Dedicado a: AleAlfaro8

Dal

Cuando me propuse olvidarte sabía que no iba a ser tan sencillo, pero en esta vida ¿qué es fácil?

Y cómo olvidarte no es fácil, tampoco lo es para verdadero X.

Observo la pantalla del móvil esperando que deje de estar encendida debido a que me llama verdadero X y como siempre lo sigo ignorando.

— Me muero de curiosidad —exclama Mon mientras sigue haciendo los deberes que le dio pereza hacer en todo el fin de semana.

Nos encontramos en las mesas del patio, Jade no vino hoy, así que me toca aguantar SOLA a Mónica.

— Yo igual, ¿crees que...? —empiezo a hablar, pero no termino de completar mi pregunta, levanta su mirada del cuaderno, no me mira a mí, sino al celular que se encuentra en la mesa a un lado de mi yogurt.

— Hay que averiguar quién es —asegura.

— ¿Cómo? Ya hemos llamado, enviado mensajes, pero no ha pasado nada.

— Así se sienten ellos al no dar contigo —dice mientras sonríe, ambas miramos a nuestro alrededor sin encontrar ni la sombra de ellos.

— Sé cómo disimular.

— Igual que verdadero X —contraataca con una sonrisa para luego seguir copiando el deber.

— ¿Quién crees que sea? —pregunto mientras la observo para ver cuanto le falta.

— Sinceramente creí que era Lukas, pero es imposible, así que ni idea —cierra ambos cuadernos y guarda sus cosas en la mochila, terminó de robarme mi inteligencia— ¿tienes a alguien en mente?

— No —niego a su pregunta, veo mi celular intentando que este me diga algo, que me dé una pista.

Alguien me está llamando, pero esta vez no es verdadero X, es otro desconocido. Le enseño la pantalla a Mon, ella agarra el celular y contesta.

— ¿Quién eres? —su ceño se frunce— no soy ella.

— ¿Y? ¿Quién era?

— No reconozco la voz —pone la misma expresión que hace cuando está pensando.

— ¿Te dijo algo? —sus ojos se achican para después sonreír falsamente.

— No, es que no ves que estaba practicando un monólogo — se inclina un poco, agarra mi yogurt que todavía no he acabado y adivinen quien va a morir— necesitas un baño.

— ¿En serio? Gracias por la sugerencia.

— Hueles feo —se tapa la nariz con ambas manos.

— ¿No quieres un abrazo de mejores amigas? —pregunto algo irónica sabiendo de antemano la respuesta.

— No gracias, te quiero alejada —contesta sin poder aguantar por mucho una carcajada.

— Cuatro palabras —le muestro cuatro dedos— la venganza es dulce.

Thiago

No hay casi nadie aquí, sólo unos pocos usando sus celulares. Estoy junto a la puerta esperando que aparezca Elisa, abajo de las pocas gradas que hay se encuentra mi hermano con su pelota de fútbol.

Saco mi celular y le escribo.

"Por qué no llegas?"

No me contesta, ni me deja en visto, ni me manda una señal de humo.

Aburrido con poca batería decido guardarlo, reviso mi mochila buscando ese papel azul, lo encuentro debajo de unos cuadernos algo arrugado.

"¿Vas a fingir que no existo por el simple hecho de que piensas que es una broma?

Mis sentimientos por ti no lo son, yo si tengo sentimientos reales y les soy fiel.

Sólo te aviso: no descansaré hasta que te enamores.

ATT: Y"

— ¿Otra de sus tarjetas? —pregunta, Elisa, se sienta a mi lado apoyándonos en la pared muy cerca de la puerta.

— ¿Has conseguido algo? —guardo la tarjeta en el bolsillo derecho de mi casaca azul.

— He buscado como loca, he preguntado a cada chica, pero nada —se muerde su labio inferior— aunque una chica lo reconoció, pero dijo que lo había visto en una chica castaña.

— ¿Y? —pregunto ansioso de saber si la encontró.

— Pregunte incluso a chicas de otro niveles que fueran castañas, simplemente no existe. Creo que dejaron el brazalete a propósito.

— ¿Quién fue la que lo reconoció?

— No sé su nombre, pero Paige sabe cómo se llama.

— Pregúntale tú —asiente y saca su celular del bolsillo pequeño de su bolso.

Ella asiente y se aleja para hacer la llamada.

Me levanto del suelo, pero no camino hacia ella, sino me voy hacia una de las paredes y me recuesto sobre esta. Se escucha una risa que proviene de adentro de las instalaciones del colegio.

— Thiago, lo siento, Paige tiene mala memoria y no recuerda de que chica hablo —lo dice pestañeando y con una sonrisa sin mostrar sus dientes.

— Okay —busco mi celular en los bolsillos.

— Una duda —la escucho mientras busco el chat de mi madre— ¿te gusta esa chica?

— ¿Qué chica?

— La de las tarjetas, ¿te enamorarías por recibir esos detalles? —se acerca hacia mí, no retrocedo.

— ¿Por qué la pregunta?

— ¿Qué pasaría si esa persona está muy cerca tuyo? ¿le corresponderías?

¿Será ella?

No lo creo, ella no es esa chica dulce y detallista que parece ser Y.

Pero entonces eso quiere decir que ella sabe quién es. Pienso en todas las personas cercanas a ella, seguro una de ellas a de ser Y.

— Tú sabes quién es —aseguro mientras me acerco a ella, lo hago para ponerla nerviosa y así poder lograr que me confiese quien es.

— Si —sonríe enseñándome sus dientes.

— Dime su nombre

— ¿Por qué no adivinas? De seguro eres buen adivinador —la miro, ruedo mis ojos al escucharle, ella sabe que lo que más odio es adivinar.

Miro hacia el cielo para pensar en quien podría ser, pero siento algo en mis labios. La miro a ella confundido por su acción. Ella mueve sus labios contra los míos, tiene sus ojos cerrados y sus manos en cada una de mis mejillas para así evitar que me separe de ella.

— Disculpen por interrumpir su nido de amor, pero estorban el paso —nos separamos al escuchar a alguien, es Dalila.

Me agarra de la mano y me obliga a bajar las gradas detrás de ella. Alguien hace sonar el claxon de su vehículo, miramos el auto que está cerca de nosotros, es la hermana de Elisa.

— Adiós Thi—me da un beso cerca de mis labios.

No me acostumbro a que ella sea Y, es tan diferente a lo que pensé, tan distinta en todos los sentidos. Regreso a donde estábamos para recoger mi mochila.

Dalila sigue ahí, está de espaldas con su cabello rubio suelto, creo que está con su celular porque luce concentrada en algo que lleva en las manos. Todavía no me creo que ella sea Z, pero es lindo que una chica demuestre su amor por cartas.

— Hey, Dalila —le hablo, me pongo a su altura, lleva ambas manos a su pecho. Frunzo el ceño al ver ese papel azul, es del mismo tono que todas las tarjetas que he recibido de Y.

— Hola —lo dice algo bajo, parece tímida.

Dalila baja las manos y en la que lleva el papel lo guarda en su bolsillo del jean negro que lleva puesto.

— ¿Cómo has estado, cuñadita? —quiero que me confirme que ella es Z, pero estoy seguro que su cara como tomate me lo asegura que es ella.

— ¿Cuñada? No sé de qué me hablas —mira a los lados intentando escapar.

— ¿Segura de que no sabes de lo que te hablo? Porque tu cara me dice otra cosa —el tono de su cara ahora se parece a rojo pasión, inevitablemente me empiezo a reír.

— Ya me debo ir, pero te has confundido de persona —empieza a bajar rápidamente las gradas.

~~~

¿Quién será el nuevo desconocido?

¿Cómo se vengarían de Mon si les hubiera aventado el yogurt?

¿Creen que Y es Elisa?

¿Qué harían en la situación de Dalila si Thiago les preguntara los mismo?

¿Qué creen que pase en el siguiente capítulo?

<A.C.>