13
-Arcade-
"Cada vez más cerca de ti, de mi, de nosotras."
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Así es, nuevamente amaneció. -Obvio que me quejé acostada en mi cama al escuchar la alarma.
Una semana había pasado, luego de el incidente sanguíneo del mes, ya me encontraba mejor, las clases habían sido buenas, la verdad, conocí más a fondo a mi salón.
Y por supuesto, Sakura no quiso hablar aún del tema que le había comentado.
Argh. -Me removí con pereza, agarré el celular, hoy era fin de semana, aunque el patrullaje de todas formas debía realizarse.
Me levanté de la cama, hice mi rutina y me alisté.
"¡¿Cómo están?!" -Mandé un mensaje al chat grupal de amigos.
A pesar de haber tenido una mejor semana, escuché que habían tenido un pequeño inconveniente con un compañero del salón, pero decidí no entrometerme a fondo, Sakura, Suou y Nirei, lo tenían bajo control o eso pensaba yo.
Terminé de arreglarme, me dirigí a la institución, en la entrada nos agrupamos y realizamos el respectivo patrullaje.
Buenos días, ¡(T/N)! -Escuché ese saludo tan alegre de las mañanas por parte de mi amigo pecoso.
Buenos días, princesa. -Ahora Suou se había acercado.
Días. -Se limitó a decir Sakura.
Buenos días, chicos~ -Canturreé animada a mis amigos.
¿No tienen pereza? Digo, es sábado. -Estiré mis brazos y bostecé muy leve.
Claro que sí, aún tengo sueño. -Entre quejidos y bostezos se comunicó el chico de diferentes tonos.
Je je, ustedes comparten pereza. -Comentó el chico de parche.
Por cierto, Nire, ¿qué lees en tus apuntes? -Miré al rubio con su cuadernillo en las manos.
De hecho, voy anotar lo dormilona que eres. -Respondió entusiasta y entre pequeñas risas.
Sorprendentemente el patrullaje iba completamente tranquilo, hasta que me fijé que en la calle vi pasar al compañero del cuál habían tenido inconvenientes, se veía golpeado; sin embargo, decidí no ser entrometida.
El camino estaba cálido, mientras los chicos hablaban entre sí, saqué el celular del bolsillo de mi uniforme, revisé las notificaciones, fijándome en la aplicación de mensajería.
"¿Después de patrullar?" -Vi que el pelirosa había escrito, hoy saldríamos juntos al arcade que él propuso.
"Sí, nos vemos en?" -Texteé rápidamente.
"Que tal si en la entrada del instituto?" -Leí.
"Envié el sticker más al azar que encontré, afirmando su mensaje."
Continuamos recorriendo la zona, viendo nuestros alrededores.
Tengo hambre. -Dije leve, mirando a Sakura.
Estamos cerca del local de Kotoha. -Nirei me habló amable.
¿Se les antoja algo del lugar? Yo invito. -Agregué a esa corta charla.
Me es suficiente un té. -Comentó el sonriente.
Omurice, por favor. -Dijo el chico tierno.
¿Y tú? -Pregunté mirando a Sakura.
Lo que sea. -Dijo indiferente, desde que me enteré que estaban teniendo problemas con aquel chico del salón, anda muy tenso.
Vamos, vamos, ¿omurice? ¿sándwich? ¿pudín? ¿arroz a la parrilla? ¿pastel de chocolate? -Nombré alegre el menú que recordaba, mientras presionaba mi dedo índice en el cachete del bicolor simultáneamente.
Mientras seguía molestando a Sakura, nos dimos cuenta que ya habíamos llegado al local, saludamos amables y nos sentamos.
Kotoha, un té, un omurice, un sándwich y un pudín, por favor. -Le daba el pedido a la chica. -Por favor, avísame la cuenta. -Terminé de decir.
No es nada, descuida, siempre estaré pendiente a ustedes. -Me dedicó una sonrisa cálida.
¿Y eso qué? Igual debes tener gastos con los insumos. -Me quejé y dejé un poco de dinero sobre el mostrador. -Y no quiero peros. -Le sonreí y me dirigí a la mesa en que estaba el trío.
Ya con el pedido en la mesa, nos dispusimos a comer y conversar de temas completamente diversos y distantes a Boufuurin.
Hasta que se tocó el tema de cierto compañero.
¿Qué piensas hacer, Sakura? -Nirei miraba al nombrado.
Pelear, traer de vuelta a su amigo. -Le daba un mordisco a su sándwich.
¿De qué me perdí? Bueno, déjenlo ahí, no me expliquen; pero si necesitan ayuda, apoyo o relevo, no duden en decirme. -Miré el pudín que había pedido y le apuñalé una cucharada.
Cuando terminamos, agradecimos y nos dirigimos al lugar principal, a reportar nuestro patrullaje.
¿Lista? -Vi como el chico de piercings se me acercaba y sonreía.
Obvio que sí. -Le sonreí.
Chicos, debo irme, quedé con Kiryuu y recuerden; cualquier cosa, avisen o llamen, apareceré enseguida. -Les hablé seria.
El ojiverde y yo, nos encaminamos al lugar que él había dicho desde el comienzo, apenas entré se escuchaba todo tipo de sonido por parte de los videojuegos, las luces brillantes y parpadeantes se hacen presentes, mis ojos brillaban ante aquello.
Mira, ¿podemos? -Jalé muy leve de su uniforme, mientras le señalaba una máquina de baile.
Pero no llores si gano. -Contestó el chico sonriente.
¿Ah, si? -Acepté el reto de él.
Ambos nos dirigimos a la máquina de videojuegos de baile, no sin antes haber realizado el pago de nuestra estancia en el lugar.
¿Con qué canción te gustaría que te humille? -El chico y yo nos estábamos decidiendo de ritmo.
Ummm, veamos. -Coloqué mi dedo índice sobre mis labios en forma de pausa y mi vista sobre la pantalla.
Aquel chico esperó la respuesta de la chica, mientras se distraía en sus labios, su nariz, su cabello adornar su cara y hombros, sus pestañas, ella se veía tan linda distraída, presentaba delicadeza ante todos.
¿Te parece esa? -Señalé la pantalla, mostrando la canción "Peek a boo- Red Velvet".
Él se ubicó en la canción de la playlist otorgada por el juego, dejando escuchar un poco la melodía.
Me parece bien. -Sin más preámbulos la escogió y nos colocamos juntos sobre la mini plataforma que otorgaba la máquina, mientras agarrábamos los controles del juego.
El sonido de la canción se hizo presente y comenzamos a deslumbrar nuestros movimientos, intentábamos sincronizarnos con los pasos que aparecían en la pantalla.
Vas a perder. -Me daba muy leves empujones mi acompañante.
¡Eso es trampa! -Le devolví el empujón, mientras bailábamos.
La tarde estaba siendo completamente divertida, estábamos sumergidos entre risas y juegos, conseguíamos tickets y aprendía una que otra maña mostrada por el chico pelirosa, para obtener más puntos y por lo consiguiente, mucho más tickets de cambio.
Vayamos allá. -Iba agarrada del brazo de Kiryuu, parecíamos una pareja de adolescentes.
Nos dirigimos a una cabina, se trataba del famoso juego de la garra, pero contenía unos peluches maravillosos, quería uno, sin duda alguna.
¿Sabes sacar? -Me preguntó suave el ojiverde.
La verdad que no. -Respondí apenada.
El chico dijo que le dejase todo en sus manos.
Voy al baño. -Le hablé como si de una niña pequeña se tratase.
Me encaminé entre los pasillos del lugar lleno de juegos, encontrando finalmente el baño.
¡Déjame en paz! P-po-por favor. -Escuché aquello en el pequeño pasillo que dividía los baños de ambos géneros.
Girando mi vista, vi como un hombre alto, se veía mal, a decir verdad, tenía agarrada de la muñeca a una chica; ella era tan linda y su voz a pesar de mostrar temor era dulce.
¡Ya cállate, vendrás conmigo! -El contrario le gritaba amenazante.
¡Oye! Idiota, dijo que la dejes en paz. -Lo miré seria y desinteresada.
Vaya, otra chica, creo que será buena la paga. -Me miró levemente cansado.
¿No la vas a soltar? -Señalé su agarre sobre la muñeca de la chica.
Comenzó a gritar y decir idioteces, ya harta, me dirigí al él y le proporcioné un fuerte puño en su zona estomacal, haciendo que su aire se escapara, agarrando a la chica y sacándola de ahí.
Ten mucho más cuidado, por favor. -Le sonreí amable a la chica, mientras que ella agradecía y se despedía apurada, corría a la salida y se esfumó a mi vista.
Regresé donde Kiryuu, no había podido ir al baño tranquila.
Tardaste, pero mira. -Me alzó dos peluches a juego, se trataban de dos osos afelpados, muy lindos; agarré el que presentaba un ligero rubor en el pelaje sintético.
1. Están bien preciosos, me encantan. -Sonreí con el oso en mis manos. -2. Un hombre estaba molestando a una chica, no pude ir al baño. -Dejé escapar un suspiro pesada.
Lamento oír eso, pero hiciste bien. -Animó el chico. -¿Te parece si vamos a casa? -Preguntó al ver la hora.
Sí, vamos. -Le respondí con un muy pequeño bostezo.
Pero antes. -Vi como se acercaba a mi y posaba, tomándonos así una foto a ambos junto a los peluches.
Una vez finalizada esa salida, nos dirigimos al hogar del pelirosa.
¿Puedo usar el baño? -Le pregunté con suavidad.
Obvio, vamos. -Me guió al baño.
Una vez ahí, me despojé de mis ropas y me di una ducha un tanto rápida, ya me sentía algo sucia.
Escuché la puerta del baño sonar.
¿Quieres comer algo? -El chico de cabellos rosados me preguntó detrás de la puerta.
Por favor, tengo hambre. -Reí leve.
Mientras me colocaba el uniforme, sentí la puerta abrirse de golpe, exponiéndome muy poco, dejando ver mi obvia vergüenza, comenzando a cubrir con mis manos y brazos mi torso.
Por Dios, ¿qué pasa? -Vi que el causante fue el que antes me había interrogado.
No te había escuchado, además, hay algo que se me antoja desde que te vi, llamaste mi atención con esa actitud. -Cerró la puerta del baño.
Oh, y-yo, ¿en-enserio? -Tartamudeé nerviosa al ver como se acercaba de forma peligrosa el chico.
Por favor, déjame probarte. -Dijo suave, mientras posaba su mano sobre mi mentón y hacía que lo mirase, acercando su rostro al mío, dejando caer sus labios sobre los míos.
Estaba tensa, pero su tranquilidad se transmitía, sus labios eran suaves y ligeramente húmedos, sentí como el beso se iba intensificando, sabía que en cualquier momento su lengua pediría permiso para jugar con la mía.
Vaya que no me equivoqué, su lengua ya se encontraba en mi boca, al seguir su ritmo, sentí un bulto pequeño y duro, no sabía que tenía un piercing en su lengua.
El ambiente iba cambiando y calentándose, aquel chico comenzó a no solo dejar besos en mi boca, sino que ahora sobre mi cuello, hombros, clavículas y bajaba sobre mi pecho y abdomen, para situarse de rodillas ante mi.
Mis quejidos estaban presentes en el pequeño cuarto de baño, sus toques eran realmente suaves y delicados, su aroma era tan agradable y no me quejaría de sus besos.
Sentí como posó sus manos sobre mi cintura y las bajaba con cuidado a mis muslos, alzando la tela de mi falda, dejando descubierta mi ropa interior.
Abre las piernas para mí, bella, por favor. -Habló con un tono diferente al que era de costumbre.
Mi cabeza no pensaba completamente con claridad, solo deseaba sentir más de esos besos proporcionados por él, así que sin rodeos abrí despacio mis piernas, exponiendo mejor mi entrepierna.
Qué buena chica eres. -Canturreó al ver en la posición que estábamos.
Eres linda y tu actitud me atrae tanto. -Habló sin titubear, mientras dejaba más besos en el interior de mis muslos.
Mis gemidos comenzaban a hacerse pesados, necesitaba sentir más.
Por favor, házlo. -Dije entre muy leves jadeos.
¿Tanto lo quieres? -El chico jugueteaba con la necesidad que me había provocado.
Dejó un pequeño beso corto sobre la tela que cubría mi zona, para así hacerla a un lado y colocar sus dedos sobre mis labios inferiores, comenzando a mojar los alrededores; mis piernas daban pequeños espasmos al sentir esos toques agradables a mi zona.
No creí mojarte tanto. -Jugueteó con sus dedos en mi interior, para luego sacarlos y llevarlos a su boca. -Además, tu sabor es delicioso. -Comentó.
Quién diría que este chico puede ser así.
Sujetó mis piernas y las separó un poco más, para acomodarse y posar su lengua sobre mi parte caliente, su saliva se mezclaba con mis fluidos, dejándome cada vez más y más mojada, el tacto de su lengua y piercing en mi zona provocaban tanto placer, que mis piernas amenazaban con cerrarse.
Ki-kiryu, sigue. -Coloqué mi mano sobre la cabellera del chico y agarré suave de él.
La sensibilidad que tenía debajo de mi, hacia que sienta mucho mejor la textura de su lengua húmeda y caliente, mis piernas comenzaban a temblar de forma ligera, mi cabeza se encontraba inclinada hacia atrás, el placer que estaba sintiendo gracias a este chico era maravilloso.
Si sigues... -Gemí y tragué seco. -Voy a, a terminar en uhmm~ -Gemí por el trabajo del pelirosa, dejando que mi líquido acabase en la boca de él.
Yo, lo lamento tanto. -Agarré papel y limpié los bordes de la boca del chico.
Descuida, puedes limpiarte o lavarte. -El chico habló tras al haber tragado aquel final de mi, mientras se levantaba del lugar satisfecho y lavaba sus manos.
Tal y como dijo, volví a asear mi zona, quedando mejor, salí del baño y me dirigí a la sala, encontrándome con el que antes me había complacido.
Sabes bien, bella. -Volvió a comentar mientras revisaba su celular.
No dije nada al respecto y saqué mi celular, al instante vibró dejando ver un mensaje de emergencia por parte de Nirei.
Kiryuu, hay una emergencia. -Le mostré la foto que el chico me había mandado, creo que estaban en una pelea con otra pandilla.
Pide refuerzos a Kaji y vamos. -Dijo alterado y nos encaminamos a la ubicación que le había pedido a mi amigo.
En el camino, llamé a Kaji, le mandé la ubicación y esperé a llegar lo antes posible.
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Holi, espero les guste mucho, y si no es así, me disculpo.
Quería decirles que a partir de aquí, la historia ya será algo diferente con respecto al manga.
Y les agradezco muchísimo por el apoyo que le están mostrando a esta historia jiji, también espero que alguna vez podamos interactuar (Me gustaría mucho).
Besos y abrazos*♡
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