Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

ʟᴏs ʟᴀᴢᴏs ǫᴜᴇ ɴᴏs ᴜɴᴇɴ

|𝟸𝟽| ᴛᴀʀᴀ

Después de la ducha salí con Jungkook. Me costó mucho pues estaba a gusto con él tan cerca de mi, en un momento tan íntimo como la hora del baño, solo se sintió normal, como si de alguna manera acostumbraramos a hacer eso tan seguido. Me ilusioné con la idea de poder vivir un poco más de esto en el futuro, después de todo, mi padre estaba de mi lado.

Por otra parte no estaba segura aún de qué tan buena idea era comprobar su teoría o de acercarme a alguien que no había estado en contacto con humanos normales como yo. A pesar de que él aseguraba que era por un bien futuro, no terminaba de convencerme, sobre todo porque muy en el fondo yo sabía que él no estaba seguro por completo, puesto que había creado un segundo plan. Estar incluido en este era cosa primordial para mi.

Jungkook y yo salimos por la parte trasera de mi casa para así poder rodear la aldea y caminar por el bosque sin que nadie nos mirara para ir con tranquilidad hasta su casa. Él me tomó de la mano en el segundo en que mis pies tocaron la nieve, suavemente me pegó un poco a él y ambos empezamos a caminar hacia su casa.

— ¿Estás seguro de que puede funcionar? — pregunté siendo incapaz de dejar ir el tema.

— Estaré cerca de ti todo el tiempo, además no se si sabes que no todos en mi aldea son lobos — respondió él dando un suave apretón a mi mano — Todo estará bien, solo quiero saber que ella no te hará daño cuando esté lista para andar fuera.

— ¿Cómo explicarás que tienes un nuevo integrante en tu familia? — era un frente que había que cubrir.

— Les diré que es un pariente de Jinseol. Ya lo he hablado con ella y está de acuerdo.

— Siento que las cosas se están complicando — comenté con preocupación. Aún estábamos algo lejos de llegar a su cada dado que íbamos por el bosque — ¿Cómo es que nunca antes habíamos estado bajo toda esta tensión?

— Bueno, pues resulta que todo el tiempo hemos sido vigilados — dijo él — Solo que aparentemente tenemos una protección.

— Me gustaría que no pelearas — le dije suspirando pesadamente — Si sales herido yo creo que podría morir. ¿Hay algo que yo pueda hacer?

— Incluso si lo hubiera, que no lo hay — dijo de prisa — Jamás dejaría que te expusieras al peligro.

— Sabes que no soy una débil damisela.

— Lo sé, Tara. Si se tratara de partirle la cara a un humano como Taemin, sin duda dejara que hicieras algo, pero estamos luchando contra fuerzas más grandes.

Ya estamos acercándonos a su casa cada vez más, el corazón me empezó a latir rápidamente producto del nerviosismo.

— Quiero saber si... yo...

— ¿Tú qué? — preguntó extrañado por mi repentina timidez — Vamos, Tara, dilo. No puedo leer tu mente justo ahora.

— ¿Estoy incluida en el segundo plan? — me decidí a preguntarle. Ambos nos detuvimos en seco.

— Desafortunadamente, sí — pude notar dolor en sus ojos.

— ¿Por qué es desafortunado?

— Porque puede que no te guste. Una vez que seas parte de él, no habrá vuelta atrás — sentí un pequeño escalofríos recorrer todo mi cuerpo, pues no sabía a qué atenerme.

No dije nada. Jungkook y yo retomamos el camino hasta que mis pies y los suyos chocaron con una cerca de madera que dividía su aldea y el bosque. Jungkook me ayudó a cruzar del otro lado y luego él, de un solo salto se colocó al lado mío. Ambos nos sonreímos mutuamente.

En su aldea, todo parecía más tranquilo que en la mía. Todos vivían a su ritmo y había más color y más felicidad por el ambiente. Había estado infinidades de veces en este lugar por las clases de la madre de Jungkook, o por todas las veces en las que había venido a espiar a Jungkook solo para ver qué hacía. Pero este vez era diferente, pues de alguna manera me sentía como en casa y esa era una realidad muy lejana.

Jungkook me llevó hasta su casa, hasta su estudio donde se que pasaba la mayor parte de su tiempo libre y donde realizaba sus investigaciones. Siempre había tenido curiosidad sobre el lugar y de alguna manera ya me había imaginado que tenía dentro, pero todo lo que mis ojos moraban superaban con creces lo que yo alguna vez pensé.

Enormes estanterías con pergaminos y hojas llenas de palabras se exponían por las cuatro paredes del lugar. Habían muchas herramientas de pelea y armaduras por doquier, además de una extraña colección de cabezas de animales expuestas cómo algún tipo de trofeo.

— Impresionante — dije cuando vi el gran mapa que había colgado en una sección de la habitación. Tenía todas las aldeas dibujadas — ¿Tú hiciste eso? — pregunté señalando el mapa.

Jungkook sonrió antes de responder. Se acercó al mapa y lo tocó.

— Cada parte de él fue dibujado por mi una vez que ascendi a ser jefe de la aldea.

— ¿Y eso qué es? — pregunté señalando hacía otro lado donde había un gran pergamino colgado y muchos rostros dibujados sobre el. Algunos tenían una marca.

— Toda mi rama familiar. ¿Ves donde está partido? — preguntó cuando se acercó al pergamino y empezó a pasar sus dedos sobre él. Asentí y me acerqué más a él — Son quienes nos están causando problemas. Se separaron de nosotros desde hace mucho.

— ¿Qué quieren ahora? No veo sentido a aparecer de nuevo.

— Nosostros queremos romper la maldición, ellos no. Por eso es de crucial importancia lo que llegué a pasar, Kyujin será de gran utilidad para nuestro siguiente paso — explicó él — Si ofrecemos un diálogo donde ellos puedan entender que no podemos romper la maldición nos seria más fácil acabar con todo.

— ¿Por qué no pueden terminarla? ¿No hay que hacer un sacrificio?

— Para que eso pase Tara yo tengo que encontrar una bruja a la cual marcar y de la cual enamorarme, para así dejarla embarazada y pedir a todos los santos que sea un varón — las palabras salieron de su boca rápidamente — Y cómo comprenderás me he enamorado de ti, profundamente.

— Pero si tienes la oportunidad de encontrar una bruja y hacer todo eso que me dices, no me enojaria — aseguré con mis palabras, porque mi corazón me decía otra cosa.

— Soy hombre de una sola mujer — dijo él — Nadie va a tener una oportunidad de estar conmigo. A menos que seas tú.

— Pero se trata de tu vida y de lo que es correcto.

— Mi vida ahora eres tú — acercó su rostro al mío — Que la siguiente generación se encargue de romper todo esto. Yo quiero vivir feliz contigo.

— Aún tenemos que quitar a Taemin del camino — recordé. Me moría por decirle que teníamos el apoyo de mi padre.

— Taemin nunca fue un problema para mí. Puede desaparecer fácilmente — lo miré insegura, no sabiendo qué responder — Ahora vamos para que conozcas a Kyujin.

Me dio un beso en la frente y me llevó a caminar por un pequeño pasillo en su estudio hasta que llegamos a una puerta estrecha. Abrió la puerta y allí estaba ella. Acostada boca arriba en el piso murmurando cosas que no entendía para nada.

— Kyujin... — la voz fuerte de Jungkook la sorprendió. Ella se levantó rápidamente y nuestros ojos se encontraron.

Su mirada fría y dorada me recordó al dia en el que casi muero entre sus dientes. Fue terrorífico el sentimiento de revivir ese momento, de sentir que una vez más pendía de un hilo. Miré a Jungkook por un momento y me di cuenta de que otra vez eran sus ojos los que me salvaban de ella. Los mismos ojos que miré ese día. Era igual, solo que esta vez todos éramos humanos. Volví a ver a Kyujin, ella tenía la misma mirada intimidante, me estaba analizando, estaba segura de que trataba averiguar más de mi, de saber lo que pasaba por mi mente.

— Está no es la humana a la que ataque — dijo ella. Rompiendo el silencio incómodo que se había formado — Está no es humana para empezar.

— Aleja tus pensamientos de ella y solo asegúrate de que su olor no sea un problema — dijo Jungkook fuertemente.

— Como digas jefe, solo déjame comprobar algo — Kyujin hizo la cabeza a un lado y me miró sonriendo.

Sentí una pequeña punzada en mi cabeza, parpadee con fuerza y luego la miré fijamente.

"No eres humana" "yo no soy tonta como ellos" la voz de ella resonó en mi cabeza y me atemorice. ¿Qué significaba? ¿Qué era yo? Sacudí mi cabeza y aisle mis pensamientos. Kyujin aún tenía sus ojos fijos en mi y escudriñaba con ellos todo mi ser, hasta lo más profundo. Me sentí desnuda frente a ella, me estaba conociendo.

— ¿Qué haces Kyujin? — preguntó Jungkook. Este me tomó de la cabeza y me miró a los ojos.

— Nada. Solo trataba de ver a través de ella — respondió Kyujin. Empezó a caminar hacia mi — Escucha lobos. ¿Estás seguro que no es cómo nosotros? — mi corazón empezó a latir más rápido.

— ¿Qué le has dicho?

— Nada, solo comprobaba. No es normal que un humano con ella escuche lobos. No debería.

— Pensé que solo pasaba conmigo, pensé que solo me escuchaba a mi — respondió Jungkook. Lo miré a los ojos con miedo — No te preocupes Tara, tu eres buena. Nada como yo.

— No es para tanto, si es como nosotros no será un problema — ella se acercó más a mi — Ahora déjame olerte.

Kyujin empezó a olfatera mi cuerpo, de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha. Me sentí un poco incómodo al sentir su cuerpo tan cerca del mío. Las manos de Jungkook estaban sobre mí cadera y me apretaban fuertemente.

— Listo. Está fuera de mis límites — ella sonrió satisfecha y se alejó — Fue un gusto conocerte, Tara.

— Me encantaría decir lo mismo, pero aún recuerdo el día que casi muero en tu boca — reí nerviosamente.

— Lo lamento — hizo una reverencia — No fue personal. Solo veía comida — sentí miedo otra vez — No temas, esta vez te cuidaré.

Volvió a acostarse en el piso. Jungkook me jaló contra su cuerpo y me llevó hasta afuera de la habitación. Todo el nerviosismo que sentí se fue y empecé a sentir calidez dentro de mi. Tranquilidad como siempre que estaba en los brazos de Jungkook. Me llevó a sentarme en unos cojines que tenía en el piso, luego me abrazó.

Me sentí en casa, extrañamente sentí como si su lugar fuera el mio sin importar todo lo que se venía, las cosas que nos separaban eran nada comparado a lo que sentía por él, aunque nuestros mundos fueran diferentes quería estar con él, más que nada.

El encuentro con Kyujin me había traído tantas dudas, más cosas y nudos qué resolver, más por lo cual querer preguntar. Si yo fuera como Jungkook ¿no era eso un problema? ¿Algo estaba mal conmigo? ¿Por qué no lo noté antes? Todas esas eran dudas que ahora circulaban por mi cabeza, dudas que no tendrían respuestas ahora. Solo sabía que Jungkook era mi casa, mi hogar y todo lo que anhelaba.

— Deja de pensarlo, Tara — dijo Jungkook. Me recostó contra su pecho y empezó a acariciar mi cabeza — Tú no eres como yo. Eres buena, pura. Ser un monstruo está muy lejos de ti.

— ¿Qué pasa si lo soy?

— Mírame — tomó mi mejilla derecha con su mano e hizo que quedáramos frente a frente — No eres como yo. Kyujin dice cosas al azar de vez en cuando.

— Parece saber mucho — dije — Creía tener miedo de ella, pero después de que la dejé entrar en mi, todo parecía bien.

— ¿Qué te dijo? — preguntó él.

— Nada importante. Solo me dijo que estaba encantada — mentí descaradamente — Creo que solo quería probar.

— Kyujin ve el futuro, creo que de alguna manera también es psíquica.

— Tiene un don increíble entonces — recosté mi cabeza sobre su regazo y cerré los ojos — Estoy cansada, mi mente lo está. Me gustaría dormir un rato.

— ¿Quiere ir a mi habitación para estar más cómoda? Puedes quedarte a pasar la noche si quieres.

— No, quiero quedarme aquí.

— Bien. Te levantaré a la hora de la cena — asentí y me relajé en su regazo.

¿Cuándo más tiempo iba a tener esta tranquilidad? Cada pequeña pizca de tiempo con Jungkook era oro para mi, maravilloso y único. No quería que nada de lo que teníamos acabara, incluso si aún no tenía un nombre. No podía ser su prometida porque yo estaba asegurada para alguien más, tampoco era su novia, solo sabía que él para mí era el que es. El Jeon Jungkook de cuando yo tenía doce, de cuando me enamoró y se convirtió en todo lo que pensaba.

Jungkook ya había dado su vida por mi, entonces decir que nos hacían faltas etiquetas era limitar lo nuestro a algo común. Ya lo había visto defenderme, pelear hasta salir lastimado, solo por mi. Eso decía más que cualquier otra cosa.

Después de unos segundos no pude pensar más, porque caí en un profundo sueño.

Me levanté luego de talvez algunas horas de haber empezado a dormir. Sentí mis ojos pesados aún, estaba sudando a pesar de afuera todo estaba congelado. Miré a mi alrededor y estaba sola. Jungkook no estaba, sus piernas ya no eran mi almohada.

Me senté en el piso y sobe mis ojos, tratando de hacer que mi vista se aclarara. Hice un pequeño escaneo por la habitación, me llevé un susto cuando via a Kyujin en uan esquina.

— Hasta que despiertas — dijo él. Se acercó a mi, atemorizandome — No temas, no te haré daño.

— ¿Dónde está Jungkook? — pregunté. Me alejé un poco de ella, pues me daba desconfianza.

— Su padre lo llamó para algo — se sentó junto a mi. En sus manos tenia unas ojas y un carbón — No te asustes, solo cuidaba tus sueños.

— Jungkook dice que ves el futuro, ¿como lees lo que pienso?

— No lo leo. Lo escucho antes que tu lo digas o lo reproduzcas en tu mente — dijo con una sonrisa — Aún estoy impresionada porque sabes escucharnos.

— Yo también me sorprendí la primera vez — empecé a sentirme más cómoda.

— ¿Cómo nos escuchas?

— ¿Ah? Normal, supongo. Es tu voz normal.

— Los lobos nos escuchamos unos a otros de manera normal, supongo que no había conocido a nadie como tú antes.

— ¿Qué hacías en tu otra aldea? — pregunté con curiosidad.

Ella sonrió y cerró los ojos. Dirigí mis ojos hasta el papel que ella sostenía y vi sos rostros ahí dibujados. Eran los rostros de mis tías. ¿Qué rayos era eso?

— Pasaba todo el tiempo escondiéndome de los demás, así no me molestaban — volví a enfocarme en su rostro.

— ¿Quieres regresar?

— No lo creo. Supongo que a pesar de que este no es mi hogar, puedo estar tranquila — una sonrisa juguetona se reflejo en su cara — Todos aquí han sido buenos, a pesar de que no me dejan salir aún, puedo estar tranquila.

— Entiendo — volví a dirigir mi vista hasta el dibujo de su papel — Disculpa, pero ¿quienes son ella? — Kyujin me miró fijamente sin entender — Las dos mujeres d etu papel.

— Dos viejas conocidas — sus ojos y los míos chocaron — ¿Las conoces? — preguntó y yo negué — Porque las he sacado de tu sueño.

En el momento que iba a responder negándo en rotundo cualquier lazo con ellas, Jungkook entró al estudio.

— Te dije que no salieras, Kyujin — su voz me concentró nuevamente en él — Tara vamos a cenar — extendió su mano y yo me levanté de prisa — Tu ve con los chicos, Kyujin. Tienen trabajo.

Jungkook me jaló con él y ambos empezamos a caminar. Miré a Kyujin de reojo, ella me sonreía. Talvez sabía algo que yo no.

¿Cómo conocía a mis tías?


Hola!!!!! Se que me perdí un tiempo, perdón, estaba trabajando con mi madre así que no tenia tiempo.

Las extrañé mucho. Gracias por leer, votar y comentar 💗💗💗💗

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro