Legado
https://youtu.be/eD0XEH3qVCk
El Skyranger es una nave diseñada para el envió y extracción de tropas, la nave simboliza la esperanza de la humanidad, cada vez que despega y la gente la observa sobrevolar los cielos les infunde seguridad en sus corazones o al menos eso es lo que dicen las cartas que llegan a los soldados que batallan en la guerra contra la amenaza extraterrestre.
Ludmilla y Sarah caminan a la sala de espera del área medica, saben que la situación de Sheng no es de las mejores, el disparo en el pecho fue bastante grave.
Las manos de Sarah aun tiemblan— Creí que las cosas serian mas fáciles, cuando vi sus delgados y pequeños cuerpos junto con esas deformes y grandes cabezas me dije "esto sera pan comido, saldremos pronto de aquí" —su voz se quiebra— pero.... pero cuando vi la cabeza de Mcgregor explotar delante de mis ojos...
Ludmilla coloca su mano sobre la espalda de su compañera— Es normal que tengas miedo después de presenciar eso, pero esto recién comienza, lo que nos queda es pelear por McGregor.
La puerta que da hacia los pasillos de la base se abre, un hombre de un chaleco verde ingresa a la sala de espera del área medica, su rostro tiene una cicatriz por el lado izquierdo, con el característico corte militar da la sensación de ser un veterano, mientras avanza todos los soldados a su paso se colocan en posición de saludo, finalmente se acerca a las dos reclutas. Ambas se colocan de pie y al igual que los otros realizan el saludo militar.
— Descansen soldadas—se da media vuelta para ver al resto de las personas— ustedes también descansen—de regreso con las dos mujeres les hace un gesto para que tomen asiento nuevamente— ¿cual es la situación del recluta Sheng?
— Ha ingresado hace poco—contesta Ludmilla— solo esperamos que pueda regresar al campo de batalla, incluso estando herido nos dio instrucciones para ganar esa batalla, es un miembro ejemplar.
— También lo espero, lo conocí cuando era un postulante, que un chino ingrese a una fuerza especial fundada en Brasil no es normal, luego empezaron a llegar personas de todas partes y se volvió habito.
— Mcgregor y yo somos de Suecia—comenta Ludmilla— aunque en una guerra como esta la nacionalidad es lo que menos importa.
— Lamento la muerte de McGregor—el hombre de la cicatriz nota que la recluta Sarah recoge su cuerpo al escuchar ese nombre— ¿le sucede algo recluta?
— ¿Que? ¿a mi? —Sarah baja la mirada— nada jefe central, me encuentro bien.
Esas palabras no lo engañan, con sus años de experiencia es capaz de intuir cuando un soldado esta ocultando un secreto— ¿Cual era su relación con McGregor?
La recluta se enrojece ante la pregunta— ¿¡Que?! no señor, nosotros no teníamos ninguna clase de relación, es solo que... —un nudo se forma en la garganta de la mujer— yo vi cuando murió, fue tan rápido, no puedo evitar pensar que...
— ¿Tan bien le puede pasar a usted?
Ella levanta su cabeza asombrada de que el jefe central anticipara lo que iba a terminar de decir— Si, señor.
El hombre apoya su rodilla en el suelo mientras toca suavemente la cabeza de la recluta Sarah— Entonces entrene, en la guerra puede pasar muchas cosas, pero aquellos que entrenan y se preparan son los que mas posibilidades tienen de sobrevivir, pero por ahora ademas de entrenar deberá asistir a terapia por los próximos seis días, no piense que le permitiré ir al campo de batalla en este estado.
Los ojos de Sarah recuperan algo de vida— Entendido jefe central.
— Vaya a descansar, recluta Ludmilla acompañeme, tenemos que hablar en privado de un asunto.
Ambos abandonan la sala para caminar por el pasillo de la base, se dirigen al puente que lleva al cuarto de guerra, allí se planifican todos los preparativos para la guerra, mas allá llegan a los barracones y sala de entrenamiento.
— Primero que todo, deseo felicitarla por su increíble desempeño en el campo de batalla, supo mantener la calma durante el pánico, las guerras no solo se ganan con fuerza y habilidad, también requieren de mentes frías.
— Gracias jefe central, espero poder seguir trayendo resultados positivos.
— Se que lo hará, lo otro es que debo informarle que ha sido ascendida, en adelante ya no es la recluta Ludmilla, se deberán dirigir a usted como soldada Ludmilla.
El rostro de la mujer no puede ocultar su emoción— He sido ascendida, señor no sabe lo importante que significa eso para mi.
— Probablemente no lo sepa, pero si se que tengo altas expectativas en su futuro, así que para proseguir, me gustaría que pudiese escoger una área en la cual especializarse.
— Francotiradora.
— Vaya, eso ha sido rápido ¿alguna razón especial?
— Por generaciones mi familia ha desempeñado roles dentro del ejercito y todos han usado el francotirador —su voz se torna mas seria— desconozco si han muerto o fueron llevados, así que seguir la tradición de mi familia es el único modo que tengo para honrarlos.
— Y estoy seguro que lo hará, ahora me retiro, debo ir debo ir a supervisar la construcción del nuevo satélite y mandar a que se construya la cámara de autopsias e interrogatorios alienigenas.
— Entendido señor —luego de que el jefe central se retira, ella se dirige al cuarto donde todos duermen, cada soldado tiene un baúl asignado, allí guardan sus pertenencias, se arrodilla para abrir el suyo, saca una bolsa que emite un sonido metálico, la abre y suavemente deja caer unas piezas metálicas, con gran respeto las comienza a ensamblar, como si se tratase de algún ritual sagrado, una vez completamente armado se puede ver el aspecto de un hermoso fusil francotirador, lentamente apoya su cabeza sobre el arma— Papá, mamá este fusil sera el verdugo de la plaga que nos invade, si están en la otra vida, espero que me escuchen y sepan que no permitiré que nuestro legado se pierda.
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