
Capítulo 5
A veces me pregunto ¿por qué lo hago?, ¿qué es lo que ganó con todo esto? Si nada de esto ha funcionado y eso que ya ha pasado medio año. Hay días incluso en que quiero dejarlo todo y olvidar todo lo que hice para llamar su atención.
Si dejo de escribir ¿lograré olvidarlo?, ¿él seguiría esperando mis cartas?, ¿él recordará que hay una chica enamorada de él que no sea ella?
— Hablando a X del planeta tierra — dice Mon provocando que Jade se ría.
— ¿A qué temperatura se encuentra Axelandia? — ahora la que se ríe es Mon, como es usual empieza a molestarme con él.
Sonrío pero de una manera triste que no pasa desapercibida.
— Está muy helado en realidad, parece que muy pronto puede desaparecer —les sigo la corriente, primero miro a Mon y luego a Jade.
— ¿Quieres que desaparezca de verdad? —disimuladamente Jade señala la dirección en donde se encuentra él, ella es la única que no es obvia de las tres.
— Creo que ya es hora.
— ¿Por qué? — dice Mon como siempre queriendo que continúe con las cartas, es ese demonio que me dice lo contrario a mi mente.
— No he logrado nada —comienzo hablando, dirijo mi vista hacia la mesa en la que se encuentra— él sigue con ella.
Ambas se miran y saben que tengo razón en eso, es algo que quise que cambiara porque así sabría que le interesa mis cartas. Pero era evidente que algo así no pasaría.
— Recuerda que si de verdad la amara, la tomara más en serio. No tienen una relación formal, solo vacilan — habla Jade aunque quiera convencerme de que le siga mandando cartas, es algo que ya no le veo sentido.
— El ser novios es solo una etiqueta nada más, ambos actúan como una pareja. No son oficiales, pero todo el mundo lo sabe —al terminar de decirlo centro mi atención en lo que resta de mi comida.
— Entonces ¿por qué si se le declaró a Abril o a Elisa? — habla Mon y señala la fila de la cafetería que es en dónde se encuentran las mencionadas.
— Tiene razón Mon — Jade gira con disimulo su rostro hacia la dirección de Axel.
La conversación termina al observar que personas aparecen en nuestro campo de visión. Mantenemos el silencio al ver que se sientan en la mesa que se encuentra a un lado de la nuestra.
Creo que mi ánimo subió. Es hora de la venganza.
— Mon ¿qué tal está la vista de ese lado? — intento mantenerme seria pero no lo logro y me empiezo a reír como una foca retrasada, Cam no es la única con una risa escandalosa.
Ellos al escuchar mi risa voltean a vernos.
Se nota de que poco a poco pierdo... espera ya no pierdo nada de dignidad, así que haré que ellas también la pierdan. Para algo debo servir como amiga.
— Auch — mi mano va a mi pantorrilla derecha que es la que recibió una dulce patada de Mon completamente gratis.
Le saco la lengua, ella me saca su dedo del medio y yo, como toda una santa que soy, hago que mis dedos se junten y queden alrededor de su dedo.
— No eres una buena influencia para mí — Mon niega con la cabeza completamente seria, pero la risa le gana.
— Wattpad tampoco fue una buena influencia, pero sin eso muero — me hago la muerta encima de la mesa.
Mi cabeza está en dirección hacia la mesa del amor de Mon y al parecer les hemos estado dando una función gratis. Creo que debería cobrarles, necesito dinero para mis dulces.
Se dan cuenta que los estoy viendo, solo sonríen, se levantan y se marchan sin pagar el pequeño número de teatro. Mon le sigue con su mirada al último de ellos. Yo hasta el día de hoy no les distingo, no entiendo cómo ella si.
— ¿Ya no tienes una buena vista? —Jade la mira divertida.
— Tú tampoco la tienes — las tres hacemos una pequeña inspección en la cafetería y es verdad no está él.
×××
— Hola Dalila — la voz suena a mis espaldas.
Me giro y veo a Roxanne, por suerte no está con él. Odiaría verlo justo ahora cuando mi corazón no está preparado para eso, en realidad nunca lo está.
— Hola Rox — sonrío.
Un silencio incómodo nos inunda, lo único que hacemos es mirarnos y odio hacer eso cuando la otra también es lo único que realiza.
¿Qué más puedo hacer? si la situación me resulta un poco rara. Ella y yo no nos llevamos tan bien como para entablar una conversación fuera de las aulas. Me volteo al casillero y sigo buscando los libros de la asignatura que me toca. Si quiere hablarme que lo haga, yo no tengo nada que decirle.
Puedo sentir que sigue ahí. No sé lo que quiere, tal vez quiere decirme o pedirme algo, pero creo que se olvidó porque no me vuelve a hablar.
Cuando me volteo hacia ella abre su boca, pero la vuelve a cerrar.
—¿Qué pasa? — la curiosidad me ganó, tenía que saber que quería o sino iba a estar con algo raro en el pecho pensando lo peor.
— Ni yo misma sé lo que me pasa, todo es raro, necesito desahogarme con alguien, pero no quiero que sea ninguno de mi grupo, sé que no lo entenderían o tal vez creerían que estoy exagerando —lo soltó todo de una ni bien había terminado de hacer la pregunta, por suerte si le entendí, hubiera sido incómodo pedirle que lo repita de nuevo.
— Okay, pero tenemos clase — señalo mis libros y miro la hora en el celular, al parecer estoy llegando demasiado tarde — ¿te parece si me cuentas en el camino?
—Es algo largo y difícil de explicar — empezamos a caminar hacia el aula que me toca, no sé dónde le toque a ella pero parece no importarle.
— Resúmelo, ve directo al grano — algo que odio de las personas es que se hagan muchas bolas al querer decir cualquier cosa, me llega a desesperar tantas vueltas que dan.
— Está bien, creo que Axel ya no me quiere —hace lo que le pido.
Pedí que sea directa, pero no me esperaba algo así y me pregunto ¿por qué de tantas personas justo a mí?, ¿será que el destino me está hablando?, ¿acaso es una señal?
— ¿Por qué lo piensas? —mi corazón espera con ansias su respuesta, de verdad cree que tiene una oportunidad.
— Ya no es lo mismo, parece que le gusta alguien más — su voz se escucha triste.
—¿En serio crees que le guste alguien más?
— Si, cuando fui a su casa el último día de vacaciones, encontré un cartón lleno de cartas estaban firmadas con trozos de periódico que formaban una X — creo que mis ojos no se pueden abrir más de lo que ya se encuentran.
No doy crédito a lo que me dice.
Tal vez ya sepan que yo soy X y me están haciendo una broma de mal gusto.
Pero no puedo creer que guarde las cartas. Mi corazón está emocionado por lo que acaba de oír y creo que no voy a dejar de mandarle cartas. Tal vez le llegue a enamorar con mis cartas, poemas y canciones.
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¿Alguna vez le han escrito cartas a su crush? ¿Ha sospechado de ti? ¿Cuándo te dejo de gustar le dijiste que fuiste tu de las cartas?
¿Creen que Axel le esté empezando a gustar Dal?
A. C.
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