Dal

— ¿En qué piensas? —le pregunto con una sonrisa cuando me acerco a ella.

— Ya falta poco —su contestación se basa en sólo tres palabras cargadas con un gran sentimiento que se puede palpar en su tono de voz, es triste y desganado.

— Lo sé, falta poco —levanta su cabeza de la banca en la que estaba recostada.

— Tú no entiendes —quito mis manos de sus cachetes casi inexistentes.

— Ya vas a empezar con tu drama —me da un pequeño golpe en la cabeza y enseguida aparece una sonrisa pequeña en su rostro. Golpearme le levanta el ánimo.

— No es drama, tú no has pasado por esto —replica con un enfado fingido.

— Y tú recién el año anterior pasaste por lo mismo —me quejo, abre su boca y la vuelve a cerrar— pero ahora te gusta otra persona que también se va.

— En menos de tres meses se va —dice mi castaña favorita.

— ¿Y si te despides de él? —sugiero

— Mejor una despedida silenciosa, solo mirándole desde lejos como siempre ha sido en este año.

— Esta bien, mejor hazlo con una carta escrita como lo hizo X —sugiero con una sonrisa, ella niega, pero de todas formas también sonríe.

— No, gracias, paso no más.

— Lo mío no salió nada bien, pero tampoco mal.

— Linda manera de animarme, siquiera Jade supo cómo convencerte de hacerlo la primera vez.

— Tú te encargaste de las otras 24 —reímos.

— Viejos tiempos —mira a nuestro alrededor y yo también lo hago, vemos como todos están hablando o copiando un deber, todos tan ajenos a nosotras.

— Ya ha pasado más de un año —suspiro recordando la emoción y la adrenalina que sentí.

— Lo sé —me mira— en enero se cumplió un año.

— ¿Así que te animas a ser una letra?

— No seré Z, alguien ya robó esa letra.

— Ni me lo recuerdes —hago una mueca al acordarme como los tres más idiotas pensaron que era Z— serás H una letra que en español es silenciosa, pero que siempre está presente. Tomaremos esa letra por la inicial de tu apellido.

— Siento que estás planeando mi infierno —niega mientras me mira con recelo fingido.

— Las cartas no son un infierno, son una manera de demostrar lo que no nos animamos a expresar.

— Por eso lo hiciste —lo afirma muy segura de que esa es la razón.

Pero ¿esa será realmente?

Lukas

— ¿Alguna novedad? —se acerca y se apoya en el casillero siguiente al mío.

— Deberías dejar de preguntar eso todos los días —me quejo cansado de siempre escuchar lo mismo, y es que ni siquiera cambia las palabras.

— ¿Sabes leer indirectas? —su pregunta me toma por sorpresa, él me mira esperando una respuesta.

— ¿De qué estás hablando? —frunzo el ceño mientras él niega con un movimiento lento.

— Olvídate de ella porque no está interesada en ni siquiera hablarte, ¿sabes por qué? —me mira expectante, alza una de sus cejas mientras guarda silencio hasta que yo niego— porque ella ama a otro y si sigues detrás de ella como hasta ahora, lo único que vas a conseguir será un corazón roto y ten por seguro que no será el de ella.

— ¿Cómo puedes estar tan seguro? ¿a quién ama? —la curiosidad se adueña de mis palabras provocando que en mi tono de voz se note mis ansias.

— Lo sé porque, así mismo, trate de que Nadia me viera con otros ojos; me hablaba en persona y por chat, me sonreía, me miraba. Sin embargo, ella seguía enamorada de Ryan —su voz se había apagado al decir lo último, fue apenas audible. Pero he logrado escuchar el nombre.

— ¿Ryan? —vuelvo a decirlo pero ahora como una pregunta, no creo que sea el mismo, pero con un movimiento de cabeza me lo confirma— ¿él lo sabe?

— No es tonto, obviamente sabe que Nadia se muere por él, pero le da igual.

— ¿En serio? —asiente y mira para otro lado— ¿qué me dices de ella?

— ¿Nadia? —afirmo con mi cabeza— pues me aleje de ella por ese motivo, así que, no he vuelto a saber de ella. Aunque este año Ryan no recibió ningún regalo por su cumpleaños, tampoco ninguna carta o algo, a excepción de una.

— ¿Nadia mandaba cartas?

— Si, no le daba cada cierto tiempo, sino cuando menos se lo esperaba —en sus labios se ha plasmado una pequeña sonrisa que sólo demuestra tristeza— la última carta que le escribió tuvo que ver conmigo, le decía que nada había cambiado, que todavía le seguía amando.

— ¿Ryan sabe lo que sientes por ella?

— Si, creo que es por eso que no le corresponde, ya sabes códigos de amigos.

— ¿Por qué no vuelves a intentar conquistarla?

— No soy como tú, yo sí sé cuando debo alejarme —me palmea el hombro para luego alejarse.

Por donde él va caminando, cerca suyo pasa la chica castaña que ha roto sin querer el corazón de mi amigo. Ella no se da cuenta quien pasa cerca suyo, tampoco siente mi mirada. Parece demasiado concentrada en algo que lleva en las manos cuando pasa cerca mío me doy cuenta que es una hoja pequeña con varias líneas escritas en ella.

~~~

¿Será que Mon se anima a ser H?

¿Cómo animan a su amiga? Yo sinceramente no sirvo para eso, no soy muy buena dando consejos y sin duda no aguantaría mucho su drama.

¿Será que Lukas se va a alejar?

¿Qué piensan de Ryan?

<A. C.>