—Ugh, ¿esto en serio sabe bien? —preguntó Dany, mientras calentaba una olla de leche con algo de canela en la estufa, mirando a Hikari.

—Bueno, nunca lo he probado pero conozco gente que sí y dicen que es bueno —explicó Rose, tumbada bocarriba sobre la barra de la cocina, sosteniendo una revista de recetas sobre su rostro con los brazos extendidos.

—No lo sé, no termino de fiarme de una bebida hecha con huevo —volvió a comentar la azabache.

— ¿Pueden recordarme por qué estamos haciendo esto? —dijo Hikari, para luego soltar un bostezo y aminorar el movimiento de su mano.

—No dejes de batir las yemas y el azúcar —la reprendió Rose —evento escolar, motivo navideño, cada salón debe presentarse ¿recuerdas? —respondió la albina de ojos rojos.

—Cierto —Hikari bostezó de nuevo, mirando el reloj que marcaba las diez y media de la noche —me pregunto cómo le estará yendo a los chicos.

—Sí, les tocó encargarse de todos los adornos, carteles y demás —suspiró Dany —hey, esto no tarda en hervir.

—Añádelo lentamente a la mezcla que está haciendo Hikari y luego regrésenlo a la olla para que se cocine a fuego lento hasta hervir —indicó Rose, tal cual ponía en la receta —hay que moverlo constantemente con la cuchara de palo.

—Yo ya me cansé la mano —se quejó la bicolor, soltando la batidora en el lavaplatos para luego dejarse caer en una de las sillas frente a la barra.

—Hey, no me dejen sola con esto —molestó Dany, revolviendo la mezcla blanquecina de la enorme olla que tenían con una cuchara de madera.

—Avísame cuando te canses y te relevo —le dijo Rose.

—Bien, yo añado la crema pero tú lo cuelas —condicionó la pelinegra.

— ¡Tenemos que hacerlo entre todas, eso pesa! —se quejó la albina.

—Entonces procura que Hikari no se duerma, amiga —regresó burlona, me mirando de reojo como la pequeña bicolor cruzaba sus brazos sobre la barra y enterraba el rostro entre estos.

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Casi daban las doce de la noche cuando las chicas terminaron de envasar el ponche de huevo -ya reposado- en varios contenedores platicos con tapa, dentro de una nevera que habían vaciado casi por completo para esto.

—Por fin hemos terminado con esto —suspiró Dany —empezaba a hartarme del aroma —la chica miró su celular.

—Es cierto —Hikari se tendió en el sofá, con los ojos cerrados.

—Me pregunto si los demás grupos también se han demorado tanto —bostezó Rose, imitando a la bicolor.

—Pues, Atemu dice que Yugi, Ryou y Joey ya se durmieron, pero los demás siguen trabajando —Dany les enseñó la pantalla de su celular, el mensaje de su hermano tenía adjunto varias imágenes de pancartas y decoraciones hechas en madera y cartón.

—Wow, luce muy bien —aduló Hikari — ¿qué más cosas están haciendo el resto de nuestros compañeros?

—Pues, sé que Tea está con Miho y la auto-proclamada reina de la moda de la escuela, Shadow —Rose rodó los ojos —a cargo de la ropa que se usará en el evento.

— ¡¿Qué, qué?! —chilló la bicolor, sentándose de golpe —no pienso dejar mi ropa en manos de esa... esa cosa —reclamó inconforme.

—Relájate, nuestra maravillosa Rose se encargó de eso —a calmó Dany, guiñándole un ojo a la albina, la cual solo soltó una risilla —nuestros atuendos van acorde con el estilo que todo el grupo acordó y, lo más importante, a salvo de manos desagradables.

—Bien, eso es un alivio —se calmó la oji-canela —ahora ¿podemos irnos a dormir? —gimió de cansancio.

Rose se rio —sí, vamos a la cama, también tengo sueño.

—Sí, sí. A dormir chicas —concluyó Dany, y las tres desfilaron a la cama.

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— ¡Bienvenidos al evento navideño de la preparatoria Dómino! —coreaban varias chicas en la entrada — ¡Adelante por favor, lleguen al salón 2-B para que prueben nuestros postres y bocadillos!

—Tea —la llamó Malik, llegando con Duke y otra chica —hora del relevo, las necesitan en el salón antes de que tomen su descanso.

—Al fin —se quejó la castaña —se me estaba cansando la voz.

—Mejor así —murmuró el pelicenizo, tomando las pancartas de publicidad de su salón.

Dentro del salón parecía que el grupo estaba teniendo bastante éxito, las mesas dispuestas estaban llenas y había chicas con trajes de mamá Noel -con un ligero estilo de kimono- y chicos con trajes de meseros que combinaban negro, blanco y rojo, yendo de un lado a otro, sirviendo panecillos rellenos, ponche y otras bebidas calientes, rebanadas de pastel, galletas de jengibre, mochi y torayaki.

—Tengo una orden de cinco galletas de jengibre y dos vasos de ponche —pidió Hikari.

—Trabajando, hermana —respondió Yugi, trayendo un nuevo lote de galletas desde la cocina de la escuela.

—Necesito tres rebanadas de pastel de fresa con chocolate y tres tazas de té de jazmín —añadió Dany, llegando tras Hikari.

—Ya voy sirvo el pastel —le respondió Ryou.

—Aquí está el té, princesa —Akefia le entregó una bandeja con tres tazas humeantes a la azabache, con un guiño coqueto.

Dany sonrió —aquí están los pasteles —terminó Ryou, colocando las tres porciones en el espacio libre de la bandeja, mientras Hikari ya salía con su orden —deja de coquetearle a tu novia, por lo menos hasta que salgan a su descanso —reprendió al albino mayor, jalándolo del cuello de su camisa para apartarlo de la azabache, provocándole risas a esta.

—Se nos está acabando el ponche —anunció Rose —necesito que alguien vaya a la cocina para ir calentando otro tazón.

—Yo voy —respondió Akefia, soltándose del agarre de Ryou para quitarse el delantal.

Saliendo Akefia, entra Tea con Miho del brazo y Ryou sonrió, mirando a Yugi con complicidad —Rose ¿podrías regalarnos un par de vasos de ponche por favor?

—Claro, Ryou —le sirvió la bebida.

—Atem, podrías remplazarme un rato —pidió Yugi al tricolor que estaba haciendo de mesero.

—Con gusto, necesito un respiro —accedió el tricolor de ojos vinos —por cierto, ya cerraron el acceso por quince minutos para que tomemos un receso —añadió en voz alta.

— ¡Excelente! —celebraron varios de sus compañeros en coro.

—Necesito diez panecillos, cinco de chocolate y cinco de crema —dijo Hikari —y dos tazas de té de limón.

—Y yo dos torayakis y un vaso de ponche —indicó Dany justo después.

—Permiso, que paso —habló Tea, haciendo a un lado a la azabache — ¡Hola Atemu! ¿Qué tal ha ido el día? —saludó melosamente, con intenciones de lanzarse a abrazarlo.

Dany y Hikari gruñeron, la azabache le regresó intencionalmente el empujón que Tea le había dado al entrar.

Yugi y Ryou vieron su oportunidad, se pusieron en el camino de la castaña, con sus vasos de ponche en manos, para que esta al tropezar se estrellara con ellos; los chicos se apartaron a tiempo, soltando los vasos y viendo con gusto como el cabello de la chica empezaba a chorrear la espesa bebida por su rostro y ropa.

— ¡Ahhhhhhhhhh! —el grito de Tea resonó por toda la escuela, como mínimo.

Las carcajadas de todos los presentes no tardaron, incluso Miho y Shadow se cubrieron las bocas para aminorar sus risas.

Rose bajó su celular después de un par de minutos.

Ese video sería la comidilla de la escuela por semanas, se aseguraría de compartirlo en todas las redes sociales que pudiera.