ᴛᴇɴᴛᴀᴄɪᴏɴᴇs ᴠᴀɢᴀs
|𝟽| ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ
No debí venir a buscarla, con impedir que Seokjin se acercara hubiera sido más que suficiente, pero mi enorme sentido protector que tenía solamente para ella me había impedido a toda costa mantenerme lejos. Tara provocaba muchas cosas dentro de mi, a veces me atemoriza, otras me vuelve loco, la conocía bien, más allá del hecho de que yo era capaz de leer sus pensamientos sabía que ella tenía un actuar diferente, iba siempre en contra de las reglas incluso si eso significaba que iba a arriesgar su vida.
Escuché todo lo que pensaba mientras hablaba con el traidor de Seokjin, debí haberlo sabido, Tara jamás se iba a quedar con las manos cruzadas. Me llené de celos al pensar en que alguien iba a poner las manos sobre ella, no quise si quiera razonar así que mi accionar me daba un poco de vergüenza, pero no tenía remedio.
Tara planeaba acostarse con otro hombre y eso no lo podía permitir, entonces tuve que actuar, no de la mejor forma posible, pues con amanezas a Seokjin no era prudente, más al encontrarme en un callejón sin salida no tuve remedio. Sí, era egoísta, eso ya lo sabía, era más consciente que nunca que bajo ninguna circunstancia debía decirle a ella lo que debía o no de hacer, más que nada porque yo conocía sus sentimientos y me aprovechaba de lo que oía dentro de su cabeza.
Tara estaba frente a mi, mirándome desafiante, casi retando a mi mente para que hiciera algo, pero no podía, estaba completamente congelado. Me limité a verle el rostro, pues de alguna manera sabía que si miraba un poco más abajo no iba a poder controlar lo que de verdad quería hacer, así que en vista de no provocar un problema más grande, mantuve mis ojos lejos de su cuerpo.
— Tara, ponte el vestido y vete — le dije en voz baja, no por ella, más bien por mi — Regresa a casa.
— Ya te dije que no — contestó fuertemente — ¿Cuál es el propósito de que estés aquí? ¿Burlarte de mi? ¿Jugar un poco y ver si soy tonta?
— No, creo que deberías de entender el porqué esto no está bien.
— Está bien lo que sea que yo digo que está bien — me dijo — Tu solo quieres jugar conmigo — se acercó a mi cuerpo y pude sentir su piel contra mi ropa — Pero eso no va a ser así.
— No sabes lo que quiero hacer contigo — dije cansado de estar evitando sucumbir en mis deseos — No tienes ni la más mínima idea de todo lo que pasa por mi cabeza.
Me miró fijamente y de un momento a otro otro mirada fría y enojada cambió y pasó a ser un poco seductora.
— Entonces hazlo, haz lo que quieras — me dijo. Tomó mi mano derecha y la llevó hasta su cintura — Si no es un juego demuéstralo.
En mi cabeza corrían muchos pensamientos, demasiados deseos capaces de destruir todo lo que habia avanzado para poder alejarme de ella, pues no era una tarea fácil, más que nada porque Tara poseía una simplicidad para coaccionar mi interior y tener mis deseos a su entera disposición, pero eso ella no lo sabía.
¿Cómo iba a explicarle a Tara que la deseaba? Ella iba a casarse, y aunque Taemin no era el candidato perfecto para alguien tan noble como ella, yo no podía hacer nada, porque la traición era lo que más se castigaba en la aldea. Aunque Taemin me había traicionado primero.
Me rendí a mis deseos por completo, Tara estaba a la espera de que yo hiciera algo, de que la tocara talvez, podía escuchar sus pensamientos. Tomé valor y fuerzas para pegarla por completo a mi, sentí su olor, la suavidad de su piel y escuché su frágil corazón latir de manera errática.
Cerré los ojos y me dejé llevar. Claro que quería besarla, quería tenerla conmigo, llevarla lejos donde nadie pudiera apartarla de mi, claro que hubiera deseado que la propuesta que le hizo a Seokjin fuera mía, pero no, de todas formas no lo merecía, pues la había escuchado llorar después de la fiesta de la aldea, donde ella fue testigo del beso que le di a Jinseol. Un lamentable error.
De la nada, sentí como su mano se estrellaba en mi boca, impidiendo que nuestros labios se tocaran, abrí los ojos confundido por lo que había pasado. Ella me miraba sonriendo, sus pensamientos había cambiado pero yo estaba más enfocado en besarla que en escuchar lo que pensaba.
— Tu solo quieres jugar — me dijo en voz baja — Besaste a Jinseol, no pretendas venir y hacer lo mismo conmigo para así confundir mi cabeza.
No podía hablar dado que su mano estaba sobre mis labios aún.
— Me has evitado todo lo que has querido, y aveces pienso de que eres consciente de lo que yo siento por ti — entrecerro los ojos hacia mi — Así que, mejor sigue ignorandome y déjame hacer las cosas a mi manera.
Me soltó y se separó de mi para recoger su ropa y marcharse, me dejo a solas en medio del claro aún sin ser capaz de decir una sola palabra, pues me había confundido.
Entendía a Tara, jugar con ella había sido muy bajo.
Desde un lado del bosque escuché como alguien aplaudía y caminaba hacia mí, se acercó lo suficiente al claro como para que pudiera distinguir a Seokjin, sonriendo burlesco y aplaudiendo.
— Bravo — dijo en forma de burla — Ese fue un gran y merecido espectáculo.
Apreté mis dientes, pues estaba enojado.
— ¿No te dije que no vinieras? — pregunté furioso.
— Pues ya ves, no siempre hago lo que mi alfa pide — ya había dejado de aplaudir, sus manos estaba cruzadas por su espalda — Además, me hubiera perdido el ridículo que acabas de hacer.
Rodé los ojos y empecé a alejarme de Seokjin.
— Eres un cobarde — dijo él — Dices que haces esto por lealtad a Taemin pero en realidad eres solo un egoísta que no es capaz de aceptar que se ha enamorado.
— Seokjin, a vista de querer conservar nuestra amistad te sugiero que dejes de tocarme la moral — le dije furioso, pues sus palabras me habían dolido.
— Solo digo la verdad de lo que está pasando — la expresión de Seokjin ya no era risueña, era más seria que nunca — No dejas que Tara haga las cosas a su manera pero tampoco haces nada para ayudarla.
— ¿Qué se supone que haga? ¿Invitarla a que traicione a su familia? ¿Condenar a la mía a un destierro por culpa de un drama innecesario?
— Creo que lo que menos le importa a Tara es lo que su familia desea. ¿No has visto lo desesperada que está? Ella cree que perdiendo su castidad Taemin la va a dejar, tu y yo sabemos que no es así.
— ¿Entonces por qué ibas a acostarte con ella?
— Un favor — se encogió de hombros restando importancia.
— Mientes. Yo te he pedido muchos favores y jamás te has dignado a hacer uno solo.
— Bueno, talvez solo quería devolverte el golpe y ver si así tu tonta cabeza recibe un poco de realidad. Despierta, joder — dijo enojado — Tu la quieres, ella te quiere, Taemin solo se casa con ella para tocar las tierras de su padre.
— ¿Cómo sabes eso? — pregunté confuso, pues era algo de lo que no estaba enterado.
Sabía que la familia de Tara en realidad eran dueños de muchas tierras fértiles, su familia era productora de insumos y crianza de algunos animales comestibles, más nunca contemplé que Taemin quisiera robar eso.
— Escuché a Taemin mencionar algo relacionado con el oro que hay por acá — Seokjin hizo un movimiento con su mano para que lo siguiera — Me interesé y empecé a estudiar toda el área de donde vivimos.
Seokjin empezó a hablar de su travesía investigando las tierras, todos los lugares donde posiblemente hubiera oro y cómo era eso posible, pues jamás se había hecho un hallazgo de algo similar.
Caminamos por un trecho oscuro lleno de árboles gigantes hasta que llegamos a una pequeña choza de madera iluminada por el fuego de unas cuantas antorchas.
— ¿Qué es este lugar? — pregunté con curiosidad.
— Mi estudio. No creerás que paso todo mi tiempo haciendo armaduras — dijo burlesco — Si algún día quieres usarlo puedes venir, solo dime para así no aparecer por aquí.
Entramos al pequeño lugar y observé a mi alrededor. Había pergaminos, mapas, muchas armas y mantas, nada mal para ser un lugar improvisado.
— Estudié las tierras del señor Yoo — dijo Seokjin. Me mostró un mapa que señalaba la aldea — El padre de Tara tiene dos minas dentro de sus propiedades, Taemin quiere eso, él no quiere a Tara.
— ¿Ya has ido al lugar?
— Sí, solo se necesita excavar un poco y puede que se encuentre el oro — se alejó de mi y se acercó a un estante para luego sacar un frasco — Encontré esto — me enseñó en la palma de su mano dos piezas pequeñas de oro — Excave por solo cincuenta centímetros.
Alterne la mirada entre el mapa y la mano de Seokjin, incapaz de creer que Taemin fuera tan rastrero como para arrastrar a Tara en este juego que solo le convenía a él.
— ¡Ese hijo de...! — dije apretando mis dientes.
— Eso mismo dije yo. Taemin no la merece, Tara es heredera por ser la mayor, si Tara muere todo lo que haya en esas tierras será para Taemin, Suni ni siquiera podrá aspirar a algo y la familia Yoo será relegada a sufrimiento — me dijo él, tratando de explicar la situación — Tara no merece esto.
— Seokjin, tú más que nadie sabe nuestra realidad. ¿Qué le diré a Tara cuando se entere que soy un monstruo? — agaché mi cabeza y suspiré.
— Tara está tan fuera de su mente que eso no le va a importar — me dijo tratando de consolar el ambiente — Si vamos a vivir de esta manera para siempre, al menos hagamos de esto lo mejor posible.
— No estoy muy seguro, porque al final del día yo no soy mejor que Taemin.
— Puede que sea así, pero la diferencia es que tu naciste siendo así, Taemin solo escogió ser despreciable — Seokjin miraba las cosas de manera más relajada — Además, no sé porqué te importa tanto guardar respeto a Tara, Taemin era consciente de que a ti te gustaba Tara, por eso se acercó a ella, ¿acaso no lo recuerdas?
Asentí, pues tenía vívido en mi cabeza el momento en el que descubrí que Taemin era despreciable.
Un año y seis meses antes...
Estábamos todos reunidos en el campo luego de uno de los duros entrenamientos que solíamos tener todos los días. Era verano y el sol y el calor no eran una buena combinación así que a pasee de estar bajo la sombra, la presión aún se sentía.
— Creo que sería buena idea ir a la taberna — dijo Taemin animando al grupo — Yedam me ha dicho que nuevas chicas han venido desde el sur — dijo él entusiasmado.
A mi más bien nada me emocionaba la idea de ir a ese lugar y de tratar de apartar a todas las mujeres que se acercaban a tocarte sin permiso, usualmente iba a acompañar a Taemin o solo por algo de tomar.
— ¿Vienen o no? — preguntó él nuevamente — Será divertido. ¿Te apuntas Jeon? — me preguntó, yo negué con la cabeza — Vamos, no seas aguafiestas.
— No me apetece, quiero ir a casa — le dije tranquilo.
— A mi se me hace que Jeon está enamorado — dijo uno de los generales — No es normal que un hombre no desee a una mujer.
— ¿Jeon enamorado? — se burló Taemin.
Jimin y Seokjin permanecían a mi lado en silencio, pues a diferencia de ellos todo el resto de compañeros se reían.
— ¿Quién es Jeon? — preguntó Taemin interesado.
— No me gusta nadie, solo no quiero ir a ese lugar — respondí esperando a que la conversación estuviera terminada.
— Veamos, voy a mencionar a las chicas más guapas de la aldea, tú me dices quien es.
— No — me puse de pie dispuesto a marcharme.
— Siéntate, Jeon, es una orden — dijo él. Accedí a sentarme no por miedo, era más bien una manera de evitar una pelea — Veamos — Tamein me miró a los ojos — Taeri, Jinseol, Jihae, Sol-i, Arin, Tara... — Taemin sonrió — Entonces es Yoo Tara.
— No.
— Tus ojos dicen lo contrario, tus puños se volvieron más blancos cuando mencioné su nombre — rodé los ojos — Entonces es ella. No es fea, pero sin duda no es mejor que las chicas de la taberna.
Me volví a poner de pie dispuesto a largarme, Jimin y Seokjin me seguían.
— No compares a Tara con ninguna de ellas, y no la vuelvas a mencionar aquí en el campo — me alejé de Taemin.
Caminé rápido regreso a casa, pues no me sentía del todo bien. Jimin y Seokjin se marcharon a su casa y cuando yo llegué a la mía caí en mi cama dispuesto a dormir.
Estuve en cama por al menos dos días, pues me había dado fiebre producto del cambio repentino del clima, hubiera deseado no despertar, porque recibí noticias desagradables.
Cuando estuve totalmente libre de la fiebre regresé al campo de batalla, mis dos amigos estaban allí y me miraban con pesar, el resto del batallón me veía con burla, no entendí lo que pasaba hasta que Taemin llegó.
— Ah, Jeon — dijo él saludando con una sonrisa — Que alegre verte de nuevo, me temo que te has perdido grandes noticias — su cara paso de amabilidad a burla — Verás, el otro día me quedé pensando en lo que dijiste y creo que tienes razón, Tara no es como las demás mujeres... — lo miré confundido pues no entendía porqué traer el tema a la conversación — Por eso he decidido hacerla mi esposa, su familia está encantada con la idea.
Mi mundo se paralizó al escuchar las palabras de su boca, quería darle un golpe en la cara y esperar a que dijera que era mentira, que solo estaba bromeando.
— ¿No me felicitas?
— Felicidades — esa fue la única palabra que salió de mi boca.
Me alejé de él y fui a mi formación de entrenamiento con todas la smiradas puestas en mi.
— Cálmate, Jungkook — susurró Jimin cuando pasó a mi lado.
Estaba furioso, casi perplejo por lo que estaba pasando, inseguro de si aun estaba alucinando por la fiebre, pero no, todo era realidad.
Presente...
Regresé a casa luego de estar con Seokjin, casi amanecía y no me apetecía dormir.
Traje a memoria lo que había pasado en el lago y reí, Tara jugaba fuerte y si algún día descubría lo mal que me tenía, las cosas para mi iban a ir bastante mal.
Me acerqué hasta el estudio que tenía en casa, papá estaba dentro, parecía concentrado en algo.
— Hola padre — saludé. Sus ojos se encontraron con los míos — ¿Pasa algo? — pregunté inseguro.
— Aparentemente no, ¿a ti te pasa algo? — preguntó. Negué con la cabeza — Hijo, te has convertido en un mentiroso de primera, pero esa cabeza tiene todo menos las cosas claras.
— Es una mujer que me da más problemas de lo necesario...
— El del problema eres tu, ella tiene las cosas bien claras.
Mi papá me conocía demasiado bien, eso me llevó a que por el resto de la madrugada escuchara lo que tenía para decir, aunque no presté debida atención pues mi cabeza se enredaba en lo que había pasado con Tara y lo que había dicho Seokjin.
Talvez era tiempo de hacer algo.
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Holaaaaa! Ya volví. No pude actualizar los días anteriores porque tenia gripe y pues me daba pereza corregir y escribir, así que ni modo.
Gracias por leer, votar y comentar.
Psd: cuídense mucho que ya es diciembre y puede que empiece a hacer frío. Si está haciendo un poco de frío en mi país que es más caliente que un horno, no me quiero imaginar en el resto. Cuídense, tomen agua.
Psd2: Seokjin se va hoy a su servicio. Mi primer amor en BTS se va🥺 aún así estoy deseando que regrese con bien.💗
Un meme de Seokjin:
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