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Capítulo 30

Dedicado a: stefaniacuellarb

Axel

Veo a Mon junto con su amiga de cabello naranja caminando por el pasillo, para mi suerte no está Dalila junto con ellas.

A mi lado está Thiago quien sabe que es lo que tiene que hacer, si, he hecho un plan para poder conseguir el número de Dalila y para así poder averiguar todo lo que quiero. Thiago empieza a caminar en dirección hacia esas dos chicas que lucen muy animadas conversando sobre lo que sea. En pocos minutos Thiago se lleva a Jade hacia quien sabe dónde. Es mi turno para entrar en escena.

— Da... dama bella que está por aquí tan sola —sonrío cuando ella se voltea en mi dirección— tenemos que hablar, Mónica.

— No ibas a decir dama —se ríe y yo ruedo los ojos al saber que fui descubierto, pero sólo dije la primera sílaba— ibas a decir Dalila.

— No, estás alucinando, ya te he dicho que digas no a las drogas —ella solo ríe.

— Miéntete primero a ti y luego intenta hacerlo conmigo.

— Necesito pedirte un favor.

— Axel, yo no sé dónde conseguirte un cerebro para que pienses, así que mejor no me pidas eso —dice manteniendo una seriedad espectacular.

— ¿Estás insinuando que soy tonto?

— No lo insinuo, te estoy comentando que necesitas un nuevo cerebro porque el que tienes dejó de funcionar hace rato —cuando termina de decirlo, las comisuras de sus labios se extienden hacia la dirección de sus orejas.

— ¿Mi cerebro dejó de funcionar? —ella asiente— pero si soy uno de los más inteligente de nuestro nivel.

— Ni siquiera sé cómo lo haces porque en la vida real no lo eres —pone cara de pensativa igual que el emoticon.

— Sabes que mejor olvidemos ese tema. Necesito que me des el número de Dalila —cuando menciono el nombre de su mejor amiga, no deja de escudriñarme con su mirada como si analizara cuán reales son mis palabras.

— ¿Para qué quieres saber su número de zapato? —me interroga mientras frunce el ceño.

— No quiero saber cuánto calza, sino...

— ¿Para qué quieres saber su número de sujetador? —es obvio que lo hace a porpósito.

— No quiero saber eso, sino —primero le tapó con mis manos la boca para que así ya no diga tonterías— su número de celular.

Quito mis manos que han sido babeadas, hago una mueca de asco, me limpio mis manos en mi jean.

— No te lo voy a dar — dejo de limpiarme, levanto la mirada, su expresión es demasiado seria para alguien como ella y esta vez no está fingiendo.

— ¿Por qué?

— ¿Para qué lo quieres?

— Necesito hablar con ella.

— Hazlo de frente.

— Eso no funciona con ella, siempre miente —se da un facepalm.

— ¿De qué quieres hablar con ella? —pregunta intrigada.

— Es un asunto pendiente entre ella y yo.

— Ella no es Y.

— Lo sé —frunce el ceño ante lo que digo.

— ¿Entonces?

— Sólo quiero hablar con ella

Ambos volteamos al escuchar pasos, es ese chico que está locamente enamorado de Stone.

Él nos mira, cuando pasa a lado de nosotros, me analiza y sigue su camino. Parece que escucho algo por la mala mirada que me da, estoy seguro de que eso son celos.

Jade

Mon me ha explicado como un millón de veces lo que quiere que haga mientras conversa con Dal. Hoy se llevará a cabo la venganza de ella y, como si me quedara otra opción, me toca ser su cómplice.

— Ya vuelvo —lo digo antes de levantarme, Mon me mira con una sonrisa malévola mientras que Dal asiente sin saber lo que le espera cuando vuelva.

Salgo de la cafetería y empiezo a caminar con dirección al baño de chicas.

Ya ha pasado un mes desde el día de San Valentín, sinceramente llegué a pensar que de verdad tenía un admirador secreto, pero al parecer fue algo momentáneo. No supe nada más de él después de ese saludo.

¿Sería una broma?

Al doblar una esquina aparece Ryan, él me sonríe.

— ¿Tienes códigos de amistad? —es lo primero que me dice.

— ¿Qué?

— ¿Códigos de amistad? —en esta ocasión omite la primera palabra que había dicho en su primera pregunta.

— ¿A qué te refieres con eso? —aunque sepa perfectamente a que se refiere, prefiero preguntar para estar más segura que eso es lo que quiere saber.

— Yo creo que si sabes a lo que me estoy refiriendo —sonríe— ¿cuáles son sus códigos de amistad?

— ¿Para qué lo quieres saber?

— Para un proyecto de clases —sonrío al saber que es la peor excusa que pudo haber puesto alguien.

— Existen muchas —me presta suma atención a lo que digo, esto es divertido— por ejemplo: ir a las competencias de natación para apreciar la naturaleza masculina.

Su cara es completamente divertida, la expresión que ha puesto me resulta inevitable no reírme.

— Espero que eso te sirva para tu trabajo —le digo, veo que alguien más ha escuchado la conversación.

Este me mira con una sonrisa y se está aguantando las ganas de reírse también de su amigo. Sinceramente espero que Dal pueda enamorarse de alguien como Lukas.

Sigo mi camino hacia el baño, ya dentro de ahí me apresuro en sacar el colorante rojo de la funda que estaba en uno de mis bolsillos traseros del jean. Sonrío por la cara que ha de poner Dal cuando se dé cuenta.

Lleno el tomo todo con agua de la llave y vierto el contenido del colorante en este. Lo tapo y lo empiezo a agitar para que se mezcle muy bien. Mi celular vibra en el bolsillo delantero, es un mensaje de Mon diciéndome que me apresure.

Esta chica y sus venganzas, lo bueno es que yo no seré su víctima.

Camino hacia la cafetería, Mon al divisarme sonríe ampliamente, sus ojos gritan a lo lejos venganza.

— Ten, prueba a esto —le dice Mon mientras le extiende un dulce extraño, reconozco lo que es porque una vez mi primo me hizo lo mismo, esa cosa picaba como el demonio.

Ella traga sin saber lo que le espera.

Empieza a agitar sus manos delante de ella, sus ojos se achican debido al picante que el dulce tenía dentro, su boca hace una divertida mueca. Su mano se dirige al tomo que deje en la mesa justo como en el plan de Mon, empieza a tomar y a tomar sin parar, algunas gotas de agua con colorante empiezan a deslizarse por su barbilla dejando un rastro rojo.

No se ha dado cuenta, pero las risas no se hacen esperar por parte de las dos, son tan estruendosas que llaman la atención de los demás provocando que ellos también lo hagan dejando a una confundida Dal.

Por detrás de ella se acerca Thiago quien le ofrece un espejo para que pueda saber porque nos reímos tanto. El gesto no pasa desapercibido para nosotras, es algo tierno, ya que, no sólo le da el espejo también papel con algo derramado en eso. Dal lo acepta algo dudosa pero viendo el resultado que tiene al pasar el papel en su barbilla, no desconfía de él, sino de nosotras.

La venganza está siendo arruinada por Thiago quien la ha salvado de un momento bochornoso, ya no queda rastro de tinta roja en su rostro.

~~~

¿Se esperaban que Axel le pidiera el número a Mon?

¿Creen que Lukas se haya puesto celoso?

¿Creen que B realmente existe o es una broma?

¿Por qué creen que Ryan haya preguntado eso?

¿Cuál es la peor excusa que han escuchado?

¿Qué piensan de la venganza de Mon?

¿Por qué creen que Thiago le ayudó?

<A.C>

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