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ʀɪᴇsɢᴏs ᴘʀᴇᴠɪsɪʙʟᴇs

|𝟷𝟼| ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ

Si pudiera cambiar mi humanidad o acabar con mi existencia seguro que lo haría. No por mi, más bien por los que me rodeaban, no bastaba mucho para saber que Tara estaba atemorizada y por alguna extraña razón había dejado de escuchar lo que pensaba y eso me daba temor a mi. Necesitaba estar en contacto con ella, saber lo que pasaba por su mente y anticipar de alguna manera sus pensamientos. Podía decir que leer su mente era lo único que me parecía bueno de mi condición, pero de ahí, lo único que había era dolor y desespero, para mi, mi familia y Tara.

Se me era normal sentirme agobiado por la manera en la que se desarrollaba mi vida, cada vez que creía alcanzada una meta venia otro listón y se colocaba aún más alto que el anterior. Yo ya sabía como lidiar con lunas de sangre, años de entrenamiento y de castigo hacia mi deseo me habían llevado a lograr acaparar mi deseo de sangre por uno más puro, por ejemplo, la necesidad de proteger a aquellos que me rodeaban. Lidiar con otro clan, uno enemigo evidentemente, no estaba dentro de mis habilidades, estaba claro que nuestros parientes querían acabar con la aldea y de paso con nosotro, toda mi familia se encontraba en una encrucijada sin salida y todo el peso recaía en mi, el líder. Mi padre aunque trataba de aminorar los daños él ya no tenía ni una sola potestad, solo era un lobo viejo y retirado que mantenía un puesto alto debido a que todo un linaje se derivaba de él, pero después de eso, todo estaba sobre mi.

Escuchar los lamentos y quejas expuestas por el resto de la manada en donde me enviaban sonidos de auxilio o más bien de una solución pronta, porque al igual que yo ellos jamas habían lidiado con una manada extra, con otro clan dañino que pudiera llevarlos de nuevo a nuestra verdadera naturaleza, aquella que habíamos tratado de evitar desde que mi abuelo había empezado a convivir con humanos.

Todos tratábamos de acomodar nuestros pensamientos y canalizar todo aquello que nos hacía daño y aunque el efecto de la luna era imposible de evitar, al menos podíamos controlar aquello que nosotros deseábamos.

Como era de costumbre, por las noches todos sabíamos de casería, nuestro principal objetivo siempre solían ser pequeños ciervos. Cazar era algo que no me gustaba en absoluto por la cantidad de esfuerzo que se hacía y también porque sentía cierta clemencia por los animales, talvez era porque en mi estado de lobo podía entender mejor. Había pasado apenas una noche con luna de sangre y las cosas no marchaban bien, así que mientras aprovechaba para cazar por deporte, también me hacía cargo de hacer una pequeña ronda por si teníamos un visitante.

De acuerdo con los planes de la aldea promovidos por la repentina muerte de Yohan, o más bien por el ataque provocado por un animal, todos se estaban organizando para hacer una búsqueda en lo más alejado del bosque y así hacer que la bestia pagara o que al menos se mantuviera lejos de la aldea. Me costó mucho escaparme de Taemin por la tarde, tuve que convencerlo de que mi aldea y yo estaríamos del otro lado del bosque también haciendo una ronda como ellos, no era una mentira, pues la hacíamos, solo que convertidos en lobo.

En mi estado, todos mis sentidos se desenvolvian mejor, por ende se me hacía fácil escuchar hasta el más mínimo sonido, incluso si estaban a distancia considerable no se me era imposible. Yo vigilaba cerca de la frontera con la aldea de los Kim, el lugar de donde procedieron las huellas que encontró papá, no estaba segurl de si en realidad podía encontrar algo, pero yo sería muy consciente de notar si alguien o algo pasaba por este lado. Me quedé a la espera de algún movimiento, pero todo estaba en silencio. Me eché sobre la nieve que cubría el pasto para aguardar y vigilar.

Tara cruzó por mi mente. Probablemente ella estaba con su familia dando el pésame a la mamá de Yohan. Ella talvez estaba cerca del calor, protegida, eso me tranquilizaba pues no había nada más importante para mi que su seguridad. Mi padre ya me había compartido sus pensamientos con respecto a ella, también llegó a la conclusión de que Tara estaba un poco fuera de su mente y que no se comportaba como las demás chicas de la aldea. Aún así me gustaba. Ella me gustaba mucho y me dolía no poder reclamarla.

Como lobos, marcar a nuestra pareja se nos era muy común. Mamá estaba marcada por papá, mis tías por mis tíos y todo aquel que tenía pareja. La última en agregarse a esta fila fue Taeri, Jimin era un pillo y por obvias razones no iba a dejar pasar la oportunidad de unir a su novia a la familia, yo deseaba poder hacer eso con Tara pero una vez que lo hiciera yo jamás podría dejarla y había una realidad de por medio. Ansiaba con muchas ganas poner mi marca sobre ella, morder su piel y dejar que toda mi dentadura se mezclara con su suave humanidad. No podía hacerlo, Tara no era mía. Viviría tranquilo sabiendo que ella está segura, estable con alguien más que no va a dañarla como yo podría hacerlo. Taemin era un imbecil pero a él solo le interesaba heredar las tierras del padre de Tara, él no estaba genuinamente interesado en ella.

Vagando por mi mente y tratando de localizar los pensamientos de Tara, me vi interrumpido por el creciente ruido de pisadas que iban por el otro lado del río que dividía la frontera de los Kim y la nuestra. Me puse en guardia y traté de adivinar por donde venían y para donde iban. Me tomó un segundo llegar a la conclusión de que iban tras algo. Sentí el olor de los humanos viniendo desde la aldea y me eché a correr porque evidentemente el otro clan iba tras ellos.

Corrí rápido para alcanzarlos tratando de concentrarme pues la voz de Jimin y del resto de lobos se hizo presente en mi cabeza.

"Voy tras ellos, Jungkook" "Minho y Jaehyung les siguen del lado izquierdo"

Seguí corriendo hasta que logré sobrepasarlos sin que la manada de lobos lo notara, necesitaba espantar a los soldados que venían de la aldea.

Escuché un quejido y supe que Jimin había atacado a uno. Jimin estaba siendo lastimado pues podía escuchar sus quejas y toda las maneras en la que maldecía. Mi instinto protector me decía que tenia que volver y ayudarle pero no podía perder de vista a los humanos. Luché contra mi mente con toda mi fuerza al punto en el que emis pensamientos lograron aturdirme, entonces regresé con Jimin.

Corrí más rápido porque una manada de diez estaba masacrando a un solo lobo. Jaehyung y Minho se acercaban también. Llegué hasta donde estaba Jimin bajo un lobo negro y de un solo salto caí sobre ellos, el golpe fue fuerte que logre tumbar al lobo que lo hería. Sentí una mordedura en mi hombro y chille por el dolor pero seguí luchando porque rescatar a Jimin era mi prioridad.

Jaehyung y Minho se acercaron y empezaron también a luchar contra el resto de lobos, se escuchaban gruñidos por todos lados pero no podíamos detenernos. Luchando con un lobo escuché que las pisadas sobre la nieve se acercaran, los humanos estaban cada vez más cerca. El clan enemigo escuchó los pasos y dos de ellos se alejaron para atacarlos.

Me enfureci aún más y mordí el cuello del lobo quitándole la vida para después observar como Jimin, Jaehyung y Minho hacían lo mismo. Los cuatro estábamos heridos y sentíamos dolor en todo nuestro cuerpo, pero tuvimos que correr y salvar a los nuestros. Corrimos tras el resto de lobos que habían escapado para asesinar a los soldados de la aldea.

Las pisadas en la nieve eran cada vez más fuertes, la euforia aumentaba en cada segundo que pasaba y por más que intentaba mantener en control mis pensamientos el deseo de caza se apoderó de mi.

Jimin logró alcanzar a uno de ellos y morder su para, Jaehyung ayudó a capturar al lobo que se había ido tras Jimin y así quitarlo del camino. Yo seguí corriendo hasta que me encontré con el papá de Tara, el último soldado al que esperaba ver aquí, pero estaba frente a mi.

El lobo del clan contrario se abalanzó para atacarlo pero no pude permitirlo y también me tiré sobre él intentando evitar que el padre de Tara no sufriera ningún daño pero me fue imposible. El señor Yoo hizo uso de su espada y la clavó sobre mi hombro intentado protegerse, solté un quejido pero no me distraje de capturar al lobo negro.

Logré morder la pata del lobo y tumbarlo, el señor Yoo se acercó una vez más a mi con intenciones de matarme y no pude evitar aventarlo dejos de mi, escuché un quejido salir de su boca y supe que lo había lastimado. El resto de los soldados de la aldea se acercaban y gritaban el nombre del papá de Tara. Seguí atacando al lobo que estaba en el suelo hasta que mi furia fue suficiente como para morder su cuello y arrancar un pedazo de su piel. Todo se volvió calmo.

El señor Yoo se quejaba en el suelo cerca de una roca, seguramente había aterrizado sobre ella, él me miraba con los ojos cansados y lo lamenté en lo más profundo de mi. El resto de soldados estaban más cerca y no pude ayudar al señor Yoo. A como pude y con mucho dolor en el área donde la espada había cortado, me alejé a paso lento pues me era difícil caminar.

Escuché las voces de auxilio que daban los aldeanos cunado llegaron al cuerpo del señor Yoo y pude respirar un poco más tranquilo. Corrí un poco hasta que llegué donde estaba Jimin y el resto, ellos también estaban heridos pero parecía que había sido yo quien recibió los peores golpes.

"Estás terrible" dijo Jimin "¿Detuviste al lobo?"

"Sí, pero creo que asesine al señor Yoo" respondí con miedo y vergüenza. ¿Cómo le explicaría a Tara? "Ve a la aldea, Jimin. Busca a Tara y asegúrate de que todos estén bien"

"¿Estarás bien tu?" Preguntó.

"Sí, iré a casa. Mi madre sabrá qué hacer"

Jimin salió corriendo dejándome atrás a mi, Jaehyung y Minho. Entre todos yo era el más herido, no sentía mi pata delantera y la herida que había hecho el señor Yoo  sangraba demasiado.

"¿Cuantos escaparon, Minho?" Pregunté dudoso, pues de la manada de diez, solo habíamos logrado asesinar a unos cuantos.

"Matamos a seis. ¿Vendrá el resto jefe?" Preguntó él, talvez igual de temeroso que yo.

"Eso creo. No van a dejar pasar esto y tenemos que estar preparados" respondí.

"¿Cuantos cree que son ellos? Fue una manada de diez y no creo que hayan venido todos de una sola vez"

"No sé, Minho. Talvez nos triplican en número, pero de todas formas hay que estar listos"

Esa era la peor parte, la incertidumbre de lo que podía pasar a futuro tras un ataque más grande. En la aldea apenas éramos quince son contar a papá. Recientemente mi pequeña hermana se había unido al linaje, mis tías también se convertían en lobo, peor por muchas razones no las dejaríamos pelear. Jamás.

"Regresemos a casa" les dije que ellos que esperan mis ordenes "hay que curar las heridas, mañana será otra noche y no sabemos lo que puede pasar"

Con mucha dificultad empecé a caminar, sentía dolor en cada paso que daba y estaba seguro que todas estas heridas se quedarían en mi cuerpo por un largo tiempo. Aunque el dolor que sentía era terrible, no se comparaba con la desesperación de saber de Tara, no sabía como iba a decirle que había lastimado a su papá, además no sabia si el señor Yoo había sobrevivido al golpe.

Mientras más nos acercábamos a la aldea tratando de evitar seguir el paso de los soldados, escuché a Jimin decir que Tara estaba bien, que todos en la aldea estaban bien y que aparentemente un lobo había rondado la aldea pero nada más.

En ese instante sentí un terrible dolor en mi pecho y escuché otra vez los pensamientos de Tara. Los soldados ya habían llegado a la aldea con cuerpo del papá de Tara.

Todo lo que pasaba por su mente era un caos. Mi nombre apareció en ella pero su papá ocupó toda la atención. A través de ella supe que el señor Yoo aún respiraba, supe que aún había esperanza de que sobreviviera. Tara estaba llorando y eso me dolió más. La había hecho llorar. Sentí la terrible necesidad de ir a la aldea y verla pero Jimin me advirtió que era mejor no ir, que era peligroso y que necesitaba volver a mi casa.

Después de una larga y dolorosa caminata divisé mi aldea, mi mamá estaba esperando por mi fuera de casa. Papá estaba junto a ella y lo pude escuchar. Estaba desesperado y con miedo por lo que había pasado, mamá aún no se enteraba de todo lo que ocurría, aun no sabía que estábamos siendo acechados.

Me acerqué lo suficiente como para tener la atención de mi madre, ella me miró y salió corriendo hasta mi. Minho y Jaehyung se apartaron y fueron hasta su casa.

Mamá me abrazó y la escuché llorar.

— ¡¿Jeon Jungkook qué te ha pasado?! — ella lloraba a mares y se colgaba de mi cuello con los brazos.

No podía hablar y aunque lo hiciera mamá no podía escucharme. Papá estaba tras ella y me miraba con lástima.

"Estoy herido. Tengo una herida de espada" le dije a mi padre "lastime al señor Yoo"

Mi padre gruñó.

"¿Cuantos fueron?" Preguntó él.

"Diez contra cuatro" respondí con sorna.

Mi mamá se despegó de mi y fue consciente de toda la sangre que estaba sobre mi pelaje. No gritó ni se asustó, simplemente me miró como solo las madres sabían hacerlo. Se puso en pie y me pidió que la siguiera hasta entrar en nuestra casa.

Sentí el calor acogedor de mi casa y me eché en el piso. Mamá empezó a calentar paños húmedos y los ponía sobre mis heridas aliviando mi dolor por unos segundos.

Estaba seguro de que ella presentía lo malo, que después de tantos años de estar con mi padre ya sabía cuando algo nos rodeaba. Dejé de pensar en mi y volví a concentrarme en Tara. Ella lloraba a mares por su padre mal herido y yo no estaba seguro de si podría mirarla a la cara otra vez.







Holaaaaaa! Espero que estén todas bien. Aquí el capítulo de hoy, espero les guste.

Ojalá y hayan tenido una semana tranquila y buena, disfruten su finde 💗 nos vemos.

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