Ryan

— Necesito tu ayuda —hace como si estuviera sacando algo del casillero mientras yo intento recordar la clave del mío.

¿Empezaba con 1 o 3?

Debí anotarlo, ahora me toca jugar con las distintas combinaciones que puede haber con 5 dígitos. Aún falta para que empiecen las clases, he llegado pronto porque cierta personita quería decirme algo super hiper mega importante. Como buen amigo que soy llegué pronto.

— Me estás escuchando —no alza mucho la voz, pero sí lo suficiente para detectar cierta molestia en aquella.

— ¿Qué favor?

— Tuviste un pequeño fetiche por ella, así que no será difícil —ruedo mis ojos al recordar mi gran error de decirle aquello habiendo más personas en esta maldita vida; le hubiera dicho a mi perro, creo que me estaría comprendiendo en vez de pedir favores.

— ¿Y ahora qué? —sigo intentando con distintos números.

Si no son los números de mi teléfono móvil, puede que sea de la cédula.

<Tus padres te repiten cada que vas al médico que deberías aprendértela.> La hermosa voz imaginaria que escucha mi mente me hace caer de la realidad, no me la sé.

Tal vez la fecha de un cumpleaños.

— ¿Entendiste? —su estúpida voz me trae de vuelta.

— Me lo repites no me ha quedado claro —me empiezo a apresurar, dentro de poco puede que toque el odioso timbre y me quede sin mis libros.

— Hazte a un lado —me empuja y empieza a introducir unos dígitos, mis ojos se abren lo más que pueden al observar que le atinó.

¿Cómo lo hizo?

— Es su cumpleaños más el último dígito que hace referencia a su año —me da un golpe en la cabeza, ya la tengo dura porque siempre suelo jugar así, por lo tanto no me empuja demasiado.

Abre el casillero y vuelve al suyo. Veo que algo blanco cae ni bien es abierto, también lo ve y sonríe.

— Pensé que había dejado de mandarte cartas —cierra su casillero, pero antes de marcharse dice— por whatsapp te explico el favor. Disfruta de la carta.

Me agacho a recogerla, efectivamente es una carta y es de ella. Siempre firmada como anónimo a pesar de que sé quién es y creo que ella también sabe aquello.

Reviso la hora en el celular, falta sólo unos tres minutos para que empiece mi martirio con anatomía en el tercer piso. Cojo rápido las cosas que tengo que llevar y me encamino hacia las gradas.

Pienso que debería existir un ascensor porque, o sea, el colegio no piensa en los pobres alumnos que deben subir a la primera hora al tercer piso cuando algunos siguen medio dormidos y no les interesa subir corriendo por ellas.

Empiezo a sacar el papel del sobre mientras intento que no se caigan las cosas del un brazo.

"Ya se acabó todo.

La historia de amor que nunca empezó acaba de terminar. Ese amor que tenía hacia ti se ha apagado para siempre.

Es increíble que ningún comentario hizo que desapareciera mi amor por ti, pero lo hizo al conocerte un poco.

Es verdad, uno debe conocer para amar; yo sólo te idealicé de la forma más perfecta creyéndote el mejor del mundo, te imaginé que no serías capaz de muchas cosas. Pero me llevé una decepción al confirmar esos comentarios que hablaban de como eras realmente, eras diferente a lo que imaginaba.

No fue un amor de verdad, debía aprender que sólo fue una ilusión algo diferente a las demás, una que duró más de lo esperado, una demasiado fuerte para que lo haya confundido con amor.

Fue una ilusión duradera porque así quiso que fuera mi corazón, no quiso soltarte, yo tampoco puse opresión.

Por fin te vas, no sólo de este ciclo de mi vida, sino también de mi caprichoso corazón. Sinceramente espero que te vaya muy bien porque yo voy a estar de maravilla sin andar pendiente de ti como lo he venido haciendo desde hace ya más de cuatro años.

Eras mi todo, te volviste parte de mi vida en el colegio, fuiste el primer chico que me gustó, contigo escribí mi primera carta de amor. Pero así como te volviste mi todo, ahora te has convertido en mi nada. Eso me enorgullece poder escribirlo en esta última carta, después de un poco más de cuatro años puedo hacerlo.

Nunca te amé, pero si te quise de una manera especial, claro si es que eso se puede llamar querer porque siempre deseé lo mejor para ti, me preocupaba por ti. Todo eso sin conocerte. Fue especial para mí, tan así que llegué a creer estar enamorada de un desconocido.

Te pude olvidar gracias a que tus acciones pusieron en jaque a mi corazón.

Siempre supiste quién era, pero ni aun así me agradeciste por los regalos que cada año te daba en tu cumpleaños, en Navidad y en San Valentín y eso sin ser ni siquiera conocidos. Tampoco mostraste ningún interés en las cartas que cada mes te llegaban, no había ninguna emoción cuando las leías y eso siempre me dolió y me llegó a destruir de alguna forma mi autoestima. Pero a mi corazón se le daba por revivir todas esas veces y seguir intentando. Un corazón obstinado que por desgracia me tocó. Sin embargo, todo tiene un límite y tú ya lo cruzaste, dándole la razón a mi mente.

Aunque no lo creas no me arrepiento de nada, no me arrepiento de haberme fijado ese día en ti. Esto no fue un error, creo que todo pasa por algo y por eso creo que me ha de servir de lección para un futuro. No siempre hay que dar todo a alguien que ni siquiera le importas.

Adiós.

Att: Nadia Jones."

— ¿Y esa cara? —Chay pregunta al sentarse junto a mí justo antes de que el profesor entre con las pruebas de la anterior semana.

No le contesto, guardo rápidamente la carta, aunque puede que ya la haya visto.

Espero que no, aunque leerla le alegraría la mañana, al final de cuentas, él siempre la quiso y tuvo la tremenda suerte de que se haya fijado en mí.

~~~

¿Con quién creen que hablaba al principio?

¿Quién será el fetiche de Ryan?

¿Qué favor podría ser?

¿Qué les pareció la última carta de Nadia?

A.C.