Una sospecha
Los días pasaban, el amor crecía y aquellos dos seguían siendo igual de frikis que siempre.
Yoon Gi pronto debía empezar la universidad pero lo que supuestamente era pasar de la etapa de adolescente a la adulta no iba a suceder tan pronto. Como siempre hacía, se pasaba el día jugando online, en algún entre tiempo se ponía a estudiar o a veces lo hacia mientras jugaba, lo cual era algo bastante sorprendente de ver. Con una mano en el mouse, la otra en el teclado y con ayuda de su pie pasaba las páginas del libro mientras que también hablaba con Jung Kook al teléfono. Era realmente increíble.
Jung Kook en cambio se daba su tiempo para cada cosa. Si jugaba, sólo se dedicaba a eso y si estudiaba sólo se sentaba y fijaba su mirada en el libro.
En esas fechas, la mayoría de jovenes estaba estudiando muy duro para pasar sus exámenes. A Kook le quedaban dos materias y, si no las aprobaba, estaría jodido. No quería pedirle ayuda al rubio ya que suponía que debía estar muy ocupado preparando su examen de Ingreso. Así que lo que hizo fue juntarse con Tae para estudiar. Su amigo estaba más o menos igual que él en cuanto a notas, con la diferencia de que no le quedaban dos, sino cuatro y el poder salvarlas se veía muy lejano.
—Muy bien, a ver...—Tae se colocó sus anteojos para leer y abrió su libro de Literatura— Aquí dice que el tema ocho y el nueve entraran en el examen también. Oye...¡¿Cuando vimos esos temas?!
—Ay Tae... Los vimos en estos últimos meses, no jodas.
Jung Kook sacó sus apuntes y le enseñó al otro lo anotado. Claro que su amigo no lo tenia porque se la pasaba jugando a escondidas con su tablet.
—Ah... Oye, ¿viste el nuevo juego que sacaron?—dijo emocionado —¡Es la neta camioneta!
Tae Hyung corrió a buscar su mochila, la cual estaba sobre el escritorio. Sacó de allí su preciada tablet y la encendió para mostrarle a su mejor amigo el juego que lo traia loco, pero Kook estaba dispuesto a estudiar y a no distraerse. Ignoraria a Tae y sus distracciones para concentrase en lo que realmente le importaba. Además, si lograba aprobar todo, tendría las vacaciones libres y podría pasar todo el dia con su querido rubio.
—Mira, mi personaje es genial, le puse mi peinado. Ey... Mira, mira.
Tae acercó el aparato a la cara del otro mientras seguía diciendo "mira, mira, mira". Jung Kook iba a perder la paciencia, como rara vez le pasaba. Expulsó aire por la nariz con fuerza y le advirtió así al castaño que si no lo dejaba de molestar, guantazo que le iba a pegar.
—Juguemos sólo veinte minutos, ¿si?
—Tae, te invité a casa para estudiar y ayudarnos no para que te pongas a jugar. Ahora soy un adulto responsable, entiéndelo.
—¿Eh...?
Sin entender lo que le decía, Tae se encogió de hombro y se puso a jugar por su cuenta. Después estudiaría, según él jugar estimularía su cerebro.
Después de que pasaron horas dentro del cuarto, uno estudiando y el otro no haciendo más que distraerse, llegó el momento del descanso. Kook había entendido parte de lo estudiado, hizo ejercicios que Yoon Gi le explicó y creía que estaban bien hechos, tenia la confianza de que así era.
—Bien, es hora de comer—dijo estirando sus brazos hacia arriba.
—Genial, yo también quiero comida—el castaño pausó su tarea de anotar quien sabía qué en su cuaderno y acompañó a Kook hasta la cocina.
Una vez ahí, rebuscaron en los muebles, sin decidirse del todo. La ultima opción era cereales con leche, lo que siempre solían comer en las tardes. Kook se servía más cereales que leche y Tae al revés.
—Que hambre tenia —masticó el castaño con la boca abierta—Agh... Oyhe, ¿thu nogvio pogdqué no vinñgno ag ayugdarte?
—Está ocupado...—Kook le dio una servilleta al otro, su forma de comer era como la de un cavernícola —¡No seas guarro, come con la boca cerrada!
—Ay, señor ulala...
Las meriendas entre ambos eran siempre un desastre. Empezaban a hablar de estupideces y se reían hasta llorar, no pudiendo terminar el tazón. Pero ese día estaban más callados, sobretodo Kook; la concentración era su principal aliada, porque números, letras y párrafo volaban dentro de su cabeza.
A Tae, por el contrario, no le gustaba memorizar sólo leyendo, él hacia muchos dibujos entretenidos y esa era su estrategia, una la cual ese año no le estaba funcionando bien.
—Ey, Kook...
—¿Qué?—lo miró de reojo, masticando la última cucharada de cereal.
—¿Ustedes ya tuvieron sexo?—preguntó sin vergüenza, apoyando su mentón sobre su mano derecha.
Jung Kook escupió los cereales y se ahogó. Tuvo que ser socorrido por fuertes golpes en su espalda para así volver a retomar su aire con normalidad. Respiró pausadamente y después posó su mirada en Tae, sin saber qué contestar, pues porque no sabía a que venia la pregunta tan repentina.
—¿Para que quieres saber eso?
—Jaja salu2—bromeó, riendo solo.
—Idiota, ese meme se pasó de moda ya... No tiene gracia.
—Que sad, en fin... Contesta anda, es pura curiosidad. Osea, ya hace casi un año que salen, ¿no?
—Pues no me había percatado de eso... Que rápido pasa el tiempo, en fin, sigamos estudiando.
Jung Kook comenzó a reírse de la nada, como un pequeño loco. Recogió su tazón y el del otro para lavarlos; su estrategia para salvarse de una conversación vergonzosa era muy obvia, cambiar de tema y hacerse el sordo era lo común en alguien tan tímido como él. Aunque estuviera en confianza con Tae, de igual modo no quería hablar.
—Venga Kook, dime—el castaño se acercó a su oído y comenzó a soplarle para fastidiarlo.
—¡No hagas eso!—se quejó, rendido— Maldita sea, está bien... Sí, ya lo hicimos. ¿Contento?
—¡Lo sabía!—celebró Tae casi gritando— Gina me debe una hamburguesa.
Al escuchar el nombre de la joven, Kook frunció su entrecejo. No tenia idea de que ella y su amigo se conocían, y si así era ¿desde qué momento?
—¿Gina?—preguntó curioso—¿Gina, la tipeja esa rara que lee porno gay?
—Sí, ella. Oye... No es rara. Es mi amiga, la conocí jugando online. Me dijo que me presentaría a un amigo suyo muy guapo. ¡Estoy emocionado! Por fin tendré una cita.
—Ah... Por eso me preguntaste si Yoon Gi y yo...
—Oh, no. Eso era curiosidad. No creas que voy a tener sexo con mi primera cita. Eso es de zorras.
Tae golpeó el hombro del otro y se marchó al cuarto para seguir con su tarea. Jung Kook se quedó pensando en lo que le dijo acerca de Gina. Esa chica era una casamentera bien pro. Pero, aunque Tae estuviera feliz, no sentía que fuera a ser del todo seguro ese encuentro. Porque para Kook, Tae era su hermano y no quería verlo fracasar en el amor. No es que no hubiera intentado salir con alguien alguna vez, pero parecía tener un imán para las malas personas. Kook se planteó ir a escondidas y vigilar que su hermano no fuera a ser destrozado, en todos los sentidos.
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