Un intento
Una de la madrugada, computadora encendida, luz apagada y auriculares conectados. Yoon Gi habia terminado en esa semana de estudiar y el tiempo que tenía libre lo pasaba conectado jugando online con su novio. Ambos llevaban desde las nueve ahí metidos en la pantalla. Los ojos del menor estaban rojos y la cabeza le dolía.
Estando comunicados vía Skype, Kook siempre dejaba la lamparita de su escritorio encendida así podía verse por la cámara, pero su novio no. El rubio estaba sumergido en la oscuridad, iluminado por la luz de la pantalla de su computadora.
—Yoon Gi, deja de creerte el señor tenebroso.
—Lo soy—fingió una profunda voz—.Mira, pura maldad. Te mataré, Jeon Potter.
El menor frunció el entrecejo y llevó sus manos hacia atrás de su cabeza, reposando en su silla. Su novio a veces no actuaba acorde a su edad. Era como si nunca fuese a madurar; su apariencia era claramente lo contrario a su actitud. A Jung Kook a veces le gustaba, pero otras no. Además ese día se encontraba particularmente molesto debido al tema de esa cita con su amigo. Sí, Kook era un celoso de todo.
—Vaya cara de perro rabioso tienes, ¿tan mala fue mi actuación?
—No, lo siento... Es que estoy preocupado ya sabes por qué.
Yoon Gi encendió la lámpara que había en su escritorio y se acomodó la sudadera, colocándose la capucha. Su novio le contó a cerca de Tae Hyung, aquel amigo que era como un hermano y aquel que sólo vio unas pocas veces. Esa primera vez que Yoon Gi lo conoció, analizó al chico de radiante sonrisa con cada movimiento que realizaba. No le cayó muy bien en un principio, estaba celoso de que fuera tan cercano a Kook; después, a los pocos días, esa mala actitud se le pasó, dándose cuenta de que Tae era un buen chico. Hasta lo empezó a llamar cuñado.
—¿Qué te preocupa tanto? Deberias alegrarte porque al menos vaya a conocer a alguien.
—Pero es que fue Gina, ella planeó todo. No me cae bien.
—¿Qué te pasa con Gina? Ella no quiere más que unir a personas. Tiene el talento para eso. Déjala ser, hombre... Además ella nos unió de alguna manera.
Kook no podía negar eso. Pero aún así no le gustaba. En realidad no le gustaba ninguna chica, exceptuando algún pequeño momento que después acabó en el olvido.
—Está bien—suspiró con pesadez y se acomodó un poco más hacia atrás en la silla—, te haré caso sólo porque me lo dices tú...
—Buen perrito —bromeó el rubio—.Por cierto, la última partida fue agotadora. Más agotadora que haber tenido sexo desenfrenado contigo.
—¡Qué dices!—Kook gritó tan alto que seguramente sus padres irían a darle un chancletazo por ruidoso—Mierda, mira lo que haces. Eres un... Cochino.
—O tu cara está roja de verguenza o son las luces de la pantalla. Mmn... Voy por la primera opción.
—Cállate. Nunca hemos hecho eso, no puedes compararlo siquiera.
Yoon Gi alzó sus cejas y sonrió de costado. Acercó un poco más el micro de sus auriculares hacia sus labios y susurró.
—Pues hagámoslo ahora.
Sorprendido por escuchar tal cosa, el menor se torció en el asiento casi cayéndose al suelo. Se acomodó apresurado y gruñó como un perro. Negó con su cabeza como si fuese un niño y se cruzó de brazos.
—No seas así, no me dejes con las ganas. Te prometo que te va a encantar—le guiñó el ojo repetidas veces, pero Jung Kook ni siquiera lo miró—.Sólo debes hacer lo que yo te diga y...
—¡No pienso jalarmela frente a la cámara!-—gritó.
Al otro lado de la pantalla Yoon Gi se quedó en silencio, petrificado. Y no porque se hubiera negado, sino porque el grito fue tal que podría haber quedado sordo.
Debido a esto, Jung Kook no se dio cuenta de que su volumen de voz llegara a tal nivel. Escuchó una de las puertas de su casa abrirse y sabia que su madre o padre irían a regañarlo por estar haciendo escándalo a tal hora. Aunque rogaba por todos los campeones de League of Legends que no hubieran escuchado lo que dijo.
—Bueno, no era para tanto, amor. Ahora seguro que van a darte un chancletazo por ruidoso. No apagues la cámara, quiero ver ese espectáculo.
—Callate, es tu culpa, idiota—Kook empezó a sacar toda la basura que tenia en su mesa antes de que la cuenta regresiva llegara a su fin.
—Jeon Jung Kook...
Los movimientos se congelaron como si alguien hubiera pulsado el botón de pausa. El padre del menor había abierto la puerta; estaba en pijama, despeinado, con cara de zombie y sus anteojos anticuados puestos. Se veía cansado y sus ojos nisiquera estaban abiertos. Seguramente había caminado a ciegas por el pasillo, que hombre tan valiente.
—Papi, perdón. Yo... Fue culpa de Yoon Gi, fue él.
—¿Ah? ¿No hablamos ya de los amigos imaginario, hijo?
—Cuando tenía cuatro años...
El padre del menor entro al cuarto, tambaleándose porque seguía dormido. Se sentó en la silla del escritorio y se acomodó para seguir descansando. Mientras tanto, Yoon Gi trataba de no reírse de quien era su suegro. Realmente no lo conocía bien, pero le resultaba un hombre bastante peculiar cuyo parecido a Kook era nulo.
—Oye... Ve a dormir a tu cama.
—Tu madre ronca como burro asmático.
—¿Burro asmático? Papá, estás loco, no puedes dormir aquí. Fuera. Fush, fush...
—Dejame, te lo suplico—alzó los brazos y juntó las manos como si rezara—Mañana debo despertarme a las cinco. Bueno, en realidad mañana ya es hoy.
Jung Kook suspiró como si quisiera expulsar todo el aire de sus pulmones para desinflarlos por completo. Su padre era bastante pesado aveces y también se hacia el gracioso, por lo que en ocasiones no podía distinguir si algo lo decía en serio o no.
—Hola suegro—Yoon Gi lo saludó alzando su voz, provocando que el hombre abriera los ojos de repente.
—¿Quién anda ahí?—miró hacia todos lados—Kook, agarra la escopeta.
El pelinegro rodó los ojos de forma exagerada. Ignoró a su padre y comenzó a abrir las sábanas para irse a dormir.
—Buenas noches.
—¡Jung Kook, espera!—gritó Yoon Gi al otro lado—No me dejes así. Ya sabes...
—¿Tú quién rábanos eres?—el hombre miró hacia la pantalla, encontrándose con un joven rubio en pijama de kumamon y despeinado.
—¿No me recuerda? Eso me duele señor Jeon. Soy el click derecho de su hijo.
—Yoon Gi, deja de dar referencias de ese tipo, ¿no ves que mi padre no entiende? Además está dormido, seguro anda sonámbulo...
El padre del joven se quedó sin comprender nada de la situación. Su hijo se había tapado y alistado para caer en el profundo sueño, mientras que el otro que estaba en la pantalla ya se despedía agitando la mano con desinterés.
—Espero conocerlo mejor algún día—dijo finalmente el rubio, dejando su pantalla en negro.
—¿Ah...?¿Veo espíritus?—se cuestionó el hombre aun sin entender.
Jung Kook cerró los ojos con fuerza esperando que su padre se fuera. Pero parecía que se quedaría allí; mientras intentaba dormir su teléfono vibró. Disimuladamente lo miró y se dio cuenta de que Yoon Gi le había escrito un mensaje.
"No te librarás de mí. Algún día lo harás y se que te va a encantar
(͡0 ͜ʖ ͡0)❤ Sueña conmigo."
Jung Kook gruñó, pero luego de eso una sonrisa se dibujó en su rostro. No podía odiarlo, era un estúpido pero así y todo lo amaba.
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