Si bien aún no se acostumbraba al frio invernal, no era del todo insoportable.

Pero a esa velocidad, la brisa fría se sentía como pequeñas mordidas en la piel.

Le provocaba cerrar los ojos porque se le irritaban.

Al principio no había comprendido por qué veía niños pequeños soltando carcajadas mientras lo hacían.

...Pero es que no se había podido negar cuando su aibou le había ofrecido intentarlo, al verlo tan 'curioso' respecto a ello.

Quiso arrepentirse, pero él no se retractaba nunca -no al menos sin una buena razón- y tampoco iba a parecer un cobarde.

Así que se dejó guiar y se sentó sobre la madera pulida.

El corazón le golpeaba muy rápido contra el pecho.

Aun así, todo pareció más liviano cuando su luz se sentó justo detrás de él y le abrazó cálidamente por la cintura.

— ¿Estás listo, mou hitori no boku?

El tricolor de ojos rojizos solo asintió, tragando en seco, y rezando porque Yugi no se fijara en el desmedido galope de su corazón.

Cuando Yugi los empujó a ambos por la ladera de aquel parque, y se apegó con fuerza a su espalda, Yami decidió que pasear en trineo podría no ser tan malo como pensaba.

Aibou: compañero
mou hitori no boku : mi otro yo