien y me va bien ahí y bueno, soy anfitrión y jefe de seguridad, pero siempre quise estudiar Ciencias Quimicas o Ingeniería Genética –sonrió de lado y Jooyeon alcanzó a tomarle la mano.
—¿Qué pasó con tu hermano?
—Bueno, cuando comencé a trabajar nos separamos. Él se mudo a otra ciudad por su trabajo y yo me quedé aquí... Ahora ya solo hablamos de vez en cuando pero no sé con exactitud qué hace... Sé cuidarme solo.
—Ya lo he notado. La mala fama de los negocios es lo que tratamos de cambiar pero a veces es imposible lograrlo... –desvió la mirada hacia un lado –. Mi madre me enseñó a ser respetuoso y empático, pero mi padre solo quería tener el poder y dinero de mi abuelo para cobrar venganzas...
—¿Es por eso que tú fuiste el heredero?
—Según mi abuelo, si... Él busca alguien que pueda mantener el negocio sin empeorarlo o asustar a la sociedad porque no somos malos, solo hacemos el trabajo sucio.
—¿Qué harás con esos dos hombres?
—Usualmente buscamos a sus familias para ofrecer disculpas, muchas veces los contratan por dinero y nosotros les ofrecemos un poco más en compensación... Sé que no tiene mucho sentido pero así funcionan la cosas.
—De hecho lo tiene. Si fueras un mezquino ni siquiera les avisarías que están muertos. Supongo que es lo que te hace diferente y creo que es algo bueno dentro de lo que cabe.
—La Torre de Babel hace funcionar los negocios pero la policía no lo entiende. Podríamos ser buenos aliados pero, no hay ni un solo policía que quiera cambiar su opinión –Jiseok miró a Ode discretamente.
—Estoy seguro de que lo harán tu puedes lograr el cambio, tienes el poder para hacerlo.
—Si pero sería solo en una situación de vida o muerte –sonrió de lado y se estiró para besarle la mano –. Jiseok ¿Te gustaría ser mi novio? –el castaño sintió un cosquilleo en el estómago y un calor en sus mejillas, sin poder evitarlo soltó una risilla.
—Si, Jooyeon. Quiero ser tu novio –el jefe se levantó, se quitó el sombrero para dejarlo o en la mesa y lo besó estirando lo hacia arriba. Hizo una seña con la mano y todos los guardias, mucamas, mayordomos y cocineros abandonaron el lugar.
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No sé preocupen, habrá parte 3 con coito 😏
Creo que está tendría está siendo mi favorita ¿Ustedes que opinan?
Gracias por leer
🌸🦖
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