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20

-Empiezan los entrenamientos.-

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Estaba envuelta en aquellas acolchadas, cálidas y suaves sábanas que usaba para dormir en tranquilidad, hasta que, sentí el irritable sonido y a su vez molesta vibración, que provenía de aquella alarma en mi teléfono celular.

Me quejé como era de costumbre, estaba llena de pereza y sueño, me estiré con fuerza aún acostada, suspiré pesada y resignada sentándome en el borde de la cama, colocaba mis pantuflas e intentaba agarrar fuerzas para levantarme y abandonar mi lugar de descanso.

Auch. -Me quejé por lo bajo al sentir un leve malestar, tanto en mi cuello, como en mi cintura.

Lo ignoré y me paré del lugar, me acerqué al armario y cajones, buscando mi ropa interior y uniforme, dirigí mis pasos hacia el baño y comencé mi rutina de aseo y belleza.

Uhm. -Mis quejidos matutinos eran notorios, no quería asisitir hoy a los entrenamientos.

Una vez aseada, divisé mi reflejo en el gran espejo que se encontraba en la habitación de baño, dándome cuenta de marcas.

Dios mío, si ven ésto, me matan. -Dije exaltada al ver pequeñas marcas de mordidas en mi cuello, y sobretodo la forma de una mano ya desvaneciéndose, marcada entre mi cintura y cadera.

Rápidamente me vestí, arreglé mi cabello y busqué como loca el maquillaje que usaba, buscaba aquel corrector o base de buena cobertura, mientras comenzaba a pintar la área notoriamente afectada.

Una vez completamente lista y arreglada, no sin antes haber doblado y guardado con delicadeza el abrigo naranja que cargaba el día de ayer en una bolsa decorada, salí de mi hogar, en el camino al instituto, compré un pan al vapor junto a un refresco.

Desayuno de campeones. -Reí ligero para mi. -Cuando terminen los entrenamientos, debo devolver ésto. -Pensé y divisé la bolsa.

¡(T/N)! ¡Buenos días! -Escuché a mis espaldas. -¡¿Ya tomaste tus proteínas?!- Continuaba el exalto.

Volteé con cuidado, encontrándome al chico ruidoso de cabellos naranjas, mientras que a su lado venía lo contrario a él, alguien de voz suave, el pelirosa.

¡Buenos días, Tigre! -Saludé sonriente y divertida.

¿Cómo estás, bella? -El portador de piercings, también estaba cerca de mi.

Bueno. -Alcé muy leve el pan que acababa de comprar. -Desayunando.- Reí leve.

Por eso, no estás fuertota. -Taiga, tocaba uno de mis bíceps no formados. -Por no tomar proteínas. -Suspiró pesado.-¿Para quién es ese regalo? -Habló de nuevo.

Más respeto, grandote. -Fruncí el ceño. -Para eso estás tú, para ser fuertote, ésto debo de entregar. -Terminé de hablar y le resté importancia.

Continuamos el camino, entre risas y chismes, hasta llegar a Fuurin.

Una vez en el lugar, los de salones superiores, al igual que los líderes de cada curso, nos alistaban para ir directamente a entrenar y practicar nuestros movimientos en peleas.

Pero acabo de comer. -Me quejé entre susurros en medio de los chicos que había encontrado en el camino.

¡¿Dónde estabas?! ¡¿Por qué no me mandaste ni un maldito mensaje?! -Había olvidado de la regañada que tendría hoy.

Si, ¿dónde estabas? -Nirei siguió el tema.

Estaba preocupado. -Suou se agregaba a la conversación.

Buenos días, amanecí bien, claro que dormí increíble, y ya desayuné. -Respondí mirando a los tres chicos, dándome cuenta que milagrosamente no fueron curiosos con la bolsa decorada que cargaba en mis manos.

Ugh, la próxima no te salvas. -Sakura me amenazó de brazos cruzados, mientras desviaba su mirada.

Omitimos el tema y nos encaminamos al gimanasio del instituto, optando por quitarnos la chaqueta del uniforme y quedar más cómodos.

Una vez preparados, los chicos peleaban entre ellos, captando golpes y esquivos de forma nueva.

Hiiragi entrenaba con Sakura, Kusumi con Kiryuu, Enomoto junto a Taiga, dejando a Kaji con Suou.

Nirei y yo, estábamos cómodos, sin embargo decidí hablar con él y enseñarle unos cuantos movimientos.

Ven, estrellita. -Llamé la atención del rubio, mientras nos colocábamos frente a frente.

Pero no sé nada... como ustedes. -Nirei me hablaba avergonzado.

Estrellita. -Me acerqué a él, divisando sus ojitos débiles y sus pecas. -Nadie nace sabiendo algo. -Le sonreí amable.

Ahora, empecemos. -Había regresado a mi lugar sonriente.

Suou, me enseñó algo. -Habló el chico contrario, explicándome una de sus defensas.

Bien, tienes defensa, empecemos con un  golpe. -Dije como si de una maestra se tratase.

Y así continué con el chico, enseñándole unos golpes básicos para defenderse, hasta que pidió descanso, yéndose del lugar, sin saber que iría por bebida hidratante para todos.

Es tan tierno. -Me había vuelto blanda con él, lo consideraba como un pequeño hermano que cuidar.

¡¿Qué haces?! ¡Te dije que me bajes! -Escuchaba estruendos en el lugar, busqué con la mirada el causante de aquello, mientras que los chicos que aún entrenaban, tomaban un descanso.

¡Lo tomaré prestado! -Se trataba de Umemiya, cargando y llevándose a Sakura, quizá quiera darle ánimos o algún tema serio, pensé para mi.

Sakura parecía un pequeño perro, evidentemente, enojado.

¿Con quién entrenas, (T/N)? -Escuché a uno de mis compañeros de salón, mientras se acercaba a mi y sostenía un vaso de agua.

Aún no consigo una pareja de pelea. -Bajé la mirada. -Aunque practicaba algo con, Nirei. -Volví a alzar la vista.

Practica conmigo. -Hiiragi se acercó al escuchar lo antes hablado.

Debes estar cansado. -Musité al ver lo agitado que estaba.

Vi como se posaba una mano en el pecho de Hiiragi, mientras lo empujaba con sutileza hacia atrás, dejando escapar unas palabras para él.

Hiiragi, yo practicaré con ella, yo me encargo. -Escuché en la conversación.

Yo seré tu oponente. -Vi como el chico posaba su mirada hacia mi, mientras portaba el ceño fruncido.

Kaji, te acepto como oponente. -Me acerqué junto a él a uno de los espacios vacíos, para comenzar nuestro entrenamiento.

Nos acomodamos, viéndonos cara a cara, no negaré que portaba un poco de temor al ver la seriedad de él. ¿Y si quería desquitarse conmigo por la cachetada de la otra vez? D:

Esperé a que él se acercara y lanzara su primer ataque.

¿Por qué no respondiste mi mensaje? -Finalmente habló, creía que no era dramático.

Estaba ¿ocupada? -Respondí conflictiva al saber que ahora aguantaba un nuevo drama.

El chico optó por lanzar patadas bajas, mientras yo trataba de igualar su velocidad, esquivaba con facilidad.

¿Por qué decidiste ser mi oponente? -Pregunté, mientras me cubría de los golpes que estaba proporcionando el contrario.

Porque sí. -Respondió molesto, siendo ahora, él atacado con mis golpes en su cuerpo.

Finalizamos el entrenamiento. -Escuché a lo lejos, dando por terminada la clase de hoy.

Lamento mucho ésto, pero aún no terminamos. -Kaji y yo nos miramos a la vez, regulando nuestras respiraciones cansadas.

Continuemos mañana. -Habló el chico, obteniendo una afirmación por mi parte.

Me acerqué a mi grupo de amigos, despidiéndome de ellos, explicándoles que debería realizar unos asuntos personales.

Sin más vueltas al asunto, volví al lugar en el que estaba ayer, en aquel territorio ajeno.

Vi como Choji y los chicos me saludaban alegres, como de costumbre, mientras que Togame tomaba mi mano y me direccionaba a un lugar más alejado de su grupo.

POV'S TOGAME.

¿Cuándo le piensas decir? -Escuché a Sako.

Decir ¿qué? -Le di un sorbo a mi bebida favorita, mientras veía como los demás chicos jugueteaban e interactuaban entre si.

Ya sabes, lo que sientes, por ella. -Volvió a tocar el tema, dejando que esta vez me quedara en un largo silencio, puesto que tenía razón, aquella chica había robado toda mi atención desde que la vi, y mucho más, al ver lo fuerte y brillante que era.

No lo sé. -Respondió cortante.

Ahí viene. -Señaló con su mirada a la que antes era nuestro tema de conversación.

¡Choji! ¡Chicos! -Ella saludaba alegre a la pandilla.

POV'S (T/N).

Togame. -Sonreí cálida al ver al chico ojiverde, mientras caminábamos tranquilos al lugar, donde se encontraba un gran árbol de cerezo, el viento soplaba y revolvía nuestros cabellos.

Ten, muchas gracias. -Le extendí la bolsa que había cuidado desde que salí de casa, en el cual le devolvía su chaqueta.

El chico la tomó, sacando de ahí su prenda, mientras se la colocaba.

Me encanta que te la pruebes, me encantas tú. -El pelinegro sonreía, mientras se acercaba a mi, depositando un inesperado y suave beso, provocando ese característico tono rojizo y rosáceo en mis mejillas.

Oh, yo, solo era eso, Togame. -Le devolví la sonrisa, mientras tomaba el borde de su chaqueta y nos encaminábamos de vuelta con su grupo.

(T/N). -Pausó el chico. -Estoy loco por ti. -Finalmente confesó de forma directa.

No dije nada y nos reencontramos con Shishitoren, hablamos un corto rato y me despedí de ellos, dirigiéndome al túnel de entrada y salida.

Iba caminando tranquila por el lugar, mientras me acercaba a una tienda de dulces, entré y compré dulces de fresa, sandía y cereza, ya sabía a quién se los daría.

Una vez obtuve los dulces en mis manos, no pude evitar robar uno, con sabor a sandía, al momento de salir del local, encontré a la persona la cual le regalaría lo antes comprado.

POV'S KAJI.

Iba caminando por las calles, recordando aquel golpe que había recibido por parte de esa chica, me dolía levemente la nuca, no creí que tuviera tanta certeza para golpear.

Continué mi camino, me encontraba pasando por el túnel que dividía Shishitoren, con nuestro territorio, divisando el mover de la falda, la chaqueta del uniforme y ese cabello arreglado.

¿Qué hace ella por aquí? -Pregunté para mis adentros, mientras arrugaba mi nariz.

Sé que no debería, incluso está mal, pero la curiosidsd ganaba, ahí estaba, siguiéndola con sigilo y cautela, viendo como se encontraba con esa pandilla de chaquetas naranjas.

Uno de ellos, la agarró y se la llevó, puede que sean problemas o quizá su novio, suspiré resignado.

Tal y como pensaba, puede ser su novio, me fijé en la escena, en como él posaba sus labios en ella, perdí mi tiempo, volví a mi camino a paso lento, no quería aceptar que estaba desarrollando sentimientos por ella, desde aquella cachetada, la  forma en que pudo calmar o detender mi mal carácter, llamó tanto mi interés y atención.

Estaba sumergido en mis pensamientos, hasta que tuve que realizar una parada, ofreciendo mi ayuda a la gente de la ciudad.

Apenas terminé la ayuda, iría a la tienda de dulces, se me estaban acabando de tanto comerlos, pero para mi desgracia, vi como ella salía del lugar, mientras tenía un caramelo en su boca.

POV'S (T/N).

¡Kaji! -Hablé alegre al ver al chico por el cual compré dulces.

Ten, son para ti, lamento no haber respondido tu mensaje anoche, y de que hayas comido los dulces tú solo. -Extendí la pequeña bolsa llena de caramelos surtidos, mientras me disculpaba leve.

Tsk. -Chasqueó, evitando mi mirada. -Dáselos a tu novio. -Dijo molesto.

¿Novio? -Burlé por su actitud.

Sí, el de Shishitoren, ¿qué hacías con él? -Finalmente comentó su malestar.

Oh, bueno, le devolví algo que me había prestado, no es mi novio, pero -Pausé. -Se confesó. -Dije levemente avergonzada.

¿Era eso? -Recobró su compostura, mientras tomaba de mi muñeca y me dirigía junto a él, a un pequeño parque cerca.

No me interesa él, pero tú, si. -Vi como su nariz se arrugaba, y su cara mostraba vergüenza, su mano se colocó sobre el palillo del dulce que estaba en mi boca, mientras lo sacaba de mi cavidad bucal, acercándose de forma abrupta, dejándome un beso intenso.

Sandía, ¿eh? -Ahora él se había llevado mi dulce a su boca.

¿Quieres ese o éstos? -Hablé sonrojada, señalando el dulce de su boca y luego a la bolsa que aún tenía en mis manos.

Vi como el dedo del chico me apuntaba a mi. -Quiero ese dulce. -Respondió nervioso.

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Ya se confesaron más chicos? :o

Aunque Kiryuu igual, solo q cauteloso xd

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