Dal

Después de acabar de hacer los deberes, me toca ir al entrenamiento, ya que, se está acercando las competencias entre las academias de Los Ángeles, y también voy porque debo hablar con Dan, mi mejor amigo y mi único amigo hombre.

Entro a la academia Power, me dirijo hacia mi salón que queda en la segunda planta del edificio.

Al primero que veo al entrar es Dan, que está en el celular. Siente mi mirada y levanta esa cabeza que no pesa nada porque no tiene cerebro. Me sonríe y se acerca.

— Hola pendejada — me saluda con un beso en la mejilla derecha.

— Hola estúpido — sonrío.

— ¿La pérdida de dignidad es contagiosa? —pregunta fingiendo estar realmente preocupado por mi respuesta.

— No —frunzo el ceño por su pregunta.

— Entonces si nos podemos llevar —se empieza a reír, supongo que es por mi reacción.

— Imbécil —le doy puñetes en su abdomen.

— Que cachuda has salido hoy —lo dice mientras con su mano izquierda aplasta mi chichón que me salió después del golpe que me di en el maldito casillero, demostrándome que el casillero no es amigo sino enemigo.

— Estúpido —con un manotazo evitó que me siga aplastando el chichón.

— Que agresiva la niña —me sonríe.

Me voy a cambiar de ropa por una más cómoda, Dan me sigue y se queda afuera del vestidor en el que estoy.

— ¿Se río? —pregunta y puedo jurar que sigue con una sonrisa.

— Mientras estuve ahí, no —me apuró cambiándome de licra.

— Sólo a ti te puede pasar —escucho su risa

— Es tú culpa.

— ¿Por estar hablando contigo?

— Si.

— Pensé que te había salvado de un momento incómodo —

— ¿Por qué hubiera sido un momento incómodo?

— Porque osito te estaba observando con sus amigos — vuelve a reír, pero esta vez por el nuevo apodo que le he puesto a Axel.

Acabo de cambiarme y salgo, abro la puerta de golpe lo que provoca que el retroceda para atrás porque ha estado apoyado en está. Me empiezo a reír.

Caminamos afuera de los vestidores, dejo mi mochila en uno de los casilleros y voy al centro del salón para que la maestra nos de las indicaciones de hoy.

Para calentar empezamos con un trote lento en nuestro propio puesto seguido de saltos, brazadas, sentadillas y movimientos de cuello. Nuestra primera coreografía a practicar fue una canción algo antigua, danza kuduro.

Nuestra maestra de baile es latina por eso las canciones en español, la prefiero así, ya que nos enseñan los movimientos de sus tierras; con ella hemos aprendido a bailar ritmos latinos como la cumbia y la salsa colombiana, la cual también forma parte de mi familia materna.

Después de haber bailado algunas canciones, nos tomamos un descanso de 5 minutos.

Me acerco a Teresa porque quería hablar conmigo sobre un tema muy importante según ella.

— ¿Cómo vas con Axel? —pregunta para después destapar su botella.

— Ahhh más o menos —espero que este no sea su tema importante.

— ¿Sigues con eso de las cartas?

— Ya no — desvío la mirada, ya que, para mí es raro hablar sobre eso, se acercan Dan y Cami.

— Extrañas hacer eso —mi mirada vuelve a ella, niega con la cabeza— el amor no es para este tiempo

— No hay un manual escrito que nos diga cómo amar y en qué momento hacerlo— habla Cami algo poética— así que déjale que se equivoque.

— Para amar hay que conocer y Dalila no lo conoce —pueda que Teresa tenga razón, pero lo que siento por él es algo fuerte que no tiene nombre para muchos, para mí se lo conoce como amor.

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Día siguiente

Me dirijo a la clase de química. Al entrar me voy a uno de los puestos que quedan libre cerca de Jade, la veo detenidamente, ya que, sé que algo le pasa, aunque lo disimule bien, para mí sigue siendo obvio.

— ¿Y esa cara? — como me terminé sentando delante de ella, me giro para poder hablar.

— Algunas personas prefieren vivir felices e ignorantes que miserables, pero sabiendo —da un largo suspiro.

— Lazos eternos —sonrío al reconocer el fragmento— ¿de qué te enteraste?

— Iván tiene novia —sus ojos están al borde de las lágrimas.

— ¿Sweet? —me paro para abrazarla.

— Si, lo vi en una historia de snap —sus lágrimas empiezan a salir, siempre se ha caracterizado por ser una chica sensible con respecto al amor, yo por lo menos nunca he llorado por amor y no sé si eso significa que no es realmente o que solo reacciono diferente a las mismas situaciones.

— Sólo es una historia, puede que sean amigos.

— Salía besándola —con respecto a eso no sé muy bien cómo ayudarla.

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Hora de la salida

Vamos caminando entre risas las tres hacia la puerta de salida.

Algunos maestros nos llaman las 3 mosqueteras porque en años anteriores compartíamos la mayoría de clases y éramos inseparables, hacíamos todo juntas. Ahora apenas nos vemos en clase, pero hemos quedado bautizadas así.

Estamos bajando las gradas cuando, así de la nada, Jade deja de reírse y mira a un punto fijo, ambas dirigimos nuestras miradas hacia la dirección que observa atentamente.

Damos con Iván y otra chica, ambos se están dando amor al frente de todos, lo más importante al frente de ella. Mon se apresuró a abrazarla mientras yo seguía viendo a esa dirección, la reconozco.

No puede ser ella.

Un poco más alejada está una amiga de ella que también la reconozco.

Por el rabillo del ojo veo al grupo de Axel que también observan la escena, uno de ellos observa de manera especial a la amiga de la novia de Iván y eso sin poder evitarlo me pone nerviosa.

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Estoy en el auto de los padres junto con Micaela en la parte de atrás. Mientras escucho música, pienso en lo que ha pasado en la salida y todo es confuso, todo es digno de una telenovela.

Miro las calles y veo que no nos estamos yendo a nuestra casa.

— ¿A dónde vamos? —pregunto quitándome los audífonos.

— A almorzar con una vieja amiga de la infancia —mi madre se voltea para contestarme.

Me vuelvo a ponerme los audífonos y me llega un nuevo mensaje de WhatsApp, es de Nadia.

Mi poeta: ya están queriendo averiguar quién es X.

Yo: quiénes?

Yo: Axel?

Mi poeta: no

Mi poeta: tu competencia y sus amigas

Yo: cómo lo sabes?

Mi poeta: las escuche en la cafetería

— Ya deja ese celular —dice mi madre

— Ya llegamos, no quiero que utilices el celular en el almuerzo —ahora es mi padre quien me advierte sobre su uso.

— Debes socializar —me quita mi celular y se lo guarda mi queridísima madre.

A mi hermana no le me dicen nada porque su tablet está en la casa.

Una vez entramos y saludamos a los dueños de la casa, nos dirigimos al comedor.

— Ya mismo llegan mis hijos — nos dice Sonia, así se llama la dueña de la casa.

— Pensé que sólo tenías uno —habla mi madre

— Son gemelos —le sonríe

— ¿Qué haces para distinguirlos?

— Nada, les llamo por su apellido — todos en la mesa se ríen, debo admitir que la señora es muy inteligente.

— Ya llegamos — grita alguien en el pasillo de la entrada.

— ¿Hay visitas? — escuche otra voz casi idéntica a la primera.

Volteo a ver quienes son esos gemelos y seguro mis ojos no se pueden abrir más de lo que ya están.

Los gemelos Sims.

Uno de ellos es el novio de Mon, pero este no lo sabe, así dice ella.

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¿Ahora si entendieron la llamada?

¿Su crush tiene novia?

¿Cómo les conocen a su grupo de amigos?

¿Quién es la novia de Iván?

¿Quién es la amiga de la novia de Iván?

¿Quién vio de manera especial a la amiga de la novia de Iván?

<A.C.>