sɪɢᴜᴇ sɪᴇɴᴅᴏ ʟᴜɴᴀ ᴅᴇ sᴀɴɢʀᴇ
|𝟷𝟺| ᴛᴀʀᴀ
Seguía abrazada al pecho de Jungkook, escuchaba claramente como su corazón latía, cómo me recordaba que él aún era humano. Aún mi mente no concebía lo que había visto, no podía, ¿Cómo es que el chico que conozco de hace años se convierte en esto? Un animal, uno salvaje. Por un momento, durante la mañana, cuando tuve la primer vista de su cuerpo pensé que talvez estaba soñando, que solo estaba alucinando por la noche tan fatal que había tenido, pero no, era su cuerpo, su humanidad la que estaba arrullada conmigo en el suelo.
Jungkook era un lobo, eso estaba claro y a pesar de que algo en mi me decía que debía correr, no podía dejarlo porque pensaba que él me necesitaba a mi. La noche anterior estaba tan desprotegido, tan solitario, esos ojos mostraban lástima, como si en realidad pudiera sentir, y después de ver sus ojos humanos me di cuenta que estaban vacíos también.
— Hay que ir a casa, Tara — sus palabras vibraron en su pecho y enviaron corrientes eléctricas a mi corazón — Todos deben de estar preocupados porque no estás.
— No quiero ir... — le dije. Estar abrazada a su pecho se sentía bien, como si ese fuera mi lugar para estar — Si voy tengo miedo de que desaparezcas.
— ¿A dónde se supone que voy a ir? — preguntó soltando una risita al final — Es que no has comprendido que mi lugar está contigo y que por más que intente huir de ti mi corazón no me lo permite.
— O yo me meto en problemas... — completé su afirmación.
— Sí, eso también — levanté mi cabeza de su pecho y le miré, necesitaba hacerlo porque era necesario para mi mirar a sus ojos y comprobar que seguían siendo los suyos.
— ¿Hablarás conmigo de todo esto? — Jungkook asintió — ¿serás sincero todo el tiempo y me dirás de qué va tu mundo? — volvió a asintió — Siento que mientes y que empezarás a alejarme de nuevo.
— Como habrás podido comprobar soy malisimo alejándote de mi — se separó de mi cuerpo y tomó mi mano — Solo creo que puedes comprender que no debemos estar cerca estos días.
— ¿Por qué?
— Podría matarte, Tara. Quería hacerlo anoche — me dijo él de la manera más sincera que alguna vez lo había escuchado hablar — Soy peligroso.
Suspiré, sabía que no había manera de que Jungkook cambiara de opinión y que de hecho era mejor volver a casa y quedarme dentro para así no ocasionar problemas. Jungkook y yo empezamos a caminar tomados de la mano, él iba descalzo pero no parecía sentir el hielo que había bajo sus pies.
No dije nada durante los primero minutos de camino, solo observé nuestras manos unidas y su espalda, su cabello largo escurriendose sobre sus hombros. Me reí, lo había visto desnudo y tenía cosas en mi mente respecto a eso.
La primera, el cuerpo masculino era diferente al femenino. Yo no era muy curiosa con respecto a eso, pero tampoco tonta. La segunda cosa que descubrí era que Jungkook era grande, de verdad lo era. Estos pensamientos se iban a quedar en mi mente solo para mi, si le decía lo que se me cruzaba jamás podría mirarlo a la cara de nuevo, aunque claro, Jungkook ya le había visto desnuda, entonces esto era medianamente justo.
— Vas extrañamente callada — me dijo cuando nos acercábamos a la aldea — Eso no es normal en ti.
— Digamos que voy pensando en algo... — aligere mis pasos para estar junto a él — ¿No es incómodo quedarte desnudo después de que regresas a tu forma humana?
Jungkook detuvo su paso, yo hice lo mismo. Sus ojos escanearon mi cuerpo, me juzgaba con la mirada, eso estaba claro. No me arrepentí de haberlo dicho, quería molestarlo un poco en venganza de lo mal que me hizo pasar.
— Para el futuro de nuestra buena relación te sugiero que no pienses en ello.
— No me digas... — planeaba seguir molestandolo — Tengo varios comentarios al respecto, pero los guardaré para cuando piense que es bueno molestarte.
Me miró más intensamente y luego soltó un suspiro. Ambos retomamos el camino hacia la aldea, cuando ya estábamos a escasos metros él me soltó la mano, instantáneamente sentí frío, mi mano se sentía cálida cuando estaba unidas con la de él, se sentía bien tocarlo un poco.
— Tara, no salgas esta noche por favor — pidió con la mirada vulnerable — Ya sabes que hay seres peligrosos como yo, así que creo que es mejor que no salgas — asentí convencida, esta vez nadie me sacaría de casa — Hablaremos cuando esto haya acabado, mientras tanto me aseguraré de estar lejos de ti... — quería interrumpirlo pero él no me lo permitió — Cuando haya acabado estaré listo para decirte todo lo que quieras, todo lo que siento y lo que pasa por mi mente.
— Esta bien, me quedaré en casa — prometí con seguridad — pero por favor cuídate, si algo te pasa... — miré su brazo bendado con temor.
— Shhh... esto no es nada — aseguró como si tener una herida fuera poca cosa — Sanará pronto.
— ¿El lobo que iba a asesinarme era conocido tuyo?
— No, Tara, eso es lo peor, no somos los únicos y tengo que proteger a todos de eso — su mirada no alentaba a algo bueno, era triste y vacía — Ve a casa, hace frío aquí afuera.
Lo miré con la esperanza de que me dijera algo más, no quería despedirme porque sabía que él no estaba bien del todo, pero Jungkook no parecía querer hablar de ello justo ahora, así que preferí ir a casa. Hice una mueca de resignación en mi rostro, tenía que dejarlo para poder protegerme y así no darle problemas.
— ¿Cuanto te veré de nuevo? — pregunté, más que nada para intentar alargar el adiós.
— Supongo que voy a rondar la aldea durante el día, pero por la noche estaré en casa, a menos de que me necesiten aquí.
Asentí y me solté de su mano, amargada por dentro porque aun quería gritarle por no decirme lo que era, pero de igual forma también me sentía preocupada. Miré su mano lastimada con mucha más preocupación y por un acto involuntario, más bien mecánico la tomé y besé sus nudillos.
— Regresa sano y salvo a mi.
Para no atrasar más las cosas solté su mano rápidamente y empecé a caminar para así entrar a la aldea, luego de avanzar unos metros voltee a verlo pero ya no estaba, se había ido. Suspiré y seguí avanzando.
La aldea estaba como loca, unos corrían de un lado a otro y pude jurar que escuché llantos ¿habían visto al lobo? Talvez sí, porque los guerreros estaban preparándose para salir, tenían armaduras y espadas listas.
Miré a todos lados tratando de averiguar qué pasaba, mientras estaba observando mi mamá vino corriendo a mi con lágrimas en su rostro.
— ¡Por Dios Tara, ¿donde estabas?! — gritó preocupada y abrazando mi cuerpo.
— Fui a dar un paseo. Me quedé dormida en el bosque — respondí medio mintiendo — ¿Ha pasado algo?
— Eres una insensata, sabes bien que no se puede salir por la noche — puso su mano en el pecho y respiró con alivio — menos mal que estas bien, ¿qué le hubiera dicho a Taemin de ti? — rodé los ojos, ella en realidad no estaba preocupada por si algo me pasaba.
— Estoy bien — la aparté de mi — ¿Papá donde está?
— Va con los demás guerreros a atrapar a la bestia — dijo con temor — Pasó algo terrible...
— Papá está enfermo, él no debería ir — mi mamá rodó los ojos — Además, no creo que sea correcto buscar a la bestia, hasta ahora no ha atacado a nadie.
Reanude mi marcha hacia mi casa, necesitaba descansar y cambiar mi ropa, el clima estaba frío y prefería estar encerrada porque había mucho en lo que pensar. Mamá seguía mis pasos protestando por lo bajo pero yo ya me había desconectado de sus palabras, cuando pasé por uno de los templos de la aldea, un lugar en donde se solían hacer los eventos fúnebres, vi a alguien tendido en el piso y me quedé helada.
Me detuve justo frente a la puerta, un cuerpo yacía en el suelo, alguien había muerto, alguien nos había dejado y presentí que no por causas naturales.
— ¿Quién murió mamá? — pregunté con voz baja, insegura de todo.
— Yohan. Un animal lo mordió en el cuello — empecé a respirar con más dificultad — Todos sabemos que se trata de la bestia.
Al rededor de Yohan estaban sus familiares, su mamá, su hermana y su tía, esa era toda la familia que tenia, su papá los había abandonada hace mucho para ir y vivir en las aldeas que están al Oeste, muchos dicen que los abandonó por una mujer más, desde entonces Yohan había sido el sustento de su familia, el pilar de la casa.
La madre de este lloraba inconsolable mientras su hermana intentaba controlarse, era la imagen más deprimente que alguien podía presenciar. Mi mamá estaba a mi lado y también pude oírla lamentarse.
— Pasaremos la noche acompañando a la familia en el templo — dijo mi madre a mi lado — Ve a cambiarte por ropa de funerales y asegúrate de venir abrigada. Será una noche fría.
— ¿Qué pasa si vuelve? — pregunté dudando, ya me había quedado más que claro que quien asesino a Yohan fue un lobo, Jungkook era uno pero este parecía bueno.
— No podemos dejar sola a Minhee solo por miedo — ella me miró a los ojos — Nos cuidaremos entre todas.
Asentí y me alejé lentamente del templo para seguir caminando hasta mi casa. Después de ver el cuerpo sin vida de Yohan todo el ambiente cambió para mí, sentía más frío y más miedo. Jungkook era capaz de hacer eso, de matar a alguien porque no tenía autocontrol, pero por alguna razón no me había asesinado a mi.
Llegué a mi casa y observé todo a mi alrededor, era increíble ver como todo cambiaba de la noche a la mañana, incluso mi mente ya no pensaba lo mismo que hace unas horas. Ahora y por estos días mi única prioridad era cuidar a los míos, mantenerme segura.
Cuando entré a la sala vi a Suni y Taemin sentados juntos. El me sonrió pero Suni solo se puso de pie y pasó de mi. Antes de se marchara por completo la tomé del brazo.
— Abrígate y ve al templo con mamá — le ordené.
— Ya sé, solo estaba esperando a que a ti se te diera la gana aparecer — reprochó con enojo — te fuiste toda la noche, mamá casi muere de preocupación. No pareces mi hermana.
— Suni, haz lo que te dije, no me apetece iniciar una discusión ahora — la solté del brazo de prisa. Ella pasó por mi lado murmurando por lo bajo.
En la sala solo estábamos Taemin y yo, él me miraba con curiosidad, estaba analizandome.
— ¿Me salió otra cabeza? — pregunté con sarcasmo. No podía evitar odiarlo, así que como estaba en mi casa y no planeaba ir y cambiar mi atuendo si solo estábamos los dos, me vi obligada a quedarme en la sala — ¿Qué haces aquí?
— Viendo si mi prometida ya había regresado a casa — respondió con sarcasmo — Porque verás, anoche dije, "no creo que Tara sea tan tonta para salir de casa" pero por lo visto me equivoqué.
— Bueno, pues ya estoy en casa, largo.
— También, anoche mientras hacía una de mis rondas fui en busca de uno de mis soldados, busqué a aquel en el que más confío, así que imagínate la sorpresa que me llevé cuando también Jungkook había desaparecido.
Lo miré fijamente, Taemin no era tan listo como para traer eso a su mente, así que supuse que Suni había hablado de más.
— Buscaba a Jungkook para ir y buscarte a ti — se puso de pie y empezó a caminar muy cerca de mi — Pero creo que él te encontró por su cuenta.
Me estaba desafiando pero ahora no podía flaquear.
— Yo estaba sola — me encogí de hombros, no podía permitir que Taemin se fuera sobre Jungkook.
— Tara, Tara. Creo que te equivocas al pensar que yo soy tonto — dijo con burla — Así que lo diré una sola vez. No creas que vas a poder conmigo.
— Taemin, Taemin. Creo que tú te equivocas al pensar que eres más listo que yo — dije altiva — En cuanto a tus especulaciones me parece que puedes metertelas por donde no te llega el sol.
— ¿Entonces supongo que no te importa si esta noche Jungkook es la ofrenda para capturar al lobo? — la sangre se congeló en mis venas pero me alivie pronto — Iremos de cacería.
— Cuidado, puede que el platillo principal seas tu — le sostuve la mirada, no iba a achicarme frente a él — Ahora, si no te importa irte te lo agradecería. Ve a jugar a cazar al lobo.
— Ya veremos quien gana esta partida, Tara. Yo jamás he perdido, si no me crees Ve y pregúntale a Jeon.
Pasó junto a mi y salió de casa.
Maldición, ahora tenia problemas mucho más peores. Taemin sospechaba de mis sentimientos hacia él, ¿Cómo? Yo siempre he sido cuidadosa con todo lo que respetaba a Jungkook, jamás se lo conté conté Suni, la única que sabía de ello era Taeri y dudaba que mi amiga dijera algo.
Creí que estaba sola en cada hasta que Suni apareció de nuevo.
— Eres mala, Tara. Engañas a Taemin con ese Jeon — escupió con odio — Te vi con él, en tu habitación los días que estuviste lastimada.
— ¿Tú le dijiste a Taemin? — me acerqué a ella enojada — ¿Cómo te atreves a cuestionar a tu hermana mayor?
— Le dije porque era lo correcto. ¡te haz convertido en una zo..! — no le deje terminar su frase.
Estrelle mi palma contra su mejilla, incapaz de procesar la idea de que Suni había sido así de traidora conmigo. Ella me miró con los ojos llenos de lágrimas y se tocó la mejilla enrojecida.
— La próxima vez que intentes meterte en mis asuntos, Suni, te irá peor — le advertí enojada y sin un poco de remordimiento por el golpe que le había dado — Soy una muy buena persona, pero siendo mala me desenvuelvo mejor.
Me alejé de ella y me encerré en mi habitación.
Empecé a caminar en círculos preocupada por todo, por lo que había pasado y por lo que pasaría, porque algo me decía que las malas noticias solo estaban empezando.
●
Después de unas horas de desespero pude ser capaz de cambiar mi ropa y buscar un atuendo negro, tenía que ir con mamá y con la familia de Yohan, no dudaba que ahí iban a estar todas las demás mujeres de la aldea, así que necesita estar presentable.
El sol ya estaba opaco, el día avanzaba rápido y aun papá no había vuelto a casa, cosa que me preocupaba pues en su condición no se me hacía propicio que el fuera parte del batallon.
Terminé de elegir mi atuendo y me cambié, no me había dado un baño pero no me apetecía, tenia que salir de casa o mis pensamientos iban a empezar a comer mi alma. Una vez lista salí de casa tomando conmigo mi capa roja.
Caminé por la aldea, todo estaba desolado y en silencio, había frío y parecía como si un tornado se los había llevado a todos. Seguí a pasos firmes caminando hasta que llegué al templo, ya todos estaban ahí dentro, algunos habían traído consigo ofrendas dispuestas en los escalones de la entrada principal.
Me apresuré a entra y con dificultad pude divisar a mi mamá y a mi hermana, junto a la mamá de Taeri y mi amiga. Tuve muchas miradas sobre mi cuando empecé a caminar en dirección a mi familia, seguramente murmuraban, seguramente todos sabían que no había pasado la noche en casa.
Me senté junto a Taeri y esta me sonrió y tomó mi mano, la miré y ella igual, de inmediato algo se encendió en mi mente. Taeri sabía todo y no me lo había dicho. Jimin era uno de ellos también, supuse.
Miré a mi alrededor, sería una larga noche.
●
Holaaaaa. ¿Qué tal de 2023? Espero que bien, eh.
Aquí el primer capítulo del año, espero y os guste.
💗 es un placer empezar con ustedes un nuevo año💗
Nos vemos pronto.
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