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22. The real me

(JungsuXGaon)

—Muy bien, respiren profundamente.

Ambos cerraron sus ojos mientras respiraban profundamente y contenían el aire unos segundos antes de soltarlo lentamente. Él sostenía la mano de su amiga con fuerza y ella se sentía a salvo con él. Se giraron para mirarse a los ojos y sonreír. Cómo siempre, él unió su frente con la de ella y ambos cerraron sus ojos mientras sonreían.

—Podemos hacerlo –dijo él.

—Claro que podemos –dijo la chica riendo.

Ahora tenemos a Kim Jung Su y Kwak Ji Seok –ambos se separaron y se encaminaron a la pista de patinaje.

Dentro del patinaje artístico, cada patinador con talento y futuro éxito, tiene un entrenador  y representante personal. La entrenadora de Jiseok la recomendó para el duo después de ver lo bien que se llevaba con Jungsu y los padres estuvieron de acuerdo.

Jungsu y Jiseok habían sido emparejados dentro del patinaje artístico desde que tenían tan solo 8 años ahora estaban por cumplir los 17 y su relación solamente se había hecho mas fuerte.

Ambos tenían sus diferencias, pero sabían utilizar sus similitudes para sus presentaciones.

Tradicionalmente, las presentaciones deben ser emotivas y en caso de las parejas, románticas, pero a ellos no les importaba eso e utilizaban canciones de rock para sus coreografias. Al salir a la pista, todo el publico comenzó a gritar emocionado, ellos sabían como levantar el ambiente. Eran una de las parejas más populares dentro del patinaje y el orgullo de la ciudad ya que habían ganado una medalla olimpica cuando tenían 15 años. Ganaban las competencias locales y nacionales y su estilo era único y bastante apreciado.

Jungsu cargaba con facilidad a Jiseok, pero sonreía al verla brillar en el aire y en la pista. Era la chica más talentosa y su mejor amiga.

Jungsu era la persona en quien Jiseok más confiaba y no solo para lanzarla al aire y atraparla sin problemas, sino para contarle todos sus problemas y alegrías. Sabía que el la escucharía y apoyaría siempre. 

Simplemente eran inseparables.

Cuando su presentación estaba por terminar, ambos sonrieron mientras se miraban a los ojos y luego se alejaron para después patinar con rapidez. Jiseok saltó hacia los brazos de Jungsu y este la arrojó al aire, hizo un hábil giro y Jungsu la atrapó limpiamente para hacer su pose final mientras todos aplaudían y gritaban emocionados.

Jungsu la bajó y la abrazó con fuerza. Esa habia sido su rutina más difícil y la habían hecho a la perfección. Ambos patinaron hacia la entrada de la pista donde sus entrenadores los felicitaron y los condujeron a los sillones para esperar sus resultados. Jungsu la tomó de la mano y Jiseok la estrujó mientras nivelaban sus respiraciones.

—Y ahora las puntuaciones para Kim jungsu y Kwak jiseok... –los numeros aparecieron en la pantalla y se miraron sorprendidos –¡Puntuación perfecta! El equipo Kim-Kwak se lleva la medalla de oro por cuarto año consecutivo!

Ambos se levantaron para abrazarse y gritar con emoción. Jungsu la cargó y dio un par de vueltas mientras ella reía.

—Lo hicimos Jungsu

—¡Somos un gran equipo!

Al final de la competencia, colocaron algunas plataformas en el centro de la pista de hielo y los tres equipos ganadores subieron a sus respectivas plataformas. Jungsu y Jiseok estaban en la más alta y esperaban pacientes a que les colocaran sus medallas.

—¿Crees que esta vez me den flores? –susurró Jungsu.

—No lo creo, son tan retrogradas y conservadores que dicen que son solo para las... chicas... –él hizo un puchero – ¿Porque quieres flores? No son la gran cosa.

—Habla por ti, tu eres niña, todo el tiempo te dan flores y debe sentirse bonito recibir algo así.

Jiseok frunció el ceño y se bajó un poco el vestido, pero el hombre se colocó frente a ellos para colocarles las medallas al rededor del cuello.

Efectivamente el ramo de flores se lo entregó a Jiseok y ella agradeció pero de inmediato se giró hacia Jungsu y se lo extendió.

—Toma.

—¿Que?

—Toma Jungsu, son para ti. Los chicos tambien podemos... pueden recibir flores –Jungsu tomo el ramo y la abrazó para despues darle un  beso en la cabeza

—Eres la mejor amiga del mundo, Jiseok. te amo –ella rio y le palpó los brazos

—Si lo sé, yo también te quiero Jungsu.

En cuanto el evento concluyó y todos los felicitaron, sus padres celebraban el exito con los entrenadores mientras Jungsu saludaba a sus amigos, pero Jiseok había desaparecido. Miró a todos lados hasta encontrarla en medio de la pista ahora vacía, ladeó la cabeza y se acercó a la entrada de la pista. 

Ella patinaba lento mirando su vestido, de vez en cuando lo acariciaba y suspiraba con una expresión de profunda tristeza lo cual lo hizo revolverse y preocuparse. Entró y se deslizó hacia ella.

—Jiseok ¿Estás bien?

—Oh, si. Yo solo estaba relajandome un poco... me abruma estar rodeada de mucha gente.

—Si lo sé ¿Segura que estas bien? 

—Si, tengo hambre ¿Nos van a llevar a comer?

—Si, solo esperan que nos cambiemos 

—Excelente –Jungsu le ofreció su mano y su amiga la tomó.

En los vestidores, Jiseok se miró al espejo y acarició su vestido. Era de color rojo con piedras plateadas por todos lados que le picaban en todo el cuerpo pero le quedaba precioso, se amoldaba a su figura a la perfección. Lo había hecho la madre de Jungsu y ella sabía hacer su trabajo, siempre lucia preciosa pero... Jiseok sentía que algo no estaba bien, no con el vestido sino con ella. No alcanzaba el ciper por lo que tuvo que salir del vestidor.

Jungsu estaba recargado en la pared mirando sus flores con una preciosa sonrisa, pero alzó la vsta en cuanto la divisio.

—¿Te ayudo?

—Si por favor –el sonrió y le dio el ramo para sostenerlo mientras se giraba y le bajaba el ciper del vestido – Jungsu ¿tu crees que me veo bien?

—Si, sin duda te ves muy bonita, pero me gusta más tu estilo casual –ella sonrió y le devolvió las flores para correr dentro  cambiarse.

Jiseok solía usar pantalones holgados y camisas grandes cuando no estaba en la pista, usaba el cabello suelto y se sentía cómoda, totalmente diferente a cuando tenía que resentarse en el hielo. Se miró al espejo y esta vez sonrió, ahora se sentía como "Jiseok"

Aunque desde joven comenzó a patinar, nunca creyó que tendría una carrera en ello. Sus madres la habían llevado a una pista pública y ahí vio un chico alto y delgado hacer algunas piruetas y ella quería hacerlo también, pero hasta ese momento no era como ella lo había imaginado y no tenía idea de que estaba mal. Ella no quería usar vestidos, no quería verse bonita, ella solo queria patinar y sentirse bien, pero las reglas en este mundo eran demaiado estrictas.

¿Por qué tenía que vestirse como una chica si ni siquiera se sentía como una? 

Suspiró y decidió dejar de pensar en eso por el momento, era momento de celebrar la medalla y lo disfrutaría junto a sus madres y su mejor amigo. Los llevaron a comer algo completamente fuera de su dieta con la promesa de entrenar un poco más. Tras tantos años de ser equipo y amigos, las mamás de Jiseok y los padres de Jungsu se habían vuelto tan cercanos que convivían todo el tiempo y salían juntos.

Las tres mujeres se encontraban planeando la temática de la siguiente presentación mientras hacian diseños de los vestuarios en las servilletas. Aunque Jiseok fuera una chica, siempre se había llevado mejor con Jungsu y su padre. De hecho, en una ocasión ambos la habían invitado a un partido de hockey y Jungsu le prestó una de sus camisetas, se colocó un gorro y escondió su cabello dentro de él, por lo que mucha gente la confundió con un chico y eso no le molestó, al contrario la hizo sentir un calor interno bastante agradable y aunque en el fondo sabía por qué, no quería aceptarlo.

—Jiseok –reaccionó y miró a sus madres – ¿Te gusta el color aqua para tu vestido? –se mordió el interior de la mejilla.

—¿Podría no usar vestido? –al darse cuenta de lo que había dicho se sonrojó, no lo había pensado y ahora todos la miraban fijamente –No, es decir, algo diferente a un vestido –la madre de Jungsu parpadeo varías veces.

—¿No quieres usar vestido? ¿Es muy incómodo? Sabía que las piedras serían un problema –dijo más para si misma.

—No, no es eso. Los vestidos son bonitos porque usted los hace, pero últimamente no me he sentido muy cómoda con... Vestidos...

Sus madres se miraron por un segundo, pero la madre de Jungsu ya estaba dibujando algo en una servilleta. Su mamá Minseok la abrazó.

—Mi amor, el reglamento dice que tienes que usar falda o vestido –Jiseok suspiró.

—Si, lo sé... No debí decir eso... Me gusta el color aqua –miró a Jungsu que la veía preocupado –¿A ti te gusta?

—Si –la madre de Jungsu terminó de dibujar y le extendió la servilleta.

Jiseok se quedó perpleja al ver el diseño: Era un leotardo de mangas largas con algunas franjas hacia abajo, tenía un short no muy corto y alrededor de la cintura una falda plegable, estaba sombreado simulando un color oscuro y Jiseok la miró emocionada.

—¡Señora Kim! Esto es genial me encanta –la mujer sonrió.

—Me alegro, linda, pero amerita una temática fuerte y relevante –miró a sus amigas –. Ustedes pueden encargarse de ello.

—Desde luego.

Las competencias solían ser durante las vacaciones, por lo que al regresar a clases, muchos de sus compañeros los felicitaron, pero también habían comentarios despectivos hacia ella por no vestirse de forma femenina en otros lugares que no fuera la pista de hielo.

Suspiró guardando sus libros cuando Jungsu apareció junto a ella.

—¿Jiseok estás bien? –ella cerró el casillero con fuerza y le puso en el pecho la hoja arrugada. Jungsu la desdobló y resopló al leerla — Sabes que son envidiosas porque eres muy linda.

—Si, lo sé y gracias pero no es eso lo que me molesta.

—Entonces ¿Qué es? –Jiseok suspiro y bajo la mirada –. Últimamente has estado un poco distraído ¿Pasa algo? ¿Hay algo en lo que te pueda ayudar? –Jiseok sonrió y alzó la vista hacia él.

—Gracias Jungsu, pero estoy bien, no te preocupes.

—Oye, eres mi mejor amiga, claro que me preocupo por ti.

—Gracias pero... Tengo cosas en que pensar.

—De acuerdo, en cuanto aclares tu mente, yo estaré listo para escucharte si quieres hablar sobre ello –le acaricio el cabello largo y Jiseok sonrió.

—Eres el mejor amigo del mundo, Jungsu.

—Si, ya lo sé –ella rio –¿Te parece si saliendo de clases vamos a la tienda de musica? –los ojos de su amiga brillaron con emoción.

—si, necesito puas nuevas.

Solo Jungsu sabía como distraerla y hacerla pasar un buen rato sin preocupaciones. Al salir de clases avisaron sus padres que saldrian y se encaminaron al centro comercial. Jungsu sonreía al verla mirar las guitarras con emoción.

Jiseok era tan preciosa como talentosa, no solo patinaba sino tambien tocaba la guitarra eléctrica. Más que gustarle de forma física, que tambien le gustaba, le gustaba verla emocionarse por lo que le gustaba hacer. Ella lo escuchaba, lo apoyaba, lo consolaba, lo quería y se lo demostraba y algunas veces sentía que no hacía lo mismo por ella.

Es por eso que le preocupaba tanto verla tan triste y pensativa. Estaba luchando con algo y él quería ayudarla pero tampoco quería forzarla después de todo, estaba tan enamorado de ella.

—Jungsu –la miró atentamente –¿Y si hacemos una canción para nuestra siguiente presentación?

—¿Una canción? ¿Nosotros?

—Si, tu padre toca la bateria, yo la guitrra y tu el teclado, podemos componer algunas letras... Sería genial presentar una canción hecha por nosotros mismos, ademas tu cantas muy bonito –eso lo hizo sonrojar –¿Qué opinas?

—Si tu quieres, lo haremos –ella sonrió con emoción y lo abrazó pero Jungsu no la soltó, en cambio la estrujó con fuerza –Jiseok, sea lo qie sea por lo que estás pasando, recuerda que no estás sola. Yo siempre estaré aquí para apoyarte  –Jiseok respiró profundamente y lo estrujó de vuelta.

—Estoy muy confundida, Jungsu. No sé quién soy y tampoco lo que quiero hacer pero tampoco quiero afectarte de alguna forma –la escuchó sollozar y se alejó para limpiar sus lágrimas y acariciarle el rostro. Verla llorar le partió el corazón –. Lo siento...

—No te disculpes, toma tu tiempo. Y si necesitas que te ayude a distraerte te llevaré a donde tú quieras –Jiseok sonrió un poco y asintió.

—Gracias Jungsu.

Aún perturbado continúo mirando los instrumentos con ella, después fueron a comer algo y después a su práctica diaria en la pista de hielo. Jungsu aprovechó para hablar con las mamás de Jiseok, si él no podía ayudar tal vez sus madres si podrían hacer algo por su mejor amiga.

Al llegar a casa ambas mujeres la detuvieron antes de subir las escaleras.

—Jiseok, cariño –las miró –. Ven a la sala.

—¿Estoy en problemas?

—No, mi amor. Solo queremos hablar contigo –ella suspiró y las siguió –. Mi amor, las últimas semanas has estado algo distraída y distante –Jiseok desvío la mirada –¿Es algo sobre el patinaje? ¿Ya no quieres patinar? Si es así podemos hacer algo para...

—¡No! Es decir, no es sobre eso. Yo amo patinar es solo que no me he sentido... "Yo" estos días... No sé qué me pasa, es como si fuera otra persona y yo no... Logró entenderlo –dejó correr sus lágrimas.

—Cariño, sabes que puedes hablar con nosotras –Minseok se acercó a ella para rodearla con sus brazos –. Linda, podemos poner en pausa las prácticas, quizá necesites alejarte un poco.

—Pero ¿Y Jungsu? Somos un equipo, no puedo solo dejar de patinar... No puedo dejarlo...

—No lo harás –dijo Hyeji –. Serán como unas vacaciones, nosotras hablaremos con sus padres.

—¿A ustedes no les molesta que deje de patinar?

—Nos molestaría si lo hicieras solo por obligación y por ser algo que te guste hacer, mi amor –Jiseok suspiro.

—De acuerdo.

—Oh, am... ¿Quieres que busquemos ayuda sobre...?

—Bueno, hoy ví un lugar en el centro comercial, creo que ahí pueden ayudarme...

—Perfecto, lo pagaremos –ambas la abrazaron y Jiseok rio –. Te amamos, Jiseok y queremos que estés bien.

—Y yo las amo a ustedes, gracias por ser mis mamás.

Jiseok pauso sus prácticas de patinaje y comenzó una asesoría con personas LGBT mientras sus madres trataban de distraer a la entrenadora y convevenerla de dejarla descansar un poco.

Las reglas en el patinaje artístico eran muy estrictas y "conservadoras". Habían tardado años en aceptar que Jiseok tuviera dos mamás.

Los padres de Jungsu apoyaron la decisión para que la mejor amiga de su hijo volviera cuando se sintiera mejor mientras Jungsu volvía al entrenamiento individual masculino.

Ya solo veía a Jiseok en la escuela y a pesar de que su corazón se lo pedía para estar tranquilo, no le preguntó nada. Esperaría a que ella fuera quien le dijera, pero cada día la veía más animada y eso lo tranquilizaba.

—Hola Jungsu –se giró pero parpadeo sorprendido al ver un gran ramo de flores amarillas frente a él.

—¿Qué es esto?

—Flores, son para ti –Jungsu sonrió emocionado y las tomó, entonces reparó en Jiseok.

Vestía un pantalón holgado y una camiseta dos tallas más grande. No llevaba maquillaje como antes solía hacerlo y su cabello estaba oculto dentro de un gorro de lana rojo.

—Gracias pero... ¿Porqué?

—Vi en internet que hoy es ese día en que los chicos regalan flores amarillas por el inicio de la primavera o algo así.

—Oh, en ese caso yo debería ser quien te de flores –Jiseok sonrió y negó con la cabeza.

—No te preocupes, sabes que no me gustan pero sé que a ti si así que las compré para ti.

—Jiseok, eres la mejor persona del mundo –la abrazó con felicidad pero casi de inmediato se alejó para ver esos precioso y enormes ojos –¿Cómo estás? Luces más "tú"

Jiseok parpadeo.

—¿Qué dijiste?

—Que luces más como "tú". No estás usando maquillaje ni ropa colorida. Está eres tu –dijo señalando su atuendo y Jiseok lució pensativo , luego lo miró a los ojos.

—Tu me conoces mejor que nadie, Jungsu...

—Hemos sido amigos desde los 8 años ¿Cómo esperas que no sepa quién eres?

—Jungsu... ¿Te gusto con ropa de niña o con ropa de niño? –Jungsu lució confundido y extrañado, parpadeo varias veces seguidas.

—Me gustas tú. No me importa qué ropa uses. Me gusta Kwak Ji Seok y punto –Jiseok se conmovió y se cubrió la boca carraspeando para no romper a llorar.

—Jungsu, tengo que decirte algo importante ¿Podemos vernos en la biblioteca durante el descanso?

—Claro, ahí estaré –Jiseok le sonrió.

Había pasado tantos meses pensando en ello y su respuesta siempre estuvo en frente.

Al estar en uno de los pasillos más escondidos de la biblioteca y completamente solos, Jiseok suspiró.

—Jungsu, tu has estado conmigo todos estos años, somos un equipo y somos amigos. Tu me conoces muy bien y me quieres –Jungsu asintió –. Te diré dónde estuve todo este tiempo... Tome terapia para personas LGBT –Jungsu parpadeó varias veces tal y como lo hacía su mamá –. Descubrí quién soy... A pesar de haber nacido y crecido como una... No me identifico como una chica. Yo sé y siento que soy un chico...

Jungsu no pudo evitar abrir su boca con sorpresa y Jiseok temió lo peor pero aún así continuó después de carraspear.

—Estuve muy confundido todo este tiempo y por eso me sentía mal y desanimado, no quería aceptarlo pero no me sentía bien al usar maquillaje y ropa femenina. Pero pensaba más en nosotros, nuestro futuro y nuestro trabajo. Amo patinar pero amo más patinar contigo y no quería que esto te afectará precisamente por eso...

Volvió a suspirar y se sonrojo.

—Yo inicié mi proceso de transición y las únicas que lo saben son mis mamás. De verdad lo siento, he arruinado nuestra carrera y ... –Jungsu alzó la mano mientras que la otra se la llevaba a la cabeza –¿Tienes algo que decir?

—No, solamente estoy procesando el hecho de que estoy enamorado de la persona más maravillosa que he conocido en mi vida

—¿Qué? ¿Estás enamorado de mi? –dijo con las mejillas sonrojadas y totalmente sorprendido. Jungsu asintió –. Ay no, no puede ser. Lo arruiné todo ¿No? Lo siento mucho, yo debí pensar en esto antes de decirte...–Jungsu lo tomó de los hombros.

—Jiseok, basta –se miraron a los ojos –. Nunca te disculpes por quien eres. No te preocupes por mi.

—Pero, te gustan las niñas y yo...

—No. No me gustan las niñas. Me gustas tu. Seas una chica o seas un chico me gustas solo tu –le tomó las manos –. Yo te apoyo y sobre todo... Te quiero Jiseok.

—Ay Jungsu –lo abrazó llorando –. Yo también te quiero y me gustas mucho –se apartó solo un momento para mirarlo, los ojos de Jungsu brillaron.

—¿Puedo besarte? –Jiseok asintió.

Jungsu lo tomó de las mejillas y lo estiró con delicadeza para besarlo en los labios durante unos segundos, pero se apartó para mirarlo.

—Oye espera. Dijiste que comenzaste tu transición ¿Eso significa que tendrás cirugías y todo eso?

—Si bueno, esa es la idea pero aún tengo que hablar con la entrenadora... Yo sé que se va a enojar muchísimo.

—Debes decirles primero a mis padres.

—Esa es otra cuestión...

—Descuida, te conocen desde hace años y te aprecian, estoy seguro que también te apoyarán.

Efectivamente, los padres de Jungsu lo aceptaron con cariño y la mujer lo abrazó durante un buen rato disculpándose si en algún momento lo hizo sentirse incómodo, pero Jiseok le agradeció haber estado a su lado.

Con los padres de Jungsu de su lado y un plan, los cuatro padres se dispusieron a hablar con los entrenadores y con el CEO de la agencia de patinaje.

Jiseok y Jungsu no estuvieron durante la reunión, pero observaban las oficinas desde el otro lado de las gradas de la pista. Jiseok veía como su entrenadora caminaba de un lado a otro y hacia algunos ademanes agresivos, lo cual lo hizo encogerse un poco, pero Jungsu lo abrazó.

—¿Qué he hecho, Jungsu? Nos he arruinado a los dos.

—No digas eso, Jiseok. Todo se va a arreglar... Espero...

Jiseok se mordió el labio y le estrujó la mano, pero Jungsu suspiró.

—¿Ya hay fecha para tu cirugía? –el pelinegro se irguió y parpadeo.

—En un mes. Luego tendre un tratamiento hormonal y hasta la siguiente. Creo que estaría volviendo al hielo hasta dentro de un año, pero prometo venir a verte a todas tus competencias –Jungsu sonrió y le dio un beso en la cabeza, pero divisaron a sus padres salir  de la oficina y se encaminaron a ellos.

Ambos se levantaron y Jiseok comenzó a frotar sus dedos con nerviosismo.

—Bueno, fue algo intenso –dijo Minsu, el padre de Jungsu –. Pero aceptaron a Jungsu en la categoría varonil individual –Jiseok suspiró aliviado y su madre Minseok le acarició la espalda.

—Y tu mi amor, podrás entrar en la misma categoría en dos años más –Jiseok miró a su madre totalmente sorprendido.

—¿De verdad?

—Si, mi amor –sin poder evitarlo abrazó a sus madres con emoción.

—¡Es genial! Justo estaba pensando a qué dedicarme en caso de tener que renunciar para siempre pero esto es mucho mejor. Me siento tan feliz.

—Me alegra, mi amor, pero ahora lo difícil será buscar un entrenador –dijo Hyeji con expresión pensativa, Jungsu le dio un empujón a su padre quién sonrió.

—No hace falta. Yo me encargo de Jiseok –las dos mujeres se vieron sorprendidas.

—Pero, creí que tú entrenarías a Jungsu –dijo Minseok.

—Bueno, Jungsu me pidió que en lugar de entrenarlo a él, entrenara a Jiseok. Además, sé cómo piensan la mayoría de los entrenadores y no me sentiría cómodo dejándolo con cualquier persona.

—Oh vaya, en ese caso te agradecemos, Minsu.

—No es nada –se acercó a Jiseok y le puso la mano en el hombro para agacharse un poco a él –. Siempre sé tu mismo, hijo. Cuentas con nuestro apoyo –Jiseok lo abrazó.

—Gracias, señor Kim. Es decir, entrenador.

El hombre lo abrazó de vuelta y todos se fueron a celebrar.

El día de la cirugía se acercaba y Jiseok estaba sumamente nervioso por lo que Jungsu hacia lo imposible por distraerlo. De hecho, ya habían terminado de componer la letra de su canción y Jiseok se encontraba frente al armario rebuscando algo.

—¿Qué haces?

—Estaba pensando en qué hacer con los vestidos... –extrajo uno de color celeste y rosa y sonrió al verlo –Este es mi favorito.

—Mi mamá dijo que los colores celeste y rosa siempre te quedaban mejor a ti. Fue el día en que usaste extensiones de esos colores en el cabello.

—¿En verdad recuerdas cada parte de mi? –Jungsu rio.

—Siempre he estado enamorado de ti. No me fijaba en nadie más que en ti, Jiseok –se acercó a darle un beso en la cabeza –. Mi mamá dijo que puedes venderlos o donarlos. De todos modos ella quiere seguir haciendo ropa para ti.

—¿Donarlos? Es una buena idea... Recuerdo que es muy difícil conseguir vestidos que cumplan con los requisitos... Gracias.

—No hay de qué –lo tomó de las mejillas y lo giró para darle un beso en los labios –. Por cierto, te ves más guapo con el cabello corto –dijo acariciándolo y Jiseok sonrió sonrojado.

—Jungsu, tu mamá llegó –anunciaron desde el pasillo y Jungsu fue a tomar su mochila

—Bien, me voy pero no te preocupes, estaré ahí mañana cuando despiertes –le dio un beso en la mejilla y ambos salieron de la habitación.

Tal y como lo dijo, en cuanto despertó de la cirugía Jungsu estaba ahí junto con sus mamás. Sostenía un ramo de patitos de peluche y juguete, lo cual lo hizo reír.

De inmediato se acercaron a preguntarle cómo se sentía y mientras se recordaba, Jungsu estaba ahí.

Las dolorosas semanas pasaron y por fin llegó el momento de quitarse la venda del pecho.

—Tengo miedo.

—Estarás bien, Jiseok –dijo Jungsu y le creyó.

—Lo haremos con cuidado, puede que duela un poco –dijo Minseok y junto con su esposa, retiraron cuidadosamente la venda, pero Jiseok cerró sus ojos al sentir la leve brisa en su cuerpo.

Finalmente abrió sus ojos, pero estos se llenaron de lágrimas al verse en el espejo.

—¿Y bien?

—Es mejor de lo que imaginé –Jungsu le dio un beso en la mejilla y le extendió una bolsa de regalo –¿Qué es esto?

—Ábrelo.

Jiseok extrajo lo que parecía ser una prenda doblada y envuelta en papel blanco por lo que al sacarla se sorprendió de ver un traje de patinaje que de inmediato reconoció.

—Ese es el traje que use cuando ganamos la medalla olímpica. Jiseok, quiero que lo tengas y lo uses cuando estés listo para volver al hielo –nuevamente sus ojos se llenaron de lágrimas y lo abrazó con fuerza mientras sus mamás los miraban orgullosas.

Mientras Jiseok se recuperaba de su cirugía y empezaba el tratamiento hormonal, Jungsu comenzó a entrenar individualmente y pronto las competecias empezaron.

Cómo se esperaba rapidamente se destacó y avanzó a las competencias regionales, nacionales y competiría para entrar en el equipo olímpico.

Pero, a pesar de que Jiseok iba a verlo a los entrenamientos y competencias, se sentía solo sin él. No era lo mismo patinar toda la vida con su preciado amigo a hacerlo solo. Y aunque le encantaba voltear al publico y verlo saludar frenéticamente con la mano, quería abrazarlo nuevamente mientras estaban sobre el hielo.

Aunque mucha gente expresó su desprecio por la decisión de Jiseok, Jungsu se encargaba de desviar la atención había él en algún escándalo, ya se algún paso o acrobacia prohibidos, alguna canción explícita o una prenda reveladora y escotada lo cual llamaba la atención pero no lo suficiente como para descalificarlo.

Al llegar la competencia nacional, si lograba el primer lugar, iría a las Olimpiadas pero aunque ya hubiese estado en ellas, está vez se sentía sumamente nervioso.

Antes de salir a la pista se abrazó a si mismo suspirando con ansiedad, miró el techo tratando de calmarse.

—¡Jungsu! –al reconocer su voz se giró para ver a Jiseok abrirse paso entre los entrenadores. Jungsu sonrió y se dirigió a él para abrazarlo y luego unir sus frente. Jiseok sonrió –Puedes hacerlo.

—Claro que puedo –sonrió con orgullo y le dio un beso en los labios –. Gracias.

—Siempre juntos. Gana ese lugar, Jungsu.

—Y ahora... ¡Kim Jung Su!

Jiseok lo giró y empujó hacia la pista y se quedó en la barra mirándolo dirigirse al centro.

Jungsu comenzó su presentación pero a Jiseok le sorprendió escuchar las notas de la canción que habían compuesto juntos hacia ya dos meses. Jungsu le dedicaba sonrisas cada vez que lo veía y se deslizaba por el hielo con gracias y elegancia. No tuvo ni un solo error y eso le garantizaba una puntuación perfecta.

En cuanto terminó hizo una reverencia y salió del hielo directo a abrazar a Jiseok que limpiaba sus lágrimas.

—¡Lo hiciste!

—Lo hice

—Jungsu, eso fue impresionante. Debí soltarte hace mucho tiempo –Jungsu rio pero hizo un puchero.

—No digas eso, seguimos siendo un equipo y cuando vuelvas yo te apoyaré a ti.

—Jungsu, has hecho más por mi de lo que puedas imaginar. Déjame consentirte –Jungsu rio y le dio un beso en la mejilla antes de encaminarse a recibir sus puntuaciones.

—Puntuación perfecta para Kim Jung Su ¡Asistirá a las Olimpiadas!

Al final del evento, les otorgaron las medallas pero no hubo ramos de flores para los hombres. Finalmente arrojaron algunos peluches a la pista de hielo mientras los competidores reían y conversaban entre ellos. Jungsu divisó un peluche de un gato disfrazado de dinosaurio e inmediatamente fue a tomarlo para buscar con la mirada a Jiseok que estaba parado sobre el hielo cargando un enorme ramo de flores.

Jungsu se deslizó a él para abrazarlo.

—Oye, vas a arruinar las flores.

—De verdad te amo mucho, Jiseok.

—Y yo a ti Jungsu. Lo harás genial en las Olimpiadas y yo estaré ahí contigo... ¿Te gustaría ser mi novio?

—Creí que ya lo era –Jiseok se sonrojó.

—Bueno, nunca lo establecimos formalmente.

—En ese caso si quiero ser tu novio, Jiseok.

—¿Eso te hace gay? –Jungsu rio y lo tomó de la cintura.

—No me importa lo que me haga, te lo dije: me gustas solo tu. Podría ser un dinosaurio si tú me lo pides –Jiseok soltó una adorable carajada antes de abrazarlo, le entregó sus flores y luego dieron una vuelta por el hielo tomados de la mano mientras saludaban a los demás competidores.

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¿Que les pareció Jiseok trans? 😭
Déjenme su opinion en los comentarios.

Gracias por leer
🌸🦖

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