11. Enchanted Forest
(OT6)
—Nuestro pueblo lleva viviendo aquí más de 10 generaciones y una leyenda siempre permanece: Jamás te acerques al bosque, se dice que está Encantado –el pequeño niño abrió sus ojos con sorpresa –. Dicen los cazadores que es imposible salir de ahí sin encontrarte con alguna de las criaturas mágicas que lo habitan.
—¿Criaturas mágicas? –la mujer canosa sonrió con ternura y le acarició el cabello.
—Así es, criaturas mágicas. Pero debes tener cuidado, Jungsu. Estás criaturas pueden ser tus amigos o tus peores enemigos.
—¿Cómo sé quiénes son los buenos y quiénes son los malos?
—Esa esa cuestión, nadie lo sabe. No hay forma de saberlo, por eso no entramos en el bosque. Jamás debes entrar ahí o no podrías regresar.
El pequeño Jungsu suspiró haciendo un adorable puchero, pero la mujer le tocó la nariz.
—Tranquilo, tu abuelo y yo te cuidaremos siempre –Jungsu sonrió y se acomodó en su pecho para dormir.
La pareja de ancianos habían encontrado a Jungsu en la entrada del bosque, abandonado , semidesnudo y con una protuberancia en la cabeza que con el tiempo iba creciendo cada vez más. Se habían proclamado sus abuelos y ella le tejía gorritos que cubrían su cuerno, solo así podía salir de la casa sin preocupar ni asustar a los vecinos.
Vivian en una aldea en las montañas, no eran demasiado civilizados y estaban sumamente aterrados de las criaturas mágicas del bosque encantando. La mujer sabía que si dejaba que vieran a Jungsu, seguro lo matarían por temor a lo que pudiera ser.
Pero mientras más crecía, menos posible era ocultarlo y él comenzaba a sentirse cada vez más cohibido por quién era.
—Abuela ¿Porqué tengo esto? –dijo señalando el cuerno en su cabeza. Era de color blanco brillante y con la luz se veía de color celeste –¿Abuela? –la mujer se llevó una mano al pecho y trató de sostenerse de la mesa de la cocina pero se desplomó había tras –¡Abuela!
Jungsu logró atraparla y ella lo miró asustada, de pronto el cuerno comenzó a brillar y antes de que pudiera entrar en pánico, la mujer ya estaba respirando con normalidad.
—¿Abuela? ¿Qué paso? ¿Te sientes bien?
—Ahora si... Tenía un dolor muy fuerte en el pecho pero de pronto desapareció... Creo que tú me curaste, Jungsu.
—¿Qué? –la ayudó a levantarse y de inmediato ella de encaminó a la estantería llena de libros. Extrajo tres libros grandes y los dejó en la mesa –¿Qué es todo esto, abuela?
—Jungsu, he pasado 15 años investigando qué eres pero solo hasta ahora creo que encontré la respuesta –la puerta se abrió y entró su abuelo bañado en nieve y con unos conejos colgando de una cuerda –. Llegas justo a tiempo, es momento de tener la charla con Jungsu.
—Oh, perfecto. Ya era hora –se sacudió la nieve y se encaminó a la mesa –. Hijo, es hora de decirte la verdad. Siéntate.
Jungsu parpadeó pero se sentó en la silla frente a la mesa.
—Creo que ya te haces una idea de que no somos tus abuelos –Jungsu parpadeó varias veces y su abuelo continuó –. Te encontramos en la entrada del Bosque Encantado y decidimos adoptarte –Jungsu sonrió levemente.
—No sabíamos qué eres, quién te dejó ahí ni porqué, mucho menos porque naciste con esto pero eso no nos importó hasta hace algunos años. Pasamos todo este tiempo investigando y creo que hoy por fin sé lo que eres.
Jungsu se movió interesado, su abuela giró un libro frente a él y señaló.
—¿Unicornio? –dijo totalmente extrañado –No lo entiendo.
—Hijo, hemos vivido aquí mucho tiempo. Hay una profecía que dice que los híbridos del bosque nos liberarán de las amenzas del Bosque Encantado. Creemos que tú eres uno de esos híbridos.
—Esto es tan confuso... Pero si yo voy a hacer algo así ¿Porqué debo esconderme?
—Porque los viejos del pueblo han contaminado la mente de sus hijos para odiar a todas las criaturas mágicas, si te vieran seguro querrían matarte –Jungsu suspiró.
—Pero... Ya eres grande, tomas tus propias decisiones y puedes hacer lo que tú quieras, nosotros te apoyemos –dijo su abuela acercándose a acariciarle el cabello.
—Necesito pensarlo, no quisiera que también les hicieran daño a ustedes en caso de que algo salga mal. Gracias por decirme esto y por haberme cuidado tanto tiempo, abuelos. De verdad los quiero mucho –se levantó para abrazarlos.
Pero lo que no sabían es lo que pasaría en cuanto cumpliera 16 años. Sus habilidades se incrementarían, su fuerza también y su cuerno sería imposible de ocultar y la gente del pueblo comenzaba a sospechar.
Jungsu se había convertido en el bicho raro del pueblo, al que todos evitaban, al que los chicos de su edad molestaban y trataban de exponer su anormalidad. Una vez lo lograron, y los ancianos del pueblo comenzaron a gritar horrorizados de él por lo que tuvo que correr lo más lejos que pudo.
Llegó a la playa, con suerte podría ocultarse entre las rocas hasta que las cosas se calmaran y ahí pasó dos días pensando en qué podría hacer. Pero al volver a casa, se llevó la peor sorpresa de su vida.
—¿Abuela? –la mujer estaba en el suelo sin vida. Jungsu se acercó a ella pero divisó a su abuelo a unos metros de ella –¡Abuelo! –de acercó a él, el hombre lo tomó de la mano y lo estiró.
—Corre hijo... Vienen por ti. Tienes que irte.
—No me iré sin ti, déjame curarte –su abuelo lo tomó de la chaqueta.
—Vete Jungsu, ahora. No olvides cuánto te amamos. Corre ¡Corre! –el hombre lo empujó y Jungsu salió de la casa con los ojos llenos de lágrimas.
—¡Ahí está!
—¡Atrapenlo! –miró con horror como los habitantes del pueblo que hasta ese día habían sido sus vecinos, lo perseguían con antorchas y lanzas.
Se levantó del suelo y simplemente corrió tratando de escapar. No sabía a dónde se dirigía, solo quería alejarse de aquellos que estaban dispuestos a matarlo como habían hecho con sus abuelos.
Corrió sin mirar atrás y cuando ya no escuchó las voces y gritos, reparó en dónde estaba. Había entrado al Bosque Encantado quiso detenerse pero no lo hizo a tiempo y chocó con un árbol.
—Ah... –cayó al suelo y ahí se quedó llorando y sollozando con dolor y suma tristeza.
—Oye... –alzó la cabeza y giró a todos lados pero no vio a nadie –¿Estás bien? –volvió a girar a todos lados pero no lograba divisar a nadie –Por aquí... –alzó la mirada hacia el árbol con el que había chocado y en cuanto unos ojos parpadearon dio un violento salto hacia atrás.
—Pero ¿Qué...? –el árbol entero comenzó a mover las ramas y Jungsu se arrastró hacia atrás totalmente horrorizado –. No...
—Espera, tranquilo no te haré... Oh, espera –de pronto el enorme árbol se transformó en un joven. Tenía el cabello castaño y la piel ligeramente bronceada, sus ojos eran verdes y vestía una túnica café. Llevaba en la cabeza una especie de corona grande hecha de ramas y hojas –¿Así está mejor? ¿Cómo te llamas?
—Jungsu... ¿Quién eres?
—Oh vaya. Gracias por referirte a mi como "quién" y no "qué". Me llamo Gunil, y soy un Ent –Jungsu parpadeó varias veces tratando de asimilar lo que estaba pasando.
—¿Un Ent? ¿Eres un guardian del bosque?
—Si, así es.
—¿Y porqué te ves como yo?
—Eso es justo lo que yo iba a preguntarte. Tu cuerno me indica que eres un unicornio ¿No es así? –Jungsu se levantó del suelo.
—En realidad no estoy seguro... No me veo exactamente como uno.
—¿Puedes curar a los demás? –Jungsu asintió –. Eres un unicornio. Quizá no te veas como uno pero tienes las habilidades y eso está bien.
—¿En qué mundo puede estar bien eso? Mataron a mis abuelos por criarme. El pueblo entero me está persiguiendo para matarme.
—Es porque tienen miedo. Los humanos siempre atacan y destruyen lo que temen –Jungsu suspiró.
—¿Y qué hago entonces? Ya no tengo hogar ...
—Puedes quedarte con nosotros.
—¿Nosotros? –parpadeó confundido y Gunil sonrió para adentrarse en el Bosque Encantado –¿A dónde vamos?
—A nuestra guarida. Te encantará conocer a los demás –Jungsu se limitó a seguirlo.
Gunil no era muy alto como debían ser los Ents que por lo común, debían medir entre 4 o 5 metros. Además se transformaba en humano. Caminaba tranquilamente estirando sus brazos a los lados para tocar los demás árboles y arbustos. Los animales se acercaban a él para que los acariciara y eso le dio confianza a Jungsu.
Llegaron a una especie de manantial de tres pisos, el agua era cristalina y el bosque al rededor era bellísimo. La luz del sol atravesaba los árboles dando de un aspecto cálido a pesar del frío de temporada. Jungsu avanzó hacia el agua totalmente asombrado.
—Esto es increíble y bellísimo ¿Tu vives aquí?
—Bueno no, yo lo creé para ellos –señaló y Jungsu giró en dirección al bosque donde había una extraña y enorme figura camuflada en el bosque.
De no haber abierto los enormes y brillantes ojos, Jungsu jamás se habría dado cuenta de qué era. En cuanto la criatura despertó y bostezó, el aliento lo hizo caer al suelo y arrastrarse aterrado.
—Oh, ya llegaste Gunil –la voz era imponente y monstruosa, se trataba de un enorme Dragon Verde – ¿Y tú quién eres? –preguntó con curiosidad.
—Jooyeon, lo asustas.
El dragón rio y en un remolino de hojas verdes se transformó en un joven alto y de cabello largo, vestía un pantalón claro, una camisa café y un gran suéter verde igual que sus escamas. Tenía dos cuernos grandes que se extendían hacia atrás en la cabeza. Jungsu se levantó asombrado.
—Oh, tu también tienes uno –dijo señalando su cuerno –¿Eres un unicornio? –Jungsu asintió –. Increíble, nunca había visto a uno. Tu cuerno brilla con la luz, es muy bonito.
Jungsu se echo hacia atrás con la cara roja. Nunca imaginó que alguien halagaría su cuerno y recibir el cumplido de pronto lo había puesto sumamente nervioso. Jooyeon sonrió ladeando un poco la cabeza, tal parecía que entendió completamente la reacción.
—Me llamo Jooyeon ¿Y tú?
—Soy Jungsu... ¿Eres un dragón?
—Si, pero no como los demás. Según mi padre, debería estar cazando y haciéndole la vida imposible a los demás pero yo solo quiero tener amigos, lo cual no es nada común entre dragones, ignorando el hecho de que puedo transformarme en humano y por eso no quiere verme –Jungsu se mostró confundido –¡Hyeongjun deja de esconderte!
Jungsu giró y justo a unos pasos detrás de él, habia un bellísimo Elfo que lo miraba expectante.
Era muy alto, tenía el cabello largo y de color negro. Vestía una especie de poncho enorme de color verde grisáceo. Su mirada era afilada pero sus ojos eran caídos y sus orejas terminaban en punta hacia arriba. Llevaba una lira bajo el brazo y alzó la mano libre para saludarlo.
—Eres Jungsu –dijo con voz ronca y profunda –. Vi lo que los ancianos del pueblo te hicieron... Te conduje hacia aquí para que no te siguieran –se sorprendió.
—¿Cómo lo hiciste? –Hyeongjun tomó la lira y comenzó a tocarla.
—Es una melodía que solo las criaturas mágicas pueden escuchar, no te diste cuenta pero la música te guió al bosque.
—Vaya... Te lo agradezco, me salvaste la vida –el elfo asintió. Era bastante alto para ser uno. Se encaminó a una pequeña cueva del otro lado del manantial y dejó su instrumento y otras baratijas –¿Ustedes viven juntos aquí?
—Si, así es. Jungsu, como te habrás dado cuenta, no somos lo que deberíamos ser –dijo Gunil –. Por alguna razón somos anomalías en nuestras especies... Yo soy demasiado pequeño para ser un guardian digno del bosque según mi abuelo. Jooyeon es un dragón pacifista y Hyeongjun es muy alto para ser un elfo.
—Y todos tenemos la apariencia humana, lo cual tampoco es normal –dijo Jooyeon bostezando.
—Así que decidimos crear nuestra propia manada –finalizó Hyeongjun –. Bienvenido a los anormales del Bosque Encantado. Tu cuerno es muy bonito.
Nuevamente se sonrojó y se cubrió el rostro haciéndolos reír.
—Creo que nadie te lo había dicho antes ¿Verdad?
—Siempre traté de ocultarlo, yo vivía en el pueblo. Una pareja de ancianos me encontraron hace 16 años y me criaron como su nieto. Gracias por aceptarme en su manda.
—No es nada, Gunil puede crear una habitación para ti –dijo Jooyeon y el hombre árbol asintió estirando sus manos hacia el bosque.
De inmediato, las ramas de los árboles se abrieron formando una especie de cueva espaciosa, tenía una cama hecha de ramas y un sillón a un lado. Hyeongjun le dio una manta de colores grises y azules y sonrió agradecido.
A pesar de las circunstancias, Jungsu se adaptó rápidamente a la vida en el Bosque Encantado. Le encantaba pasar por él admirando los árboles y respirando el aroma. Por fin se sentía parte de algo y cómodo. Algunas veces, jugaba y cantaba con Jooyeon o ayudaba a Hyeongjun a componer nuevas canciones. Algunas veces se recargaba en Gunil para leerle algún libro que robaba del pueblo.
Sus amigos no conocían la profecía y no quería preguntar aún. Era el único que sabía leer así que buscó los libros del bosque y las profecías para estudiar e investigar, pero no lograba concretar nada.
Una tarde, se encontraba lavando su ropa en el manantial mientras Jooyeon dormía una de sus muchas siestas convertido en dragón y camuflado entre los árboles, cuando escuchó unos pasos agitados dirigirse hacia él. Giró a los árboles y apareció un chico que al verlo corrió a esconderse detrás de él.
—¡Por favor ayúdame! –exclamó –Me persigue, quiere hacerme daño. Ocultame, por favor.
—¿Qué? Pero ¿Quién? –segundos después, de la misma dirección apareció un joven alto, fornido, con el cabello en punta hacia todos lados y aspecto desaliñado. Jungsu estiró sus brazos a los lados para proteger al chico del Orco –¡Alto! No des un paso más.
El chico se vio confundo y al ver el cuerno afilado alzó lo brazos.
—¡No, no! No les haré daño, lo prometo.
—Lo estabas persiguiendo, eso es querer hacerle daño.
—¿Qué sucede? –los dos joven se espantaron totalmente al ver a Jooyeon hablar y sacudrise las ojas del lomo.
El chico que estaba detrás de Jungsu pegó un brinco del susto y casi cae en el manantial, pero Hyeongjun lo atrapó y Gunil hizo inmovilizó al Orco con ramas.
—Todos calmados ¿Qué haces aquí? Los orcos nunca bajan tanto de la montaña.
El Orco alzó las manos y suspiró.
—Me llamo Seungmin y les puedo prometer que no soy malo, soy pacifista. Me expulsaron de la manada precisamente por eso y decidí viajar pero me perdí... Iba a preguntarle a la Ninfa dónde estaba pero salió corriendo –señaló con la mano al chico que Hyeongjun sostenía y todos lo miraron.
—¿Eres una Ninfa? –el chico se sonrojó y se encogió un poco sosteniendo su vestido celeste, tenía el cabello de un precioso color rosa y encima una corona de flores celestes, su rostro era bellísimo pero su cuerpo era el de un hombre.
—Yo... Si... No pude crear un cuerpo femenino y mis madres y hermanas me desterraron –dijo totalmente apenado y tembloroso –. Me asusté en cuanto el Orco se acercó mi, pensé que me haría daño.
Jungsu los miró a todos a conciencia y algo en su mente hizo click, pero Gunil miró serveramente al Orco.
—Te voy a liberar, pero tienes que prometer que no le harás daño a nadie.
—Lo prometo –Gunil asintió y lo liberó –¿Quiénes son ustedes?
—Me llamo Gunil, soy un Ent. Ellos son Jooyeon, el dragón verde. Hyeongjun, el elfo de la música y Jungsu el unicornio.
—Esto cada vez es más extraño –dijo Jooyeon transformándose en humano dejando sorprendidos a los otros dos –. Todos parecemos más humanos... ¿Tu cómo te llamas? –el chico de pelo rosa se sonrojó y se apartó un poco.
—Me llamo Jiseok... ¿Porqué ustedes no luecen como sus especies?
—Es algo que tampoco logramos entender –dijo Hyeongjun por primera vez –. Pero, nos llevamos bien –Hyeongjun notó como el vestido de Jiseok se tornaba de color rojo en la parte del brazo –. Am... Jungsu...
El unicornio se fijó en que tenía una herida.
—¡Oh! ¿Qué te pasó? ¿Te duele? –Jiseok se sonrojó y trató de cubrirse el brazo.
—Oh, am... Creo que me lastimé cuando huía de... ¿Seungmin dijiste?
—Si, si. Mi nombre es Seungmin. De verdad lo siento, no quería asustarte –Jooyeon le palpó el hombro y Jiseok sonrió.
—Está bien, lamento haber salido corriendo... Las Ninfas somos buenas huyendo.
—Déjame ayudarte –Jungsu sostuvo su brazo con delicadeza y firmeza, cerró sus ojos y su cuerno comenzó a brillar dejándolos a todos embelesados. Jiseok lo miraba hacia arriba totalmente maravillado y de pronto, la herida desapareció. Jungsu abrió sus ojos y sonrió –. Listo ¿Mejor?
—Ah si... Gracias por curarme... Tu cuerno es muy bonito –nuevamente, se llevó una mano al pecho sintiendo su corazón latió con fuerza y su rostro enrojeció, Jiseok se preocupó –¿Estás bien? ¿Dije algo malo? –Jooyeon se acercó a él.
—Traquilo. Jungsu pasó su vida entera escondiendo su cuerno de los otros humanos en el pueblo, no está acostumbrado a que su cuerno nos parezca bonito –Jungsu se echó agua del manantial al rostro mientras Gunil, Jooyeon y Hyeongjun reían.
—¿Viviste con los humanos? ¿Y no trataron de matarte? Dicen que son peores que los Trolls y mis primos, los Ogros –dijo Seungmin. Jungsu dejó de abanicarse el rostro y suspiró.
—Pues si, lo son. Trataron de matarme, por eso estoy aquí ahora... Nunca bajen al pueblo, chicos. Ni por curiosidad, no serán bien recibidos.
—Descuida Jungsu, no lo haremos nunca –Jooyeon miró a Gunil alzando las cejas y el hombre árbol asintió con una sonrisa.
—Por lo que veo, ninguno de ustedes tiene donde quedarse así que... Bienvenidos a nuestra manada –Seungmin se mostró sorprendido y Jiseok volvió a sonrojarse –. Hyeongjun les dará ropa nueva y mantas mientras yo preparo sus habitaciones. Oh y no dejen que el dragón los asuste, en realidad es muy amigable –Jooyeon sonrió brillantemente y saludó con la mano.
—Les mostraré el manantial –dijo guiandolos, Jungsu se acercó a Gunil.
—¿Podemos hablar más tarde? Tengo un presentimiento –Gunil asintió.
—Haré la habitación de Jiseok junto a la tuya, parece que le das confianza y la de Seungmin allá con Jooyeon.
—Perfecto.
Más tarde, Hyeongjun le enseñaba a Jiseok como tocar la lira mientras Seungmin y Jooyeon jugaban en el manantial. Jungsu y Gunil se alejaron un poco para conversar.
—¿Has escuchado algo sobre los Gigantes de Piedra?
—¿Te refieres a que si sé qué son o que si últimamente he escuchado algo sobre ellos?
—Todo el mundo sabe que son los Gigantes de Piedra y lo peligrosos que pueden ser. Lo segundo.
—Pues no quería alarmarnos pero, si. Mis hermanos han estado murmurando sobre ellos. Algunos están despertando y recorriendo el bosque, pero aún están muy lejos de aquí ¿Porqué?
—Encontré un pergamino que habla de la profecía de los híbridos de las criaturas mágicas.
—¿Híbridos? ¿Qué es un híbrido?
—Es la combinación de dos especies diferentes –Jungsu extrajo el pergamino y lo extendió en el suelo –. Habla de seis híbridos que ayudarán a combatir a la amenaza más poderosa del Bosque Encantado: los Gigantes de Piedra. Mira los dibujos.
Gunil fijó su vista en el papel. En una esquina había un hombre con una corona de ramas en la cabeza; un joven con dos cuernos alargados; un elfo alto; un Orco enorme; una ninfa de cabello rosa y un joven con un puntiagudo cuerno en la cabeza. Gunil se mostró tan sorprendido que algunos pájaros salieron volando de su cabeza.
—Esto no puede ser... Somos nosotros... Pero ¿Qué se supone que haremos?
—No lo dice pero... Tenemos que prepararnos para ello...
—Esto es malo. Somos la mitad de lo que deberíamos ser ¿Cómo podremos enfrentarnos y detener a los Gigantes de Piedra si nuestras especies no confían en nosotros?
—Quizá no se trata de eso sino de como usamos nuestras habilidades juntos... –Jungsu se llevó una mano a la barbilla y suspiró –Dices que aún están lejos ¿No?
—Si, pero estaré atento y en cuánto vuelva a escuchar sobre ellos te avisaré ¿Les dirás a los demás?
—Aun no, no quiero asustar a Jiseok y a Seungmin. Hay que ganarnos su confianza –Gunil asintió con un sonrisa orgullosa, estiró su mano y le dejó un pajarito amarillo en el cuerno, Jungsu alzó sus ojos para ver qué tenía una herida en el ala y de inmediato lo curó. El pajarito salió volando y Jungsu sonrió –. Creo que sí es bonito, después de todo.
—Bastante, Jungsu. Es igual de bonito que tú –se cubrió el rostro y Gunil rio mientras Jungsu le pegaba en el brazo –. Tienes que acostumbrate a los cumplidos, Jungsu.
—Es que son tan repentinos... Gracias, por cierto. Nunca pensé que mi cuerno sería algo que llegara a gustarme de mi mismo.
—A nosotros nos gustas –lo miró mal –. Está bien, lo siento, pero es la verdad.
—Gracias, Gunil. Voy a volver con los demás, te guardaremos comida –Gunil asintió y se encaminó a su lugar tranquilo para convertirse en árbol, Jungsu lo miró sonriendo y se encaminó de vuelta al manantial.
Durante un tiempo se estuvieron conociendo y acostumbrandose entre todos, para tocando con sus habilidades. Se unieron profundamente mediante la música, tocaban diferentes instrumentos y cantaban alrededor del fuego y el manantial. Jiseok aún se asustaba fácilmente y terminaba escondiéndose detrás de Jungsu o de Seungmin, pero de inmediato se relajaba y se disculpaba sonrojado.
Una mañana, mientras Hyeongjun preparaba el desayuno, Seungmin se lavaba en el manantial, Jiseok le colocaba florecitas en el cuerno a Jungsu quién sonreía y Jooyeon bostezaba sonoramente, Gunil se acercó a ellos alterado.
—Jungsu –el unicornio lo miró –. Es hora de decirles. Llegarán en tres días.
—¿Qué sucede? –preguntó Hyeongjun.
Los mayores suspiraron y se reunieron al rededor de la fogata sentados en el suelo. Jungsu fue por sus libros y pergaminos para mostrarles los dibujos.
—Chicos, no creo que sea coincidencia que nos hayamos conocido, tampoco que todos seamos híbridos de nuestras especies. Más bien, creo que era nuestro destino –los cuatro ladearon la cabeza confundidos y Jungsu carraspeó –. Cuando vivía en el pueblo, se hablaba mucho de una leyenda y una profecía, decía que los híbridos del bosque liberarán al pueblo y al bosque de una gran amenaza.
Desenrolló el pergamino dónde se veía el dibujo de tres Gigantes de Piedra y los seis híbridos frente a ellos defendiendo a los humanos y otras criaturas del bosque.
Los cuatro se miraron sorprendidos y confundidos.
—¿Quieres decir que estos somos nosotros? –preguntó Jooyeon tomando el papel en sus manos y Jungsu suspiró.
—Es lo que pienso... No les había dicho antes porque... No nos conocíamos bien y no sabíamos el alcance de nuestras habilidades como ahora.
—Estuve escuchando los murmullos de mis hermanos Ents y han estado siguiendo el rastro de los Gigantes de Piedra que despertaron. Llegarían aquí en tres días y tenemos que estar preparados.
—¿Para qué? ¿Para luchar contra ellos? –preguntó Seungmin y se alteró –Yo no podría hacer eso, es decir yo no soy...
—No, Seungmin... No para pelear. Debemos prepararnos para proteger nuestro hogar –dijo Jungsu –, y a las criaturas que también viven aquí. No podemos dejar que destruyan lo que nuestras especies protegen.
Jiseok se revolvió incómodo.
—Mis madres y mis hermanas alguna vez dijeron que es mejor huir de los Gigantes de Piedra que enfrentarse a ellos, pero... Creo que al ser el único cuerpo masculino entre las Ninfas mi deber es protegerlas... ¿Qué tengo que hacer para ayudar? –Jungsu sonrió levemente y miró a Hyeongjun que se encogió de hombros.
—Por algo soy el elfo más grande que ha existido. Estoy dentro.
—Yo... Trataré de protegerlos –dijo Seungmin.
—De todos modos, si alguien resulta lastimado yo me encargaré –dijo Jungsu señalando su cuerno adornado con florecitas y todos rieron.
—¿Puedo usar el agua del mar como arma? –todos miraron a Jooyeon extrañados –Se de un conjuro para el crecimiento del agua, los dragones verdes lo utilizan para ahogar a sus víctimas... Así es como el manantial no se ha secado en años.
—Es genial que puedas hacer eso, así que adelante –dijo Gunil –. Yo seguiré al pendiente de la llegada de los Gigantes de Piedra, antes de que lo hagan haré que todas las especies evacuen el bosque.
—Bien. Debemos mejorar nuestras habilidades –dijo Jungsu alzando los puños, pero su estómago emitió un ruido –. Bueno, lo haremos después de desayunar.
Todos rieron y se sentaron a degustar la comida que habían preparado mientras seguían mejorando su plan de defensa.
Los Gigantes de Piedra se acercaban más a su zona, los animales y otras criaturas mágicas habían empezado a evacuar pero no podían acercarse al pueblo humano por lo que estaban atrapados hasta que los temblores se hicieron totalmente evidentes.
Los pueblerinos dejaron lo que estaban haciendo al sentir el temblor. La aldea quedó en completo silencio mientras se miraban los unos a otros en dirección al Bosque Encantado sin saber qué estaba sucediendo.
Al tercer temblor, una estampida de animales emergió del Bosque Encantado seguidos de varias criaturas mágicas que los dejaron totalmente perplejos, pero antes de poder reaccionar una enorme figura de piedra se alzaba por encima de los árboles.
—¿Eso es...?
—No es posible....
—La profecía...
—¡GIGANTES DE PIEDRA! –Gritó un anciano y el pueblo se volvió loco llamado la atención de los tres monstruosos Gigantes.
El pánico provocó que los seres de piedra comenzarán a lanzar enormes piedras hacia todas direcciones. Una cayó cerca de la casa de uno de los ancianos y otra les iba a caer encima y solo pudieron cubrirse, pero un enorme dragón verde emergió del Bosque Encantado y con su cola, evitó que la piedra cayera. Jooyeon la regresó a los seres que apenas pudieron esquivarla.
De pronto un gran y brillante unicornio emergió de los árboles, encima había un elfo enorme y majestuoso sosteniendo un arco. Disparó una flecha directo al rostro del Gigante y este retrocedió unos pasos.
El elfo bajó del unicornio y se montó en el Dragon, entonces el unicornio se transformó en un muchacho alto de cabello claro y brillante cuerno adornado con florecitas que de inmediato reconocieron. Pero en lugar de mostrarse como un peligro, Jungsu comenzó a curar a todos los heridos para que pudieran correr.
—Tienen que huir, sigannos –volvió a transformarse en un unicornio y un chico de cabello rosa de monto en el lomo.
El joven era tan bello que de inmediato todos quedaron hipnotizados por su belleza. Jiseok comenzó a cantar y los animales comenzaron a seguir su voz. Ambos los condujeron a una zona segura, pero aún quedaban algunos civiles atrapados entre las casas, entre ellos, el jefe de la aldea que había asesinado a ese par de ancianos.
Los Gigantes de Piedra lograron llegar al pueblo pisoteando todo a su paso. Hyeongjun lanzaba las flechas que los hacían vacilar pero un necesitaban algo más.
Gunil hacia crecer las ramas de los árboles para atraparlos y poder derribarlos. Jungsu volvió justo cuando Gunil se preparaba para derribar a los Gigantes de Piedra.
—¡Ahora Jooyeon! –Hyeongjun bajó de inmediato y apuntó con el arco hacia los Gigantes mientras Jooyeon soplaba su aliento venenoso para desconcertados, lo cual funcionó.
Mareados, se tambalearon había tras y con ayuda de la habilidad de Jungsu, Gunil logró derribar a los Gigantes de Piedra. Al estar en el suelo, trataban de destruir lo que pudieran con sus manos. Uno de ellos logró tomar una casa y lanzarla hacia donde Hyeongjun protegía con el arco a Jiseok y los demás humanos.
Ambos se cubrieron, pero la casa fue detenida antes decserles encima. Todos se fijaron en el joven de cabello castaño que miraba sumamente enojado. Con un poderoso gruñido, el joven se transformó en un Orco grande de brazos largos que de inmediato corrió a atacar a los indefensos Gigantes golpeándolos con sus brazos y su fuerza sobrenatural.
Jungsu llegó galopando hasta los refugiados y al estar frente a ellos de volvió a transformar en humano para ayudarlos a levantarse.
—¿Están bien?
—Si, lo estamos –dijo Jiseok sonriendo con un leve rasguño en su precioso rostro, Jungsu llevó una mano a él para curarlo.
—Aun falta la última fase del plan –se dirigió a los humanos que retrocedían asustado de él –. Todos tienen que subir a las rocas, nos encargaremos de los Gigantes de Piedra pero tienen que ponerse a salvo.
—¡Jungsu! –Gunil había enviado venados, alces y osos a recoger a los civiles atrapados que de inmediato los recibió y los curó. Al estar frente al jefe de la aldea le colocó una mano en el brazo y le curó la herida sangrante.
—Jefe, ponga a su pueblo a salvó en las rocas. Andando chicos –Hyeongjun y Jiseok asintieron, pero el hombre lo tomó del brazo.
—Kimson –Jungsu se sorprendió de escuchar el nombre de su abuelo –. De verdad lo siento hijo... Debimos ser más civilizados –Jungsu se apartó la mano.
—Espero que le haya dado sepultura a mis abuelos –el hombre bajó la mirada –. Usted se metió con mi familia y eso nunca se lo perdonaré, pero le doy la oportunidad de hacer algo bueno a partir de ahora. Vayanse.
El hombre asintió y comenzó a dar órdenes para moverse rápidamente. Jungsu se transformó para que Hyeongjun y Jiseok se montaran en él.
Jooyeon utilizó el agua del océano para ahogar a los Gigantes de Piedra, con su aliento venenoso y los golpes del Seungmin lograron eliminarlos quedando solo tres montañas de rocas sin vida. Jooyeon se transformó en humano y cayó del cielo totalmente exhausto, pero Gunil lo atrapó entre las ramas, de inmediato Jungsu se acercó apara ayudarlo.
—Lo hiciste bien, Jooyeon. Eres el mejor dragón verde del mundo –el de pelo largo sonrió con cansancio pero de inmediato cerró sus ojos –. Estará bien, pero tiene que descansar por un tiempo.
—Lo llevaré a casa antes de que se transforme –dijo Seungmin que también había vuelto a su forma humana y junto con Hyeongjun se encaminaron de vuelta al Bosque.
El jefe se acercó junto con el resto del pueblo
—Creo que les debemos una disculpa y un agradecimiento por habernos salvado de los Gigantes de Piedra. La profecía se cumplió y tal y cómo estaba predicho, ustedes nos salvaron –Jungsu se irguió y le extendió la mano, el hombre la estrechó con media sonrisa –. Lo siento.
—Dejemos eso atrás. Les ayudaremos a reconstruir sus casas, reuna a todos los heridos y enfermos, los curaré. En cuanto hayamos terminado volveremos al Bosque Encantado y ustedes jamás se adentraran en él. Nosotros vendremos cuando nos necesiten¿De acuerdo?
—Trato hecho.
Los seis híbridos ayudaron a reconstruir el pueblo con casas más funcionales, bonitas y estables. Tal y como lo prometieron, volvieron al bosque y los humanos no volvieron a verlos más que cuendo era estrictamente necesario.
El Bosque Encantado ahora era habitado y protegido por los Héroes Extraordinarios.
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Este capítulo está inspirado en las fotos conceptuales de la era de Overload.
Espero que les haya gustado
Gracias por leer
🌸🦖
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