sᴀɴɢʀᴇ, sᴜᴅᴏʀ ʏ ʟᴀ́ɢʀɪᴍᴀs
|𝟷𝟽| ᴛᴀʀᴀ
El cuerpo de mi papá descansaba sobre unas mantas calientes y acolchadas que ayudaban a que su cuerpo no se siguiera lastimando, no había podido dejarlo solo por ningún momento, necesitaba a estar a su lado. Todos estábamos consternados y preocupados pues esta vez los ataques estaban siendo más directos. En ningún otra luna de sangre un lobo real había atacado, pero esta vez parecía que las cosas estaban yendo más lejos. Dos ataques en cuestión de días no era normal.
Los soldados y compañeros de mi padre no habían presenciado el momento en el que fue atacado.
El dolor que sentía en el pecho no podia ser explicado con palabras, porque de hecho no tenía ni una sola. No lograba concebir como es que en menos de dos días habíamos experimentado tener a dos personas de nuestra aldea bajo un ataque. Aún estaba el velorio de Yohan y parecía que mi papá sería el siguiente. Ninguno de los soldados restantes que salieron a la excursión para capturar al lobo, habían estado cuando papá fue herido, no se les podía culpar, de todas formas la idea de papá yendo era una locura.
Nadie sabía explicar cómo es que había pasado, porque sí se encontró a un lobo, pero este estaba muerto. ¿Fue Jungkook? La sola idea de pensar que él lo había lastimado o que mi padre se había encontrado con él cara a cara me atemorizaba, de todas formas si fue así, papá jamás pudo haberlo reconocido, pero igual el miedo y la certidumbre se quedaban, porque yo sabía algo que los demás aldeanos no y aunque moría por decirlo, el silencio era mejor para así evitar posibles daños hacia las personas que amo.
Claro, ver a papá herido era un incentivo para decir lo que había visto, para delatar a una raza que había estado viviendo con nosotros por muchos años, sin embargo yo le había dado mi palabra a Jungkook de que podia confiar en mí, eso y el hecho de que mi corazón no me permitía ponerlo en peligro.
Todos estábamos consternados, aturdidos y expectantes por si estos animales venían a por nosotros. Mientras unos arreglaban la manera de darle a Yohan una sepultura digna, otros esperaban en la sala de mi casa a que mi papá despertara. Mi mamá lloraba como loca aunque puedo decir que todo era más bien fingido, que ella es realidad no sentía la dolencia de mi padre, pero preferí darle el derecho a la duda, la posibilidad de que ella no fuera tan mala como yo creía. Suni estaba exhada en el piso junto al cuerpo de papá y la había escuchado llorar y murmurar cosas, pero el sueño la venció y terminó dormida. Y luego estaba yo, al lado de mi padre y sosteniendo su mano, culpando a mi alma dentro por no ir tras él y pedirle que se quedara en casa, pero de haber hecho eso entonces otra persona seria la herida en lugar de mi padre y eso era más que egoísta, así que recordando el espíritu bueno de papá solo pensé en la idea de que él de verdad disfrutaba servir, incluso si eso significaba dar su vida por una causa perdida.
Habían pasado horas desde que papá fue traído a casa, yo tenía horas de estar en la misma posición a sus pies tocando su mano, esperando a que reaccione, ya casi amanecía , el sol apenas asomaba sus rayos a través de las montañas que estaban a lo lejos, el clima seguía frío y todo estaba cubierto por la nieve, eso parecía justo como un día en donde solo cosas buenas pasan, uno en donde todo lo que nos rodea parece quedarse en su lugar, pero yo sabía que no era así, que papá en el estado que estaba era la suficiente señal para saber que días peores se avecinaban.
Aun tenía vívidas las palabras que Taemin había dicho cuando trajeron su cuerpo. “un lobo lo hizo herido y no sabemos qué tanto” Sentí que mi mundo se derrumbó en ese instante.
Probablemente tenía los ojos hinchados de todas las horas que habia pasado llorando, también de la falta de sueño y la sobra de preocupación en mi mente porque me sentía sobrecargada. Mi mamá se acercó a mi poniendo uno de sus brazos sobre mi hombro.
— Hija, creo que debes levantarte de la posición en la que estás. Ve a darte un baño y luego prepara algo para que desayunamos — sus palabras no tenían sentido oara mi, no iba a obedecerlas, quería estar junto a papá.
— No, no quiero. Estoy cómoda aquí — pase mi mano libre sobre el rostro lleno de moretones de papá, sintiendo otra vez una punzada de dolor.
— Taemin traerá a un médico pronto, Kim Namjoon vendrá aquí — sus palabras eran seguras, dejando ver que no tenía otra opción más que ir y hacer lo que ella había pedido — Ve y has lo que te digo, también aprovecha y lleva a Suni a dormir a su habitación — miré a mi hermana tendida a mis pies.
Ya había olvidado por completo lo enojada que estaba con ella, por la manera tan sucia en la que había ido a delatar cosas que no eran de su incumbencia con Taemin. Podía perdonarla, también sufría y mi corazón no me dejaría estar lejos de ella incluso si era su culpa, era mi hermana y en momentos como éste no valía la pena estar lejos la una de la otra.
Me puse de pie soltando la mano de papá y dándole una última mirada, esperando en lo más profundo que despertara o que se sintiera mejor. Tiré del brazo de Suni interrumpiendo su sueño de inmediato.
— Vamos enana — Tiré de ella y la hice ponerse en pie — Tenemos cosas qué hacer.
— Pero papá… — dijo murmurando, aún su voz sonaba adormilada.
— Va a estar bien, está respirando y pronto vendrá un médico a verle — ella asintió mientras restregar sus ojos, tratando de que estos se abrieran de una sola vez — ve a darte una ducha.
Asintió de nuevo y fue hasta el cuerto de baño. Yo me dirigí a mi habitación y cerrando la puerta detrás de mi me escurrí sobre ella hasta que caí sentada en el piso. Estaba exhausta, asustada, quería ver a Jungkook y preguntarle qué había pasado, dado que no sabía nada de él, pero no podía dejar a papá. Me levanté de piso para buscar ropa adecuada y hacerme cargo de todos los visitantes que estaban en mi casa. Recogí mis cosas y fui hasta el cuarto de baño. Suni ya estaba con el cuerpo mojado, casi quedándose recostada a un lado de la bañera.
— Apresúrate, Suni. Tengo que bañarme yo también — acomode mis cosas en una mesa dispuesta y empecé a desabotonar mi vestido.
— Lamento lo que pasó antes Tara — sus palabras fueron suaves — le dije a Taemin de Jungkook porque creo que estaba celosa de ti.
Sus palabras se quedaron en mi,incapaz de entender a lo que se refería.
— Taemin parece quererte, pero tu quieres a alguien más. Eres feliz cuando estás con Jungkook y cuando estás con Taemin no, entonces solo quería castigarte. Creo que no quería que fueras feliz. Tu comportamiento hace triste a mamá y eso no me gusta — sentí que la ira empezaba a recorrer mi cuerpo. ¿Cómo podía Suni ser tan egoísta a tan corta edad?
— Lo que hiciste estuvo mal. Taemin tiene mucho poder y puede hacer que muchas cosas pasen si así lo desea. ¿Sabes que puede matar a Jeon Jungkook?
— No, él no es malo — rodé los ojos — Se que no me crees, pero míralo. Trajo a papá de vuelta y fue en busca de un doctor para ayudarlo, ninguna persona mala hace algo como eso.
— Que sea amable por primera vez en su vida no significa que sea particularmente bueno — terminé de desvestirme y me uní a ella en la bañera — Créeme, Taemin no es quien tu crees.
Empecé a frotar todo mi cuerpo, ignorando la presencia de mi hermana, tratando de distraer todos mis pensamientos.
— Se que tú eres la favorita de papá — dijo ella rompiendo el silencio. La miré fijamente sin dejar de frotar mi cuerpo — Pero aún así, no quiero que se muera.
— No va a morirse, solo esta dormido a causa de los golpes que recibió. Mamá le dio medicina y vendrá un doctor —yo tampoco estaba muy segura de si en realidad él se iba a recuperar pronto — y creo que estas mal por pensar que papá solo me quiere a mi.
— Ante sus ojos siempre eres tu…
— Eso es porque tu corres a mamá cada vez que puedes.
Dejé cerrada la conversación pues no quería cavilar en nada más, no quería seguir pensando en nada de lo que había pasado, la manera tan cruel en la que me había traicionado, en el accidente de papá y en el paradero de Jungkook. Ya era de día, debió ya de haber venido a verme…
●
Era más de mañana, el sol ya alumbraba fuertemente y relampagueaba contra la blanquecina nieve sobre los árboles y el pasto. Me encargué d ehacer bebidas para todos los que estaban en casa y atenderlos bien. Mientras estaba en la ducha el doctor vino y desde entonces ha estado dentro con papá, es hace más de dos horas. He estado nerviosa desde entonces, no he podido dejar d expensas expensas cuales serás sus noticias una vez que salga de esa habitación. Estaba encerrada en la cocina cuando Taeri entró.
— Hola… — se acercó a mi y me abrazó — lamento no haber venido antes pero fui a la aldea de los Jeon.
La separé de mi y la miré directo al rostro.
— Dime lo que sea que tienes que decir.
— Bueno, aparentemente fue un ataque del otro clan. Jungkook, Jimin y unos cuantos más estaban fuera para tratar de cubrir a la aldea…
— Taeri, dime de una vez.
— Jungkook está herido fatalmente — ella apretó sus ojos y yo abrí demasiado los míos — Vengo de verlo y yo creo que deberías ir…
Empecé a hiperventilar. Dos personas que amaba estaban heridas. Mi papá por un lado y Jungkook por el otro.
— Por si te interesa, Jimin también esta herido, aunque no tanto como tu novio… — permanecí en silencio tratando de acomodar todos mis pensamientos — Bueno… viendo que estas callada, demasiado, creo que debería dejarte para que pienses todo esto, pero soy tu amiga así que me voy a quedar y darte un abrazo…
Sentí sus calientes brazos enrollarse en mi cuerpo. No pude evitarlo y solté algunas lágrimas.
— Lo siento tanto, Tara. Las cosas no han ido bien últimamente.
— No se que hacer, mi padre herido y Jungkook también… — sentí sus manos suaves sobre mi espalda dando palmadas a un ritmo lento — Acompáñame a la aldea de los Jeon.
— ¿Segura? Es decir, tu madre se pondrá como loca si ve que dejas la casa.
— No te preocupes, ella justo ahora está gozando de atención. Pensé que se preocupaba por papá pero descubrí que no cuando me dijo “sirve bebidas de calidad, no quiero que piensen que somos pobres”.
— Tara, tu mamá apesta — en otras circunstancias eso me hubiera molestado, pero bajo estas, estaba más que de acuerdo con ella — Vamos.
Se separó de mi y tomó mi mano. Ambas salimos de la cocina y logramos pasar por donde estaban todos en la sala y así poder caminar hacia afuera de una vez. Hubiéramos avanzado más pero fui interceptada por Taemin. Taeri suspiró de muy mala gana a mi lado y yo igual.
— ¿Hacia donde te diriges? — preguntó exigiendo una respuesta con el tono de voz en el que habló — No creo que sea el momento más propicio para salir. Tu padre la está pasando mal.
— No te interesa, Taemin. En todo caso quien debería estar dentro eres tú, no mi papá — escupi con enojo mis palabras — No me fastidies hoy que no tengo un muy buen humor.
— No me interesa, tu no vas a ningún lado. Menos si vas a buscarlo a él…
Me quedé sin palabras.
— Cierra la boca, Taemin. Tara puede hacer lo que se le venga en ganas, tu ni eres su padre — como yo había procedido a guardar silencio, Taeri habló fastidiada.
— No hablo contigo, niña. Pero ya que estamos aquí me gustaría pedirte que dejes de meterle cosas en la cabeza a Tara, de lo contrario tu seras la primera persona a quien voy a echar de mi aldea.
Sus palabras resonaron fuertemente dentro de mis oídos regresando mi habla y todo el desprecio que sentía por el ser que estaba frente a mi.
— Vamos, Taeri. Cada palabra que sale de la boca de este no es nada más que un sonido muerto.
Tiré a Taeri del brazo y la llevé por el camino hacia la aldea de los Jeon. Nuestros pasos crujian sobre la nieve, mi corazón latía rápido conforme nos acercábamos más y más a la aldea. Sentí que mi interior dio un vuelco una vez que miré la casa de los Jeon. Caminé más rápido una vez que mis pies tocaron la nieve que cubría su suelo del otro lado de la cerca. Taeri me siguió el paso tan de prisa que podía sentirla a mi lado en cuestión de segundos.
Llegamos a la puerta de la casa y llamé una sola vez. La señora Jeon me abrió la puerta y me recibió con una sonrisa.
— Bienvenida, Tara. Estaba esperando a que vinieras. Hola Taeri — hice una reverencia y pase de una vez adentro, sin esperar a que me invitara.
— Necesito verlo, por favor — mis ojos se aguaron. Ella me sonrió calidamente y tomó mi mano.
— Te llevaré a su habitación — tiró suavemente de mi mano y me condujo por un pasillo de su enorme casa — Ha estado murmurando tu nombre desde que vino. Creo que ustedes dos tienen algo especial.
— No sabría decir, Jungkook parece ser más complicado de lo que creí.
— Conozco a mi hijo, las cosas en su mundo no funcionan así. Ahora entra y yo me haré cargo de tu amiga.
La señora Jeon me dejó frente a la puerta de Jungkook, a solas. Me arme de valor y la abrí, sin estar preparada para la escena que mis ojos presenciaron. Su habitación estaba a oscuras, había velas en una esquina y el olor a sangre llenaba el lugar y mis fosas nasales. Habían muchos trapos manchados de rojo dejando ver cuanta sangre había derramado. Jungkook tenía el cuerpo vendado y una mancha roja ya se hacia presente sobre su vendaje. Sentí que mi corazón se apretujo más al verlo de esta manera.
— Oh, por Dios... — llevé mis manos a mi boca, asustada.
Caminé hacia el mi me senté en el suelo, justo al lado de donde descansaba él. Parecía estar dormido y escuchaba que respiraba con dificultad.
— No debiste venir — murmuró bajo con voz rasposa — le dije a mi madre que no te dejara pasar si venias.
— ¿Cómo puedes pedir eso? No sabes lo angustiada que he estado todas estas horas.
— No quiero que me veas de esta manera… — sus palabras fueron sinceras, pero aún si no iba a alejarme — Tienes que preocuparte por tu papá.
— Mi papá está mejor que tú. Estás lleno de heridas, Jungkook.
— Sanaran algún día — parecía cansado, le costaba hablar. Estaba terrible.
— Si se tes difícil hablar, no lo hagas, me conformaré con saber que respiras, estaré tranquila si tu pecho sube y baja.
— ¿No vas a preguntarme que pasó? — en mi interior me moría por hacer esa pregunta.
— Lo que sea que haya sido, ahora no tiene importancia.
— Incluso si te digo que yo fui quien hirió a tu papá? — mi corazón casi se detuvo.
Eso era justo lo que temía que dijera, no quería aceptarlo. Dentro de mi esperaba una explicación más extensa, más elaborada, pero conociendo a Jungkook él solo decía de esta manera para que yo me alejara, ya había caído en este juego muchas veces y no iba a ceder una más.
— Incluso si eso pasó me quedaré aquí.
Recosté me cabeza sobre mi brazo. Me quedé tranquila mientras escuchaba la respiración pesada de Jungkook. A pesar de todos los golpes que tenía él seguía preocupándose por mi, seguía pensando que yo era más importante, pero no tenía sentido dado que era él quien sufría.
Lo minutos pasaron muy rápidos, el tiempo se sintió más relativo que nunca, el sol estaba bajando dándole el inicio a la tarde pero aún si había estado en la misma posición por horas, mi corazón lo único que quería era verlo bien y saber que vivía, no me importaba aguardar a si lado toda la noche, de todas formas no iba a sentirlo como un sacrificio.
Cerrando mis ojos un momento escuché como la puerta se abrió. Abrí mis ojos al instante y miré al señor Jeon frente a mi.
— Jungkook debe estar avergonzado ahora — dijo él. Tenía sus manos tras la espalda y me miraba con interés — Mi hijo nunca dejaría que la mujer que le gusta lo mire en estas condiciones.
— Con todo el debido respeto, señor Jeon, eso ahora no es importante — el sonrió.
— Lo sé, solo quería mencionar lo que él había dicho. Tú padre está bien.
— ¿Cómo sabe?
— Se cosas. Además, Kim Namjoon es un buen amigo de mi familia, paso aquí hace un instante — sentí que una parte de mi se alivió, pero la otra aguardaba aquí con Jeon — Tu padre fue muy afortunado a sobrevivir al ataque, se que ahora puedes pensar muchas cosas pero lo que hizo Jungkook fue mucho más doloroso.
— ¿A qué se refiere?
— Se que sabes lo que somos y el hecho de que no hayas salido corriendo aún para alejarte de esta loca familia dice mucho. Mi hijo tiene buen ojo — sonrió orgulloso — Lo que quiero decir, es que Jungkook pudo haberlo casado también, para un lobo no es fácil alejarse de la sangre humana, menos si se está en posición de ataque.
— Jungkook es bueno — dirigí mis ojos hacia Jungkook. Aun con heridas y todo seguía siendo condenadamente guapo — Sigue preocupándose por mi incluso si es él quien corre peligro.
— No te confíes, Tara. Eso también puede llevarlo a la muerte…
El señor Jeon se movió y salió de la habitación dejándome un po o aturdida por lo que había dicho. ¿fue una amenaza para que me alejé de su hijo? Eso me pareció. Yo no quería llevar a la muerte a Jungkook, jamás querría verlo sufrir bajo ninguna circunstancia. Miré de nuevo a Jungkook y suspiré. Deseaba que las cosas fueran diferente.
— Sí algún día estás en peligro de muerte, Jungkook, siempre voy a querer morir por ti primero.
Esa fue una promesa. Le di un beso en su mano y recosté mi cabeza muy cerca de su cuerpo.
●
Holaaaaaa!
Como van?? Espero que bien.
Iba a actualizar el finde pero preferí relajarme😁
Espero y este capítulo les guste mucho, gracias por leer, votar y comentar. Los quiero mucho 💗
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