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Una magia diferente


El episodio de la imagen semi reflejada en la ventana se repitió varias veces y fue hasta unos días después que Diego ya harto de esa situación agarró los libros de magia que tenía para averiguar que era esa voz y esa imagen, Diego sabía que no estaba ebrio y que tampoco estaba hipnotizado, cada lapso de tres horas lanzaban el hechizo para remover ilusiones o hipnosis, así que esa cosa era real, pero a que se refería con lo que le decía.

Pero sus libros no contenían mucha información sobre este tipo de voces y visiones, claro ver el futuro era absurdo ya que Diego no tenía dotes para ese tipo de magia, incluso una vez no mucho tiempo atrás el joven intento tomar una poción para aumentar sus poderes y otra para aumentar su concentración y aun así no pudo tener una visión del futuro, le había hablado a Nancy pero ella se mostró bastante apática y bueno Wilden falleció días atrás, así que estaba solo.

En esos momentos se encontraba solo en la habitación preparando una poción para potenciar ligeramente su magia, todo eso para realizar un hechizo revelador y saber quién hablaba en esos momentos.

No faltaba mucho para el anochecer, así que debía ser en ese momento, Diego agarró el vaso y se tomó la poción, espero unos minutos a que surtiera efecto, agarró el báculo que había heredado de su madre y con el apuntó hacia la ventana, solo faltaban unos segundos para ver la figura, sé que observando la figura hasta que por fin llegó el momento.

-Revelatium Magicus-

De la punta del báculo salió un chorro de agua de color gris que roseo la parte del vidrió cuando la imagen se formó y comenzaba a hablar.

Hubo un destello bastante fuerte, la imagen semi reflejada en la ventana se pudo ver con mayor claridad rebelando la figura de una joven mujer, Diego no pudo distinguirle bien el rostro, esta mujer levantó la mano y de ella salió una luz que cuando tocó la frente de Diego frente a él se formó una imagen borrosa de una corona mientras que la figura y la voz desaparecían.

-¡la corona!-dijo comprendiendo el mensaje.

Usando magia improvisa una maleta con unos cambios de ropa, comida, algo de dinero, algunas pociones ya preparadas, claro que hizo que el interior de la maleta fuera más profundo y lazó otro hechizo para poder aligerarla, no podía creer que en serio haya sido tan estúpido como para dar por sentado la seguridad de la corona de Berk, en especial con ese hechizo de defensa tan débil que colocó sobre ella.

Salió en ese momento a la calle, colocó sobre el sidecar la maleta y la aseguro mediante magia, se subió a la moto, pero antes de arrancar la moto sacó el teléfono celular y lo abrió ara hacer una llamada a Nancy.

-¡otra vez tú!-le gritó.

-escúchame Nancy no tenemos tiempo para eso, veras creo que la corona de Berk-

-ya déjame vivir Diego, no todo son esas cruzadas y la búsqueda de esa corona nos quitó más de lo que buscamos-

Colgó el teléfono de mala gana, Diego debía advertir que esa mujer si debía estar enojada con él, pero no entendía como una mujer tan entusiasta de aprender magia anhelara una vida normal si es que eso existía.

-bien si nadie va a ayudarme iré solo-

Se puso el casco se montó en la motocicleta y la arranco, salió de la zona de estacionamiento y comenzó a conducirla por la calle.

Rebasar el límite de velocidad era muy tentador, tenía prisa, no había momento para pensar en cuantas leyes de transito romper, pero el hacerlo implicaba más de mil problemas si se llevaban la moto al corralón.

Antes de salir de la autopista detuvo la motocicleta en una gasolinera, lleno el tanque completo del vehículo y llego un bote adicional, imprimió el ticket de compra, entro a la tienda para pagar la gasolina, comprar una tarjeta para recargar su celular y comprar un café capuchino.

Al salir de la tienda se sentó en una banca para tomarse el café, estaba bastante caliente así que le quitó la tapa para soplarle antes de tomárselo, sacó el mapa de su bolsillo para planear el viaje, ya habían ido a esa cueva antes, pero en aquella ocasión fueron en auto.

-decisiones, decisiones, que difícil- decía para sí mismo- si tomo por el camino de la autopista podré ir más rápido pero esa es la ruta con la que Grug me seguirá, si voy por el camino regular tardare un día más, porque siempre hay dos opciones, nunca tres-

Desvió la mirada hacia una mujer joven poco mayor que el que se encontraba del otro lado de la gasolinera, estaba dentro de un automóvil tipo Volkswagen azul que volteaba a verlo desde la ventana, instintivamente el joven puso su mano en su báculo listo para lo que fuera, algo le decía que esa mujer no venía en son de paz.

El joven se quedó ahí durante varios minutos sentado en la banca pero no ocurrió nada, lentamente se levantó de la banca y comenzó a caminar hacia la moto, arrancó el vehículo para alejarse de ahí y reanudar su camino.

Aceleró cuando llego a la autopista, llena de gente autos que se dirigían a diferentes destinos ya que la temporada vacacional estaba por iniciar, él debía aparentar que se dirigía al campo a vacacionar, cruzo los carriles entre varios automóviles, si esa mujer lo estaba siguiendo no le sería tan fácil.

Salió por una de las primeras salidas que encontró, una vez de regreso en la ruta normal retrocedió el vehículo y se colocó detrás de una columna de la carretera, pensando en que quizás fue una paranoia causada por el miedo, claro que con Grug suelto todo podría ser posible.

Pasaron unos minutos, no pasó nada así que Diego respiró profundamente en señal de alivio, así que podía confiar en que no lo seguían.

-tranquilo, tranquilo, no hay nadie siguiéndome-

Apenas terminó de decir esas palabras cuando el mismo vehículo acaba de llegar a esa salida, y era la misma mujer que volteaba a todos lados, Diego agacho la cabeza asomándose de forma discreta para que esa mujer no lo viera.

La mujer sacó el Volkswagen a un lado y ahí lo estacionó antes de salir por la puerta volteando a todas partes mientras que hablaba por una radio, o quizás era un teléfono.

Diego cerró los ojos pensando en que hacer, si aceleraba ahora delataría su posición, y una regla muy básica si descubres que te siguen no vayas a tu casa.

La mujer salió del automóvil y comenzó a voltear de un lado a otro seguramente buscándole, pero que podía hacer, no era tan bueno atacando desde lejos, conocía el hechizo de rayo arcano pero su hechizo no era tan bueno como el de Wilden.

-correré el riesgo-

El chico bajó de la motocicleta levantó su báculo sosteniéndolo con ambas manos se puso en posición para lanzar el hechizo, dio varios pasos intentando no hacer ruido para acercarse a ella, se colocó en posición, respiro profundamente, sentía como su ritmo cardiaco se aceleraba.

-¡Voltar truenasi!-

De la punta del báculo salió el relámpago que voló hacia aquella mujer a gran velocidad, pero por la adrenalina que sentía Diego, no pudo apuntar bien y el relámpago se desvió chocando a un metro de distancia del objetivo.

-e...- Diego respiro profundamente para conservar la calma, que la mujer se daba la vuelta mientras que se colocaba en una posición muy extraña para lanzar un hechizo, claro que Diego sintió la necesidad de hacerle notar que iba en serio.

-¡ese fue el disparo de advertencia!-

No hubo respuesta, la joven mujer solo se quedó viéndole, tampoco parecía estar sorprendida lo que le indicaba que si era una hechicera.

Sin pensarlo el joven lanzo un hechizo de duplicación de imagen, que consistía en crear múltiples imágenes de el mismo, las imágenes rodearon a la chica que no pareció inquietarse.

-Hay por favor el truco más viejo de la historia- respondió volteando hacia todo lados, viendo a cada una de las imágenes de Diego antes de voltearlo a ver directamente a el- para empezar detectar al real siempre es demasiado fácil ya que el real nunca se mueve de su sitio y te estoy viendo ahora, además de que siempre colocan a las imágenes a diferentes distancias y al real se coloca a una distancia mayor, que es justo lo que hiciste y por la cara que pones sé que adivine-

Diego no pudo evitar el quedarse boqui abierta, nunca había pensado en que ese truco alguien pudiera adivinar la posición real del objetivo, en especial de que lo había usado contra algunas criaturas en el pasado pero nunca en un combate contra un hechicero.

-caray eres buena-

Se trataba de una elfa quizás poco mayor que él, tenía un cabello rizado de color verde y una cara muy linda lo que la hacía muy bonita además de inteligente y una voz muy dulce.

-ahora porque no me haces un favor y me acompañas hay alguien a quien quiero que conozcas-

-¡si me niego que!-

-será por la difícil-

-prefiero seguir con mi vida, voltar truenasi-

Apunto el báculo hacia ella, la mujer se quedó de pie justo dónde estaba solo levantando sus muñecas para cubrirse, claro que Diego no se detuvo a ver el resultado del ataque este volteo y en seguida corrió hacia su motocicleta, se subió en ella, metió la llave y la arrancó, cuando la moto comenzó a rodar se dio cuenta de que la mujer seguía en pie como si nada pero no iba a permitir que le siguiera así que sin pensarlo y cómo iba a poca velocidad volvió a lanzar el hechizo de ilusión para crear imágenes de el sobre la motocicleta y todas fueron en diferente direcciones, una vez que guardó el báculo aceleró más la motocicleta, se metió entre unas calles, antes de dar giro y regresar a la carretera dónde lanzó el hechizo de cambio de forma y así tomar la apariencia de Wilden, jamás sospecharían de una persona que ya había muerto.

Una vez que se aseguró de que ya no lo seguían retiró el hechizo y prosiguió con su camino hacia la cueva, detuvo la moto en la entrada, la encamino hacia un lado para esconderla detrás de una roca, le colocó una cadena para atarla a un árbol, no creía que se alguien fuese a llevársela.

Ya no estaba en la ciudad, era el campo y con la falta de la luz del alumbrado de los edificios, hacían que la luz de las dos lunas y de las estrellas fuera muy nítidas, un espectáculo digno de admirar y que la mayoría de la gente no apreciaría.

-lufia-

La punta de su báculo se ilumino antes de sacar una bola de luz que brillaba poco alejado de él, respiro profundamente era la primera vez que hacía ese tipo de cosas él, siempre necesitando ayuda de otros y le hubiera gustado llevar a alguien, pro fuera de Nancy y Wilden no conocía a nadie que supiera hacer magia o que se atreviera a realizar ese tipo de aventuras.

Diego se adentró en la oscura cuerva, la única fuente de luz era la que el proyectaba con la magia, como la vez anterior entre los tres retiraron las trampas así que no tendría problemas con ir directo al pedestal.

El joven se acomodó lo lentes y comenzó a avanzar por aquel túnel, no era estrecho y no curveaba mucho, pero si tenía muchas piedras que obstaculizaba el camino, pero pese a eso sentía la adrenalina que se acumuló en su cuerpo, temía encontrar a Grug en la cueva.

Paso por el estrecho sitio hasta que llegó a la zona más amplia dónde por poco choca con el pedestal dónde se encontraba la corona de Berk, aunque el pedestal estaba vacío, pero en verdad no lo estaba, Diego apuntó al pedestal con el báculo para retirar un hechizo de invisibilidad que el mismo había lanzado a la corona.

Ese día antes de que comenzara el combate, sentía una gran presencia de peligro, o que le hizo tener la precaución de lanzarle un hechizo de invisibilidad a la corona en caso de que perdieran la batalla, claro que fue una verdadera suerte de que Grug estuviera viendo hacia otro lado y que no tanteara en el pedestal.

El hechizo se retiró revelando la corona brillante que descansaba sobre ella como si nada hubiera pasado.

-bien, jure protegerla y eso haré-

Se acercó a la corona para agarrarla con la mano izquierda, con la derecha levantó le hechizo, conocía una forma ideal de esconder a corona.

-informibus Diamanti-

La punta del báculo se iluminó, la luz paso de la punta a la corona y está volvió más pequeña y comenzó a cambiar de forma de un diamante azul.

La gema cayó sobre la mano de Diego, el joven la guardo en su bolsillo, después agarro la gema de su báculo, para guardar la en el otro bolsillo de su pantalón, esa gema azul era más bien un adorno ya que su báculo no la necesitaba, podía funcionar perfectamente sin ella.

Sacó el diamante de su otro bolsillo, el que era la corona transformada y lo encajó en dónde estaba la gema original.

-ahora solo debo preparar una poción para olvidar este momento y la corona de Berk quedará en el olvido para siempre-

Comenzó a caminar hacia la salida del túnel, la poción no era muy difícil de hecho tenía un poco guardada en su moto, programada para unas doce horas solo tenía que salir de ahí escribir una nota en su cuaderno de que la corona estaba a salvo y todo solucionado.

Cuando salió de la cueva, fue directo a su motocicleta quitó la cadena con la que la había atado, busco en el sidecar para busca la poción de entre todas las que tenía.

-creí haberte pedido que vinieras con migo- habló de nuevo una dulce voz femenina que Diego reconoció.

El joven se ergio sobre sí mismo antes de voltear a ver a la misma joven que se había encontrado en la carretera, parada a una distancia corta.

-¿Qué es lo que quieres?-

-que vengas conmigo, claro que no es una para una cita, por cierto que haces aquí tu solo-

Diego levantó el báculo, estaba claro que no confiaría en esa chica por nada del mundo, en especial después de que lo estuvo siguiendo.

-tengo motivos para desconfiar, y lo que haga aquí no es de tu incumbencia-

-bien entonces qué tal si me acompañas y hablamos, bueno aunque no como amigos tengo ordenes de llevarte-

-será por la fuerza Paraloz-

La chica levantó sus manos, con la izquierda apuntaba hacia Diego y con la derecha tocaba su muñeca izquierda.

El hechizo de Diego volaba hacia la chica y quedó suspendido en el aire, debía ser un hechizo escudo muy potente que obviamente Diego no conocía.

La chica seguía moviendo su mano derecha en torno a su muñeca, que no veía su báculo que usaba o quizás era otro tipo de canalizador, un anillo tal vez.

De ese anillo salió otro aro de color blanco que volaba hacia Diego, sin pensarlo el chico se lanzó a un lado apenas evitando que el hechizo lo golpeara.

El aro blanco paso de largo por un costado del joven, volteándolo a ver se dio cuenta de que el aro estaba formado por runas así que debía ser un hechizo rúnico, pero nunca había visto que se activaran de esa forma, quizás estaba escribiendo las runas en su brazo.

-no vas a atacarme, bien te atacaré yo- le dijo

Diego volteó a verla, no podía esquivar por siempre esos aros rúnicos, así que el chico levantó su báculo para lanzar un hechizo para protegerse.

-Bastion Fortigar-

Del báculo de Diego salió un circulo semi transparente que se proyectó ante él.

La chica volvió a lanzar ese extraño hechizo rúnico que choco antes de impactarse contra el escudo comenzó a aumentar su tamaño de ese aro al punto en que pasó por encima del escudo de Diego, una vez que ese aro paso por encima del escudo, comenzó a disminuir su diámetro hasta quedar muy pequeño, Diego tuvo el impulso de lanzarse hacia un lado, pero en eso momento sus pies no reaccionaron, así que bajo la mirada, en sus piernas habían aparecido unos aros rúnicos idénticos al que le había lanzado.

-¿en qué momento?-

La mirada de Diego se levantó la mirada de nuevo a esa chica mientras que el aro que le impactaría de frente se volvía más pequeño al punto en que paso por su báculo y luego llego a sus brazos provocándole una sensación de entumecimiento que se expandió a todo su cuerpo que ya no pudo mover, mientras esa cosa se expandía por el cuerpo de Diego, más y más aros con esas runas que se colocaban en diferentes diámetros en diferentes partes del cuerpo del joven.

Cuando uno de esos aros rúnicos se colocó enfrente de la cabeza de Diego a poca distancia de él lo que le permitía ver como las runas que giraban alrededor de él, los aros giraban todo el tiempo aunque no con mucha velocidad, lo que le permitió darse cuenta de algo.

-no son runas son números-

-¿no te gustan?-le preguntó la chica-tranquilo te lo explicaré más tarde- dijo mientras que volvía a sobar su muñeca y el cuerpo de Diego comenzó a moverse en el aire. Antes de sacar un teléfono celular para hablar por eso.

-Central aquí Doble A ya tengo al objetivo, espero que me recojan-

-entendido te enviamos un vehículo al punto de extracción intenta no tardaste mucho

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