Dal

Estoy con Nadia, en la biblioteca, ayudándola a escribir una carta para Ryan. Hay muy pocas personas aquí, algunas ocupando las computadoras, otras haciendo algún deber que no hicieron en el fin de semana y varios maestros corrigiendo alguna prueba.

— ¿Crees que le vaya a gustar? —me pregunta Nad, dejó de ver a mi alrededor para mirarla.

— Es un chico que no expresa mucho —respondo intentando ser lo más sutil.

— Sólo lo expresa con sus amigos —toma el papel en dónde está la carta y me la entrega— dime lo que piensas.

La empiezo a leer.

No soy buena diciendo lo que siento cara a cara, prefiero decirlo a través de palabras escritas en un papel, creo que así evito ver tu reacción, es por eso que has recibido algunas cartas expresando cuanto te amo, declarando todo el amor que te tengo.

Pero ninguna respuesta ha llegado y eso me da a entender que no sientes lo mismo. A pesar de eso mi corazón sigue prefiriéndote a ti. Siempre a ti.

Dicen que si amas de verdad a alguien, no se olvida fácilmente; lo comprobé contigo. Sin embargo, no tengo ningún resentimiento contigo, no guardo nada de odio, es por eso que te deseo un feliz cumpleaños como cada año, esperando que cada meta sea cumplida y cada objetivo sea alcanzado por ti.

Att: anónimo

— ¿Anónimo? Pero si ya sabe que eres tú —digo con una sonrisa al leer lo último.

— Ya lo sé, pero no lo voy a cambiar.

— Tú las hacías más largas .

— Sí, pero sólo quiero recordarle que lo sigo amando —explica, le doy el papel— ¿te ha gustado?

— Si, estuvo muy cursi, pero me encantó cómo empezaste —sonríe— ¿le vas a entregar a alguien que te dé dándole?

— A la misma persona de siempre.

Recogemos las cosas y nos vamos. Empezamos a caminar por los pasillos, hablamos sobre Ryan y Chay, sobre el dilema de Nadia, aunque dice que no lo es y que prefiere al primero, yo no lo veo así de claro.

Estamos bajando las gradas porque la biblioteca se encuentra en el segundo piso, a un lado de los casilleros veo a una pareja que se está besando, algo dentro de mí empieza a doler al reconocer la ropa y la postura de Axel, él está junto a Rox. Al parecer a Rox ya no le quedan dudas sobre Axel, ni tampoco Axel sobre ella.

— Intentemos ser optimistas porque escuché de Amanda que es amiga de Carisa que se lleva muy bien con David que ellos están teniendo problemas —habla cerca de mi oído teniendo cuidado de que nadie escuche, aunque debo admitir que me sacó una sonrisa haberla escuchado hablar como un teléfono descompuesto.

— No, seamos realistas —quito sus brazos que me estaban rodeando y vuelvo a caminar.

Ella me mira con tristeza, fuerzo una sonrisa y sigo caminando sin siquiera mirarle, apresuro mi paso para alejarme lo más rápido de ellos, detrás siento que viene Nadia intentando alcanzarme.

Verlo con ella duele y mucho, todavía mi corazón no se ha acostumbrado. Pero yo sé quienes tienen la culpa de esto, principalmente yo encabezo esa lista, pero no es mi único nombre el que aparece en ella.

×××××

La única clase que comparto con Axel es filosofía, la cual la tengo el martes y viernes. Así que hoy le veré, ya que, es martes, ahí será donde le debo dejar la carta que hice ayer con periódico.

Llego al aula que queda en la segunda planta y busco un sitio donde sentarme, ya ha llegado la mayoría, pero no él, algo habitual.

Después que llega la maestra se le ocurre hacer acto de presencia, por suerte le deja pasar y se va al único sitio que queda, por mala suerte está en la misma fila que yo, así que, no le podré mirar sin que lo note.

Estoy pensando en cómo dejarle sin que se de cuenta cuando la chica que está atrás mío me llama dándome pequeños toques en el hombro.

— Pasa esto —me da la mochila de no sé quién, pero la paso adelante, es increíble como la profe no se da cuenta.

Mi mirada se dirige al puesto de Axel, este parece concentrado en lo que sostiene sus manos, de seguro está chateando con ella. Está a tres puestos de mí, pero ya no está su mochila, un chico que está un poco más atrás está dando la vuelta la mochila de Axel y este ni zona.

Le lanzo un papel para llamar su atención, sin pronunciar ni un sonido le digo que me pase, este obedece después de dar la vuelta y vuelve a poner las cosas.

Sonrío al recibirla y me apresuro al dejar la carta adentro, como el chico de atrás me sigue viendo, saco de mi cartuchera la cinta para colocarle en el tirador o medallón del cierre de su mochila para unirlos ambos. Cuando termino paso la mochila hacia atrás.

Esto fue sencillo y lo mejor es que nadie me vio dejando la carta, ni siquiera ese chico y aún mejor la maestra no se ha dado cuenta, pues parece que ya hubo alguien que cambió el rumbo de la clase y le está haciendo conversa.

×××××

Nunca me ha gustado llegar tarde a las clases, por eso casi siempre soy una de las primeras en llegar, me gusta escoger mi puesto adelante pero nunca en las columnas del medio, pero en el aula de artística las bancas no es tan ubicadas por filas y columnas, tampón hay bancas, sino mesas en forma octagonal con sillas a su alrededor, las mesas se distribuyen por todo el salón que es más grande que las demás aulas.

Busco mis audífonos en el bolsillo más pequeño de la mochila, veo los chocolates y la tarjeta que me dio Raizel y recuerdo que hoy le debo hacer el favor de dejarle eso en la mochila del chico colgate, así le llamamos por su sonrisa.

Veo que llega el chico colgate y para mi buena suerte se sienta en la misma mesa en la que estoy, está junto a mí lo cual me será más fácil dejar las cosas.

Realizamos una maqueta con materiales reciclados representando el arte surrealismo, yo me estoy encargando de realizar la interpretación en una hoja.

Cuando siento que se levanta él, me apresuro en sacar los chocolates y la pequeña tarjeta que la hizo, le pongo en el bolsillo más grande, al hacerlo vigilo que nadie me esté prestando atención. Veo que regresa, así que, actuó lo más normal que puedo y sigo escribiendo, al hacerlo me fijo en mi muñeca, reviso mi otra muñeca para ver si ahí está mi brazalete, pero tampoco aparece ahí.

Acabo de escribir y me pongo a revisar si está en la mochila, pero no, busco en la cartuchera dónde a veces la guardó junto con mis esferos, pero tampoco.

— Creo que no vine con ella

— ¿De qué hablas? —le miro y al parecer no lo dije en mi mente.

— De nada importante —dejo la mochila en el piso y espero a que empiecen las exposiciones de las maquetas.

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¿Ya estarán bien Rox y Axel?

¿Qué creen que diga la carta de Dal?

¿Cuál ha sido su mejor travesura en el colegio?

¿Quién es chico colgate?

<A.C.>