Nᴏ ᴛᴇ ǫᴜɪᴇʀᴏ ᴄᴇʀᴄᴀ
|𝟹|Tᴀʀᴀ
Por primera vez en mi vida no había logrado comprender casi nada de lo que la señora Jeon decía, sus palabras a mis oídos eran vanos sonidos que apenas importaban, y por eso había un culpable. Normalmente, Jungkook se habría marchado desde que la clase inició, siempre lo hacía, dado que aparentemente me evitaba a mi él no estaba en el mismo lugar que yo por apenas unos pocos minutos, pero esta vez fue diferente.
Se quedó de pie junto a la puerta observando la clase. A decir verdad me observaba a mi, toda su atención estaba puesta en mi humanidad, no disimulaba ni apartaba la mirada cuando le pillaba viéndome, lo curioso era que esta vez no ansie que lo hiciera porque tenía miedo, no me miraba con dulzura, con amor, no, era una mirada de destierro, de odio y desprecio. Sus labios no lo decían pero sus ojos eran demasiado expresivos entonces yo sabía que en realidad me odiaba.
Entristeci apenas por eso, yo ya lo sabía, era conocedora de sus nulos sentimientos hacia mi, era normal, pero no me gustaba como me estaba viendo, en otras circunstancias hubiera deseado y anhelado su mirada, pero esta vez prefería su nula atención.
Había mucha tensión en el ambiente, demasiado ira en el aire, nadie parecía notarlo porque la clase era interesante, pero yo no podía concentrarme. Mi mente volvió a ser libre hasta que Taeri tocó mi hombro y me dijo que era hora de ir a casa, pasaba mediodía y moría de hambre. Mientras le prestaba atención a Taeri, Jungkook abandonó la clase dejándome a partes iguales de preocupada y ansiosa. ¿Qué le pasaba?
— ¿Quieres venir esta noche a mi casa? — preguntó Taeri mientras ambas caminábamos hacía la salida de la aldea, justo después de despedirnos de la señora Jeon.
— Dudo que mamá me deje ir. Taemin vendrá a casa — le dije, recordándo de paso la noche anterior — Cada día es más insoportable.
— Es que no entiendo a tu madre — dijo ella angustiada — Por más que trato no logro entender como es que permite eso.
— Taemin es un noble. Ella quiere posición.
— Tu padre se la dio. El señor Yoo ya es alguien de renombre en la aldea — dijo con el entrecejo arrugado.
— Ni modo, no hay nada que hacer — en el fondo yo anhelaba una oportunidad para liberarme, pero si se la comentaba a ella, la iba a angustiar más — Tu no te preocupes, al menos una de las dos será feliz.
— Tu también mereces ser feliz, de verdad, eres la persona más pura y buena que he conocido — tomó mi mano y la apretó — Promete una cosa, Tara.
La miré con curiosidad, Taeri no era de las que hacían ese tipo de cosas.
— Promete que pelearas contra todos, incluso contra tu madre. No eres de las que se sienta a ver como deciden por ella, siempre has sido cabeza, Tara.
— ¿Y de qué me sirve? — pregunté cansada. Ya estábamos a pocos metros de llegar a casa — La persona que quiero no me quiere, incluso si me libro de Taemin mi destino será miserable.
— Puedes enamorarte de alguien más. Jungkook no es el único hombre en el mundo — "en el mío sí " quise decir.
— No hay nadie en la aldea que sea más interesante que él.
— En esta no, pero ¿que tal la de los Kim? — preguntó coqueta — Escuché que el heredero es bastante guapo.
— ¿Tú como sabes? — pregunté extrañada — Además eso no importa. Definitivamente retiraré mi vida del ámbito amoroso, hay cosas más importantes que esas.
— ¿Cuáles?
— No estar el fin de semana... — dije preocupada, ella me miró sin entender — Es mi primera prueba de vestido de novia.
Ella lo entendió todo y me dio su mirada más lamentable.
— Ven esta noche a casa — Negué — Te contaré lo que pasó con Jimin — le miré emocionada.
Taeri al igual que yo sabía que cartas jugar, y dado mi mente curiosa e inexperta, quería saber que pasa rn un nivel más alto de la relación, por eso no dude en asentir. Al diablo con mi madre y con Taemin.
°
Me despedí de Taeri, ella fue a su casa y yo fui a la mía, dentro estaba mamá y papá, Suni dormía y la casa como de costumbre estaba en silencio. Saludé al entrar y me asomé hasta la cocina donde se cocía algo para comer.
— Tu madre me dijo que hoy estabas disecando animales — dijo papá con una leve sonrisa.
— Mmm. La señora Jeon quiere que aprendamos el funcionamiento del cuerpo.
— ¿Quieres ser curandera? — preguntó. Hasta la fecha jamás me habia preguntado si en realidad tenía una vocación.
— Tonterías, una vez que se case no tendrá que preocuparse por eso — dijo mi mamá desde la cocina.
Miré a papá y al igual que yo rodó los ojos. Yo sabía que hasta cierto punto a él también lo cansaban las ocurrencias de mamá. Mi papá no era devoto de Taemin, ni de su familia.
— No veo el problema de que se dedique a algo — dijo él. Yo le miré con una sonrisa — En realidad es joven aún, bien podría esperar unos años en casarse.
Mi corazón se aceleró. ¿Papá apoyándome? Había una esperanza entonces. No pude evitar sonreír, jamás hubiera esperado algo así de la nada, papá estaba aparentemente de mi lado.
— Jong Suk, Tara ya casi cumple veinte años, esta en la edad correcta — negué. Era demasiado Joven — En realidad Tara deberia estar agradecida en que un chico como Taemin se fije en ella.
— ¿Qué dices mujer? — sabía que la plática iba para largo, así que solo me senté junto a mi padre — Mi hija tiene un alto valor.
— No te engañes, Jong Suk. Mírala, es desafinada — me miré a mi misma — No obedece, hace cosas raras en el bosque — rodé los ojos — Además es problemática. Hay que aprovechar que a Taemin no le importa eso y hacer que se casen ya.
— Recuerdo cuando tu no querías casarte conmigo — dijo mi padre — Creo que puedes entender como se siente nuestra hija — Asentí.
— Es diferente — dijo ella bien altiva — Tu eras un don nadie, Taemin es un noble.
Miré sorprendida a papá, el tenía la cara plana y apenas se podía leer alguna expresión. Me acerqué más a papá y lo abracé.
— Gracias, papá. Mamá no va a cambiar — le di un beso en la mejilla — Gracias por apoyarme.
— Lo intenté, mi niña — asentí.
— Ya veré yo que hago — me puse de pie para ir a mi habitación.
— ¿No harás algo loco, cierto? — preguntó preocupado, yo solo me encogí de hombros.
Me alejé de mi padre para encerrarme en mi habitación, me senté en una esquina, cerca de la ventana, estaba ideando planes hasta que recordé la visita de la noche anterior. ¿Sería yo capaz de entrar al bosque? La respuesta era sí, carecía de miedo y era más curiosa que cobarde, así que para no aguantar preguntas de mi madre salí por la ventana.
Despacio me acerqué a la barda que dividía mi patio con el inicio del bosque, me detuve por un momento apenas sintiendo un escalofríos, no era de miedo en sí, era emoción pura y dura. Sin dudarlo empecé a caminar esquivando arbustos y ramas bajas, dado que nadie entraba al bosque por este sentido, no había un camino en sí, lo que me indicaba que era fácil perderse. Caminé durante muchos minutos e incluso supuse que habia perdido el norte, pero lo dudaba.
La señora Jeon en una de las clases nos había ayudado a ubicarnos con la sombra del sol dependiendo de la estación climática, estaba muy agradecida con ella por eso. Todos los árboles eran demasiado grandes, no sabía si eran pinos u otro tipo de especie, no podía distinguir las hojas pero la corteza me decía que podría ser otro tipo de árbol, pero no importaba en realidad.
Después de mucho caminar llegué hasta un pequeño claro que estaba rodeado de arbustos con flores moradas, podrían ser venenosas según su hoja, no puse atención y caminé más hasta que llegué a un pequeño lago ubicado en mitad del claro.
El agua era cristalina, transparente y podía ver la calma reflejada. Me senté en la orilla y esperé, nada en específico por supuesto, pero al menos esperé. No iba a encontra al animal que había visitado las rondas de mi casa, porque no sabía que era, algo me decía que era mejor no encontrar al animal porque no me iba a gustar. Miedo, sí, tenía miedo.
Mientras estaba sentada escuché ramas romperse, las hojas que estaban secas empezaron a crujir demasiado y me asusté, pero no me moví ni hice amago de esconderme. Me quedé quieta, estática y a la espera. ¿Por qué tenia que ser tan loca y buscar a un posible depredador? Simple, esperaba de verdad morir. Nunca había pensado como sería el fin de mis días, pero morir por mi honor eran gratificante, así como los héroes que defendían al pueblo, yo defendía mi vida, me rehusaba a casarme con Taemin.
— Me parece que la aldea está lejos, señorita — esa voz... era Jungkook — No es el lugar más propicio para ti.
Lentamente voltee mi cabeza hacia el sentido de donde provenía su voz. Estaba allí a mi izquierda, de pie y con sus manos sosteniendo su cinturón de caballero.
— ¿Me seguía? — pregunté más bien desinteresada, pues mi mente ahondaba en pensamientos suicidas.
— ¿Por qué haría eso? Solo daba un paseo por aquí.
— Este lugar no es para dar paseos. Está del otro lado del campo donde ustedes entrenan — le dije aburrida.
— ¿Qué haces aquí? — preguntó más duramente.
— Pensaba saltar de ese acantilado — señalé con mi cabeza el borde donde se acababa esta parte del bosque.
— ¿A pocos días de su boda? — dijo burlesco — Su novio no va a apreciar eso.
— Taemin no es mi novio.
— Eso no es lo que él dice — contestó rápido, casi desesperado que por un momento dudé — Lo que quiero decir es que es mejor que se vaya a su casa.
— No. Prefiero quedarme aquí. No sé si sabes, pero no soy de las que obedece — debía ser borde con él porque jugaba conmigo — Marchese usted.
— Lo haré, antes me gustaría pedirle un favor, más bien exigirle — mi confusión me llevó a ponerme se pie — ¿Puede dejar de asistir a las clases de mi madre, por favor?
Le miré sorprendida, de la misma manera en la que miraría a un león con siete cabezas.
— ¿Por qué haría eso?
— Porque es lo que le conviene. Prontamente estará casada, mi madre no enseña precisamente como cocer arroz.
— Ese tufito machista no le queda.
— No es machismo — negó rápidamente — Agradecería de verdad que no se presente de nuevo.
— ¿Por qué? — pregunté enojada.
— No la quiero cerca — sus palabras resonaron con eco en mi cabeza, clavándose en lo profundo de mi corazón.
— Tendrá que aguantarse, porque como ya he dicho yo nunca hago a como me dicen — pasé junto a él de prisa.
Caminé de regreso a la aldea para llorar, es que todo me salía mal. Todo. Primera vez que me hablaba y lo hacía para decir que mi presencia le molesta. Lo detesto. Corrí rápido a la aldea, no iba a refugiarme en casa, esta vez fui donde Taeri.
Después de correr por unos minutos llegue a casa de mi amiga y golpee su puerta con desesperación. Su mamá abrió después de unos golpes.
— Tara, querida — dijo con alegría al verme. Yo hiperventilaba por la carrera, así que solo atine a sonreír.
— Hola — sonreí — ¿Taeri?
— Está en su habitación — hice una reverencia y pasé junto a ella.
Apresurada entré a su habitación y la sorprendida tanto que derramó la tinta que usaba para escribir.
— Odio a Jeon Jungkook — ella me miró incrédula y torció los ojos — Se encuentra solo a un escalón de ser tan imbecil como Taemin.
— ¿Te hizo algo? — preguntó apartando su atención del papel manchado.
— Sí... — me senté en el piso junto a ella — Vengo del bosque, estaba tranquila junto a un pequeño lago observando a la nada y él llegó de pronto — le conté — el muy imbecil me ha dicho que no quiere verme en clases de su madre.
— ¿Dijo eso? — preguntó asustada.
— Mmm. Ni siquiera ser por qué me duele...
— Te duele porque lo quieres — me dijo ella — pero no tienes que hacerle caso.
— ¿Se le habrán pegado las manías de Taemin?
— Talvez — ambas reímos y nos recostamos.
Hubo un pequeño silencio entre ambas, solo nuestras respiraciones se escuchaban.
— Tú tienes algo que contarme — le dije recordando la platica de la mañana — Dime todo, aunque sienta envidia.
Ella suspiró y ambas nos recostamos.
— ¿Cómo fue? — pregunté ilusionada.
— Maravilloso. Jimin es un ángel. Sus manos acariciaron todo mi cuerpo tan suavemente que no sentí molestia alguna, me besó el rostro y... y... los pechos — dijo bajito — Fue dulce y por mucho lo mejor que he hecho.
— ¿Sangraste? — pregunté, sentía mucha curiosidad puesto que había escuchado comentarios ya.
— No, fue diferente a todo lo que hemos escuchado.
— ¿Qué sentiste?
— No se, es difícil de explicar. Mi cuerpo reacciono tan diferente y sentí emociones en mi cuerpo que me hacían acalorarme.
Una vez más y como era de esperarse sentí envidia. No pude evitarlo y empecé a llorar.
— Tara no llores — sentí sus brazos rodearme.
— ¿Cómo haré para soportar a Taemin cuando quiera hacer uso de sus derechos matrimoniales? — dije en medio de lágrimas — Taeri, no quiero casarme, no con alguien a quien no amo.
— Tara...
— Quiero ser como tu y Jimin, tener mi primera vez con un hombre que me ame, que me cuide y que no me lastime, sobre todo con un hombre al que yo quiera — dije dolida, desesperada — Se supone que el amor se basa en sentirse seguro, feliz.
— Quisiera hacer algo, pero no se que. Tu siempre has sido la de las ideas.
— Descuida, tendré que vivir con ello — no había remedio para mi situación, solo esperar — Dime más. ¿Y si quedas embarazada?
— Jimin se hará cargo — dijo ella feliz —Me lo ha dicho, quiere casarse conmigo y llevarme a su casa.
— Tienes mucha suerte...
— Le he dicho a mi madre y está feliz. Bueno, no le dije que Jimin y yo..., bueno ya sabes. Si le digo se muere.
— Ni siquiera yo me lo creo. Jimin te vio desnuda — me reí por un momento — ¿Te dijo que eras guapa? ¿Cómo son los hombres desnudos?
— Diferentes. Jimin tiene el abdomen marcado y una fina línea de bello que baja hasta su... su...
— Pene — terminé, riendo.
— Sí, eso. Además a la luz de las velas su piel parecía brillar, casi arder — dijo ilusionada — Pensé que me iba a asustar al ver su cuerpo desnudo, pero no fue así. Me gustó y quiero verlo otra vez.
— Sucia — le dije bromeando.
— Tu también lo deseas. Ver a Jungkook.
— Sí, también quiero que él me vea — dije burlesca, anhelando una sola oportunidad entre él y yo.
— Hablaré con Jimin sobre lo que pasó hoy, seguro el sabe algo — negué — Además de amigos son primos, algo sabrá.
— Creo que a Jungkook le gusta Jinseol.
— ¿Esa insípida? Por Dios si es una tosca indomable. Ella solo coquetea con él porque sabe que te gusta — dijo molesta — Jinseol podrá ser todo lo bonita que quieras, pero tampoco parece del tipo de Jungkook.
— A mi si me parece verlos juntos...
— Hablaré con Jimin — dijo ella ahondando la situación.
Los intentos que hiciera Taeri serían inútiles, no había caso entre todo lo que se hiciese, Jungkook me quería lejos de su vida, y yo eso haría.
●
Holaaaaa, pues estoy de vacaciones de la universidad y ahora tengo más tiempo para escribir, así así estaré seguido por aquí.
Si hay algo en la historia que no les guste no duden en hacérmelo saber, siempre aprecio sus comentarios:)
Espero y la historia les vaya gustando💗
Cuídate, querido lector💚
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