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Capítulo 4: Reflexiones


Una chica tiraba un dado sobre una mesa, el dado rodo por esta mostrando sus números tallados, siendo visto por 3 personas de manera expectante mientras paraba de rebotar.

- 7, ya van 7 veces seguidas, gane- le dijo la chica a sus compañeros.

- No me jodas, esto sí que es una broma, ¿enserio tienes tanta suerte?- le preguntó mientras ella sonreía de manera ladina.

- ¿qué puedo decir? La suerte está conmigo. Ahora paguen- dijo mientras extendía su mano, y sus compañeros le entregaban el dinero.

- Esto es una estafa- comentó uno entregando el dinero de mala manera.

- Una estafa es cuando está manipulado, y yo no manipule nada, todo esto es natural- le contestó agarrando el dinero.

Se encontraban en una habitación, una habitación del ejército. Los 4 eran cadetes, entraron al ejército dispuestos a entrenar y prepararse para una posible guerra mundial. La situación en el mundo era bastante inquietante, China amenazaba con invadir a varios países si no se les concedía enormes territorios marítimos.

Ella se había reunido con estos 3 cadetes para jugar algunas apuestas, siempre iba de grupo a grupo, consiguiendo bastante dinero.

- No me creo que no hagas trampa- le dijo uno levantandose bruscamente.- Los demás cadetes de la base han dicho que siempre ganas, ¡esto no puede ser coincidencia o suerte!-

- Amigo, ¿cómo quieres que manipule un puto dado?- le preguntó Sarcástica.

- N-no lo sé...¡pero eso no quita que estés haciendo trampa!- arremetió.

- Pff, como sea, no puedes probarlo- dijo yéndose del lugar.

- ¡no te vas a...!- gritó agarrandola del hombro, pero ella le agarró la mano, virándola y casi rompiendosela.

-¿enserio quieres probar suerte intentando llamar mis actos una estafa?- le preguntó, el chico parecía dolerle bastante su agarra. La chica la soltó y el chico procedió a agarrarse bastante adolorido- He ganado, así que dejen de quejarse babosos-

Salio de la habitación, para empezar a caminar por los pasillos, hasta llegar a una zona de correo. En el correo, agarro un sobre y junto todo el dinero que tenía en su bolsillo para guardarlo ahí y mandarlo por correo hacia un familiar.

- Espero que con eso se compren algunos dulces- se dijo para sí riendo bajo, dejando el sobre en el depósito de correos y saliendo del lugar. Estaba mandando dinero para sus primos y sus tíos, cosa que hacia a menudo como agradecimiento por cuidarla todos estos años.

Ella había perdido hace 10 años a sus padres, en el peligroso ataque de los Kriptonianos. Su tío logró encontrarla a ella en medio de ese caos. Aunque fue una sorpresa suya verla viva, rodeado de cadáveres de personas las cuales perecieron por los escombros, incluidos sus padres. Tuvo la suerte de que los escombros que cayeron sobre ella, no la aplastasen, sino que simplemente la apresasen bajo su peso.

Ella descubrió que era un mutante, ¿su poder? La suerte. Una chica con mucha suerte. Aunque no muchos sabían de su poder.

La chica decidió irse a su habitación. No iba a ir por más dinero, porque lo que nunca hacía, era abusar de su suerte para quitarle todo a la gente. Aunque no podía evitar hacer jugarretas como éstas por su actitud.

-"Señora Neena Thurman, solicitamos su presencia en la oficina de la general Ross"- habló un megáfono del pasillo, o bueno, en todos los pasillos. Solicitando de repente su presencia.

- Oh, mierda- se dijo para si nerviosa la chica mientras caminaba hacia la oficina de la general Ross.

Tocó la puerta con una mano, y lo siguiente que escuchó fue un "adelante".

Entro girando la perilla, y poniéndose recta en presencia de su general.

- ¿q-qué desea de mí, General?- le preguntó Neena de manera formal pero demostrando nerviosismo

- Siéntese- le ordenó la general.

-(Mierda, ¿se ha dado cuenta?)- pensó mientras se sentaba, aún teniendo suerte, esto la ponía nerviosa.

- Quiero hablarte de algo...- comenzó hablando la general, bebiendo un café- ¿recuerdas...lo que dijiste cuando te pregunté porque decidiste alistarte en el ejército?-

Hace 3 años, Neena decidió alistarse en el ejército. Sus jugarretas con su suerte aún permanecían en ese tiempo, por lo cual la General la llamó ese día para reprender sus actos, y penalizarla con un castigo. Durante su conversación ese día, Betty le hizo una sencilla pregunta:"¿por qué quieres estar en el ejército?"

Ese día, la respuesta que le dio fue bastante sorpresiva:" Porque quiero hacer pagar, al sujeto que provocó la muerte de mis padres" había hablado seriamente. Con una seriedad nunca antes vista en su emblema. No era una simple rabieta, ella quería matar al ser que provocó tantas muertes en su tierra. Ella cuidaba a su familia, pero también quería vengar a la anterior, esa fue la razón por la cual entró al ejército. Algún día, ese Ser podría volver, su instinto se lo decía. Así que debía estar preparada para ello.

- Sí, lo recuerdo- contestó la mutante con seguridad, volviendo al presente.

- Bien, mira Neena, has esperado estos años poder vengarte...y creo poder brindarte la oportunidad- le comentó Betty, ganándose la mirada de sorpresa de Neena.

-¿¡Una oportunidad!?- le dijo asombrada, recargandose sobre la mesa.

- Aléjese soldado- le dijo Betty teniendo demasiado cerca a Neena. Recargarse sobre la mesa de una general era una insolencia bastante grave, sobre todo de es manera.

- Ay...lo siento- le dijo torpemente Neena- Por favor, dígame cuál oportunidad- le pidió recuperando la compostura, y acomodándose rectamente.

- Tengo una amiga, que está reuniendo un equipo, un equipo que se encargará de buscar...a Tares. He pensado que tú podrías unirte a ella- le comentó Betty Ross a la soldado, diciendo el nombre de Tares con odio.

-¿usted...considera que estoy capacitada?- le preguntó Neena.

- Tus habilidades de combate están igualadas a las de una espía y miembro de los avengers que murió hace muchos años llamada Black Widow. Además de poseer tu "suerte"- comentó la general. Era una de las pocas que conocía el poder de la chica.- Sin duda, con tus habilidades en combate, y tu suerte, lograras complementar el equipo y brindarles de una ventaja fenomenal. La suerte los podrá guiar. Aunque la elección, es tuya-

Neena calló unos segundos mientras veía a la general. ¿Debería aceptar?¿sería capaz de entregarse a tal misión por el bien de la humanidad, simplemente por su venganza? La chica no tenía claro su mentalidad, no tenía claro que podria ser lo mejor. Estaba segura que sus tíos y primos no objetarian una decisión suya, pero probablemente aún asi los haga preocuparse y ponerlos triste. ¿Qué sería la mejor opción?

- espere un segundo- le dijo Neena a Betty, la cual la miró callada, esperando su respuesta. De repente Neena sacó una moneda, y sin más la tiro hacia arriba.- Cruz, cruz...- susurro la joven, recogiendo la moneda, y viendo la esperada marca.- Bien...estoy dispuesta-

Betty miró de manera incrédula a Neena tras esa acción.

-¿una elección de vida o muerte, la elegirás por pura suerte?- le preguntó remarcando en la última palabra.

- Bueno, desde que perdí a mis padres, lo único que me mantenía feliz y contenta, aparte de mis tíos y primos, era mi suerte. Mi suerte logró sacar a mi familia delante, lograba sacarme una sonrisa siempre que lo necesitaba, incluso cuando las cosas salían mal, mi suerte era un Consuelo para todo. Puedo asegurar, que confiaría a la suerte mi vida al completo. Porque estar viva, ha sido cuestión de suerte-

Betty cerró los ojos pensativa, para luego levantarse con los brazos en la espalda.

- Ven entonces, voy a contactarla, seguramente estará aquí dentro de unos minutos, o tal vez horas dependiendo-

- Muchas gracias- le contestó Neena mientras se levantaba para ir con Betty Ross.

............

.........

....

Logan atravesó en su moto un porton metálico que tenía una "X". Siguió un camino de pavimento para introducirse en el antiguo recinto de los "X-Men", la escuela para jóvenes dotados de Xavier, hecho ruinas por la explosión que provoco Thanos hace ya muchos años.

- De vuelta en casa...- susurró Logan, bajándose de su moto y dejando su caja de cigarrillos. No iba a fumar de ninguna manera en este lugar.

En sí el recinto estaba en su gran mayoría destruido, tras haberse provocado la explosión hace muchos años. Estaba en ruinas, pero ciertas habitaciones estaban en estables condiciones, y la mayoría que eran importantes para Logan también.

- Aquí está la cocina- se dijo para si al llegar, todo el lugar se veía quemado, arrasado por un fuego intenso de hace varios años. Pero podía recordar claramente donde estaba la mesa, los platos, su puesto para sentarse, los pancakes que preparaba Tormenta...

Todo estaba en su memoria, en un tiempo muy lejano.

Recordaba como habia sido su ultima mañana, estaban todos tranquilos comiendo. Colosso, Scott y Jean Grey habían salido para comprar algunos regalos para el cumpleaños que se acercaba de Jubilo.

- Pronto alcanzarás los 18 años niña, ¿qué será lo primero que harás?- le preguntó Wolverine mientras tomaba una tasa de café.

-¿Perder la virginalidad?- le contestó Jubilo bromeando.

- Aún es muy pronto jovencita, además que no puedes, buen intento- le contestó Logan tomando toda la taza.

Todo estaba tranquilo, todos comíamos como una familia, cuando de repente. La explosión ocurrió.

Ni siquiera pude darme cuenta, había cerrados los ojos para tomar otro café bien caliente, y mis párpados se quemaron en un segundo, sintiendo todo mi cuerpo arder, al mismo tiempo que una poderosa honda expansiva me empujó lejos.

Al levantarme, pude ver un enorme agujero en el suelo, la mansión hecha ruinas, y todo quemado. Pero me afectó más ver los cadáveres de todos mis amigos, mi familia, una vez más.

Todo lo que yo amaba había sido una vez más arrebatado.





Es como una maldición mía, todo lo que toco termina muriendo después. Cuando conoci a mi esposa 2 años después,  fue la única capaz de sanar heridas del pasado. Abandone mi vida como Wolverine, y me convertí en Logan, esposo y padre de Familia.

Pero ahora me di cuenta que yo...nunca dejaré de tener esta mala suerte mía, este fatal destino tras mi espalda. Estoy condenado al sufrimiento. Lo único que puedo hacer, es enfrentar este destino. No como Logan, y tampoco como Wolverine. Logan y Wolverine son lo mismo, pero hace mucho que ambos se separaron en entidades individuales, y debía reunir a ambas dentro de él mismo, debía recuperar su compostura.

Bajo por el enorme cráter que habia en el lugar, que conectaba hacia el sótano antiguo de los Xmen. Abrió una enorme puerta ya abajo, la puerta donde antes estaba operativo Cerebro del difunto Xavier. La máquina ya no funcionaba, pero el lugar fue usado por Logan para algo más. Dentro había un baúl, el cual abrió con sus manos ya que no poseía cerradura. Dentro había fotos de los X-Men, comics hechos por editoriales sobre su persona, un medallón que tenía grabado "Wolverine" y unos números, y finalmente, lo que vino a buscar en el lugar.

Tras unos segundos adentro, Logan fue hacia las ruinas de la mansión, donde un espejo algo carborizado lo esperaba en el baño. Se observó en él, viéndose con su traje puesto tras casi 17 años sin ponérselo.




-(Me queda raro a esta edad)- pensó Logan fijándose en su aspecto.

Observo sus manos, mientras las apretaba con fuerza.

- Yo...soy Wolverine- expresó cerrando sus ojos y esperando una respuesta de sus garras. El lugar estuvo en silencio durante varios minutos, ninguna reacción ocurrió. Logan bajo sus manos, observandolas, para echar un suspiro.

- Aún me falta para lograrlo, ¿verdad?- se dijo para sí mientras miraba sus manos. Aún le faltaba mucho para volver a considerarse Wolverine.

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