ᴀᴛᴀǫᴜᴇ ʏ ʟɪʙᴇʀᴛᴀᴅ
|𝟸𝟷| ᴛᴀʀᴀ
Seokjin me despertó justo a tiempo para regresar a casa, la luz del sol ya estaba ocultándose así que sabía que era tiempo de marcharme. Si pudiera calificar mi tarde sin duda estaría en el puesto número uno de tardes más reveladoras de mi vida. Lo que dijo papá, lo que dijo Seokjin, todo parecía tener sentido de diferentes maneras.
Ahora entendía la mecesidad de mi madre de emparejarme con la familia Lee. También entendía la procedencia de Seokjin, que aunque trágica, no dejaba de ser merecedora de un aplauso. Todo dentro de mi estaba conmovido, después de todo habían personas que sufrían peor que yo, entonces la injusticia que rodeaba mi vida empezó a parecer justa. Cada quien sufre de manera diferente...
Mientras caminaba de regreso a casa sentí que alguien me seguía a paso rápido. No eran pisadas de un animal, era un humano. Me detuve en seco sin sentir una pizca de miedo, aún así era más prudente correr y huir, pero me detuve de todas formas. Voltee a ver de reojo a la persona que seguía mis pasos, esperando de alguna forma que fueran Seokjin, pero no, esa silueta era de Taemin.
Sentí miedo, justo en ese momento. Todos mis sentidos se activaron pues no era una persona cualquiera, se trataba de un ser despreciable y maligno, ya lo conocía, ya sabía de lo que era capaz, no podía esperar nada bueno de él suguiendome por lo cual me sentía en temor. Incluso con el creciente miedo dentro de mi pecho decidí no correr, pues ya estaba más oscuro y podía lastimarme.
Lo sentí más cerca de mi, estaba detenido justo a mi espalda, su respiración pesada llegaba hasta mi descubierto cuello y me erizaba la piel.
— No es bueno que me estés acosando de esta manera — le dije mientras trataba de controlar el temblor que recorría mi cuerpo, pues presentía que algo malo iba a pasar.
— No te estoy acosando — me di la vuelta para enfrentarlo. Me daba más ventaja estar frente a frente — Solo estaba viendo que mi prometida se mantuviera alejado de cierta persona.
— ¿Cierta persona? No seas ridículo, di las cosas por su nombre — le dije. Sabía que se refería a Jungkook — No es necesario que evites el hecho de que probablemente sí deseo buscarlo a él todo el tiempo.
El me miró fijamente. A pesar de la poca luz solar que había aún era capaz de distinguir sus expresiones y eso era lo que más me aterrorizaba, aunque su cara nunca había sido de mi agrado, esta vez parecía más tenebrosa. Nunca se lo admitiría a él, pero de alguna forma mi rechazo hacia él era la manera tan astuta en la que embaucaba a las personas, era tan buen jugador que me daba miedo perder frente a él, por eso siempre traté de alejarme de él.
— Ya que lo pides así... creí haberte advertido que no quería que vieras a Jeon, te lo dije a ti y se lo dije a él — ahogue un grito de frustración pues su desfachatez era más fuerte que mi autocontrol y sentía que eso me llevaba a estar lista para soltar un golpe — Quería asegurarme de que habías obedecido y me decepciona saber que no.
— Taemin, por si no lo has notado no soy tu hija o tu esposa aún para que me des ordenes — él sonrió tranquilo, eso provocó que mis nervios alcanzaran un nivel histórico — Mientras esa estúpida boda no haya pasado puedo asegurarte de que haré lo que yo quiera.
— Te equivocas. Tú ya eres mía — se pegó a mi y me arrincono hasta el tronco de un árbol. Su cuerpo se presionó contra el mío y sentí repulsión — Te guste o no, hay un arreglo y lo sabes. Así que como comprenderás, no me gusta que mi futura esposa ande por ahí pasándose la tarde entera en casa de otros hombres — rodé los ojos e intenté apartar la mirada pero él lo impidió — ¿Qué hiciste con Seokjin ahí dentro? No me digas que nada porque contigo se aplica lo de "tal madre, tal hija".
Me reí burlonamente pues no iba a dejar que me intimidara con ello incluso si sentía miedo.
— ¿Celoso? No te preocupes cariño, algún día será tu turno — le toqué la cara despacio dándole unas palmaditas — Ahora, piérdete.
Intenté apartar su cuerpo del mío pero me fue imposible porque la fuerza que ejercía sobre mi era más de lo que yo podía soportar.
— Talvez si te doy lo que tanto buscas y pruebas algo de mi, entonces no vas a necesitar ir de cama en cama — lo empujé levemente y lo que recibí fue un empujón contra el árbol nuevamente y su cuerpo más apretado contra el mío — Te voy a dar los que tanto quieres.
Abalanzó su cabeza contra mi pecho y empezó a intentar besar mi cuello y con una mano trataba duramente de soltar los lazos que sostenían la tela que cubría mis pechos. Sentí más miedo, Taemin estaba tratando de abusar mi cuerpo.
Sus manos viajaron acariciando asquerosamente y de manera vulgar todo mi cuerpo. Sentí repulsión, las lágrimas bajaban por mis mejillas y mis inútiles intentos de liberar mi cuerpo de su peso, fue una pérdida de energía. Sus manos rebuscaban justo en las orillas de mi vestido y trataban de levantarlo. Una de sus manos tocó mi pierna, mi piel se erizó y más lágrimas bajaron por mis mejillas.
No quería sentir la decepción y desesperación que más de alguna mujer ya habia sentido, no quería tener que cubrir las heridas de mi alma al dia siguiente y fingir que no había pasado nada solo porque no eramos escuchadas. Taemin era un hombre, uno que se creía con derecho suficiente para hacer esto. ¿Quién les habia dado la potestad de tocar a las mujeres sin su consentimiento? ¿Por qué nosotras no hacíamos lo mismo?
Taemin ya había terminado de desatar el listón de mis pechos y estos estaban a nada de ser liberados frente a él. Llevé mis manos hacia ellos para cubrirme y después, haciendo uso de toda mi fuerza le di una patada en sus testículos, él se quejó pero no fue suficiente, en lugar de apartarse me dio una bofetada que me dejó la piel ardiendo. Aún intentado liberarme y después del golpe e mi mejilla, con una de mis manos, haciendo uso de mis dedos, pinché sus ojos haciendo que él se apartara de inmediato quejándose del dolor.
— ¡Maldita perra! — aproveché que se había alejado de mí y empecé a correr lejos.
Le escuché gritar a la distancia pero no me importó.
Corría con el vestido suelto de la parte de arriba, mucho miedo recorriendo por mis venas y aún sin saber a donde ir, no me detuve, seguí corriendo sin dirección alguna. Respiraba con dificultad y aún tenía lágrimas en mis ojos. Me detuve hasta que estuve segura de que estaba lejos de él. No estaba segura de qué tan lejos estaba de la aldea, eso carecía de importancia en mi mente, pues mi principal objetivo era alejarme del monstruo de Taemin.
Cuando me detuve mis sentidos intentaron tratar de reconocer el lugar donde estaba, supe que se trataba del otro lado del lago, justo cerca de la choza en la que Jungkook y yo nos habíamos besado. Sentí alivio en mi pecho y pude finalmente respirar tranquila.
Me adentré en la choza tratando de acostumbrar a mis ojos a la oscuridad que había. Divisé una antorcha y le prendí fuego. Ilumine el lugar al encender la chimenea que había. Me senté en una esquina, cerca del calor. Rompí un pedazo del vestido y lo puse sobre mi mejilla. Me ardía, estaba segura de que había hecho algún corte.
Me sentí más tranquila al estar cerca del calor y lejos de Taemin, aunque sabía que aún podía encontrarme y tratar de terminar lo que había empezado. Recosté mi cabeza contra la madera de la choza y cerré los ojos, para pensar o mortificarme.
Si decía lo que había pasado nadie iba a creerme, nadie dudaría de Taemin y conociendo a mi mamá solo diría que era una artimañana mía para evitar la boda, sin hablar de que Taemin mismo lo negaría rotundamente. No tenía voz, no tenía voto en esto.
Después de estar unos minutos en silencio escuché que unos pasos se avecinaban, me puse alerta, mis sentidos se activaron de nuevo y el miedo regresó. Busqué con la vista algo con lo que pudiera defenderme. En una esquina había una espada que estaba oxidada. Perfecto.
Silenciosamente me acerqué a ella y la tomé entre mis manos. Los pasos estaban más cerca, me puse de pie y cuando la puerta se abrió cerré los ojos y corrí hasta quien yo esperaba que fuera Taemin. Sentí que mi cuerpo giró y me unas manos se entrelazaron sobre mu estómago. Abrí los ojos y supe que estaba de espaldas a mí atacante.
— ¡Calma! — gritó la persona que me tenía sujeto — Soy Jungkook, no pasa nada.
Mi descontrolada respiración disminuyó y solté la espada. Estaba segura, Jungkook estaba conmigo. Él me soltó lentamente y me empujó hasta que cerró la puerta y ambos estuvimos dentro por completo. Giró mi cuerpo, sus ojos se encontraron con los míos. Sin poder evitarlo recosté mi cabeza sobre su pecho dejando que las lágrimas y mis lamentos cayeran.
Sus manos se colocaron sobre mi espalda y suavemente me acariciaba, dando pequeñas palmaditas mientras dejaba que mi alma liberara toas las lágrimas. Que susto me había dado al pensar que era Taemin y no poder escapar de él.
Me separé de Jungkook y él, como no podía ser de otra manera usó sus pulgares para limpiar mis lágrimas. Apartó el cabello que tenía en mi cara y abrió los ojos como platos cuando vio la mejilla que Taemin había golpea.
— ¡Voy a matar a Taemin! — Jungkook apretó la mandíbula y sus ojos cambiaron, la vena de su cuello resalto y temblaba de enojo — Ese imbecil se atrevió a tocarte.
Se apartó y empezó a dar vueltas por la habitación mientras murmuraba maldiciones y mencionaba muchss formas en las que quería asesinar a Taemin.
Me moví a una esquina y recosté mi cuerpo para esperar que él calmara su enojo.
— Dime todo lo que te hizo Tara, dímelo ¡ahora! — gritó desesperado asustandome por completo — Joder, lo siento. Perdón por asustarte — se acercó a mi y con cuidado tocó mi cara — Es que me enferma saber que intentó propasarse contigo. Y yo no estaba para ayudarte.
— No fue tu culpa. ¿Cómo ibas a saberlo? — el tono triste de mi voz calmó lo turbado que se veían sus ojos — Solo, no te enojes y no me dejes sola ahora.
— Tara, es imposible no enojarme. Pero está bien, lo dejaré pasar — sus ojos escaneron todo mi cuerpo lentamente — por ahora...
Me pegué a él con abandono y traté de alcanzar su rostro para besarlo pero lo impidió.
— Estás alterada, Tara. Voy a limpiar bien tu herida y después podemos hacer todo lo que quieras — sus ojos cayeron con los míos cuando me separó de su cuerpo. Aparentemente entendiendo lo que yo quería.
— La herida no importa — dije cerca de su rostro — Quiero calmar lo que siento aquí — llevé su mano derecha hasta mi pecho, justo sobre mi corazón — Y sólo tú puedes hacerlo.
Vi la duda instalada en su rostro pero aún así asintió.
Su boca se pegó a la mía en un instante y no pude evitar sentir que volaba o que caía sobre un campo cubierto de algodón. Sus labios eran una delicia tentadora y no podía cree como había estado tanto tiempo sin probarlos, sin sentir su humedad y lo bien que se sentían contra los míos.
El beso subió de nivel cuando su lengua se introdujo en mi cavidad, entonces empezó una batalla por quien tenía el control. Mis manos viajaron hasta el cuello de su ropa y empecé a soltar los lazos de su cintura para dejar al descubierto su pecho.
Nuestras becas emitían pequeños sonidos de placer cada vez que él me mordía o yo lo mordía. Apenas y nos separamos oara respirar pero después de unos segundo volvimos a la misma danza húmeda de antes.
Sus manos desataron la parte inferior de mi vestido, yo desate todos los nudos de su ropa y dejé caer la parte superior. Lo tiré contra mi y le inste a arrodillarse conmigo. Mis rodillas tocaron el suelo y me separé de él para posar mi cuerpo sobre las mantas en las que una vez ya habíamos dormido.
Dado que la parte de mi vestido aún estaba abierta producto del ataque de Taemin, la tela se movió dejando descubierta la curva de mis pechos. Sus ojos se pegaron a los míos y sonrió como nunca antes lo había hecho. Jungkook se acomodó entre mis piernas aún estando de rodillas y lentamente llevó sus manos a mi cuello.
La imagen que yo tenía de él era majestuosa. Sus duros pectorales eran seductores, la línea de tatuajes que tenía en su costado y la cicatriz de aquel ataque eran una combinación perfecta para llegar a la perdición. Mis mejillas se calentaron por lo que iba a pasar, solo pensar en ello hacía que unas partes de mi cuerpo se aflojaran.
Con sus dedos empezó a dibujar una línea desde mi cuello hasta el inicio de mis pechos.
— Vamos, se que quieres tenerme — le dije burlandome de su indecisión. Ergui mi espalda para "ofrecer" mis pechos haciendo él se riera — Jungkook, estoy dispuesta a todas tus rarezas.
Con una rapidez que me sorprendió su cuerpo cayó sobre el mío y sus labios jugaron con el lóbulo de mi oreja.
— No juegues con alguien como yo — su mano apartó la tela de mis pechos con tanta fuerza que la partió — Y ya se que te tengo.
Beso mi mejilla y se apartó para llamar su vista a mi parte superior. Vi como sus mejillas se calentaron con vergüenza.
— ¿Nunca has visto pechos? — pregunté aún con burla — Son suaves, bonitos y alguna vez tienden a ser grandes.
Jungkook no dijo nada, solo miró mis pechos con fijación. Puso sus manos sobre mis pezones y los apretó fuertemente.
— Dado que a ti te gusta darte baños públicamente cuando estás completamente desnuda, los tuyos ya los había visto. ¿Recuerdad? — asentí, observando como su mirada se volvía oscura, llena de deseo — Aunque claro, desde esta posición la vista es aún mucho mejor.
Sus labios cayeron sobre los míos una vez más. Aproveché la cercanía de su cuerpo para restregarme contra él y saciar el ardor que sentía. Jungkook se dio cuenta de mi necesidad y metió su mano bajo mi falda, lentamente la subió hasta que llegó al borde, justo donde nunca nadie antes había tocado.
Iba a pasar.
Se detuvo de un solo tirón y con furia terminó de rasgar todo lo restante de mi vestido dejándome completamente descubierta, solo con mi calzón puesto. Tuvo el mismo destino y lo rompió.
— Así estas mejor — susurró.
Se alejó un poco más de mi oara quitarse sus pantalones y sus botas. Quedó completamente desnudo frente a mi. Empecé a ponerme nerviosa por todo lo que podía pasar.
Se pegó a mi una vez más y pude comprobar que no era la única que estaba nerviosa.
— ¿Estás segura, Tara? Lo que pasó con Taemin puede ser traumatizante y no quiero que te asustes — me extrañaba que supiera lo que había pasado. Jungkook no había estado allí...
— Estoy segura. Te quiero a ti.
— Si quieres parar en el último momento juro que puedes decirlo. No voy a dudar en detenerme y hacerte sentir mejor — sus ojos ardientes también mostraban sinceridad — Solo tienes que decirlo.
— No quiero parar — dije firmemente. Él asintió y pegó su cuerpo aún más a mi.
— Bien. Según yo no tiene que dolerte si estas lista — su mano se movió hasta ese parte donde nunca nadie antes había tocado — Y estas lista — la manera en la que me tocaba me hizo cerrar los ojos de placer — Pero aún así puede que duela.
Jungkook tenía experiencia, era normal que supiera como se sentía. El ya había estado con más personas...
Abrió mis piernas aún más y se separó de mi para estar completamente de rodillas. Tomo mis piernas y las subió hasta que quedaron recogidas hacia arriba, con mis rodillas apuntando su rostro, las separó aún más y con sus manos sobre el piso se pegó a mi. Sentí como él se abría pasó en mi cuerpo, con una pizca de dolor delicioso que no me molestaba.
— Ahora sí te tengo... — empezó a moverse sobre mi y sin saber si estaba bien o no, yo hice lo mismo.
Jungkook no solo estaba dentro de mi cuerpo, también lo estaba dentro de mi corazón, alma y ser.

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Holaaaaaaa!
Uff, pues bueno, aquí el capítulo de hoy. Un poco subido de tono en muchos aspectos(bueno para mi) cada vez que escribo escenas íntimas me da un poco de corte porque no se como hacerlas. En todo caso espero les guste.
⚠️ como habrán podido leer hay una escena un tango trágica. Taemin intenta sobrepasarse con ella. Si hay alguien aquí a quien le han intentado hacer esto, recuerda NO ES TU CULPA.
Si su familia no las escucha vayan a la policía pero no sientan miedo. Se los digo por experiencia propia. Alguien me siguió de la misma manera en la que a Tara y a pesar de que no me toco me dijo a voz alta todo lo que quería hacer conmigo. Tenía 12 años e iba de la escuela. Cuídense ustedes porque a veces las familias no saben como hacerlo, por suerte a mi me tocó una madre para quien siempre he sido prioridad e hizo lo que se suponía que debía de hacer, protegerme.
Un abrazo mis niñas 💖
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