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30

-Cultivos-
Especial Umemiya.

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Aquella pijamada y a su vez, salida con Kaji, habían sido más que magníficas, me encantaba tanto pasar tiempo con los chicos; sin embargo, no aclaraba con totalidad lo que sentía por ellos, cada uno me trataba de forma distina, sus cabellos, sus sonrisas, sus voces, incluso sus actitudes.

Todo de ellos me parecía lindo y agradable, a decir verdad, me estaba volviendo completamente sumisa a ellos, no me molestaba tenerlos de manera sexual, pero tampoco me era un problema tenerlos bajo mi control.

Los sentimientos eran un conflicto, los quiero todos para mi, quizá deba ser egoísta o cómo reaccionarían ellos; prefería ignorar las situaciones y no decir nada.

Después de darle tantas vueltas al asunto, removí aquella acolchada manta que cubría mi cuerpo, quedando completamente tranquila.

Al estar en silencio, a través de la ventana cerrada de mi habitación, podía escucharse el cantar de las pequeñas aves mañaneras.

El ambiente estaba sumamente calmado, tampoco había intenciones de que el sol asomase y brillase por el día de hoy.

No sentía un buen humor, mucho menos un ánimo agradable, no quería ir al instituto; decidí tomarme el día libre, ¿qué podría pasar si faltaba un día a Fuurin?

Sólo sería un día sin asistir al lugar de aprendizaje.

Agarré mi celular y perezosamente lo revisé, mientras aún me acomodaba en mi lugar de descanso, parecía un nido.

9:45 A.M
Mensajes recientes.

Divisé la hora en que estaba viviendo y a su vez las notificaciones recientes, todo parecía estar en orden.

"Buenos días ^_^" Leí el primer mensaje del chat grupal que tenía con amigos, mientras que le acompañaba un sticker adorable, ya estaba asumiendo que se trataba de Nirei, aquel texto había sido envíado a las 8:00 A.M, qué pereza.

Salí del chat grupal y posé mi mirada de forma rápida en los mensajes que me habían estado llegando.

"¿Dónde estás?"
"¿Piensas faltar?"
"¿Estás bien?"
"Me preocupas..."
"Tonta."

Sí, esos mensajes escritos habían sido envíados por el chico heterocromático, y por si fuera poco, adjuntaba esos emojis que representaban enfado.

"Estoy bien, me tomaré libre el día de hoy" -Escribí digitalmente, tratando de no molestar a mi amigo más cercano.

"Bella, ¿Estás bien?" Ahora había leído el texto que el chico pelirosa había adjuntado junto a un sticker de un lindo gato haciendo 'ojitos'.

"Buenos días, ¿no vendrás hoy a clases?" -Al leer las palabras, me fijé que era el único que contenía un saludo, podría tratarse del chico con parche, revisé y había acertado.

"Ya oí que no vendrás, ¡No olvides tomar tus proteínas!" - Abrí el siguiente chat, el cual acompañaba una foto, dejando ver una cara graciosa por parte del chico pelinaranja.

"Estrellita, escuché que faltarías, si necesitas algo, no dudes en decírnoslo." -El chico de pecas había mandado como último mensaje, junto a una ráfaga de spam, llena de stickers lindos.

Decidí no responder los mensajes de los chicos, ya le había dicho a Sakura y al leer los siguientes textos, supe que él les había informado.

Habían pasado veinte minutos y continuaba en cama, estaba cómoda y calentita, sin embargo, mi estómago comenzó a rugir.

De forma floja, levanté de mi cama, mi pantalón de pijama mantenía mi temperatura corporal aún tibia, mientras que la blusa holgada, me brindaba comodidad.

Me dirigí a la cocina, revisando y buscando algún alimento cercano, para mi mala suerte, no había algo digno de comer.

Suspiré pesada y me encaminé al baño, lavé mi cara y de igual forma, mi dentadura, arreglé mi cabello y con la misma vestimenta, adjuntando un brasier, salí de mi hogar, moví mis pies hacia el local de Kotoha.

El cielo estaba completamente nublado, no amenazaba con caer gotas, pero si con soplar de forma repetitiva.

Agradezco haber salido con mi pijama, ya sé que es ropa para dormir, pero está decente y muy cálido.

El camino estaba silencioso, las avenidas estaban solitarias, era algo fuera de lo común, le resté importancia y al fijarme en la entrada del lugar; me posicioné mejor y entré, dejándome a la vista de la chica.

¿Por qué en pijama y no en uniforme? -Fue lo primero que escuché al entrar al establecimiento.

La miré pesada, mientras me sentaba en el asiento frente a la barra.

No tengo ánimos. -Le respondí lógica a la chica del lunar.

¿Chicos? -Burló al hablarme, mientras mi mirada se situaba en la larga mesa.

¿Eh? -Alcé mi vista confundida.

Suspiras y caminas de manera pesada. -Dio una respuesta al asunto, mientras me dejaba un pan relleno de huevo, no lo había pedido, pero ella sabía que estaba ahí por hambre.

Gracias. -Le sonreí de manera tímida al recibir el alimento, mientras intentaba desvíar el tema tocado.

¿Cuál de todos... -Cortó la pregunta de manera espontánea al sentir como la puerta de su pequeño local se abría de manera sorpresiva, dejándonos atónitas a las dos por el gran golpe que había hecho resonar en el lugar, la figura causante de aquello no se divisaba aún, provocando que me ponga en alerta y posicione de manera rápida, lista para un combate.

Ko-to-ha. -Se escuchaba un canturreo alegre, ese tono de voz era indudable en cada rincón de ésta pequeña ciudad.

Bueno, como te decía (T/N) -Fijó su vista en mi, mientras ignoraba el canturreo y yo mantenía la mirada en la puerta, viendo como entraba aquella figura alta de cabellos blancos, portando el uniforme de Fuurin, mostrando polvo y leves signos de golpes en él.

¿Qué te pasó? -Decidí hablar en el ambiente.

¿Por qué estás en pijama? -Me respondió divertido, obteniendo un sonrojo por mi parte.

Pude ver su sonrisa, y escuchar aquella risa que encantaba y endulzaba a cualquiera, había cambiado por completo el ánimo que estaba tan caído, como si el sol hubiese salido.

Tsubaki, muy amigas que digamos; no lo somos, pensé para mis adentros.

¿Qué estaba pensando? Ya tenía suficiente, incluso confusión con los chicos cercanos, pido disculpas, amiga, terminé de estar hundida en mis pensamientos, para fijarme en que la castaña y el albino estaban cerca, siendo él, curado por la contraria.

Veo que no estás con los demás. -Decidió hablar con ese tono animado, mientras que yo me encontraba, ahora, comiendo el platillo que la chica había dejado para mi.

Decidí descansar hoy. -Respondí sin mirarlo, sabía que si posara mi atención en él, me embobaría su sonrisa.

Bien, ¿quieres acompañarme junto a Kotoha a cosechar mis cultivos? -El chico había hecho una propuesta alegre.

Pero... -Pausé avergonzada. -Estoy en pijama. -Terminé la corta contestación.

¿Y qué tiene? -Escuché tanto al albino como a la castaña decir.

La chica acomodó sus prendas y ató de mejor manera su cabello, me comentó que al lugar que íbamos, no sería la azotea del instituto y ambos tenían unos sombreros en cuyo lugar.

Ambos me agarraron de los brazos y a rastras me sacaron del lugar.

No terminé de comer. -Me quejé por lo bajo al ver como me sujetaban y llevaban con sus fuerzas.

El camino iba en silencio, pero era agradable, se sentía calidez entre los tres.

Estaba situada en medio de ambos amigos, las calles parecían ser cortas, las nubes comenzaban a desaparecer en el cielo, dejando que un leve resplandor ilumine la pequeña ciudad.

¡Llegamos! -El ojiazul dijo alegre, mientras sus brazos se extendían alto.

¿Aquí? -Fue lo único que pude esbozar de mis labios.

El lugar se trataba de un jardín de tamaño medio, que estaba situado detrás de una casa deshabitada, no sabría expresar si era completamente agradabale o levemente asustadizo, imaginen que haya fantasmas en dicha casa sin cuidados.

Vamos, vamos. -El albino nos atraía hacia él.

Ven, no seas tímida. -La castaña bromeada.

Mis pasos eran cortos y suaves, la chica de ojos brillosos me acercó a una pequeña mesa que había en el sitio, dejando ver un par de sombreros, canastas y demás accesorios necesarios.

¿Me acompañas? -Observé detenidamente la cantidad de hojas, ramas, flores y frutos que adornaban el lugar de Umemiya.

¡Hey! (T/N) -Kotoha había vuelto a llamar mi atención, mientras una canasta con agarres, adornaba sobre ella.

D-dime. -Contesté algo nerviosa al haberme distraído.

Quizá te gusta Umemiya. -Mi acompañante habló entre risas, obteniendo una respuesta vacía junto a un tono rojizo y rosado en mis mejillas. -Vamos. -Sonreía, mientras agarraba de mi muñeca y me llevaba a un árbol cercano, estaba lleno de frutos.

Ambas nos encontrábamos agarrando los frutos dados y los colocábamos en la canasta presente.

¿Suelen venir seguido? -Decidí preguntar, mientras dejaba caer la cosecha en el recipiente.

Podría decirse que si. -Contestó distraída.

¡Chicas! ¡Kotoha! ¡(T/N)! -Escuchaba esos gritos alegres y emocionados desde el otro lado del jardín.

La castaña y yo, nos acercamos al llamado, podría ser algo importante.

¡Miren, miren! -Umemiya mostraba parte de lo que estaba cosechando.

Aquel chico se veía genuinamente feliz junto a sus frutos, su sonrisa alegraba cualquier ambiente, no pude evitar curvar mis labios con sutileza, la imagen mental que había capturado, sería un buen recuerdo.

Lo restante de mañana y tarde, había pasado rápido, debo admitir que me agradó estar en esa situación, podía evitar pensar en algo concreto.

Una vez recolectamos lo suficiente, recogimos y ambos acompañantes arreglaron sus prendas con leves sacudidas.

Mi pijama se encontraba ligeramente sucio con tierra del lugar, pero no le tomé mucha importancia, ya que pronto me asearía y lo lavaría.

El alto, decidió acompañarnos a nuestros lugares respectivos; primero dejamos a Kotoha en su local, ya que ella quería dejar y arreglar cosas ahí.

Luego me acompañó a casa.

En el trayecto, el sol ya estaba completamente oculto del cielo, de igual forma, Umemiya me ofreció parte de las cosechas de hoy como obsequio.

Caminamos en un ligero silencio, siendo interrumpido por él, ¿por qué debía hablar? ¿no podía quedarse quieto?

Te ves más linda sin maquillaje. -Soltó sin fijar su vista en mi.

Gracias. -Mi rubor natural estaba presente.

Una sonrisa boba adornaba mi rostro, mientras que de reojo divisaba al chico.

Otra cosa más. -Había vuelto a hablar, cuando estabámos al pie de mi hogar.

¿Eh? -Esperé a que él hablara, sin embargo, un delicado y corto beso vergonzoso se hizo presente en el lugar, dejándome completamente sorprendida.

Me llamas la atención y mañana pasaré por ti, no faltes al instituto. -Expresó de forma rápida la oración, mientras un ligero color rosáceo se asomaba por sus mejillas.

Asentí avergonzada, mientras entraba a mi casa, quedando con un nuevo conflicto en mis pensamientos, creo.

Ya estando tranquila, realicé mi rutina diaria de aseo y cambio.

Mi apetito se había mantenido calmado, y mis ojos sentían pesadez, lo único que hice fue dirigirme a dormir.

A la mañana siguiente, me removí en aquel nido, levantando y de forma seguida, realicé la rutina diaria matutina.

Mis ánimos se encontraban elevados, ¿habrá sido por ayer? Cuestioné sin tanta importancia, ¿O por él? Formulé exaltada.

Ya estando completamente lista y arreglada, agarré mi celular, dando los buenos días a todos los chicos cercanos.

Iba a continuar dentro del chat grupal, pero el llamado a la puerta principal se hizo presente, me acerqué y la abrí con cautela, dejando ver una escena un tanto curiosa.

Toma. -El chico acercaba un panecillo en paquete, mientras que él portaba otro en su boca.

No se habla con la boca llena. -Reí ante la situación y gustosa acepté lo que él me entregaba.

Salí de casa, no sin antes asegurarla y ambos nos dirigimos a Fuurin.

Ésta vez, el camino iba en silencio, no era incómodo.


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katsu81124 La que rogó por lxs UmemiyaLovers 🤓

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