Prólogo + Pequeñas aclaraciones
Descubrí que era una chica trans desde los primeros días de mi niñez. Mi disforia ha existido desde que mi cerebro dejó de desarrollarse en el vientre de mi madre e incluso antes. Yo, al igual que todos los trans, nací así. No podría estar más orgullosa de lo que soy, lo que siento y lo que represento. Pasé por mucho para sentirme mínimamente cómoda con mi cuerpo, tengo derecho a estar feliz ahora que entiendo el porqué y el hecho de que puedo vestirme como me gusta hasta tener edad suficiente para el tratamiento hormonal.
Por supuesto, que yo esté orgullosa y feliz de mi existencia no quiere decir que el mundo también lo esté. La primaria fue un infierno, los insultos por mi notable feminidad nunca faltaban, desde maricón hasta put* y otras tantas frases que no quiero volver a escuchar en mi vida se me fueron lanzadas a discreción durante toda la secundaria, mas ahora que entraré a una nueva preparatoria en una nueva ciudad tengo la leve esperanza de poder mostrar quién soy realmente sin miedo alguno. ¿No es eso lo que todos queremos? ¿Poder ser nosotros sin ningún tipo de represalia o discriminación por ello?
—¡Joy, baja rápido o no llegarás a tiempo! -La voz de mi padre resonó por toda la casa, ocasionando una ligera vibración en mis oídos-.
"Joy". Me pregunto si las personas cisgénero sentirán el mismo cosquilleo de felicidad cada vez que alguien les habla por su nombre, por su verdadero y único nombre. Una sonrisa se hizo presente en mi rostro al escuchar aquél nombre, MÍ nombre. Por 3 segundos simplemente respiré profundo con aquella hermosa palabra en mi mente... Después tomé presurosa mi mochila cuidadosamente preparada el día anterior, la colgué a mi espalda dando un pequeño salto y después de acomodarme un poco la falda me encaminé hacia la puerta de salida con ligera emoción.
Mientras me encaminaba a la salida de mi hogar, mi refugio, traté de acomodar también mi pequeño broche para el cabello. El broche fue un regalo de la última gran amistad que tuve en mi última escuela secundaria, un hermoso conejito finamente coloreado con los mismos colores que la igual de hermosa bandera trans. Lo llevaba conmigo todos los días, ya sea reluciendo en mi cabello o bien en mi bolso para darme seguridad al salir... Se podría considerar como mi pequeño amuleto de la suerte.
—¡Adiós papá, te veo después!... ¡Deséame suerte!
Dije lo último sabiendo que la iba a necesitar.
Los últimos meses de vacaciones practiqué sin parar una sola vez con mi voz hasta que, por el momento y sin más tratamiento, he conseguido que suene lo suficientemente femenina como para tener un cis pass* . Me gusta tanto mi voz actual que no dejo de cantar con tal de escucharla sin parar. Me pregunto si habrá una banda o coro al que me pueda unir en ese nuevo lugar.
*Cis pass: Término usado principalmente en la comunidad trans y no binaria, un ejemplo claro es nuestra propia joy: Es tan "femenina" y con un tono de voz socialmente asociado al género femenino que posiblemente si no le estudian muy a fondo le tratarán de "ella" sin necesidad de aclarar que es una chica trans debido a que parece cis (persona no- trans/nb)
Antes de que me diera cuenta ya estaba fuera de mi casa, caminando por la calle mientras soltaba algunos saltos producto de mi creciente ansiedad y emoción por las nuevas aventuras que me esperaban. Tal vez consiga nuevos y verdaderos amigos, tal vez por fin encuentre un grupo donde me sienta aceptada, tal vez incluso... Un novio.
Un hormigueo sacudió mi cuerpo ante el pensamiento. Ya he tenido pareja antes, una linda chica que conocí por internet no pude llegar muy lejos en la relación antes de terminar por la distancia. Las mujeres suelen estar más abiertas a mantener una relación con una persona trans, especialmente las bisexuales como yo; aunque siempre hay un grupo del cual es mejor mantenerse alejado si eres parte de la "T" . Nunca he tenido un novio, no porque no quiera, es porque comúnmente son ellos los menos dispuestos a estar con una chica trans... Sería lindo poder conseguir un novio por primera vez.
Me perdí en mis pensamientos nuevamente. Las miles de imágenes y fantasías románticas dignas de una niña de 13 años enamorada por primera vez inundaban tanto mi mente que no me di cuenta de cuándo o cómo terminé frente a mi nueva escuela.
Ahí, frente a frente, se encontraba el imponente edificio que a partir de ahora podría ser bien mi bendición o mi maldición. Solté un suspiro para calmarme. Suceda lo que suceda en este primer día, estoy segura de que hay muchos lugares en los cuáles esconderse por si algo llega a fallar.
Observé a mi alrededor. Había muchos alumnos tratando de verificar sus puestos en las listas de ingreso, otros que al ya haber estado ahí años anteriores simplemente pasaban por la puerta sin problemas, y otros que se veían tan perdidos como yo. Pronto noté que a unos metros de distancia se encontraba una mesa blanca alargada llena de papeles siendo manejada presumiblemente por dos maestros.
Me acerqué algo temerosa, es imposible no sentirte aunque sea un poco ansiosa en éste tipo de eventos. En cuanto estuve cerca de la mesa decidí hablar por primera vez desde mi llegada a ese lugar buscando algún tipo de consejo o ayuda.
—Hola, umm... ¿Podrían ayudarme? Es mi primera vez aquí, y realmente no tengo idea de qué hacer jeje -Solté una risa suave y nerviosa, tratando con todas mis fuerzas de no salir corriendo por pena o miedo-
—¡Por supuesto bella dama! Solo necesitamos que nos diga su nombre, su apellido y edad si es tan amable. -Mencionó para después regalarme una linda, segura y amable sonrisa-.
El maestro que me respondió era un hombre joven, no debía pasar de los 29 años y éste probablemente era su primer trabajo en el campo; tenía unos bellos ojos marrones y cabello casi negro, definitivamente en el pico de su juventud. Su compañero por otro lado tenía un aura más vieja y experimentada, su calva le hacía ver de al menos 50 años, su barriga ligeramente redondeada y su mirada severa me hicieron sentir intimidada; estaba segura de que era el tipo de maestro que no hace muchos amigos entre los estudiantes.
—Mi nombre es Joy, Joy Animatoy de 17 años.
Decir aquellos datos sobre mí me hicieron sentir un poco más segura, pensar en mi nombre real siempre ayuda. Joy. ¡Joy! ¡Mi nombre es Joy!. Mi corazón latía de emoción cada vez que pensaba en mi nombre nuevamente. Joy, ¡Joy! ¡JOY!
—¿Joy?... Lo siento, pero no tenemos a nadie registrado con ese nombre.
La voz dura y rasposa del segundo maestro me sacó abruptamente de mis pensamientos. Su voz me recordaba a la de un dragón malhumorado o bien de un anciano fornido enojado con la vida.
—Pero, ese es mi nombre, debería de estar ahí...
La seguridad que había ganado poco a poco se convirtió nuevamente en miedo. Nunca aprendí bien cómo sobrellevar este tipo de momentos, lo que me genera una cantidad considerable de estrés. Él, por otro lado, parecía tan serio como una roca.
—Tal vez si nos dieras tu nombre real te podríamos ayudar... -El maestro más grande en edad miró sus papeles, buscando algo con la mirada. Cuando lo encontró, hizo una mueca de disgusto.- Señor ♦♣$_↑◘...
No pude decir nada. Me paralicé.
No. No. No no no ¡NO! ¿Cómo conocía ese nombre? ¿Cómo supo que ese era mi yo del pasado? Mis ojos se abrieron de sorpresa y miedo, mi corazón se aceleró sobremanera, me sentía a punto de desmayar. Su mirada volvió a mí. Noté cómo en ella estaban mezclados los sentimientos de asco, disgusto y satisfacción de verme tan asustada a la vez. El otro maestro se veía tan sorprendido como yo, sin entender muy bien lo que sucedía.
—Sabes que sentirte algo que no eres es signo de un trastorno mental, ¿No?
Su mirada no cambió. Me estaba retando con ella. Mientras tanto yo solo podía tratar de calmar mi corazón para pensar en alguna respuesta adecuada ante todo lo que estaba pasando. No puede ser verdad, es decir, es demasiado surreal ¿Cómo...?
—Puedes engañar a alguien de lejos, pero de cerca podemos notar tu masculina manzana de Adán. -La repentina respuesta de aquél hombre me sorprendió aún más de lo que me gustaría admitir.- Me das asco. -Escupió las palabras de manera casi literal, el odio cargado en ellas era demasiado-.
No supe qué decir. Simplemente estaba paralizada. Nos miramos a los ojos, yo sin saber qué hacer y él retándome a hacer algo hasta que sentí algo húmedo y cálido por mi mejilla... Una lágrima. Parece que de manera inconsciente y debido a todo lo vivido no solo ésta vez, sino toda mi vida, había comenzado a llorar.
Vi cómo al caer la primera lágrima su mirada se relajaba solo para dar lugar a una sonrisa burlona. Creo que consiguió lo que quería.
—Parece que el señor ♦♣$_↑◘ olvidó el pequeño detalle de que al entrar acá se pidieron sus documentos oficiales, documentos qué, por cierto, no concuerdan con tu trastorno. -Se inclinó sobre su asiento, quedando más cerca de mí para mirarme a los ojos con desprecio.- Tal vez en voz hayas cambiado tu nombre, pero en los documentos, en la biología, tú sigues siendo ♦♣$_↑◘. Aquí, en el mundo real lejos de tus desvaríos, eres y seguirás siendo ♦♣$_↑◘.
Apenas terminó de hablar, se reclinó nuevamente en su asiento soltando un suspiro pesado. Se escuchaba como si tuviera problemas de algún tipo para respirar.
—Ya vete. Espero que sea el último día en que te vea disfrazado de esa manera. -Me miró de arriba a abajo con asco, deteniéndose ocasionalmente en aquellas zonas que debido mi falta de tratamiento hormonal seguían siendo masculinas ante la sociedad (aunque no demasiado, mi cuerpo es naturalmente casi andrógino), tales como mis hombros, mi quijada y mi manzana de Adán. - Aunque la mona se vista de seda... Aquí están tus clases y horarios, no lo pierdas. -Me extendió un pequeño trozo de papel con instrucciones, horarios y nombres de materias impresos en él-.
Sin saber qué más hacer o decir acepté derrotada y humillada el papel, además apreté con fuerza una de las cargaderas de mi mochila, incapaz de responder de alguna manera. Miré rápidamente al maestro más joven que solamente atinó a susurrar un "Lo siento..." con sus labios. Sus ojos también reflejaban vergüenza, pero no por mí, sino por él mismo y su incapacidad de detener a su compañero o tan siquiera decir algo para ayudarme.
Está bien. Yo misma me mantengo callada la mayoría de las veces. No puedo culparle directamente, pero a veces de verdad necesito que alguien me defienda por poco que sea. Solo una vez sería suficiente para hacerme feliz la semana... No, el año entero. Solo una vez, es lo único que pido.
Apreté aún más fuerte la cargadera contra mi cuerpo al mismo tiempo que me encorvaba de vergüenza y miedo por lo que había pasado traté de caminar lejos de ese lugar, buscar el salón de mi primera clase asignada y rezar a un dios que tal vez me odia para no volver a ver a es maestro nunca más.
Malditos documentos de identidad... En cuanto pueda eliminaré esa horrible palabra de todos ellos y la cambiaré por mi verdadero nombre. Lo que está escrito en ellos actualmente no es mi nombre, es mi maldición. Lo que está en todos esos documentos viejos no son yo.
Miré el papel donde estaban anotados mis horarios. En la esquina superior izquierda esa misma palabra que tanto me atormentaba estaba escrita con bolígrafo negro, posiblemente marcando que esa hoja, se supone, es mía. Solté un largo suspiro al verlo... Lo arreglaré después.
Mi primera clase era Literatura y Lengua. Está bien, no hay problema, el uso de las palabras suele ser uno de mis mayores atributos. Por detrás del papel había un pequeño mapa que me sirvió para guiarme por aquella escuela que más bien parecía un laberinto, vuelta aquí, vuelta allá, seguir recto, otra vuelta... ¿Por qué los pasillos son tan confusos?
A pesar de la gran travesía que estaba siendo el encontrar mi destino, más temprano que tarde pude verlo. Ahí, por fin, después de haber pasado por un momento tan humillante en la entrada del complejo estaba lo que podría ser mi esperanza para un mejor inicio.
Abrí la puerta con cuidado, pero aún así un rechinido de vejez y oxido salió desde lo engranes de la puerta. Miré al interior notando que varias personas ya se estaban acomodando o presentando, sin embargo, pararon en cuanto me vieron entrar; esperaba algo malo, posiblemente un momento incómodo o algo vergonzoso, pero fue mucho mejor de lo que pude imaginar. Todos me dedicaron una sonrisa al verme, algunos incluso me saludaron en voz alta con un simple "hola", pero eso fue suficiente para hacerme sentir segura.
Entré al salón ahora más confiada y escogí un asiento al medio de todo. Usualmente seleccionaba los más alejados al fondo, pero creí que esta siendo una nueva oportunidad debía entonces tener nuevos hábitos también.
Antes de tan siquiera dejar mi mochila en el suelo ya alguien se estaba acercando para poder saludarme con emoción.
—¡Hola! ¿Qué tal? ¿Cómo te llamas? ¿Es tu primer año aquí? ¡Yo soy Bon, un placer!
El chico que se acercó a hablarme parecía amigable; tenía un lindo cabello de color turquesa y una mirada que inspiraba confianza de inmediato, su sonrisa me recordaba a un conejito (por alguna razón que aún no comprendo) además de que el aura que emanaba era de bondad pura.
—¡Hola, soy Joy! Y sí, es mi primer año aquí. ¿Qué hay de ti?
Sin quererlo comencé a confiar inmediatamente en esta nueva persona, no pude evitarlo, el simplemente se sentía como alguien de confianza. Se notaba seguro de sí mismo, el tipo de persona que disfrutaba de ayudar a los demás... Me agradan ese tipo de personas.
—¿Yo? Bueno, también es mi primer año por aquí. ¿No es interesante? ¡Vamos a comenzar un bloque completamente nuevo en nuestras vidas! Podemos iniciar de 0 ahora, ¿No te parece eso increíble?
—Jaja, sí, así es -Dejé salir una pequeña risa, su personalidad y la manera en que hablaba realmente me hacían sentir feliz-.
Le sonreí con comodidad. Bon se escuchaba demasiado animado para un primer día de escuela en un lugar nuevo para nosotros dos, es como si su naturaleza fuera ser enérgico o simplemente muy nervioso y tratara de ocultarlo de alguna manera.
Bon siguió hablándome y haciendo preguntas de respuesta corta, yo solo respondía con "si" o "no" antes de que él pronto comenzara un nuevo tema de conversación o bien continuara con su frase/historia anterior. De verdad se notaba animado, y en el fondo pude notar que a él también le agradaba mi (poco activa) presencia.
—¡...Y por eso pienso que todos los fans de Warhammer 40k son en realidad homosexuales o bisexuales encubiertos! -terminó con las manos ligeramente extendidas hacia mí, como si esperara una crítica honesta a su más reciente teoría-.
Le sonreí. Debo admitir que no entendí absolutamente nada del "lore" ni de la extraña explicación que derivó en aquella extraña respuesta, pero la manera en que habló de ella solo me dejó en claro que esperó bastante tiempo para poder contárselo a alguien.
—Bueno, eso suena muy interesante Bon, jajaja -Solté una risa suave otra vez. Hablar con él me estaba calmando y por sobretodo me hacían sentir segura-.
—¡¿Verdad que sí?!
Bon parecía muy emocionado y a punto de agregar algo más, pero justo cuando abrió la boca el fuerte sonido de un golpe nos hizo estremecer a todos. El maestro había llegado. Y para mi mala suerte, ya lo conocía...
No dijo nada. Se quedó en silencio mientras los alumnos que antes hablaban o estaban de pie corrían como si su vida dependiera de eso para poder sentarse en sus asientos, eso incluía a Bon quien de inmediato se fue como un conejo que ve a un zorro desde lejos. Todos nos sentamos en silencio, observándolo fijamente. Todos sabíamos que era mejor no hacer molestar a este hombre en especial, en especial yo.
Pasó su mirada por cada uno de los alumnos, posiblemente juzgando con su mirada al nuevo lote de este año. Cuando llegó a mí noté como daba un pequeño respingo de asco además de observarme varios segundos más que a los anteriores.
Entonces noté que sostenía algo en sus manos, era una hoja de papel posiblemente con las clases que debía dar y los alumnos que le iban a tocar. La sonrisa de su rostro se movió ligeramente con malicia, estaba planeando algo, y yo descifré de inmediato lo que me esperaba.
Uno a uno, les pidió a los alumnos levantarse mientras mencionaba su nombre supuestamente para tomar lista. Conociendo de primera mano su tipo de pensamiento hacia personas como yo supe que hacía esto específicamente por mí.
Con terror observé como su mirada pasaba de la lista al alumno mencionado, del alumno a la lista otra vez y cómo con cada segundo que pasaba estaba más cerca de usar "esa" palabra conmigo. Respiré hondo. Mi corazón se aceleraba a velocidades que no creí serían posibles de hacer.
Me preparé mentalmente. Una cosa era humillarme frente a otra persona, y otra era hacerlo enfrente de mis nuevos compañeros. No. No le permitiría eso de nuevo. Me prometí a mí misma no mostrar debilidad a pesar de saber lo que pasaría y cuánto me afectaría. Cuando su mirada tuvo una chispa de diversión, supe que había llegado mi turno. Me empeñé mucho para que mi cerebro tomara con naturalidad lo que iba a escuchar.
—♦♣$_↑◘, ♦♣$_↑◘ Animatroy. -El maestro fijó su vista en mí. Estaba llena de diversión, esperando verme quebrada ante el resto-.
Respiré profundo. Me levanté del asiento y lo miré fijamente a los ojos con la mirada más seria que pude. Cuando me levanté sentí de inmediato las miradas confundidas, sorprendidas y algunas incluso asqueadas hacia mi persona. Creí que me quebraría ahí mismo, la presión era mucha, observé con algo de frenesí a todos a mi alrededor buscando "algo", no creo-...
Mi mirada entonces se encontró con la de Bon. El estaba ahí, viéndome fijamente de manera tranquila y calmada. "Vamos", me dijo con sus labios para después asentir un poco aún viéndome de manera calmada, "dile algo".
Y así lo hice.
Suspiré para darme ánimos. Miré al profesor a los ojos de la manera más seria pero relajada posible y abrí mi boca para poder hablar.
—Joy. Es Joy, profesor. No he usado la otra palabra en meses, un error de documentación que resolveré en cuanto tenga la edad necesaria.
Nos miramos fijamente durante algunos segundos más. Minutos atrás me estaba retando, y ahora, yo respondía. No supe cuánto tiempo nos miramos así.
—Puedes sentarte.
—Oh, gracias...
—Por nada, ♦♣$_↑◘.
El profesor soltó una pequeña risa burlona. Parece que esto no terminará pronto... Suspiré, me senté, y no volví a hablar para nada el resto de la clase.
Las siguientes horas eran más de lo mismo, y en algunas ocasiones Bon no estaba conmigo para apoyarme con su mirada por lo que tenía que apretar fuertemente mi broche de conejo buscando seguridad.
Pasé 8 horas sufriendo de miradas juzgadoras, missgender*, y a muchos otros usando mi nombre muerto. Él único profesor que se mostró amable conmigo fue el joven de unos 29 años, me llamaba por mi nombre real y me trataba como trató al resto de chicas... Él será mi nuevo refugio por el momento. Creo que la peor parte fue cuando un chico me gritó maricón. No pude verlo, es un cobarde que no ataca de frente, pero sé que reconocería su voz si la escuchara otra vez.
*Missgender: Acción en el que deliberadamente se usan pronombres ajenos al que la persona usa/prefiere. Por ejemplo, cuando a un chico trans se le llama "ella", o cuando a una persona nb se le asignan pronombres masculinos/femeninos sin la persona desearlo.
No hay mucho para decir, el primer día fue una mierda. Todas mis oportunidades de estar tranquila e iniciar de 0 se habían acabado de inmediato por esos malditos papeles. Cuando crezca un poco más iré a cambiar la documentación por mi cuenta, sacaré muchas copias de las versiones antiguas y las quemaré todas.
Apenas terminaron las clases salí corriendo como alma que lleva el diablo hasta mi casa. No pensé en nada más que llegar y encerrarme en mi habitación. Solo haría la tarea y dormiría todo el día o ver videos musicales, lo que sea menos recordar este desastroso día donde lo único bueno fue conocer a Bon y a ese amigable profesor, pero 2 personas amables en todo el complejo no son exactamente un gran consuelo.
Abrí la puerta de un portazo y corrí hasta mi habitación.
—¡Joy! ¿¡Estás bien?!
Mi padre gritó desde la cocina, posiblemente preparando comida. No. No lo estoy. Nada cambiará este año y sé perfectamente lo que significa. Es cuestión de tiempo hasta que decidan golpearme o acosarme aún más por ser trans. Ya lo han hecho antes, es justo por esa razón que nos mudamos de ciudad, para evitar seguir siendo acosada y molestada... Pero no parece haber funcionado. Si existe una persona trans existen al menos 4 idiotas también.
No le respondí, solo entré a mi habitación cerrando con fuerza la puerta detrás de mí antes de caer al suelo sin fuerzas por todas las emociones acumuladas esa mañana. Antes de que me diera cuenta ya estaba llorando de manera descontrolada con mi espalda pegada a la puerta. +
No quiero volver, pero sé que mañana tendré que hacerlo...
Cerré mis ojos un momento. Tal vez todo fue un sueño. Mañana será mejor. Mañana... Mañana podré ser yo otra vez y todo estará bien. Mañana el sol brillará nuevamente, siempre lo hace ¿No?...
Creo que dormiré un rato... Al menos en mis sueños suelo tener amigos que me apoyan.
Fin del prólogo.
¡Oh, hola ahí! :D ¿Cómo te va? ¿Está todo bien? Espero que sí. Cómo habrán notado, he iniciado este nuevo fanfic con un hc de Joy como chica trans, lo hice específicamente por todo lo sucedido con lucecita (su antigua actriz de voz) y los pedidos de la propia comunidad en twitter.
Honestamente, siento que mi calidad en esta introducción es apenas aceptable y haré todo lo posible para mejorar eso en un futuro. Iniciaré cambiando el modo de narración ya que suelo ser mejor al escribir en 3ra persona como narradora omnisciente. El próximo capítulo espero tener una notable mejoría en comparación a este, el cual posiblemente editaré más adelante. Por cierto y como aclaración extra, planeo que cada capítulo posea al menos 2000 palabras, buena ortografía y descripciones para hacer de esta una historia placentera de leer.
Como habrán leído también en la descripción, hice algunos cambios en el orden cronológico de algunos hechos así como las personalidades de otros personajes, me tomé la libertad además de agregar a 2 personajes nuevos (los maestros) que en parte serán de ayuda para el desarrollo de la historia.
Sin nada más por aclarar, creo que puedo despedirme. ¡Buenas noches, tardes o días a todos!
Pdt: Tal vez también notaron las pequeñas notas con *, esto es para personas que no estén muy familiarizadas con estos términos ya sea porque no pasan mucho tiempo en internet o no interactúan demasiado con temas de la comunidad LGBT. La verdad es que no sé mucho sobre el tema además de lo básico, y por eso les agradecería decirme si alguna vez cometo un error al describir algo. ¡Muchas gracias otra vez por leer esto!
—Wolferxtreme.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro