Yoongi's POV

— Todos, hagan un circulo. — Llamé la atención de mis ayudantes. — Necesito que cada uno de ustedes me diga cuál es su tarea en esta misión. 

— ¿Cuánto nos pagarás por esto?

— Con mi amistad es suficiente. — Me apresuré a hablar antes de que alguno pudiera quejarse. Al hacer las preguntas, decidí empezar desde quien me parecía más imbécil. — Minjun, ¿qué tienes que hacer?

— Tomar el control del micrófono y fingir que soy el director. 

— ¿Taehyung y Jimin?

— Distraer a Lee Ari para que no salga del salón hasta que Jungkook nos dé la señal.

— ¿Minji? 

— Alejar al director de su oficina para que no pueda descubrir a Minjun. 

— ¿Y tú, Jungkook?

— Esperar a que lleguen al gimnasio para luego dejarlos encerrados. 

Asentí orgulloso ante la capacidad mental de mis amigos, asombrado, ya que normalmente tienden a tener memoria a corto plazo, así como Dori.

Exceptuando a Jungkook, él es tan rencoroso que su corazón no permite que su cerebro deseche información, por más insignificante que sea. 

Y Minji, porque ella deja de querer, pero no olvida. Así como dice la canción que mi mamá escucha los domingos a la hora de hacer el aseo.

— Siendo así... ¡Pollos teiboleros, cada quien a su tubo!

Unos minutos más tarde...

— ¡Gallina madre, gallina madre! — Susurré presionando el botón del aparado. — ¿Me escuchas?

— Fuerte y claro, Min Yoongi. — Rodé mis ojos al escuchar que Minji no me llamó por el nombre clave acordado. — ¿Por qué tenemos que usar walkie-talkies? 

— Porque usar teléfonos le quitaría la emoción al momento, hermana. — Jimin se unió a la conversación, obviando su respuesta. — ¡la golondrina intenta abandonar el nido!

— ¡No dejen que mi pajarita vuele lejos de mí! 

Dios, dime que no dije eso. 

Corto la conexión cuando los chicos empiezan a burlarse de mí, incluso escuché las carcajadas de los que parecían estar fuera de la llamada. 

— Si te atreves a burlarte, le diré a los chicos que tú le dices bebito fiu fiu a Jungkook. — Advertí a Minjun, quien era el único a mi lado. Este simplemente se encogió de hombros, para luego reprimir una sonrisa que de la que no pude evitar contagiarme. — ¡Habla de una maldita vez! Los nervios me están comiendo vivo. — Acató mi orden de inmediato y se acercó al micrófono.

''Señorita Lee Ari de Onceavo Uno, solicitamos su presencia en la oficina del director en este preciso momento. Usted se encuentra en grandes problemas''.

— Por Hades, ¿por qué dijiste eso? — Regañé en un susurro, procurando que mi voz no llegara al micrófono. — ¡Se preocupará al pensar que hizo algo malo!

— No me diste ideas, ¿qué más querías que dijera? 

— ¡Rápido, di otra cosa! 

''Si no se presenta en este momento, nos veremos en la obligación de expulsarla de la escuela''.

— ¡No me reclames! ¡Sabes que no soy bueno trabajando bajo presión! — Exclamó antes de que pudiera regañarlo. — ¡Corre, yo le diré a los chicos que la encaminen hacia el gimnasio!

Sin dejar pasar un segundo más, corrí hasta la salida de la oficina, no sin antes mandarle un beso volador a Minjun a la vez que colocaba mi dedo medio sobre mis labios. Aunque fuera un dolor de cabeza la mayor parte del tiempo, debía admitir que siempre estaba a mi lado, dispuesto a ayudarme en cualquier tontería que se me ocurriese. 

Me apresuré a entrar al gimnasio antes de que los chicos llegaran, intenté esconderme donde siempre lo había hecho, a pesar de saber que ya no pasaba desapercibido. Mis nervios aumentaron cuando unas voces se hicieron presentes en el lugar.

— No puedo detenerme a escuchar sus bromas, ya oyeron lo que dijo el director. 

— ¡Vamos, Ari! ¡Tienes que ayudarnos! — Rogó Taehyung a la vez que Jimin se aferraba a la pierna de mi amada, en ese momento apreté el puño de la rabia a causa de la cercanía. — Tú eres más valiente que nosotros. 

— ¡Te juro que nos da miedo la oscuridad! — Secundó Jimin para luego juntar sus manos, tal y como si se encontrase dispuesto a rezar. — Solo tienes que encender las luces del gimnasio y luego podrás retirarte. 

— ¡Por favor!

En ese momento los vi pasar por la entrada, Jimin le indicó a Ari que se encaminara hasta el interrumpir, a la vez que Tae llamaba a Jungkook para que cerrara la puerta. Los chicos huyeron antes de que Ari pudiera preguntarles qué les ocurría, solté una ligera risa al ver a Jungkook formular la palabra ''suerte'' con sus labios desde el otro lado de la ventana.

— Supongo que su fobia hacia la oscuridad algo verdadero...

— De hecho, no lo es. — Me atreví a hablar, provocando así que ella diera un pequeño salto a causa del susto inesperado. — Lo que sí es cierto, es que llevo mucho tiempo preparándome para lo que voy a decirte. Para ser sincero, debo confesar que mis piernas están temblando, así que primero recitaré una canción que empecé a escribir desde el primer momento en el que te vi parada aquí, justo en el centro de la cancha, mientras yo moría internamente por saber quién era esa hermosa chica de largos cabellos. 

Sin esperar respuesta alguna, cerré mis ojos y empecé a cantar tal y como lo había ensayado.

Si solamente tuviera un día...

Quiero tranquilamente quedarme dormido, intoxicado por tu dulce aroma
Si tuviera una oportunidad en mi ocupado horario
Me gustaría sumergirme en tus cálidos y profundos ojos
Me gusta eso, tu largo, lacio cabello
Cuando lo atas y algunos mechones adornan tu hermoso cuello.

Donde sea que vamos, mi bolso es tu cintura
Cariño, cada vez que te veo me quedo sin aliento
Como las calles de Myungdong, nuestra banda sonora es el sonido de nuestra respiración.

Tu voz cuando dices mi nombre.

Quiero hundirme con esa voz y nadar dentro de ti, quiero saber más de ti. 

Soy un aventurero que explora un bosque desconocido llamado tú.

Aprecio la obra maestra que eres tú, porque tu sola existencia es un arte.

Me imagino esto todas las noches y todos los días porque de todas maneras solo eres un sueño imposible para mí.

Si tan solo un día, pudiera estar contigo
Si tan solo un día, pudiera sostener tu mano
Si tan solo un día, pudiera estar contigo
Si solamente tuviera un día...

— Me arrepiento de no haber confesado mis sentimientos hacia ti desde el primer instante en el que vi entrar a este lugar. A primera vista, lanzaste una flecha directo a mi corazón, la cual llevaba tu nombre grabada consigo y ahora forma parte de mí. De hecho, creo que nunca podré lograr que la punta se desprenda de mi pecho, de igual manera no tengo intención alguna de hacerlo. — Me acercaba a ella a medida que mis palabras cruzaban mis labios. Me fue inevitable sonreír y agachar mi cabeza cuando noté que copiaba mi acción. — Nunca pensé que el amor podría doler. Siempre creí que, si empezaba a doler, era porque el amor había desaparecido por completo. — En ese momento recuperé el valor y levanté mi mirada, provocando así que nuestros ojos se encontraran. — Pero ese concepto cambió en el momento en el que descubrí que me había enamorado de ti. Amarte duele, Lee Ari. — Estuvo a punto de quejarse, conocía muy bien sus gestos. Por lo que me apresuré a continuar con mi intento de declaración. — Me declaro culpable de mis actos, fui incapaz de demostrarte la dulzura de mi corazón y todo el cariño que puedo darte. 

— Yo también tengo la culpa, pensé que tu única intención era jugar con mis sentimientos.

— ¿Conoces el significado de Ramé? — La interrumpí de inmediato. Su cercanía me volvía loco y necesitaba terminar con mi declaración lo antes posible. — Algo que es caótico y hermoso al mismo tiempo. — La curiosidad plasmada en su rostro me animó a continuar. — Significa que algo es hermoso y tormentoso en un solo momento; que a pesar de ser caótico, logra cautivarte por completo. Por eso decidí llamarte de esa manera. Desde que te conocí, mi vida ha dado giro en una dirección que juré que nunca tomaría. Jamás había estado enamorado, por lo que fue algo nuevo para mí el hecho de que con tal solo pensar en mí causas estragos en el interior de mi pecho. — Solté en un suspiro todo el aire que había retenido, sujeté mis manos entre las mías y las coloqué sobre el lado derecho de mi pecho, demostrándole así que mis palabras tenían validez. — Tu sola presencia me hace feliz; tu amistad me hace bien. Pese a ello, mi corazón anhela mucho más que eso, amarte se ha vuelto una prioridad y que estés a mi lado, una necesidad. Realmente agradezco el hecho de que te hayas equivocado de número. 

— ¡No me equivoqué! — No dudó en protestar al notar que nuevamente había sido presa de mis burlas. — Simplemente me lo dieron mal.

Saqué mi teléfono del bolsillo de mi pantalón deportivo, rápidamente marqué su número de contacto y rogué desde mi interior para que haya traído su celular consigo. Solté un suspiro de alegría cuando una melodía se hizo presente en el bolsillo de su abrigo. Ari me observó desconcertada cuando notó que yo era el emisor de dicha llamada, por mi lado, llevé mi dispositivo hasta mi oreja y se le indiqué con la mano que copiara mi acción. 

— Pero gracias a eso pude acércame a ti. — Respondí cuando finalmente aceptó mi llamada. — La primera que intercambiamos palabras fue a través de un teléfono, ¿no? En dicha ocasión se trató de un mensaje, esta vez quise cambiar las cosas y subir un poco de nivel. — Ella rodó los ojos divertida a causa de mi pésimo intento de broma. — Espero que las palabras anteriormente dichas aún permanezcan en tu mente... Lee Ari, ¿me harías el honor de permitirme ser tu novio?

 — Solo si prometes que permanecerás en mi corazón para siempre. 

— Lo prometo. 

— Entonces hagamos de esto un hermoso y caótico amor.