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『Cʜᴀᴘᴛᴇʀ 17』

Has sido mi musa durante mucho tiempo.

Me ayudas a superar cada noche oscura.

Siempre estoy ido, afuera, en movimiento, estoy huyendo y tú estás sola en casa.

Estoy demasiado consumido con mi propia vida.

¿Somos demasiado jóvenes para esto?

Softcore — The Neighborhood❞


Luego del almuerzo en la casa de los orgullosos abuelos Min, padre e hijo fueron a encontrarse con Byulyi.

Kihyun, no dudó en prestar las llaves de su auto, para que los dos fuesen más cómodos, por lo que Yoongi tuvo que manejar hacia donde la alfa había dispuesto el encuentro.

Tuvieron que estacionarse un poco lejos, pero a ninguno de los dos les molestó; les gustaba hacer caminatas juntos de vez en cuando, así que aprovecharon la oportunidad para retomar esa costumbre.

Yoongi reconoció a la alfa casi de inmediato. Nunca olvidaría ese color específico en su cabello, ni ese estilo de vestimenta, además, tampoco podría confundirla, porque en cuanto llegaron a la pequeña tienda cerca del parque contiguo a la biblioteca, ella era la única persona que se encontraba comprando en el lugar.

—¡Mamá Byul! —gritó el menor, lo que llamó la atención de la alfa y de la chica que estaba atendiéndole.

Jihoon salió corriendo a su encuentro, por lo que ella también avanzó hacia ellos. El pequeño terminó siendo alzado en brazos por ella y recibiendo una gran cantidad de besos en las mejillas.

—¡Woozi, santa luna, estás muy grande!

—Y tú hueles raro —murmuró Jihoon arrugando su nariz en el proceso, queriendo zafarse de los brazos de la alfa sin poder lograrlo, cosa que hizo reír a Yoongi.

—Byulyi —saludó el omega, abrazándole fuertemente, a lo que la alfa dejó un beso en su mejilla—, ¿cómo estás?

—Bien, mucho mejor ahora que te veo. Las llamadas no son lo mismo —sonrió genuinamente—. Te ves...

—¿Viejo?

—... demasiado bien. Mucho más lindo que cuando te conocí —completó, Yoongi sonrió ante el cumplido. Tenía mucho tiempo desde que no escuchaba uno que no viniese de sus familiares.

—Gracias, supongo.

—Papá siempre se ve lindo —añadió Jihoon, casi de inmediato.

—¿Verdad? —preguntó Byulyi—. Tu papi siempre se ve muy bonito. Por eso debes de cuidarlo mucho, para que ningún alfa feo se le acerque.

—Solo tú —comentó Woozi—; nadie más.

—Bueno, ya —murmuró Yoongi—. Debemos irnos si queremos regresar temprano.

Solo entonces Byulyi recordó en qué lugar se encontraban. Avergonzándose en sobremanera ya que había estado coqueteando con la beta que la había estado atendiendo mientras esperaba a su amigo. Muy probablemente ahora ella pensaba que Yoongi era su pareja y Jihoon su hijo.

—Cierto... —murmuró girando a ver a la chica que claramente la veía con cara de odio puro—... si quieren primero buscamos algo de comer.

—¿No has almorzado, mamá? —preguntó el menor, ausente del fuego en los ojos de la beta a su lado.

—Sí, ya... hace rato... —murmuró tratando de evitar la mirada a su lado, por lo que comenzó a caminar hacia fuera del local.

Yoongi suspiró al darse cuenta de la situación en la que se encontraba la alfa. Jihoon había tenido la costumbre de decirle tía a cualquier alfa amiga suya, pero con Byulyi era distinto, siempre le había dicho mamá. Por lo que el omega sabía que un día eso iba a jugar en contra de alguno de los dos.

—¿Tú ya almorzaste, pequeño? —preguntó Byulyi al sentirse fuera de la tienda.

Yoongi no tuvo más que seguirles el paso.

—Sí —respondió Jihoon sonriente—, también ayudé a la abuela a cocinar y luego a papá, con los platos.

—Wow, que bien. Me gusta mucho que ayudes a tu papi y a tus abuelos. Estoy muy orgullosa de ti.

—Gracias, mamá Byul. Por cierto, ¿a dónde vamos a ir? Prometiste llevarme a un lugar muy bonito.

—Bueno no es tan bonito, pero sí.

—¿A dónde? —preguntó Yoongi.

—Ya sabes, a un lugar bonito —respondió ella, él sólo rodó los ojos ante la vaga aclaración.

—¿Hay que caminar? —preguntó Jihoon, esperando a que la alfa dijese que no.

—Sí, bueno, solo hasta la parada de bus, y luego...

—Papá trajo coche —interrumpió Jihoon, recibiendo un pequeño regaño por parte de Yoongi, a lo que el menor susurró una disculpa. "No interrumpas a nadie" un claro recordatorio de parte del omega.

—Entonces... ¿vamos al coche?

—Vamos, vamos —murmuró Woozi, bajando de los brazos de la alfa, tomándole casi instantáneamente de la mano.

—¿Dónde queda exactamente el "lugar bonito"? —preguntó el de cabello azabache.

—Puede que ya no lo recuerdes bien —respondió la alfa—. ¿Te parece si conduzco yo?

—Como desees...

Luego de al menos media hora, estaban llegando al lugar que Byulyi había prometido llevarlos; lugar que Yoongi conocía más de lo que recordaba.

Ubicado a las afueras de la ciudad, se encontraba una pequeña planicie repleta de vegetación. Espacio en el que podrían estar en paz, lejos de los sonidos fuertes y los olores cotidianos. Un espacio que, durante mucho tiempo, significó seguridad en la caótica adolescencia de los dos amigos.

Al estacionar, los árboles les dieron la bienvenida, siendo mecidos con lentitud por el viento. A Yoongi le fue imposible no notar la clara diferencia con años anteriores. Los árboles habían crecido, siendo más frondosos que como los recordaba; las flores habían variado e inundado nuevos espacios. Se veía diferente, pero el sentimiento que emanaba era el mismo: tranquilidad.

—¿Recuerdas este lugar? —preguntó Byulyi respirando el fresco aroma que se filtraba por la ventana semiabierta del coche.

—Ha pasado mucho desde la última vez que vinimos.

—Desde, ya sabes... Jooheon.

—Que yo recuerde —dijo Yoongi—, desde poco antes de Taehyung.

Byulyi lanzó una mirada al espejo retrovisor, esperando una reacción en Jihoon, pero este ni siquiera giró, pareciendo estar más interesado en el exterior que en la conversación de sus mayores, cuando claramente no era así.

—¿Él lo sabe? —preguntó Byulyi, lanzando una mirada discreta a Yoongi, quien captó de inmediato a qué se refería.

—Sí, tenía que saberlo. Además, lo que le dije fue lo más family friendly que pude encontrar...

—Papá, si ya llegamos, ¿por qué todavía no podemos bajar? —preguntó Jihoon, ansiando quitarse el cinturón y no tener que escuchar alguna conversación sobre el alfa "Taehyung".

—Es cierto, bajemos ya. —La alfa sonrió en cuanto el menor desabrochó el cinturón e instó a su padre bajar rápido del auto para poder ver mejor el lugar.

Todos abandonaron el coche para descansar a la sombra de uno de los árboles más grandes.

El aire fresco, la falta de personas. Todo era perfecto.

—¿Jugamos a las atrapadas? —preguntó Jihoon en cuanto vio el sol esconderse entre las nubes.

Yoongi realmente pensó en descansar un poco más sobre el pasto, pero la alfa le dio segundas al menor, casi obligándolo a decir que sí.

Y en cuanto la afirmación salió de su boca, no hubo vuelta atrás, ya que tendría dos terremotos corriendo y jugando durante toda la tarde.



Yoongi sabía que Byulyi adoraba a Jihoon, casi como si fuera su hijo. Y Jihoon, quería a Byulyi casi tanto como quería a Yoongi.

Y, eso figuraba un problema.

Byulyi había estado en la mayor parte del crecimiento del menor aun cuando, debido a la distancia, tuvo que verle solo por videollamada. Había sido una clara figura materna en su vida, desde un principio y desde que Jihoon tenía memoria. La alfa había estado, aunque sea de forma virtual, en sus vidas.

Y, aunque Yoongi le dejó claro a su hijo que Byulyi era su amiga, él decidió llamarla mamá. Y no solo porque "se escuchaba mucho mejor así", sino que Jihoon creía fervientemente, que su papá sería más feliz si Byulyi fuera su mamá, más ahora que sabía lo que había pasado con su padre Alfa.

—Mamá Byul —susurró Jihoon, recostado en el pasto, mientras Yoongi le acariciaba el cabello—, ¿sabes a qué huelen las mariposas?

Yoongi sonrió, ya había escuchado esa pregunta antes, Jihoon no la preguntaba a menudo, pero aun así nadie parecía saber la respuesta, por lo que él amaba decirla.

—¿Tú sabes a qué huelen las mariposas? — preguntó Byulyi de vuelta.

—Si y papá lo sabe también.

—¿Enserio?

—Sí —murmuró entre un bostezo—. ¿Tú has olido alguna antes?

—No lo recuerdo, pero no sé a qué huelen, ¿me dices, por favor?

—Las mariposas huelen dulce.

—¿Dulce, por qué lo dices?

—Lo sé, así huelen porque en el jardín de papá siempre hay mariposas en primavera y huele muy rico, cuando ellas no están solo es un jardín común, pero cuando ellas llegan, hacen que todo el jardín huela dulce.

Byulyi sonrió ante las ocurrencias del menor.

—Espero poder oler las mariposas del jardín algún día.

—Podrías hacerlo la próxima primavera...

Y Byulyi asintió.

Pero no podría hacerlo, por más que quisiera, su trabajo se lo impediría.

—Es hora de ir a casa —murmuró Yoongi luego de un largo rato, dejando de acariciar el cabello de su hijo, quien parecía estar dormido.

Ninguno de los tres se había dado cuenta lo rápido que había caído la tarde.

—Acaba de quedarse dormido, déjalo estar un rato —respondió Byulyi, igual de susurrante.

—No podemos quedarnos mucho más, Byul. Debes trabajar mañana.

—Lo sé, pero compréndeme. No te he visto así, de frente en años...

—Podremos salir otro día —respondió Yoongi.

—¿Me lo prometes?

Yoongi casi rió por el tono que había usado la alfa para decir esas tres palabras, había sonado emocionada, casi como una niña pequeña.

—¿Cuándo tienes libre? —preguntó en cambio.

—¿Te parece el sábado? Te paso a recoger, hacemos... no sé, ¿un almuerzo en mi casa? Así visitas a mamá y a Jin, que te extrañan mucho, vamos —dijo esperanzada.

Yoongi no dudó en aceptar. La emoción de la alfa fue tal, que le agradeció de la única forma que le cruzó por la cabeza, un abrazo apretado, tomando a Yoongi por sorpresa.

La fuerza de la alfa era increíble, tanto que lo dejó sin aire por unos pocos segundos.

—Vamos, ya es hora de irnos —dijo ella sonriente, levantándose y tomando a Jihoon en brazos.

Yoongi, solo la siguió de cerca, deseando que ese abrazo no volviera a repetirse, por el bien de su espalda.

La salida, le había hecho pensar en que regresar se sentía bien, estar en su hogar, con su hijo y sus seres queridos era algo que no quería cambiar por nada en el mundo. Más ahora que su vida pintaba mucho mejor.

Yoongi había logrado una vida que deseaba vivir con todas sus fuerzas, pero, ¿y Taehyung? ¿Él le extrañaría, le daría igual? Capaz y le había borrado de su memoria, viviendo como si nunca se hubiesen visto.

Y sí, aunque la duda estaba permanente en su cabeza, no era algo que le quitara el sueño. A Yoongi le daba curiosidad, era cierto, pero no era más que eso, simple curiosidad.

No le extrañaba y mucho menos lo necesitaba; se lo había demostrado a sí mismo en el momento en el que había criado a su hijo de ahora seis años y medio con un corazón amable y feliz.

Yoongi no necesitó a Taehyung en ningún momento, pero ¿y si volvía a encontrarse con él? ¿Podrían reconciliar sus corazones; o perdonar al amor y volver a comenzar...?

⚘◗


Todavía recuerdo cuando ahí por abril del 2022 comenzaba a escribir esta historia. Y no sería hasta agosto de ese año que comenzaría a escribirla de manera oficial.

Por cierto, no recuerdo la cuenta porque no fue de mi celular, fue desde el de mi hermano menor, pero anda alguien en Tiktok recomendando esta historia y se me hizo el corazón chiquito, muchas gracias si ves esto. <3

Y, por otra parte, si hacen videos de mis historias, o ven alguno y no es de mi cuenta, sin miedo al éxito etiquétenme, me haría muy feliz verlos. Y en Instagram también. Porque no volví a encontrar el vídeo. En fin, nos vemos pronto, besitos. 💕✨

Feliz 2024, mis amores. Les deseo todo lo mejor de este planeta. <3

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