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16. "Goo-98"

(GunilXJungsu)

En el campo de la investigación científica médica existen muchas ramas. Así como hay científicos que se concentran en buscar la cura para diferentes enfermedades hay quienes se encargan de descubrir nuevas enfermedades.

La patología es principalmente la rama de la medicina y biología que se encarga de investigar acerca de las enfermedades, su estructura, componentes, afecciones y al final, la cura para ellas.

Jungsu era el encargado del departamento de patología en el Hospital Saint Park, había conseguido el puesto a muy temprana edad ya que había sido el responsable de encontrar la cura a diferentes enfermedades que hasta ese momento habían sido muy difíciles de encontrar con una respuesta sencilla que se había vuelto su frase icónica y representativa:

—Los investigadores quieren que las enfermedades lleven sus nombres, yo quiero que las curas lleven el mío –había dicho ante la conferencia de prensa, asintió con la cabeza y salió de la habitacion dejando a los reporteros gritar las preguntas al aire.

Jungsu adoraba la investigación, y aunque sabía que era un trabajo potencialmente peligroso, le encantaba pasar horas encerrado en el laboratorio buscando diferentes formas de curar las enfermedades.

Escuchó un par de toques en la ventana y alzó la vista del microscopio solo para ver a ese fornido cirujano del otro lado del vidrio. Resopló y le hizo una seña incandole que entrara.

—¿No deberías estar operando?

—Encontramos un extraño tumor a media cirugía y no podemos seguir hasta no saber que es. Vine a dejar la muestra a tu departamento.

—¿Seguro que viniste solo a eso y no a verme?

—Sabes que usaría cualquier excusa para verte, incluso me inventaría que yo tengo una enfermedad incurable solo para que me investigues a mi.

—Gunil basta –dijo riendo, Gunil fue a colocarse entre él y la mesa donde estaba trabajando, lo tomó de la cintura y le acarició el rostro –¿Saldrías conmigo esta noche?

—No, porque dejaste la cirugía a la mitad y no vas a terminar hasta la madrugada.

—Mierda, es cierto –dijo frunciendo los labios y Jungsu le dio un beso en la mejilla –¿Y mañana? Llevo 36 horas trabajando, ya me toca desansar.

—Podemos ir a almorzar juntos, hoy tengo que ir a ver a mis padres.

—De acuerdo, es una cita entonces –ambos se acercaron para besarse, pero alguien tocó la puerta y entro.

—Lamento interrumpir tan lindo momento, señor...

—¿Que quieres Jooyeon? –resopló Jungsu mientras Gunil se cubría los labios.

—Llegó este informe del helicóptero ambulancia que viene en camino –Jungsu lo tomó y lo revisó, pero a medida que leía su ceño se fruncía cada vez más hasta llegar a la parte final.

—De acuerdo, recibiré a la ambulancia, tu encargate de la muestra del doctor Goo porque tiene que volver a cirugía.

Sin decir nada más salió del laboratorio, Jooyeon miró a Gunil.

—Es muy arrogante, lo sabes.

—Si, lo sé

—Aun así te gusta.

—Quiero y voy a casarme con el –Jooyeon rio y lo estiró fuera del laboratorio privado.

Jungsu caminaba apurado por los pasillos mientras se dirigía al elevador, subió a la azotea para esperar el helicóptero. El reporte decía que el paciente tenía una fiebre de 40 grados y comportamiento agresivo. Habían ordenado que el patólogo estuviera presente durante el ingreso ya que tenía una extraña herida en el brazo. En cuanto aterrizó, Jungsu se quedó en la puerta mientras los doctores haciendo su trabajo.

—Paciente masculino de 32 años, estuvo perdido en el bosque y llegó a una de las casas de las afueras bañado en sudor con fiebre de más de 40 grados. Tiene una herida infectada, necesita cirugía.

—Los quirófanos están ocupados.

—No, uno esta libre. El del doctor Goo, envío un muestra al laboratorio, llevenlo ahí.

Al ser un patólogo famoso, los doctores lo obedecieron e ingresaron rápidamente. Uno de los paramédicos le dio un maletín.

—¿Qué es esto?

—Muestras, el hombre se estaba rascando la herida y de pronto comenzo a mostrarse agresivo.

—¿Que te pasó en la mano?

—El desgraciado me mordió –dijo sacudiendose la mano, Jungsu frunció el ceño.

—Ven conmigo, no podrás volver a tu trabajo el día de hoy.

—¿Porqué?

—Si el hombre tiene algun tipo de infección, es probable que te la haya pasado, tenemos que hacerte pruebas –el hombre suspiró y asintió, un enfermero se acercó a Jungsu.

—Señor, el quirófano aún está ocupado, lo están desalojando y llevamos al paciente a aislamiento pero será mejor que venga a verlo.

Jungsu asintió y le indicó al paramédico seguirlo hacia el area de aislamiento, el hombre en la camilla era retenido por los doctores mientras otro trataba de hablar con él, pero estaba errático.

—¿Esto es rabia? Hubo unos casos hace poco –dijo una doctora con semblante preocupado.

—No lo creo –dijo otro medico – ¿Doctor Kim, usted que piensa?

—¿Qué esperan que diga sin las pruebas necesarias? Puede ser cualquier cosa o no ser nada ¿Que estoy haciendo aqui? –el paramédico detrás de el comenzó a toser y todos lo miraron extrañados –¿Tenías tos esta mañana?

—No –el hombre volvió a toser y Jungsu miró al paciente en la camilla –¿Que sucede?

—Es un virus –al decir eso todos se miraron perplejos, Jungsu se encaminó al hombre para estirarlo y encerrarlo en otra habitación hermética.

—Espere, doctor no puede... no puede encerrarme, yo... –la tos no lo dejo seguir hablando, se giró a los demas doctores –átenlo a la camilla y salgan inmediatamente.

Jungsu se encaminó a la pared para presionar un boton rojo e inmediatamente una alarma sono en los altavoces del pasillo de aislamiento indicando el peligro. Los doctores ataron al paciente de la camilla y lo dejaron encerrado mientras este trataba de librarse de las ataduras.

—¿Alguien esta herido con alguna mordida o rasguño? –todos negaron y el patologo asistió –Llamaremos enfermeros para que nos evaluén completamente, tengo que investigar que es este virus –Jungsu se encaminó al laboratorio dentro del área de aislamiento y los doctores esperaron pacientemente encerrados en esa area.

Al entrar, el teléfono estaba sonando por lo que se encamino a responder.

—¿Hola?

—¿Doctor Kim? ¿Qué sucedio? 

—Jooyeon, necesito que empaques mi equipo de investigación inmediatamente. Quiero que se lo des alguna de las enfermeras que van a subir a revisarnos, date prisa.

—Si, doctor.

Mientras Jungsu depositaba el maletín de pruebas sobre la mesa, las enfermas comenzaron a subir totalmente protegidas con mascarillas. Toda la evidencia estaba en bolsas transparentes herméticas. Había ropa del paciente, unos guantes manchados de sangre y la venda que probablemente había usado para controlar el sangrado de la herida. Una enfermera tocó un par de veces y de inmediato, Jungsu dejó su trabajo y se encaminó a ella, tomó el equipo y lo dejó sobre el mesón para salir a que le hicieran las pruebas.

Les tomaron sangre y revisaron su estado físico, Jungsu tomó las pruebas y se encerró en el labratorio. Pasaron gran parte de la tarde ahí esperando, el paciente seguía haciendo ruidos extraños y el paramédico se habia acostado en la camilla, parecía dormir profundamente hasta que Jungsu salió, los doctores se levantaron al verlo.

—El virus no se contagia por el aire, estamos bien a menos que nos haya herido de alguna forma, como al paramédico –señaló la mano del hombre –. Parece que se contagia por la mordida, lo cual es aun mas extraño. Procedan con la desinfección del area y sigan con su trabajo, los mantendremos en aislamiento hasta que pueda encontrar la forma de estabilizarlos.

Los doctores asintieron y Jungsu regresó al laboratorio, suspiró aliviado y tomó el teléfono para llamar a sus padres y disculparse con ellos. Vio el contacto de Gunil, pero decidio no llamarlo, en cambio uso el teléfono del edificio para llamar a Jooyeon.

—Jooyeon, el virus no se contagia por el aire. Los dos infectados, están encerrados, me quedaré arriba investigando.

—¿Es un virus conocido, doctor kim?

—No es algo que yo haya visto antes ¿Quieres ayudarme?

—Desde luego, usted manda. Por cierto, el doctro Goo no ha dejado de venir cada 15 minutos a preguntar por usted.

—Dile que sea profesional y cumpla con su trabajo.

—Le diré que estás bien y fuera de peligro, subiré en cuanto termine el trabajo de hoy –Jungsu sonrió de lado.

—De acuerdo.

Solo habían dos personas que no sucumbían ante la arrogancia de Jungsu: Gunil, su pareja; y Jooyeon, su mano derecha en el departamento. Solo ellos conocían al verdadero Jungsu debajo de la bata gris de investigación, ellos eran las únicas dos personas en las que él más confiaba.

Más tarde, Jooyeon llegó al laboratorio de aislamiento con una bandeja de comida y una rosa de color blanco.

—Está vez si fue profesional, te dejó esto y se fue a dormir –Jungsu sonrió tomando la flor para leer la nota –. Dijo que mañana vendría a verte.

—Gracias por obligarlo a irse, Jooyeon y por la comida –el de cabello largo se encogió de hombros y mientras Jungsu comía se acercó a revisar el reporte y los avances.

—¿Cómo vas con esto? Aun es muy pronto para encontrar el origen.

—Si, asi es. Por eso, voy a tratar de recrearlo –Jooyeon lo miró sorprendido –. He descubierto que para entender un virus tienes que recrearlo usando los mismos componetes que vayas enconrando. Hasta ahora tengo todos esos. En resumen, es una mutación genética pero no se si es por arte de algun animal, planta o persona.

—¿Y el paciete?

—Al final del pasillo encerrado. Hay un paramédico en observación, lleva 7 horas de haberse infectado –Jooyeon se sorprendió –. Iremos a observarlo más tarde ¿Qué sugieres?

—Puedo usar la muestra para determinar el origen genético, pero si dicen que el hombre infectado tiene una herida es posible que haya sido atacado por un animal

—U otro humano con el mismo virus.

—Si, pero eso solo pasa en las peliculas de zombies ¿no es asi?

—Pues no deberíamos descartarlo. Hay que terminar las pruebas para iniciar un tratamiento.

Ambos patólogos pasaron toda la tarde y parte de la noche evaluando los componentes del virus hasta que Jungsu logró recrearlo.

—Esto es fascinante –dijo Jooyeon mirando la evidencia y las imagenes del microscopio –. Las células se devoran unas a otras.

—Si, y cuando ya no hay más células que devorar tienen que pasar a otro huesped. Lo que aún no entiendo es porque se transmite mediante la mordida.

—Es un virus muy agresivo –Jungsu asintió después de suspirar –. Será difícil hacer una cura.

—Si, pero no imposible. Nos tomará tiempo pero podemos lograrlo –recopiló la información del reporte y se encaminó hacia los médicos que observaban a ambos hombres encerrados.

—Doctor Kim.

—Necesito que contacten a los rescatitas del hombre y regristren la montañana donde lo encontraron.

—¿Qué sucede?

—Es el virus más agresivo que he visto en mi vida.

—¿Cómo se llama el vurus?

—No tiene nombre, o no uno que yo conozca. Fue creado y mutado, alguien lo hizo y lo soltó, tenemos que encontrarlo antes de que se propague.

Organizaron una junta con los directivos y altos mandos de hospital, donde solo unas palabras de Jungsu bastaron para movilizar a los medios en busca de ese Paciente 0. Jungsu volvió al laboratorio para comenzar a buscar y hacer la cura del virus. Escuchó algunos toques en la puerta y se giró, Gunil lo saludó con la mano y Jungsu fue a abrir la puerta.

—¿Qué haces aquí?

—Vine a verte, estaba preocupado cuando escuché que estaban aislados ¿Tienes hambre?

Jungsu suspiró y asintió. Le indicó donde poner la bandeja de comida y se sentó a comer. Gunil le acarició la peirna.

—¿Estás bien?

—Si, es solo que mi mente me dice que no debería estar perdiendo valioso tiempo en esto pero... Te extrañaba y tenía hambre –Gunil rio y le acarició la mejilla.

—La ciencia puede esperar, el hambre no.

—Temo que en este caso, no es así... Descubrí un nuevo virus. Es el más letal que ve visto y no se por donde comenzar a buscar la cura... Estoy estancado.

—Leí el reporte, pero hasta ahora solo hay dos infectados ¿no? Y estan bajo control –señaló el pasillo donde estaban las celdas de aislamiento.

—Si pero, no sabemos donde esta el Paciente 0... El que contagio al primer hombre...

—Oh vaya... –Gunil lo miró comer pensativo –Jungsu... lo lograrás, siempre lo haces... Los bloqueos son normales sobre todo cuando estamos bajo presión.

—Si, tienes razon. Gracias Gunil... 

—No tienes que agradecerme nada, yo sería la persona mas feliz si mi novio es quién descubre el virus que iniciará el apocalipsis zombie.

—¿Gunil te escuchas cuando hablas? –dijo riendo y el mayor tambien rio.

—No, es que me vuelvo estúpido cuando estoy contigo

—¿Más? ¿Se puede? 

—Si, al parecer si –Jungsu volvio a reir y se acercó para darle un beso en los labios, pero una extraña alarma comenzó a sonar –¿Qué suecede?

—¡Doctor Kim! –gritó una de las enfermas y Jungsu y Gunil salieron corriendo hacia el pasillo de las habitaciones selladas. 

El paciente se había librado de la camilla y azotaba la puerta gruñuendo. El paramédico estaba en el suelo probablemente inconsciente.

—¿Qué pasa?

—Sus signos vitales cayeron –dijo la mujer revisando la tablet –. Su fiebre es muy alta, tenemos que entrar.

—Aun no, el virus es muy letal. Si los muerden terminarán igual.

—¿Qué haremos entonces? Tenemos que ayudarlo –Jungsu repiró profundo.

—Está entrando en paro –la enfermera fue a presionar un botón de la pared.

De inmediato algunos médicos se movilizaron al área de aislamiento, se colocaron protección para entrar a ver al hombre pero le sorprendió ver a Gunil hacer lo mismo, por lo que lo detuvo.

—¿Qué estás haciendo? ¿Estás loco? No vas a entrar ahí.

—Es mi deber, Jungsu.

El patólogo suspiró y lo soltó. De inmediato, Gunil y el equipo de médicos entraron para socorrer al hombre que yacía en el suelo. Jungsu estaba tenso mirando desde fuera de la habitación como alzaban al hombre para ponerlo en la camilla que acababa, de entrar, Jooyeon algunos instrumentos.

—Tenemos que tomar muestras de sangre –Jungsu asintió y se preparó para entrar.

En cuanto el paramédico estuvo en la camilla, Jungsu entró para tomar una muestra de su sangre. Gunil ordenaba a los demas médicos y enfermos qué administrarle y qué hacer cuando de pronto el hombre comenzó a convulsionar en la camilla, Gunil lo sostuvo por el pecho mientras los demás preparaban los medicamentos.

—Jungsu, atrás –al tener en sus manos la muestra Jungsu se encaminó a la puerta –. Administren cendante.

El paramédico comenzó a hacer sonidos extraños y similares a los que el otro hombre infectado hacía. Gunil trataba de sostenerlo lo mejor que podía por en pecho y el cuello.

—En cualquier momento entrará en paro, así que tenemos que...

De pronto el hombre movió su cabeza de tal forma que atrapó su mano con la boca dejándole una marca en la mano. Gunil se apartó inmediatamente sacudiendo la mano.

—Au... –todos lo miraron perplejos, pero él carraspeó –Inmovilicenlo.

En cuanto sus compañeros acataron la orden, se apartó pero al darse vuelta Jungsu lo miraba totalmente paralizado.

—Gun...

—Jungsu esto no... –pero el patólogo tomó la mano y evaluó la herida –Au...

—No... –bajó la mirada parpadeando varias veces. Gunil notó las lágrimas en sus ojos y le colocó la otra mano en el hombro.

—Jungsu, tranquilo...

Jungsu respiró profundo mientras se mordía el labio. Lo tomó de la muñeca con cuidado de no lastimarlo y lo condujo hacia otra de las habitaciones herméticas.

Lo estiró dentro y cerró la puerta.

—¡Jungsu espera!

Su novio se recargó en el vidrio mientras sollozaba, pero de un momento a otro alzó la mirada con decisión.

—Voy a curarte, lo prometo –se alejó y se encaminó al laboratorio mientras Gunil golpeaba el vidrio.

—¡Jungsu! ¡Vuelve!

En cuanto lograron inmovilizar y cedar al hombre todos estaban en el pasillo en total silencio. Jooyeon sostenía la muestra en sus manos pero se obligó a reaccionar y se encaminó al laboratorio donde Jungsu estaba totalmente destrozado en el suelo llorando.

—Jungsu...

—Tengo.... Tengo que... Tengo que conseguir la cura –se estrujó la cabeza y se limpió las lágrimas para levantarse y dirigirse a su mesa de trabajo, pero ni siquiera podía sostener los tubos de ensayo por lo que Jooyeon se los quitó y lo tomó por los hombros.

—¡Jungsu! –el patólogo lo miró –Basta... Te voy ayudar pero ... Tienes que calmarte.

—Yo... No puedo... Jooyeon... Nunca en mi vida he amado tanto alguien como amo a Gunil. JAMÁS. Acabo de descubrir un nuevo virus, el más letal del mundo y... No tengo idea de dónde empezar a buscar la cura pero ahora mi novio y mi razón de seguir viviendo está infectado...

—Jungsu, si quieres hacerlo tenemos que actuar rápido...

Jungsu respiró profundo y asintió para levantarse y dirigirse al baño para lavarse el rostro, a los pocos momentos salió y ambos se pusieron a trabajar.

Después del décimo golpe al vidrio, Gunil miró su mano y entonces sus lágrimas aparecieron.

—Maldita sea...

Se obligó a calmarse y buscó algo para limpiar y vendar la herida. Ahora estaba infectado y no tenía idea de qué demonios iba a hacer ahora.

Sabían que el tiempo era limitado, con suerte tendría algunas horas antes de terminar igual que los demás y lo único que quería hacer era estar con Jungsu. Al alzar la vista vio a uno de los médicos internos.

—Doctor Goo...

—Jim... ¿Podrías darme el reporte del paramédico?

—Si, doctor. Tardó en total 10 horas en convertirse. Empezó con tos a los pocos minutos de haber sido mordido. Fiebre a las 4 horas. A las 7 horas comenzó con delirios y tres horas después entró en paro. El doctor Kim ordenó no acercarnos a él hasta no encontrar o tener más información sobre una posible cura, pero no fue a tiempo.

—De acuerdo, la ventaja de que soy médico es que sé cuándo hay que administrar medicamentos, tal vez con eso pueda conseguir retardar el proceso de conversión y darle algo más de tiempo a... Jungsu –suspiró.

—Estaré al pendiente, doctor. Le traeremos medicamento y comida.

—Gracias Jim. Pero necesito que hagas algo más...

—Si, doctor.

—Inicia el protocolo de descontaminación... Tiempo límite de 10 horas.

—Doctor pero el doctor Kim tiene que...

—Es una orden, Jim.

El chico suspiró.

—Si doctor.

Gunil suspiró y en cuanto el chico se retiró, se talló los ojos y se puso a revisar la habitación en la que estaba para acondicionarla. Encontró una tableta de expediente y de inmediato la tomó para hacer algunas notas tomando en cuenta la hora en que fue... Infectado.

Durante las siguientes horas estuvo registrando sus síntomas. Hasta ese momento solo tenía algo de ros, una leve fiebre y comezón en la herida. Escuchó algunos toques en el vidrio y alzó la mirada sorprendiendose de ver a Jungsu. El patólogo abrió la puerta y entro, se quitó el estetoscopio del cuello y se acercó a él.

—Hola...

—Hola... Lamento lo de hace rato.

—No tienes por qué, lo entiendo. Pero deberías estar enojado conmigo, fui un idiota.

—Lo fuiste, pero estoy más preocupado, en realidad... –suspiró y comenzó a revisar su corazón –¿Qué sientes? –Gunil le dio la carpeta y Jungsu asintió.

—Jungsu... Inicié el protocolo de descontaminación –su novio lo miró confundido –. Llegarán en 8 horas.

—Gunil... Yo... No estoy cerca de encontrar la cura...

—Lo sé y no importa, sé que la vas a encontrar pero... Si no es conmigo o para mí, está bien –le acarició el rostro y Jungsu suspiró tomando su mano –. Jungsu, te amo...

—Yo también te amo, Gunil. Te prometo que traeré la cura pronto –el mayor lo tomó de las mejillas y le dio un beso en la mejilla. Jungsu dejó correr una lágrima.

—No te preocupes, Jungsu. Concéntrate en tu trabajo.

—Lo haré. Mantén tu mente ocupada –Jungsu le regresó la carpeta y otros cinco expedientes de sus pacientes –. Te traeré medicamento en un rato más. Gunil, si te sientes muy mal avísame de inmediato.

—Lo haré, mi amor. No te preocupes.

Jungsu asintió con media sonrisa y salió de la habitación. Gunil suspiró y comenzó a revisar los expedientes de sus pacientes para mantenerse ocupado. Al ser médico, era experto en ignorar sus malestares y concentrarse en su trabajo, pero de un momento a otro recordó algo importante y llamo a Jim.

—Necesito que traigas mi maletín de mi oficina.

—Si, doctor.

Jungsu y Jooyeon no se levantaron de sus asientos en las próximas dos horas, pero apenas habían conseguido el primer avance del procedimiento de la cura. Habían muchas fórmulas que destilar y probar en organismos vivos y no vivos antes de llevársela a Gunil.

—Doctor Kim, el doctor Goo ha iniciado con la fiebre –anuncio Jim desde la puerta –. Le hemos administrado medicamento para controlar la fiebre.

—De acuerdo, eso podría retrasar los efectos del virus al menos un poco. Sigan así, denle agua y comida –extrajo de su cartera un fajo de billetes y se los dio –. Todo lo que quiera y para ustedes también –el doctor se quedó perplejo con los billetes en la mano mientras Jungsu regresaba al microscopio y miró a Jooyeon que se encogió de hombros y le dijo que se fuera.

Las horas pasaban y cada segundo Jungsu se frustraba más, los síntomas de Gunil aumentaban y empeoraban, la fiebre era alta e imposible de calmar y él apenas llevaba un solo avance en la cura.

Para algunas enfermedades y virus, tomaba algunas horas, otros tomaban días, meses... Hasta años y todo apuentaba a qué está cura tomaría algunos años. Dejó los instrumentos a aún lado y se estiró el cabello hacia atrás con frustración, Jooyeon también suspiró.

—Jungsu, tenemos que...

—No, Jooyeon. No podemos apresurar el proceso, esto nos va a tomar meses o años... Jamás lograr conseguir la cura a tiempo.

—Pero... Si se convierte y lo mantenemos aquí, cuando esté lista la podemos administrar.

—No... Gunil inició el proceso de descontaminación... Nos quedan solo cuatro horas.

El menor se vio perplejo.

—Mierda, Gunil...

—Si, así es... Creo que... Debería ir con él... Ve a descansar, Jooyeon.

Jungsu se levantó y se encaminó al elevador. Luego de un rato, regresó con una rosa de color blanco y se encaminó a la habitación donde su novio estaba tumbado en la camilla bañado en sudor y jadeando por el esfuerzo de respirar.

—Gunil... –el mayor abrió sus ojos y sonrió con cansancio al verlo, alzó su mano y Jungsu se apresuró a tomarla –¿Cómo estás?

—Pésimo... Ahora entiendo completamente a mis pacientes –intentó reírse pero comenzó a toser y Jungsu le acercó un vaso de agua –. Lo siento... Debo verme horrible.

—Pues si, te ves horrible –dijo con una sonrisa –. Gunil... Lo siento... No lo lograré... No podré curarte a tiempo –el mayor le estrujó la mano y sonrió con cansancio.

—Está bien, no te preocupes... Estoy listo... ¿Tu lo estás? –Jungsu bajó la mirada y negó con la cabeza.

—Por eso estoy aquí... –Jungsu estiró la silla y se sentó en ella mientras Gunil lo obersvaba atentamente –. Hay muchas cosas que quiero decirte... –le dio la rosa y Gunil la admiro con una sonrisa.

—Te escucho.

—Gunil, tu me conoces... Sabes cómo soy, quién soy. Sabes lo arrogante que puedo ser... Sabes que jamás dejo a nadie entrar a mi vida personal y privada... Pero tú te metiste a la fuerza –Gunil resopló –. Recuerdo cuando me secuestraste.

—¿Hablas de nuestra primera cita?

—Si, de eso –rio un poco y se cubrió la boca levemente –. Honestamente fue la peor cita de mi vida.

—Oye... Ya me disculpé por irme así, tenía una cirugía de emergencia.

—Si, lo sé. Y lo entiendo pero aún así... Me gustó, estabas tan nervioso que tiraste el vino encima de tu saco –el mayor asintió –. O la vez en que tiraste la escultura en casa de mis padres.

—Si, pero le compré una nueva...

—Aun piensa que eres muy descuidado para ser cirujano –Gunil rio –. Pero le agradas y es igual o peor de arrogante que yo.

Gunil sonrió y le tomó la mano para llevarla a sus labios para darle un beso.

—Gunil, perdóname... Perdóname por no decirte cuánto te amo... No soy bueno con las palabras y esas cosas y sé que debí hacerlo más seguido.

—Jungsu... No te disculpes, yo lo sé. Llevamos cuatro años de ser novios. Te conozco bien y aunque no lo digas, me lo has demostrado... Has dejado de lado tu trabajo para ir a comer conmigo y solamente dejarme respirar cerca del laboratorio... Me dejaste conocer a tus padres... A tu gatito –Jungsu sonrió –. Sé que me amas y yo te amo a ti... Gracias por dejarme meterme a tu vida a la fuerza.

Jungsu rio y dejó correr una lágrima para después darle un beso en la cabeza, estaba ardiendo y cada vez respiraba con mayor dificultad. Pasaron un largo rato conversando y riendo hasta que comenzó a sentirse aún pero.

—Ya casi llegan... –tosió un poco –. Quiero darte algo... –Jungsu lo observó extraer una hoja debajo de la almohada y se la extendió –. Tienes que ir a recoger esto ... Tienes que ser tu, Jungsu...

Junhsu tomó la hoja y leyó la información, pero al instante comenzó a llorar y sollozar.

—Gunil...

—¿Lo harías? ¿Aceptas?

—Idiota, y lo preguntas. Claro que acepto imbécil.

—Sigue insultandome, me encanta –Jungsu rio y se acercó para abrazarlo –. Te amo.

—Yo también te amo, Gunil... –sin soltarlo, divisó como en el pasillo se planteaban los soldados con sus armas –. Ay no...

Abrieron la primera habitación y dispararon hacia el primer hombre. Lo mismo con el paramédico y finalmente se plantaron frente a la camilla de Gunil.

—Doctor Kim, tenemos órdenes.

—Lo sé, solo... Un minuto por favor –los saldos asintieron y Jungsu miró a los ojos a Gunil –. Te amo.

—Lo sé. Y yo a ti... Termina la cura, tienes que ser el héroe del apocalipsis zombie y Jungsu... Por favor sigue siendo tu mismo, eso me fascina.

Unió su frente con la de él unos segundos. Jungsu se alejó y asintió hacia los soldados que de inmediato apuntaron a Gunil con sus armas. Jungsu estrujaba un poco la hoja y sin dejar de verlo sonreírse, le dispararon justo a la cabeza. Jungsu sollozó y se dejó caer al suelo mientras los soldados lo sacaban para descontaminar las habitaciones.

Fue informado de que encontraron al Paciente 0 y se encontraban registrando toda la montaña para evitar más contaminaciones y él se dispuso a continuar con su trabajo se buscar la cura.

Una tarde, se presentó en ese lugar con la hoja en su mano. Se encaminó al mostrador y una chica lo miró con una sonrisa.

—Hola, bienvenido ¿En qué puedo ayudarle?

—Vengo a recoger esto –dijo colocando la hoja en el mostrador. La chica lo revisó y se mostró extrañada.

—¿El doctor Goo no pudo venir? Solo él puede recibirlo, si está ocupado podemos...

—Solo dame el... –se detuvo y suspiró tratando de contener sus lágrimas –. Lo siento... El doctor Goo no va a venir... Nunca.

La chica parpadeo confusa.

—¿Tu eres Jungsu?

—Si, soy yo ¿Puedes dármelo y ya?

—¿Pasó algo con el doctor Goo?

—Está muerto... –la chica se llevó la mano a la boca y tomó la hoja para dirigirse a la bodega mientras Jungsu respiraba profundo y se calmaba.

La chica regresó con una cajita de terciopelo y la colocó frente a él. Jungsu la tomó y la abrió.

Era un anillo de compromiso. Tenía tres diamantes en el centro y por dentro tenía grabada la frase "Poison Love" no pudo evitar sonreír y limpió la lágrima que bajó por su mejilla.

—El doctor Goo, nos habló mucho de usted, Doctor Kim... Lo lamento mucho, si hay algo que podamos hacer por usted, solo tiene que decirme.

—Gracias... Am... ¿Hay que pagar algo más?

—No, nada más. No se preocupe.

—Gracias...

Jungsu tomó la cajita y la hoja y salió de la joyería. Miró al cielo y respiró profundo. Se encaminó al auto y regresó al hospital, Jooyeon lo miró curioso.

—¿Y eso? –Jungsu se lo arrojó y lo atrapó al vuelo –. Oh vaya... –Jungsu suspiró –¿Qué le dijiste?

—Que si... Le dije que si –Jooyeon le regresó la cajita y Jungsu sacó el anillo para ponerlo en su dedo, sonrió mirándolo –. Lo extraño mucho...

—Yo igual, tenemos que terminar la cura. ¿Ya pensaste en un nombre para la cura?

—Si "Goo-98".

—Es un nombre genial –Jungsu sonrió y asintió.

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Lo siento, pero tenía que hacer esto.
Muchas gracias por leer.

Espero que les haya gustado
🌸🦖

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