ᴇɴ ᴇʟ ᴘᴜɴᴛᴏ ᴅᴇ ᴘᴀʀᴛɪᴅᴀ
|𝟸𝟶| ᴛᴀʀᴀ
Tras unos días todo parecía haber regresado a un término medianamente normal. Seguía siendo invierno, aún había nieve cubriendo todo lo que alguna vez fue una capa verde de pasto. La aldea parecía seguir siendo la misma después de los terribles acontecimientos que todos presenciamos. Aún se sentía el luto por la muerte de un soldado y de vez en cuando se traía el tema a conversación, aunque mayoritariamente le huyamos como la peste pues todos queríamos dar ese capitulo por terminado. Yo más que nada prefería que solo quedara como un mal recuerdo y así evitar pensar en él en mi presente.
Mi papá, por otro lado, seguía recuperándose del accidente. Aún seguía sin poderse levantarse de su cama sin ayuda y constantemente teníamos que hacer muchas cosas por él. Disfrutaba cuidar de él, además, era la única persona en la que casa que parecía estar en sintonia conmigo, más que nada porque mamá me ha hecho el feo desde el día que regrese de la casa de Jungkook. Suni también se ha alejado d emi y puedo jurar que se debe a la influencia de mi madre. Hemos tenido discusión tras discusión cada vez que intentaba compartir sus deseos de matrimonio conmigo.
Hacia un gran esfuerzo oara ignorarla pero ella seguía buscando pelea, estaba insimismada con mi boda y sin importarle que papá estaba aún adolorido ella pasaba el día entero en casa de los Lee, para así logar confabulación con ellos mi unión a esa terrible familia. La mamá de Taemin para mi no era más que una arpía mala influencia que había convencido a mamá a apurar la boda. Solo me quedaban unos pocos días hasta que el calendario llegara a su final, dando inicio a un nuevo año y entonces seria oficialmente una Lee. Tenía que ejecutar mi plan primero...
El paso número a este era acostarme con alguien más, quedar embarazada y así evitar que Taemin se acercara a mi porque sabía que era un tipo que vivía de un "honor" falso. Hacer eso traía consecuencias, pero no iba a detenerme solo para pensar en los demás. Se trataba de mi vida y la iba a poner primero. Si el plan número uno no funcionaba tenía una segunda opción, la más difícil a decir verdad, pues requería de la ayuda de Jungkook. Taeri me dio una clave importante. Necesitaba que Jungkook pusiera su marca en mi y así desaparecer a Lee Taemin de mi vida. Mis propósitos eran egoístas, lo sabía, pero jamás nadie más en esta aldea se había puesto a pensar en lo que yo quería, en uno que una joven como yo tenía tenía en el corazón. Todos simplemente seguían reglas, yo iba a romperlas.
No quería que me importara el dolor ajeno, la agonía de mi madre al ver que todo su plan se desarmó seria de mi disfrute. Un plato bien servido. Si mis dos primeras opciones no funcionaban venía la tercera, la más fácil pero más arriesgada. Huir el día de mi boda, dejar todo atrás y empezar de nuevo por mi cuenta. Sabía que teníamos parientes en un área fronteriza del territorio, mi único problema era no saber como llegar, sin embargo, no era algo que pudiera detenerme.
Estaba harta de hacer como mi madre quería, no iba a ser su títere. El oponerme a mi boda era lo que precisamente me daba un poco de dignidad propia, porque al defender mi orgullo me daba la oportunidad de tener voz. Me negaba a ser una moneda de cambio así que llevaría a cabo todos mis planes, no me importaba quien resultara herido, mi mamá, Suni, incluso mi papá incluidos.
— Si sigues arrugando la frente llegaras a vieja pronto — dijo mi papa con voz rasposa.
Como costumbre desarrollada en los últimos días, yo solía venir a su habitación y acompañarlo por largas horas mientras él dormía. No me importaba estar en silencio con él.
— ¿Quieres algo de beber? — me acerqué a él rápidamente. Apenas acababa de despertar de un larga siesta matutina — O si prefieres algo para comer no dudes en decirlo.
— No te preocupes. Tu madre se encargó de alimentarme temprano — me sonrió sutilmente y yo le devolví también la sonrisa.
— Entonces si necesitas algo estaré aquí, cerca de ti — saqué de un pequeño bolso que tenía colgado de mi hombro un pedazo de manta tejida con lana que había empezado a hacer hace algunos meses — Estaré terminando esto.
— ¿Sabes que no es necesario que estés todo el día aquí, cierto?
— Lo sé. Mamá no está así que tengo que segurarme que nadie te moleste — lo miré fijamente y después le di una sonrisa — Además disfruto mucho estar contigo.
— Supongo que tu madre está en casa de los Lee — asentí. Mi padre suspiró con pesadez — Hay cosas que no cambian.
— Ya sabes, sigue en planes de boda. Ella no va a renunciar a ser parte de esa familia — me senté a la orilla de papá y empecé a tejer — Incluso han adelantado la fecha.
— Lo siento tanto, hija — las palabras de mi padre fueron sinceras, sin nada de hipocresía y con profuso arrepentimiento — Lamento haber dicho que sí cuando Taemin y su padre se presentaron aquí.
— No te preocupes. Haré de todo para que la vida de Taemin sea un infierno una vez que ambos seamos pareja — él sonrió — No entiendo porqué mamá está tan empeñada, no es como si ella pudiera heredar algo de esa familia. ¿No le basta con lo que tú tienes?
El me miro por largos segundos sin decir nada.
— Cuando conocí a tu madre ella trabajaba en una taberna, era una muchacha sin posibilidades de aspirar a más. Hacía todo tipo de trabajos — mis manos detuvieron el patrón que estaban haciendo y empecé a prestar más atención a lo que decía mi padre — Creo que fue amor a primera vista. A mis padre no les agradaba porque era alguien de la vida fácil, pero a mi me gustó desde que la vi. Cuando la conocí estaba con el padre de Taemin, él ya estaba comprometido pero una vez que entras a una taberna eres soltero.
— Un buen lugar para ser infiel, supongo.
— En aquel entonces yo no tenía ni la mitad de lo que ahora tengo, sin embargo el padre de Taemin era el hijo de un jefe, era la realeza de ese entonces. Tu madre se acercó a él primero, tontearon por unos días pero nada que hubiera durado pues Lee se casó. Yo ascendi a primer jefe del batallón, así que para tu madre yo solo fui un premio de consuelo.
Mi padre, quien siempre se había mostrado racional y completamente desobligado de las emociones, estaba mostrando por primera vez el dolor.
— ¿Por qué no te alejaste? — pregunté. Mi mente estaba bloqueda, procesando las palabras de mi padre.
— Intenté hacerlo pero, venías en camino — un sentimiento de culpa invadió mi ser — No te culpo por nada, hija. Pero supongo que esta historia responde a muchas dudas que tienes. Ella solo está tratando de vivir a través de ti.
Mi padre cerró sus ojos y se acomodó bajo las mantas.
— Dormiré por otro rato, las medicinas que me da tu madre son fuertes. Vete, no es necesario que estés aquí — asentí y recogí mis cosas.
Salí de la habitación de mi padre lentamente. Mi corazón latía rápido y mi mente estaba turbada. ¿Qué otros secretos tenía mi madre? Incapaz de seguir en casa, cogí mi capa y me dispuse a salir. No sabía dónde ir. Taeri no estaba en casa, Jungkook ya no venía por la aldea, no tenía donde ir a callar mis penas.
Caminé por el bosque sin ninguna dirección en concreto, inevitablemente mis pasos me llevaron al sendero que daba a la casa de Seokjin. Dado que él bosque estaba cubierto de nieve dura y el clima no parecía dar presagio a una buena tarde, mis sentidos se activaron y sentí miedo. Ahora tenía temor de adentrarme al lugar donde había estado mucho tiempo. Entonces el bosque se volvió desconocido para mí. Aún con miedo no dejé de caminar, mis pasos me guiaron hasta la parte frontal de la casa de Jin. Suspiré con alivio al ver un hilo de humo escapar de la casa. Él estaba dentro.
Con el miedo aun a flor de piel toqué la puerta y esperé por unos segundos hasta que se abrió. Seokjin estaba del otro lado, solo vestía unos pantalos y su torso desnudo dejaba ver unas pequeñas cicatrices.
— ¿Puedo pasar? — pregunté al ver que él se quedaba plantado sin decir una sola palabra — me congelo aquí afuera.
Se movió hacia un lado y me dejó pasar. El interior de la casa era cálido. Tenía una pequeña fogata encendida en una esquina que ayudaba a calentar todo el ambiente. Me deshice de la capa y pase hasta sentarme sobre un cojín.
— ¿A qué se debe tu visita? — preguntó con diversión — Hace mucho que no te veía por aquí.
— No tenía otro lugar para ir — respondí. Observé como él se cubría el pecho con una camisa blanca — ¿Estás solo?
— Sí. Mi padre está de visita con sus hermanos — se acercó hasta su pequeña cocina y sirvió en una taza una bebida — Toma, te ayudará a calentarte — cuando se acercó a mi fui consciente de todas las marcas que tenía en el rostro.
— ¿Qué te pasó en el rostro? — tomé un sorbo de lo que él había puesto en la taza y cerré los ojos inmediatamente. Estaba muy bueno — ¿Qué le has puesto a esto?
No contestó ninguna de mis dos preguntas.
— ¿Me vas a decir qué le pasó a tu angelical rostro?
— Sufrí un ataque...
— No me digas, se te cruzó un gato y tu... — abrí los ojos como platos cuando caí en cuenta — ¡¿Eres uno de ellos?!
Seokjin rodó los ojos.
— Pensé que lo sabías. Tu novio tuvo que haberte dicho.
— Me dijo de él y de Jimin y de su familia pero no de ti. ¿Eres de su familia?
— Técnicamente sí. Pero no de la manera en la que crees.
— Explicalo... — entrecerre los ojos hacia él — Vamos, quiero oírla.
— Mi familia es un descendiente directo de una bruja. Nuestra leyenda cuenta que son tres hermanos, o bueno, eso es lo que todos creen. Soy descendiente de la única mujer que salió de ese linaje de hombres. Mi ancestro fue fruto de una infidelidad, por ende, somos los más bajos en la pirámide de importancia pero, aún así se nos fue dado un don.
— ¿Cuál? — pregunté curiosa.
— Influimos en las emociones de los humanos — sus ojos color café se tornaron en un dorado cegador — Puedo hacer que pases de felicidad a tristeza en un segundo. Puedo meterme en tu mente y hacer que cometas crímenes.
Mi piel se erizó.
— ¿Eres malo?
— En absoluto. Solo soy un bufón que se divierte cuando confunde humanos — me mostró una sonrisa encantadora, casi me vuelvo débil — Si alguna vez la maldición se acaba, de todos los que estamos bajo ella, mi familia es la única que no puede liberarse.
— ¿Por qué?
— Porque la promesa solo abarca a los que son legítimos. Mi ancestro era un bastardo irreconocible.
Sentí pena por él, aunque no estaba segura de que era lo que encerraba la promesa, que conllevaba estar dentro de ella o como es que ellos había acabado de esa manera, porque aún no estaba seguro sobre la antigua leyenda que nos contaban.
— Talvez hay otra manera.
— La única forma sería que la bruja que rompa la maldición sea descendiente directo de mi ancestro. No hay registros de alguien más cómo nosotros. No hay nada.
— No entiendo mucho de lo que hablas, Jungkook aún no me ha contado toda la historia, sin embargo me gustaría saber cómo es que sus caminos se cruzan. Hablando de Jeon y de ti.
Sekjin dudo en responder, talvez tenía miedo o era simplemente un tema espinozo para él, algo de lo que no le gustaba hablar.
— Nos presentamos con ellos luego de muchos años. Mi papá y mi mamá no sabían nada de los humanos, ni como vivir con ellos, venimos con ansias por ser tratados bien o de sentir que teníamos una familia. Nadie preguntó nuestra procedencia, nadie supo cómo nos formamos. Ellos nos aceptaron.
— ¿No saben que son hijos del pecado? Es decir de una infidelidad.
— No, creen que somos descendientes de su mismo ancestro y que simplemente nos perdimos en los primero años de la maldición.
Todo lo que nos rodeaba era una mentira. La vida de Seokjin era una mentira, sin embargo había decidido confiarmela a mi y de alguna manera eso se sentía reconfortante, se sentía bien.
— Gracias por decirme esto de ti. Prometo no decir nada.
— No te preocupes. De todas formas, algún día tendremos que decirlo. Sólo quedamos vivos mi papá y yo.
— ¿Y tus primos? — pregunté, pues según según papá estaba de visita con ellos.
— Son falsos, Tara. Lo dije porque las paredes tienen oídos y tu lobo te estaba siguiendo — gire mi vista para todos lados — No te preocupes, se fue después de que se dio cuenta de que estabas segura.
— Me da miedo saber que él me sigue todo el tiempo, la próxima vez no me lo digas — sacudí mi cabeza.
Seokjin se relajó en el lugar donde estaba sentado y después me miró fijamente.
— Todo lo que Jungkook hace es para protegerte, créeme. No he visto a alguien tan noble como él, además de ello tiene mucha fuerza de voluntad — sus palabras estaban contagiadas con un incipiente tono de admiración — No te sientas incómoda, es por tu bien.
— Si me quiere proteger, ¿por qué simplemente no aleja a Taemin? — pregunté enojada — Ese es mi mayor problema.
— Yo estaba ahí cuando Taemin dio la noticia de la boda, tuve que detener a Jungkook, de lo contrario tu prometido hubiera muerto.
Me reí. No me importaba en realidad.
— Debiste dejarlo.
Seokjin negó con la cabeza y luego ambos nos quedamos en un silencio cómodo. Yo miraba por la ventana de su casa, una fina nevada había empezado a caer. Casi por inercia me recosté sobre el resto de cojines que estaban en el piso.
— El próximo invierno seré una mujer casada — dije con dolor y preocupación a tamaños iguales — Pero primero tengo que dar un último golpe.
— ¿No es nada riesgoso, cierto? — preguntó con nerviosismo — Porque si es así te sugiero que vayas olvidandolo porque Jungkook no va a dejarte.
Me reí bajo. Mis planes eran todos peligrosos pero era un riesgo que estaba dispuesta a correr, después de todo nadie estaba dispuesta a salvarme entonces yo no tenía porqué detenerme por ellos.
— ¿Crees que Jungkook quiera ser padre? — Seokjin se acercó a mi de inmediato y me miró con los ojos bien abiertos.
— ¡¿Estás embarazada?!
— A menos que los embarazos vengan después de un beso, entonces sí — respondí con diversión — Pero no, aún no estamos en ese punto. Aunque claro, si Jungkook no acepta siempre hay otras opciones en el mercado. ¿Tú estarías dispuesto? — tomé una de sus manos y entrelace nuestros dedos.
— Tara, necesitas una revisión en tu cabeza un poco pronto. Por si no lo has descubierto Jungkook es el jefe, yo soy un simple plebeyo. Él puede matarme en cualquier instante — dijo con obviedad. Con mi mano libre empecé a trazar el contorno de sus labios — Deja de hacer eso.
Se alejó de mi rápidamente, me reí por lo bajo y cerré los ojos con tranquilidad.
— Despiertame antes de que sea de noche por completo para así poder regresar a casa — sentí como se alejó de mi suavemente — Gracias por hablar conmigo hoy, Seokjin. Después de todo tu historia parece más trágica que la mía.
Me quedé en silencio mientras dejaba que el sueño se apoderara de mi. Sentía en mi cuerpo lo cálido de la casa de Seokjin, mi mente estaba más relajada, pero aún así sabía que esa satisfacción no iba a continuar por mucho tiempo. Era cuestión de días para que todo explotara para bien o para mal.
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Holaaaaa ♡
Espero y hayan tenido unos buenos días. Disculpen mi tardanza al actualizar pero hay días en los que no me da ganas de nada, así que... ni modo.
Espero y les guste el capitulo, nos vemos pronto.
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