Yoongi's POV

Todavía no puedo creerlo, mi mente es incapaz de procesarlo. 

''Min Yoongi, te concedo el honor de tener una cita conmigo''.

A pesar de ser consciente de que se trataría de una cita falsa como parte del plan de reconquista, acepté sin poner objeción alguna. Aunque se tratase de una mentira, mi corazón lo veía como un verdadero privilegio. 

Y ahora me encuentro aquí, al punto de casi correr bajo la única intención de no llegar tarde y ser reprendido por Ari, con quién he quedado de encontrarme en un sitio concurrido en el que Minjun y Jungkook puedan identificarnos con facilidad y seguirnos el paso desde una considerada distancia.

Camino con rapidez a través de las calles que me llevarán a nuestro punto de encuentro elegido, por mi mente se cruzó la idea de pasar por Ari en auto, pero esta misma fue desechada al recordar que ella dijo que quería todo fuera una sorpresa para mí, por lo que no me quedó de otra más que reservar mis ganas de lucir como un chico genial ante sus ojos para otra ocasión.

Suelto un ligero suspiro cuando distingo su figura paseándose con tranquilidad por la vereda que hace unos segundos atrás crucé con rapidez. Viste un overol azul claro un poco desgastado, el cual combina al llevar una camisa manga larga de rayas con patrones anaranjado, amarillo y rojo debajo del mismo. 

Mi sonrisa se ladea un poco al notar que ha trenzado algunos mechones aleatorios de su cabello, mientras que unos pequeños broches en forma de flores adornar su cabeza como si se tratase de una corona primaveral. Sin duda, una vista perfecta para mi ojos, corazón y alma. 

— Te ves bien hoy. — Intento elogiar. — Al parecer te sirvió darte un baño. 

Ella ignora mis palabras y termina de dar los últimos pasos que nos separaban.

— Llegaste temprano. — Felicita con una sonrisa al estar frente a mí.

— Mi deber es complacer a mi cita, ¿no?

Por nada del mundo puedo confesarle que acabo de llegar, prefiero quedarme vestido con mi reciente fachada del chico correcto.

— Creí que una vez más me harías esperar una eternidad. 

— Perdería mi caballerosidad si dejo a la espera a una dama tan bella.

— Si sigues comportante de esta manera recibirás un besito de mi parte. 

— Estaré encantado de recibirlo. — Respondo boquiabierto sin poder creerlo. — Espero que tu labial no se corra demasiado.

Me acerco lentamente a su rostro mientras estiro mis labios en su dirección, pero decido alejarme al ver la expresión de susto y desconcierto impregnada en su rostro.

— Me refería al malvavisco...

— Claro, el malvavisco; lo entendí por completo. ¿Realmente creíste que te besaría? — Respondo a un paso de convertirme en avestruz y enterrar mi cabeza bajo el suelo. — ¿Te parece bien si nos vamos en este momento? 

— Me parece correcto. — Contesta de inmediato mientras reprime una risa, a la vez que yo ruego desde mi interior para que se olvide de mi fallida acción. — No preguntes a dónde te llevaré. 

— No tenía planeado hacerlo. 

— No finjas desinterés. — Me reprende con el ceño fruncido. — Podría apostarlo todo a que te encantará el lugar al que iremos, lo amarás tanto que incluso me pedirás una tercera cita.

— Podría pedirte una cuarta, quinta e incluso una milésima si tú así lo deseas.

Sin más, entrelaza nuestras manos y empieza a guiar el camino hacia que nos llevará a nuestro camino, no sin antes asegurarnos de que la pareja en disputa se haya dado cuenta de nuestro repentino movimiento.