-Estrategias-

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-Unas horas antes.

La reunión que habían notificado anoche mediante los mensajes de aplicación, estaban por dar comienzo.

En ella se abarcaría planeaciones de estrategias o ideales respecto al conflicto que se avecinaba, era sin duda, una reunión un tanto larga y pesada, me aburría demasiado la seriedad que emanaba el comunicador; a pesar de ser uno de los cuatros superiores de Boufuurin, era algo sin interés, me distraje un momento al pensar en que los entrenamientos se comenzarían a hacer presentes, puesto que solo teníamos dos semanas para prepararnos.

Aquel chico de lentes, comenzó a explicar la situación para los que aún desconociesen con certeza la situación en la que estábamos involucrados.

Dándonos a conocer las reglas que en la carta de declaración de conflicto habían sido detalladas.

En esa comunicación, no informaba el lugar en que se realizaría el evento catastrófico, por lo tanto el superior planificó todo, explicando las áreas junto a sus cualidades, dejando a los superiores y a sus cargos los puntos específicos a proteger.

Es decir, al superior Tsubaki y su escuadrón, habían sido envíados a una zona específica de la ciudad.

Así mismo, a el de lentes y uno de capucha, a proteger el parque.

Mientras que el otro integrante de aquellos cuatro jefes que dominaban a los inferiores, protegería los puentes que conectaban ciertos puntos, es decir, ahí entraremos nosotros.

Nirei se encontraba tenso como de costumbre, sin embargo decidió formular una pregunta clave.

¿Qué sucederá si solo atacan en una ubicación específica? -El chico de pecas preguntó, no sin antes haber alzado su mano.

El chico de anteojos, estaba completamente preparado, mostrando un código QR en la presentación, llevando a un chat grupal, mediante el cual se comunicará si se necesita ayuda, refuerzos o si tienen todo bajo control.

Están completamente preparados. -Susurré para mis adentros, sentada al lado de Sakura, divisé que se encontraba ligeralmente tenso ante este show.

-Continuación.-

Después de aquel espectáculo en el que Suou y yo habíamos disfrutado, teniendo como protagonistas a Sakura y Sugishita; todo el salón tomó asiento, excepto el chico de aretes, el cual se dirigió al centro del lugar, ubicándose detrás de aquel escritorio de el docente, teniendo a sus espaldas la pizarra.

Comenzó a dejar garabatos en la pared blanca del centro, explicando la formación que tendríamos y los estudiantes que se encontrarían en cada punto.

Para ser honesta, no había entendido completamente las estrategias que el chico portador de parche había explicado, me sentí un poco tonta por ello, dejé la vergüenza de lado y me levanté de mi asiento, acercando mi paso hacia él.

Señor té~ -Acerqué mi rostro al suyo, mientras había canturreado el apodo que le tenía al chico. -¿Puedes volver a explicarme? Por favor, realmente no entendí muy bien. -Pedí amable.

Recibí una sonrisa divertida y tan linda por parte del chico que daba la explicación, resumiéndolo en que nos desplegaríamos de cierta forma y nos cubriríamos los uno a los otros, agradecí y regresé a mi asiento.

Me duele un poco la cabeza. -Me quejé leve apoyada en el hombro del chico de cabello bicolor.

Deberías descansar más. -Me respondió sin mirarme, prestando atención al que hablaba en el centro del lugar.

Alcé y ubiqué mejor mi vista sobre su rostro, se veía algo preocupado, quizá... ¿tendría algo de miedo? Pensaba para mi.

¿Qué me ves? -Ahí estaba el chico que conocía.

No sé, estás muy lindo, ¿no? -Hablé muy bajito para nosotros dos.

Rápidamente el chico cerezo había agarrado un color rojizo ligero en sus mejillas.

Sonreí victoriosa al cambiar el semblante de su rostro, me encantaba verlo sonrojado.

El transcurso de la reunión de nuestro salón estudiantil no  había sido larga, pero tampoco corta.

Deicidimos en que a partir de mañana comenzaríamos a entrenar y practictar nuestras defensas, al igual que nuestra fuerza, ataques, analizadas de oponenete y así sucesivamente.

Por favor, si necesitan algo, escríbanme. -Me despedí de los chicos y me encaminé a la salida, hoy iría a comer con el chico de Shishitoren.

Ten cuidado estrellita. -El chico rubio se despedía con aquel apodo que había iniciado como broma en el chat grupal, le sonreí alegre y agité mi mano.

Comencé mi camino hacia el territorio ajeno, siguiendo mis pasos a aquel cinema abandonado al que había llegado cuando tuvimos nuestros combates.

Y ahí lo vi, al chico pelinegro de ojos verdosos, casi turquesas, portador de chaqueta naranja, siendo vice líder de Shishitoren.

Princesa, llegas justo a tiempo. -El chico me miró y me dedicó una sonrisa cálida, mientras hablaba en su típico tono despreocupado.

Estoy algo cansada. -Dejé escapar un bostezo, no sin haber posado mi mano sobre mi boca, mientras me acercaba al chico.

¿Quieres comer y dormir? -Me preguntó, mientras posaba sus manos sobre mi cintura y me acercaba a él, acelerando mi paso.

Es el mejor plan que existe, Togame. -Reí leve.

Por cierto, te queda muy bien. -Señalé un mechón de su cabello, el cual se encontraba agarrado con mi broche de fresa que le había dado.

¿Te gusta? Me lo regaló una chica muy linda, y muy fuerte. -Bromeó sutilmente.

Entre risas y comodidad, nos dirigimos a un pequeño local, pidiendo comida para llevar.

Una vez obtenida, nos regresamos a la sede de Shishitoren, no sin antes él haber visto a sus compañeros de pandilla y haber dicho lo siguiente.

No molesten, no me busquen, no me llamen, mucho menos si estoy con (T/N). -Habló muy serio, mientras nos encaminábamos a uno de los camerinos/habitación de respaldo que se encontraban en el lugar.

¿Y bien? -Lo miré divertida, puesto que en el camino lo molesté de forma ligera en que quería probarme su chaqueta.

El chico pelinegro se quejó, al igual que dejó escapar unas ligeras sonrisas, mientras le daba un mordisco a la comida de su plato.

Está bien, pero me darás algo. -Habló con otras intenciones, mientras se sacaba aquella prenda y me la entregaba.

Agradecí y sonreí, sin haber prestado atención a sus palabras, la tomé en mis manos y comencé a colocármela, tenía todo su perfume y aroma impregnado, de igual forma se encontraba tan calentita al estar en el cuerpo de Togame.

¿Qué opinas? -Modelé la chaqueta del contrario, la cual me quedaba grande al no ser mi talla, ya que el chico era mucho más grande que yo.

Te ves preciosa. -Vi como el chico posaba sus ojos sobre mi cuerpo y se levantaba de su asiento.

Te pedí algo a cambio. -Se acercó a mi, posando sus manos alrededor de mi cintura, mientras bajaba su cabeza y la escondía en el lugar vacío entre mi cuello y hombro, sintiendo su cálida respiración.

¿En-ense-enserio? -Me comencé a poner nerviosa a tal situación, ya que no lo esperaba.

El chico no musitó alguna otra palabra, sino que optó por ejercer fuerza en el agarre de sus manos, mientras extraía mi aroma con su nariz, dejando un suave beso en mi cuello.

T-Togame. -Dije suave, mientras posaba mis manos en su cuerpo.

¿Qué sucede, princesa mía? -Había agregado "mía" en aquel apodo que me tenía.

Solté un suspiro algo pesado al sentir como el contrario seguía dejando besos en aquella zona, mientras apretaba aún más su agarre e intentaba acercarme mucho más a él.

Shh, tranquila. -Finalmente sacó su cara del lugar, mientras quitaba una de sus manos del agarre y la posaba sobre mi mentón, haciendo que lo mirase atenta, acercando de a poco su rostro al mío, esperando a juntar la suavidad y humedad de los labios.

Cerré con cautela mis ojos, ya sabía lo que vendría por su parte, su respiración se sentía chocar contra las facciones de mi rostro, estaba tan cálido el lugar, el ambiente, él lo estaba.

Abre los ojos, mírame. -Habló con firmeza, una vez obedecí a su orden, de forma rápida juntó sus labios con los míos.

La suavidad, calidez y humedad estaban presentes en nuestro beso, mis manos dejaron de reposar en su torso y las subí a sus hombros, agarrando ligeramente de éstos mismos.

El chico dejó de tenerme arrimada, así que agarró de mis caderas y me elevó, provocando que entrelazara mis piernas a su altura, mientras que él me dirigía a la mesa que se encontraba presente, dejándome sentar en ella.

El beso comenzó a tomar intensidad, nuestras lenguas no habían pedido permiso para recorrer la una a la otra, sus manos comenzaban a hacer leves juegos sobre mi torso cubierto por el uniforme.

Agarré la muñeca de su mano derecha y la posé sobre mi cuello, quería sentir como él me tenía agarrada y probaba toda la esencia de mi boca.

Solté un leve gemido, al sentir como su mano se acoplaba tan bien sobre mi cuello.

Ummm. -Musité sobre los labios del chico.

Comencé a sentir como un bulto se formaba debajo de Togame, mis piernas volvieron a abrazar las caderas del chico y así lo acerqué mucho más a mi, provocando que nuestras partes, aún cubiertas de prendas, se rozasen entre si.

Eres mía. -El chico habló entre jadeos pequeños.

¿Si? -Jugueteé con mi tono de voz, mientras comenzaba a desabotonar con delicadeza la blusa de mi uniforme, exponiendo cierta parte de mi.

¿Quieres que lo deje claro? -El contrario me miraba con una sonrisa pícara, mientras dejaba expuesto su torso, acercándose a mi cuello, dejándome una mordida en él.

Nuestras respiraciones eran completamente calientes y agitadas, los jadeos, quejidos y gemidos se hacían presentes, gracias a los toques, roces o caricias que nos proporcionábamos.

Me acomodé mejor en la mesa que me encontraba subida, sintiendo como el chico agarraba con fuerza de mis muslos y me acercaba a él, se inclinó y volvió a besarme con desespero, mientras una de sus manos jugueteba sobre mi zona baja, encima de la tela.

Estás, tan caliente. -Dijo entre besos, mientras su voz se sentía más pesada.

Me gusta ahí. -Le comenté entre leves quejas al sentir como frotaba sus dedos por encima del interior, hasta sentir como la hacía a un lado, dejando al aire mis labios inferiores estando mojados.

¿Tan mojada te pongo, preciosa? -Burló de forma suave, al rozar sus dedos con mis pliegues, sintiendo el líquido lubricante, mientras lo esparcía aún más por el lugar, introduciendo con delicadeza un dedo.

Entre gemidos y suspiros, pedía más, sus besos inundaban mi cuello y pecho, sus mordidas dejaban marcas en mi cuello, mis caderas se movían con sutileza al sentir el trabajo que él hacía, mientras había comenzado a introducir dos de sus dedos, sintiendo su otra mano, dejar marcas de sus  agarres fuertes.

Ugh, Togame. -Me quejé de placer, hasta que sentí como aquel chico posaba su mano sobre mi boca, provocando que mis gemidos se ahogaran y cesen, al momento en que escuchamos como tocaban la puerta.

Jefe, hay reunión. -Una voz habló desde el otro lado.

Si, si, ya voy. -Habló con serenidad el ojiverde, aún teniéndome en esa posición, debajo de él.

Sentimos como los pasos se retiraban y el chico retomaba su postura, mientras se colocaba ciertas prendas y las acomodaba, para luego ayudar a acomodar mi ropa.

Lo siento tanto, princesa. -Suspiró, mientras sacudía mi blusa de forma delicada. -Prometo quitarte las ganas. -Sonreía con ese típico semblante tranquilo.

Mis mejillas estaban ruborizadas, mientras veía al chico, no dije nada y le robé un corto beso.

Puedes devolvérmela luego, ¿si? -Me acomodó la chaqueta de él que yo cargaba puesta.

Vamos. -Agarró de mi torso con cuidado bajándome de la mesa, mientras recogíamos el resto de comida, y nos dirigíamos a la entrada y salida del territorio.

Gracias y escríbeme. -Me despedí cálida de él y me encaminé a mi hogar.

Una vez llegué, realicé mi rutina de aseo, me acosté en mi alcochado lugar de descanso y leí los mensajes que había recibido.

"(T/N) ¡¿Dónde estás?!"
"Contesta mis mensajes"
"(T/N)"
"Si no contestas, juro que"
"Uish"

Así es, Sakura se había disgustado conmigo, luego de que no contestara.

"Preciosa, ¿estás bien? ¿dónde estás?" -Suou también había escrito.

"Bella, ¿cómo estás?"- No solo ellos, sino que Kiryuu igual.

Y por si fuera poco, Kaji, también había dejado un texto.

"Espero estés bien, compré otro dulce, ¿quieres probar?"

Leí todos los mensajes, esperando el drama, el día de mañana.

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Holi.