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『Cʜᴀᴘᴛᴇʀ 5』

—IMPORTANTE—

El celo por reconocimiento —aquí— dura entre 16 a 18 horas, lo que hace que el alfa y omega destinados tengan su momento de primeras impresiones y de conocerse a "fondo", ya entendieron el doble sentido, sí, ajá.

Mientras que un celo normal —aquí— durará 72 horas, lo que viene siendo 3 días. Cada escritor toma su propio tiempo de celo, un día, una semana, y eso. Chao, eso es todo. Besos babosos para ustedes >3<

Continúen ^^


Mantén tus manos en ti, no las pongas en la vida de otra persona.

Quédate ahí, justo ahí. Y sigue tus consejos.

Si la energía está muerta, cariño, deja que las cosas mueran.

Dancer in the Dark — Chase Atlantic❞


El sábado fue todo lo contrario a lo que los hermanos Min habían planeado.

Hoseok no logró sedar a Yoongi debido a la gran cantidad de alcohol en las venas del omega, pero ni siquiera fue necesario, ya que luego de un par de maldiciones y un llanto incontrolable él terminó profundamente dormido sobre las piernas de su hermana. Luego de eso, había permanecido encerrado en la habitación de invitados, por precaución, según Hoseok.

Chaeyeon, por otra parte, había dormido en el sillón. No había sido tan incómodo como había creído, pero tampoco fue pacífico ya que era la primera vez que se quedaba a dormir en la casa de la pareja. Así que, en cuanto ellos despertaron, ella no pudo dormir más.

Jimin, al ver que Yoongi no despertaba, decidió interrogar sutilmente a Chaeyeon. Quién, como no manejaba muy bien la información de lo que había pasado en la madrugada, había sido de lo más breve a la hora de explicarlo. Por suerte, la pareja era de lo más comprensiva en todo lo que involucraba al mayor de los Min.

Yoongi despertó cerca de las once de la mañana, pero deseó no haberlo hecho ya que los síntomas del celo seguían presentes en él, sumado a la jaqueca que había provocado el alcohol. Él no podría admitirlo, pero eso lo tenía al borde del delirio.

No fue hasta entrada la tarde que comenzó a sentirse un poco mejor, pero no tanto como para querer salir del refugio que había construido a base de cobijas y almohadas, que, para su mala suerte, no poseían el aroma de su alfa.

El domingo fue otra historia, ya que Jimin recibió varias llamadas del número anterior del azabache, y por obvias razones no contestó. Los hermanos Min tuvieron que explicar el motivo por el cual no querían regresar a casa y Jimin no pudo estar más que feliz con eso ya que adoraba la compañía que los dos le proporcionaban.

Apenas y daban las once de la mañana, así que la castaña brindó su ayuda para preparar el almuerzo, mientras que el azabache sólo los miraba cocinar. Y no porque no pudiera, sino porque había demasiadas manos en la cocina, ya que Hoseok se había ofrecido de igual forma.

—¿Cómo dices que me tenías agendado? —preguntó Jimin mientras se limpiaba la humedad de sus manos para declinar la llamada entrante.

—Park Minnie ¿Por qué?

—Porque sigo recibiendo llamadas de tu celular.

—Bloquéalas, listo. Sabes que ese número ya no es mío.

—¿Te das cuenta cuanta información deben de tener tuya?

—Es sólo un celular. Fotos que ni siquiera son mías, ya sabes, paisajes, cosas random y tu gato. Además de un par de números a los cuales ya avisé que me robaron, nada más. No hay nada de redes sociales porque no tengo. Ah, y tampoco te preocupes por los números de cuenta o los códigos nucleares que robé de la NASA porque esos están resguardados en la seguridad de mi computadora. ¿Contento? —alzó una ceja, remarcando su sarcasmo—. Deja de ser paranoico, bloquea el número y ya.

—Deberías de denunciar el robo.

—¿Y qué? ¿Mágicamente va a regresar a mis manos? —dijo, y, el rubio, rodó los ojos ante la respuesta—. La policía no hará nada ante un celular y una mochila prácticamente vacía.

—Tu negatividad me sorprende.

—Tu fe en la humanidad me sorprende.

—Ya, ya. ¿Crees que si contesto pase algo malo?

—Solo no lo hagas. Bloquéalo y luego bórralo. Tal vez para la próxima semana consiga uno.

—Yoon tiene razón —intervino Hoseok—, debes bloquearlo. Desde que te lo dijo debiste de hacerlo.

—Pero la curiosi...

—Qué curiosidad ni que nada —interrumpió el pelinegro—. Bórralo. Asunto terminado.



Antes de las tres de la tarde de ese día, los dos hermanos ya estaban en casa. Hoseok se había ofrecido a llevarles, pero Yoongi les recordó que ellos habían llegado en su propio coche y dieron por terminado el tema.

Y aunque la castaña quiso preguntar varias veces por el chico de la fiesta, no obtuvo más de lo que ya sabía. Él era el destino de su hermano, nada más.

Yoongi no quería una marca, más de una vez lo había dicho en voz alta frente a sus padres, quienes aunque sabían las razones, parecía que las olvidaban, más su madre que su padre. Odiaba las marcas de posesión, odiaba al mundo por alegar que eso era hermoso y digno de presumir. ¿Pero qué presumían? ¿Que ya no eran individuos, si no que personas completamente dependientes de alguien? ¿Que esa marca no desaparecería aun cuando la pareja te era infiel? ¿Que eran propiedad de alguien?

Yoongi nunca se vio como un objeto al cual posees y luego olvidas o te aburres de él. Él prefería aburrirse de ver la televisión, de comer siempre lo mismo al almuerzo o la cena, pero nunca aburrirse de su pareja, o al revés, que su pareja se aburriera de él.

Y ese tema se dividía en varios...

Pero lo que Yoongi no podía evitar pensar era qué pasaría si un día esa persona ve que todo es blanco y negro y ya nada es de colores pastel como al inicio de la relación. ¿Lo dejaría? ¿Lo haría a un lado? ¿Qué pasaría?

Y sí, tenía miedo a que se aburrieran de él. Que un día vieran que ya no amaba como antes, que sus besos carecían de pasión, que las arrugas avejentaban su rostro y que, en ese momento, decidieran que ya no era lindo... que lo olvidaran y que, en cualquier momento, la persona que juró amar llegara con alguien más joven y con las ganas de vivir a flor de piel.

Y tal vez, sólo tal vez. Se sentiría como un objeto, como un muñeco olvidado en la repisa. Pero, ¿cómo llegó a pensar en eso? Ni él mismo lo sabe, pero siempre llegaba al mismo punto "ser reemplazado".

Porque eso fue lo último que Jooheon hizo con él...

—Hasta que se dignan en llegar.

—¡Hola, papá!

La castaña prácticamente corrió a besar la mejilla de su padre, el pelinegro se tomó el tiempo en cerrar la puerta y dejar las llaves donde correspondía.

—Hola —susurró repitiendo el mismo gesto de su hermana para con su padre.

—¿Y bien, me dirán dónde se quedaron a dormir?

—Donde Jimin —cortó el azabache.

—¡La fiesta estuvo increíble! Noona estuvo cuidándonos de los alfas apestosos —explicó como si se tratara de una niña pequeña—. Ella es muy linda conmigo. Tenía bebidas sin alcohol sólo para mí. Luego pasamos el sábado en casa de Jimin-oppa. ¡Hoseok-oppa sabe cocinar muy bien! Hoy almorzamos con ellos, estuvo delicioso.

Yoongi agradeció mentalmente la falta de detalles sobre la fiesta y la forma en que llegaron a casa de sus amigos.

—Me estoy yendo —susurró entre un bostezo, yendo por el pasillo hasta su habitación.

Kihyun asintió en su dirección y continuó escuchando a su eufórica hija.

—¡Bailamos toda la noche! Es más, ¿dónde está mamá? Quiero decirle que no necesité de alcohol pa...

Yoongi cerró la puerta. El parloteo de su hermana podía esperar, las ganas de continuar con la novela que dejó a la mitad, no.

Lo primero que sintió al entrar a la habitación y lanzarse a la cama, fue el aroma del alfa. Extrañado, se levantó de la cama y olfateó rápidamente su ropa, las cobijas y todo, hasta que encontró la fuente del aroma... venía de debajo de su cama.

Solo entonces recordó quién era el remitente.

Por eso el olor en la casa de Byulyi le había atraído más de lo debido, porque estaba impregnado en esos papeles de colores pastel que guardaba con recelo y sin permitir que nadie más los tocara.

Ese alfa; era su alfa...

Yoongi, al verlas, sintió ganas de llorar con sólo pensar en que se había flechado de un completo desconocido.

Sacó la caja de debajo de la cama viéndola fijamente.

«Debería quemarlas... así no tendré ningún recuerdo de él cuando me vaya con Chae...», pensó.

¿Pero quería quemarlas realmente...? ¿O sólo se estaba obligando a hacerlo para así no tener que recordarlo?

El azabache negó con la cabeza, apretando los ojos fuertemente. No iba a quemar las cartas, al menos no en ese mismo momento. Por ello cerró bien la caja y roció un poco de spray con olor a frambuesas sobre la tapadera, para que el olor a pino y tierra mojada permaneciera encapsulado. Luego, la regresó a donde estaba antes, pero esta vez, justo en la esquina. Más cerca por si decidía qué hacer con ellas.

No quería volver a pensar en Anónimo, quien sabía que tenía cabellos rubios teñidos, ojos de color caramelo y una sonrisa hermosamente simétrica. No quería pensar en quién era considerado un cerebrito en su facultad y que era objeto de burla para sus amigos más idiotas. A quién invitaban por ser el objetivo de risas y que sólo resaltaba por ser el mejor amigo del alfa popular de tercer año.

No quería pensar él, ni en sus lindos ojos, o su reconfortante aroma, no quería pensar en nada; pero todo lo que podía hacer era eso, pensar en su alfa...



Byulyi, por otro lado, había echo que todos se fueran casi de inmediato. Estaba furiosa, tanto que en cuanto Yoongi se había ido, había apagado la música y encendido todas las luces de la casa. Obligando a todos a marcharse, menos a uno. Kim Taehyung.

Pero ella no estaba enfadada con los invitados, ni con los borrachos, lo estaba con el alfa que había provocado que los hermanos Min se marcharan.

Había molido a golpes a Jackson por intentar hacerlo. Y Kim Taehyung no se iba a salvar si no daba explicaciones pronto.

—¿Ya te tomaste el bendito inhibidor? —preguntó Byulyi mientras trataba de poner en orden la cocina, fallando en el proceso.

—Sí... —respondió Taehyung dejándose caer en el sillón de la sala de estar.

—Pues bien. Quiero que me digas porqué le echaste carrera a mí mejor amigo.

—No lo hice, bueno, sí lo hice, pero no fue intencional...

—Kim. Responde bien o te voy a... —Byulyi tomó un respiro—... dijiste que le pedirías una cita. Que querías hacer las cosas bien. Entonces, ¿qué fue todo eso?

—Lo dije, sí, y lo hice en serio. Pero cuando me miró... fue... No sabes lo que sentí. Fue como si estuviera en el aire y sé que él también lo sintió... Pero no sé qué pasó porque comenzó a correr y...

—Lo ahuyentaste —recriminó la alfa. Notablemente enfadada.

—No lo... Mira, el me miró y luego se giró asustado. Yo no fui porque estaba ocupado entrando en ce...

—P-pues te prohíbo que te vuelvas a acercar a él —dijo Byulyi de pronto, importandole poco que estaba diciendo Taehyung.

—¿Perdón?

—No te quiero ver cerca de Yoongi de nuevo.

—¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué dices?

—Suficiente hice con meter tus cartas en su mochila. Es más, nunca debí acceder. De no ser por eso Yoongi no... o tú no... Dios... ¿Sabes qué? Vete a casa. Hablaremos de esto por la mañana,  ahora no me siento cómoda teniéndote cerca.

—¿Ahora resulta que estás incomoda conmigo?

—Estás en celo, idiota. ¡Apestas! Es obvio que me siento incomoda contigo si todo lo que quiero hacer ahora es golpearte.

—¿Y a mi por qué?

—¡Solo vete de mi casa!

—Byulyi...

—Lárgate, Kim.

「◖⚘◗」

Una fotito de Kihyun, papá del Yoongis. (Ki-hyun de Monsta X)

Y un gif de Jooheon. El ex majadero del Yoongis (Joohoney de Monsta X)

Para que se note que casi no soy monbebe jsjs

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