ᴜɴᴀ ᴘʟᴀ́ᴛɪᴄᴀ ᴅᴇ ᴍᴇᴅɪᴀ ɴᴏᴄʜᴇ
|𝟷𝟻| ᴛᴀʀᴀ
Ya era completamente de noche en la aldea, todos los que estábamos en el templo estábamos cubiertos de un silencio triste que aguraba que algo malo había pasado, por algunos ratos se escuchaba el lamentable llanto de la madre de Yohan, de su hermana y de su familia en general, teníamos pocas velas y la luz de la luna brillaba con todo su esplendor en lo alto del cielo. Caía poca nieve pero era lo suficientemente como para que empezara a cubrir los arbustos y el suelo por completo.
Mi mamá y mi hermana estaban sentadas junto a una fogata que se había hecho en un ala del templo, hacía frío así que todos buscaban el calor. Taeri y yo estábamos sentadas juntas en una cámara del templo, ella tenía su cabeza recostada contra mí hombro y estaba segura de que trataba de evitar que sus ojos se cerraran por completo.
Sentía que ella y yo teníamos que hablar, Taeri necesitaba ser sincera conmigo pero de todas formas, aunque no lo fuera, no podía enojarme con ella. Hablar de la naturaleza de Jungkook no era nada fácil, no se podía divulgar como un simple chisme, pues si algún religioso de aquí lo descubrían Jungkook sería expulsado de aquí y estaba seguro de que su familia también. Talvez su naturaleza podía llevarlo a la muerte. Solo el pensamiento de verlo muerto estremecía mi interior y ne daba punzadas de miedo porque jamas podría vivir sin él.
Pensándolo bien, no sabía si Jungkook y yo estábamos en algún punto de nuestra no existente pero futura buena relación, él simplemente me iba a exponer su vida un poco más a fondo. Creo que de alguna manera, Jungkook sólo me iba a hablar de su condición porque lo había descubierto, porque fue demasiado descuidado y se mostró ante mi.
Miré a todos los que estábamos reunidos velando el cuerpo de Yohan, muchos solo lo hacían por hipocresías, otros porque querían ver de primera mano el ataque de un ser de estos. ¿Qué pasaría si todos ellos se dieran cuenta que en erealidsd los lobos vivían entre nosotros? Talvez se volverían locos, talvez gritarían y pedirían la muerte de todos, sin importar si en realidad la señora Jeon o toda su familia eran buenos, educados y llenos de sabiduría. Todos irían a la muerte, por eso era de suma importancia guardar el secreto en lo más profundo de mi ser y tratar de protegerlo de la misma manera en la que Jungkook me protegía a mi.
Claro, ahora tenía un problema más. Suni había hecho sus propias conclusiones y decidió decir lo que no sabía, exponer mis sentimientos a Taemin y de alguna manera hacer que Taemin estuviera todo el tiempo sobre Jungkook. Eso no era bueno, si quería seguirlo viendo tenía que de alguna manera esquivar a mi prometido, asegurarme de que él no dudara de mí siendo leal, aunque si otras fueran las circunstancias no me importaría expresar lo que sentía en realidad.
Miré a Taeri, estaba luchando para no quedarse dormida, casi me reí pero no podía porque tenía que mantener la seriedad en un momento como este. Le di un golpecito con mi dedo en la cabeza espantando su sueño.
— Hey, salgamos de aquí — le susurré bajo para que las personas que tuviéramos a nuestro alrededor no escucharan.
Ella asintió y se separó de mi para ponerse de pie. Miré a mi mamá mientras acomoda mi ropa para salir, ella me miraba fijamente con los ojos curiosos y amenazantes con los que siempre me había visto, esa mirada sucia que me recordaba que para ella yo solo era una moneda de cambio, nada más.
Taeri empezó a caminar en medio de la gente y yo le seguí hasta que ambas estuvimos fuera. Sabía que no podíamos quedarnos fuera, no podíamos estar a la vista de todos.
— Vamos a mi casa, Tara — ella empezó a guiarme a su casa y yo la seguía mirando hacia todos lados con miedo a que uno de ellos estuviera aquí — Hace frío, ¿no? — Taeri trataba de mantener una conversación normal porque estaba nerviosa, porque sabía que una vez que ambos entraramos a esa casa íbamos a hablar en verdad.
— Mueve las piernas, Taeri. No me apetece hablar sobre el clima ahora — ella río nerviosa y abrió la reja del pequeño huerto floral para entrar a su casa — Hace mucho que no venía aquí.
— Bueno, es que pasas más tiempo siguiendo a Jungkook que hablando conmigo.
— Tu no deberías hablar de ello, estás todo el tiempo con Jimin — ambas entramos a su casa y sentimos el calor envolvente del lugar — Estás todo el tiempo con él.
Taeri me llevó hasta su habitación y ambas nos recostamos en las sábanas que tenía en el piso, hubo un silencio incómodo por unos minutos pero no nos molestamos en hablar, en decir algo más. Se escuchaba nuestra respiración en medio del silencio que reinaba. Escuchábamos los grillos cantar y el suave viento que golpeaba contra la madera de la casa.
— ¿Vas a hablar o no? — le pregunté después de un rato, porque la curiosidad me estaba matando — Estoy muriendo por escucharte, Taeri.
Ella suspiró profundamente y me miró.
— Quiero que sepas que nada fue intencional — dijo con una sinceridad abrumante en sus ojos — Jimin me lo contó desesperado una noche, me sentí tan mal por la manera en la que me lo dijo, estaba asustada y me hizo prometer que todo quedaba entre nosotros.
— ¿No te asustaste?
— Claro que lo hice, he estado con él durante un tiempo e imagínate la sorpresa que me he llevado cuando me enteré que estaba durmiendo con un lobo — dijo asustada — Me contó de su familia y de todo lo que la envuelve.
— ¿Todos son así? — pregunté. No me imaginaba a la señora Jeon convirtiéndose en un lobo.
— No, solo los que tienen el linaje de ellos — trató de explicar — Aunque no estoy segura de eso, Jimin solo me habló de él.
— Estoy anticipando mi conversación con Jungkook, quiero saber quién es, cómo es que es posible que sea así. Mi mente no logra concebir que todo sea real, más que nada porque siempre me reí de todas las historias que contaban — dije, abriendo todos mis pensamientos — Cuando vía a Jungkook cómo lo que era, como una bestia, sentí tanto miedo.
— Da miedo, lo sé — ella sonrió — Jimin y yo estábamos acostados después de acostarnos cuando me lo dijo — la miré a los ojos — Pensé que estaba jugando pero no fue así porque su rostro estaba aterrorizado.
— ¿Qué pensaste?
— Me dio miedo, casi muero y sentía que no podía hablar bien. Jimin ne habló de todo y me prometió no dejarme.
— ¿Por qué Jungkook no es así? Deseara que me dijera que me quiere solo a mi, que quiere estar conmigo, que no importa nada y que incluso está dispuesto a llevarme lejos.
— Jungkook es un alfa, no puede hacer eso. Si Jungkook se marcha todo el clan quedará suelto y habrá una lucha de poder, piensa en los demás, Tara — sus palabras golpearon mi corazón, era cierto, no había pensado en todo lo que conllevaba — Jungkook ha querido estar contigo todo este tiempo, pero no puede dejarlo todo porque sí. En cambio Jimin, él sí puede aventurarse a vivir por separado, es un alfa sin rango.
— ¿Van a fugarse?
— No lo creo, a Jimin le gusta estar con su mamá y yo extrañaré a la mía — asentí, Taeri sabía lo que todo esto conllevaba — Además, incluso si son unos animales, ellos mantienen muy sagrada la palabra lealtad, se cuidan entre todos. ¿Sabes que ahora es más difícil para ellos?
— Sí, se que sufren ahora, o al menos lo imagino.
— Sí, todo les duele. He visto a Jimin en estos dos días y no se acerca tanto a mi, a pesar de que soy suya, lobunamente hablando.
— ¿A qué te refieres? — pregunté extrañada.
— Mira — Taeri se levantó de donde estaba recostada y empezó a soltarse el vestido, soltó toda la parte de arriba y la tiró a un lado — No es necesario que sientas vergüenza, puedes mirarme — se puso frente a mi y con el torso desnudo me mostró una cicatriz que tenia bajo sus pechos, bueno, en realidad estaba a un costado — Jimin lo hizo.
— ¡¿Te mordió?! — pregunté asustada. Toqué la cicatriz y sentí la piel corrugada bajo mis dedos.
— Sí, pero no de la manera en la que crees. Cuando un lobo se enamora, una forma de reclamar a alguien es marcandolo. Es la marca de Jimin, su mordedura está en mi y no puede nadie más acercarse a mi — asentí confundida — Los lobos sufren un proceso de imprimirse, es doloroso, más para un alfa. Talvez por eso Jungkook no se acerca tanto a ti.
Ella empezó a ponerse el vestido nuevamente. Yo estaba un poco confundida, necesitaba más tiempo para procesar lo que me había mostrado. La cicatriz era grande y demasiado visible, estaba roja a pesar de que ya se había curado por completo pero parecía que debía estar de esa manera o que su aspecto sería permanente.
— ¿Osea que eres una de ellos?
— No, soy la chica de un lobo, Tara — me dijo riendo — No te preocupes, si no estás clara aún estoy segura de que Jungkook te dará las piezas necesarias para que lo entiendas.
— Espero y esta vez avancemos a algún punto, no quiero estar en una zona negativa con él nunca más.
Por los próximos minutos ambas nos sumimos en platicas más vagas, ella empezó a relatar toda su travesía con Jimin, me habló de todo lo que habían hecho, de las veces que lo habían hecho y de como estaba segura de que podía estar embarazada.
¿Embarazada de un lobo? Que raro, dudaba que eso fuera posible, más que nada porque la compatibilidad de los cuerpo no debía ser pero no dudaba de los veredictos de mi amiga. La escuché hablar de todos los planes que tenían comí pareja, que cuando pasara esta luna empezarían a formalizar su relación, la madre de Jimin la aceptaba por lo cual para ella no era difícil mezclarse con ellos, solo sería un paso más. Taeri corría con suerte, ella y Jimi estaban destinados, él ya la había marcado y yo muy en el fondo deseaba que también fuera mi turno de tener la marca, el sueño de ser llamada la chica de Jungkook estaba más vivo que nunca en mi mente, quería saber lo que se sentía estar en sus brazos justo como Taeri y Jimin.
Quería cobijar a Jungkook con mis brazos, pegarlo a mi pecho y que escuchara mi corazón y como latía por él.
Dudaba que Jungkook y yo pudiéramos avanzar de alguna manera, yo estaba comprometida con un hombre al que para nada quería cerca de mi y que estaba empezando a meterse hasta mi médula. No pude contarle a Taeri lo que pasaba por mi mente, todos los problemas que se habían desarrollado en tan corto tiempo porque de todas formas no podía negarlo, pensaba en Jungkook más que en mi. No sabia si eso era un pensamiento egoísta, pero la vida de Jungkook importaba mucho más que la mía.
En realidad, mucho de mis problemas podían ser reducidos si mi mamá cancelara el matrimonio con la familia Lee, pero estaba muy segura de que no había manera de que eso pasara, mamá estaba cegada por una tonta ilusión sobre ser de un linaje distinto.
Mi planes para evitar mi matrimonio estaban un poco aparcados, aunque los retomaria una vez que Jungkook y yo habláramos, esta vez no iba a dejar que el corriera de mi, pero de todas formas, aún no sabía lo que pasaría después de la conversación.
Nos quedamos en silencio juntas, estaba segura de que ambas queríamos dormir, pero nuestro sueño o la posibilidad de hacerlo se vio rota cuando escuchamos pequeños gruñidos procedentes del bosque. La casa de Taeri era la más alejada de todas las amenidades de la aldea y esto era por la simple razón de que su madre era amante la soledad, dado que era una viuda de no tan buena reputación porque simplemente las personas de la aldea creían lo que se les pasaba por la cabeza a unas cuantas, ella prefería estar alejada de todos. La casa etsba rodeada de algunos árboles y muchas plantas.
Taeri y yo nos miramos fijamente asustadas porque escuchamos como la nieve crujía bajo los pasos de alguien o de algo. Ambas nos sentimos asustadas y aunque nuestro primer instinto fue gritar y correr lejos de la casa, ambas nos quedamos en silencio.
Nos levantamos de donde estábamos acostadas y tratamos de asomarnos por las rejillas de la casa. Estábamos seguras de que era de madrugada y de quien quiere que fuera el que caminara afuera, jamás seria alguien bueno. Seguimos escuchando más pasos. Sentí que mi corazón palpitaba aún más rápido. Traté de ver por las rejillas de la casa y lo único que logré ver fue una cola negra peluda. Puse mi mano sobre mi boca asustada, sin poder creer que uno de ellos estuviera rondando la aldea.
Miré a Taeri y ella parecía más asustada que yo, ambas tratamos de mantener la calma pero casi nos era imposible. Escuchamos como los pasos se alejaban y yo sabía que él animal se acercaba a donde los demás estaban. Después de unos pequeños segundos de desespero los pasos se detuvieron, la nieve dejó de crujir.
Volví a mirar y a lo lejos vi la cola y las patas traseras del animal, confirmando que era un lobo y no tenía nada que ver con Jimin, Jungkook o su familia, era uno de los que había matado a Yohan y quería hacernos daño.
— Tara... — el gemino ahogado de Taeri me asustó.
— Shhh. Están aquí, cállate — pedí en voz baja.
Volví a escuchar más pisadas, más miedo empezó a recorrer mi cuerpo y el nerviosismo de Taeri aumentaba la presión. No sabía qué hacer, no sabía si simplemente esperar o huir. Escuché un gruñido y después otro, no sólo era un lobo, eran más.
Volví a acercarme a la rejilla y mire a través de ella, ya no era un lobo negro, este era blanco con manchas grises. Taeri también miraba por otra rejilla.
— Es Jimin — susurró Taeri — Ese es mi Jimin.
Jimin hizo contacto conmigo y de alguna manera escuché que me hablaba, escuché lo que decía. Lo miré con miedo sin embargo porque su mirada era diferente, no como se supone que era la de un lobo normal, esta era la misma mirada que me dio Jungkook la noche que me encontró en la choza del bosque.
— Algo pasó, Taeri — Jimin soltó un quejido y se alejó. Entendí el mensaje y temí profundamente por mi papá y por Jungkook — Salgamos de aquí.
— ¡¿Estás loca?! — gritó ella por lo bajo — Si salimos nos mata.
— Es Jimin quien está afuera — la tomé de la mano y tiré de ella hacia la salida — Vamos, apuesto a que ha pasado algo.
Caminamos rápidamente tomadas de la mano y cuando llegamos al centro de la aldea vimos salir del bosque a dos soldados, después el resto también apareció. Todos traían miradas de desespero y algunos traían la mirada perdida. Caminé hacia ello y caí de rodillas cuando estuve cerca de todos.
Traían un cuerpo herido, lleno de sangre y era el de mi papá.
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Holaaaaaaa! Espero que estén bien.
Ojalá y les guste este capítulo.💗 os quiero.
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