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『Cʜᴀᴘᴛᴇʀ 8』

Encerrado dentro de mi jaula.

¿Podría ser un prisionero para las voces en mi cerebro?

Mi mente se ha desperdiciado. No soporto ni mirarme a la cara...

Sé que no viviré mucho más; escucho los ángeles cantar.

Esta es la noche en la moriré.

Tonight Is The Night I Die — Payale Royale ❞


Fueron nueve días en los que su habitación le sofocaba; no soportaba la idea de entrar y estar ahí solo. Yoongi sabía que necesitaba compañía, alguien que le hablara y que no le dejara hundirse en su propia miseria.

Necesitaba salir de esa habitación, había algo en el aire que no le permitía estar tranquilo, necesitaba a alguien que le dijera que todo estaba bien, que no había nada malo con esas cuatro paredes.

Por ello, se unió a las tardes de telenovelas con su padre y a los chistes malos de su hermana. Se refugió en las pláticas largas de cuando era bebé y llenaba de baba todo a su paso; de cuando Chaeyeon se enfermaba y tenían que pasar horas tras horas en el hospital.

Él había escuchado dos o tres veces la historia salir de los labios de su padre, pero no tendría el corazón de decirle que eso ya lo había relatado unos meses atrás.

El omega, escuchaba como Kihyun hablaba alegremente de como su hija menor (en ese entonces de cuatro años) había presumido por días una pequeña cadena que le había obsequiado su madre, cuando una estridente melodía sonó.

—Es el recordatorio —anunció Kihyun al encontrar el celular del cual provenía el incesante sonido—, había olvidado que lo tenía puesto.

—¿Recordatorio? —preguntó Yoongi al salir de la cocina, regresando con un vaso con agua entre las manos.

—Ajá... el vuelo es dentro de una semana —dijo Kihyun decaído—. ¿Pueden creerlo? Una semana... hace un par de días faltaba un mes.

—Tranquilo, no nos iremos por siempre. —Yoongi se acercó abrazando a su padre, cosa que rara vez hacía—. Solo será el proceso de admisión. Si Chae pasa, será otra historia.

—Se van a ir y ese es el problema —renegó—. ¡Solo podré verlos en vacaciones!

—Puedes ir con nosotros —sugirió la omega menor, quien recién tomaba un respiro de las guías de estudio.

—No sé inglés, tendría que llevar a Yoon a todos lados porque tú estarás ocupada con el examen.

—No me molestaría acompañarte, lo sabes.

—Sí, pero ¿y Sunnie? ¿Qué con ella? ¿Solo la dejamos aquí y nos vamos?

—Mamá no querrá quedarse sola, pero tampoco querrá ir con nosotros... —añadió la castaña.

—No hay remedio, ¿cierto? Solo tú y yo contra el mundo, Chae.

La castaña apretó la mano que el azabache tendió hacia ella.

—Sólo tú y yo, hermanito.

—¿Y su padre? Olvidado, como siempre —replicó el omega mayor—. Me voy, no quiero tener nada que ver con ustedes dos. —Kihyun exageró sus movimientos al salir de la sala de estar, yendo hacia el pasillo.

—Oh, vamos —rió el de cabello azabache, consiente del melodrama de su padre.

—Papá... —dijo Chae, sonriendo.

—Me voy, dije —sollozó falsamente—. Ya, enserio. Voy a bañarme, cualquier cosa, griten. —Kihyun se encerró en la habitación. Los dos menores rieron en conjunto, debido a la actitud cambiante de su padre.

—En fin —murmuró la menor luego de un par de segundos de silencio—. ¿Me ayudas a estudiar?

—Vale.

Yoongi soltó un suspiro en cuanto tocaron el timbre, ya que fue justo en el momento en que los dos se disponían a ir hacia la habitación.

—¡Voy yo! —dijo la castaña y, Yoongi, terminó de beber el líquido en su vaso.

Al girar, una cabellera rubia le saludó a la entrada. Por un segundo creyó ver a cierto alfa en la puerta, pero esa figura era casi de la misma estatura que el propio Yoongi, cosa que le sacó una sonrisa de alivio.

—¡Gi! —gritó él, efusivamente.

—Jimin —respondió Yoongi, sonriendo ante el abrazo del que fue preso. Últimamente, Jimin daba abrazos esporádicos y caminaba con esa actitud radiante que Yoongi no sabía de dónde conseguía.

—Bueno, yo me voy. Los dejo, besos —anunció Chae y desapareció en el pasillo a su habitación.

—Bye bye, estudia mucho.

—No olvides descansar —recordó el pelinegro y ella cerró la puerta de su habitación—. ¿Quieres algo de beber? —preguntó a Jimin.

—Agua. ¿Tienes helado?

—Tengo cereal, tómalo o déjalo.

—Lo tomo.

Asintieron casi al mismo tiempo y Yoongi fue a la cocina seguido del rubio menor. Le entregó un vaso con agua y fue a la alacena para sacar dos platos pequeños y redondos.

—Es extraño que venga a estas horas, señor Jimin. ¿Qué es lo que le trae por aquí? —preguntó el azabache bromeando con el rubio, poniéndose de puntillas para alcanzar los platos.

—Nada, la simple curiosidad de... ¿cuándo pensaba contarme, Señor Yoongi, lo que pasó en la fiesta de graduación? —La voz del rubio tomó el mismo tono de la del azabache, pero la pregunta estaba llena de seriedad, por lo que Yoongi detuvo sus movimientos.

—¿De qué hablas? —preguntó en cambio, dejando los platos en la mesa y la broma de lado, procediendo a sacar la caja de cereal y la leche.

—Bueno, ya sabes. —Jimin trató de sonar casual, pero la curiosidad le comía entero—. Tu encuentro con Jeon y Kim.

—¿Jeon y Kim? ¿Quién te lo dijo? —dijo, sirviendo el cereal.

—Rumores por aquí y por allá. Hasta oí que hubo beso de tres.

—Cállate los ojos —dijo Yoongi soltando una carcajada.

Era una locura lo que la gente podía llegar a inventar estando borracha.

—Te lo juro. Pero luego oí que humillaste a Jungkook en el centro comercial el sábado y joder, necesitaba la historia completa.

—¿Quién te dijo lo del sábado?

—El mismo Jeon, me lo crucé ayer. Fue un déspota hijo de perra, pero un déspota hijo de perra demasiado comunicativo. ¿Sabes qué me dijo? Que Kim le había contado de su noche contigo. —Yoongi dejó de verter leche en los platos—. Y es obvio que está cabreado. ¿Por qué? Porque a él le tratas de la mierda y su mejor amigo consigue más que un beso tuyo.

—¿De dónde conoces a ese idiota? —Yoongi trataba de mantener la calma, así que terminó de llenar los platos con la leche.

—Llevábamos algunas clases juntos y hicimos equipo en algún punto. Nada importante.

—Dijiste... que Kim le dijo a Jeon sobre lo que...

—Bueno —interrumpió—; no se lo dijo directamente, o eso tengo entendido. Pero lo insinuó, o algo así, porque Jeon dijo que el sábado por la noche se encontró con Kim y Jeon le contó que lo humillaste en pleno parking y Taehyung dijo que era imposible, que no sé qué y entonces comenzaron a pelear por algo que no entendí y se terminaron agarrando a golpes. Yo que sé, cosas de alfas. Pero quiero saberlo de ti. No es lo mismo si me lo dice un desconocido a que me lo cuentes tú.

Un plato le fue deslizado por la superficie de la madera y el rubio lo agarró con cuidado y agradeció sonriente.

—Definitivamente eres don chismes -murmuró Yoongi y Jimin frunció el ceño, mirándole de mala manera a juego—. Solo... no se lo cuentes a nadie, por favor —susurró.

—Soy una tumba.

—Eso espero, porque solo Chae sabe de esto y te juro que si alguien más se da cuenta, sabré quién fue que abrió la boca. —El rubio asintió, expectante. Yoongi confió en él—. Estaba bailando y besándome con Jeon cuando ustedes se fueron... —comenzó a relatar, pasándole a Jimin una cuchara para su cereal—. Tenía un par de planes para esa noche, disfrutar con ustedes y dormir con Jeon —omitió la parte de quedar en cinta. Jimin pareció querer decir algo y Yoongi continuó casi de inmediato—. Sé que fue una estupidez. Desde un principio lo supe, pero quería hacerlo de todas formas... Sabes lo mucho que me gustaba hasta hace un par de días... Pero, entonces, Hoseok olía a preocupación y me fui a buscarlos, me cayó el mensaje de que se habían ido y uno de los planes se vino abajo.

—Lo siento... —susurró.

—No te preocupes por eso, no fue intencional —sonrió levemente—. Luego el alcohol fue mi única solución. No encontré a Hyejin, y, sinceramente, Jeon pasó a tercer plano. De ahí tu señor alcohólico se fue a bailar y cuando despertó lo hizo en una habitación, sin ropa y junto a Kim. Recuerdo muy poco de la noche y lo único que sé es que el muy hijo de perra dejó un montón de marcas.

Jimin se llevó las manos a la boca, asustado, viéndole casi con miedo.

—¿La marca...?

—No —respondió, aliviando un poco al rubio—. Gracias a la luna esa no. Sólo fueron mordidas leves un par de... ya sabes... ¿Por qué me da vergüenza solo recordarlo? —Cubrió su rostro con las manos, apoyándose luego en la mesa, suspirando con pesadez.

—Es porque tal vez fue diferente a las otras veces. Hoseok me dijo que eres su luna, es obvio que...

—Jimin... robé su inocencia —desvió el tema—. ¿Sabes qué quiero decir? Me sentí como una zorra luego. ¡Era virgen! Estaba esperando, literalmente, a su omega.

—¿Por eso no has tratado de verle de nuevo?

—No... osea, sí. No lo sé... Y aunque quiera, sería complicado dar con él.

—Podrías hablar con Byul, ella conoce a casi toda la universidad, ¿no?

—No lo haré.

—¿Por qué?

—Porque no lo necesito y él tampoco me necesita. Me iré en una semana y sería inútil hablarle.

—¿Entonces siempre sí te irás?

—¿Cómo que siempre sí? —rió tratando de aligerar el ambiente.

—Hasta hace poco dijiste que no estabas seguro.

—No lo estaba, ahora lo estoy.

—No lo haces por Kim, ¿verdad?

—Lo hago por Chae. —"Y por Kim" omitió.

La conversación terminó ahí. Jimin regañó al azabache por no haber tocado su cereal y la plática cambió de rumbo. Hasta que el el rubio se fue, ya entrada la noche.


Ese día, pasó la mayoría de la madrugada pensando en lo ocurrido, durmiendo apenas un par de horas. Siguiendo así un par de noches más, en las que por más cansado que se sintiera, no lograba dormir lo necesario, apenas podía hacerlo tres o cuatro horas, y ese día, ni siquiera eso.

¿Por qué de repente ya no tenía sueño? ¿Qué era lo que provocaba su insomnio...?

Temprano a la mañana Yongsun tocó la puerta de su habitación, adentrándose un par de minutos después, encontrándose con su hijo. Ella solo se detuvo a verle, él permanecía con la cabeza fuera del colchón, colgando hacia abajo y con las piernas apoyadas en la pared. A la alfa le hubiera parecido gracioso si su hijo no tuviera esas bolsas oscuras alrededor de sus lindos ojos.

—Yoonie... —musitó, terminando de obtener la atención del chico—. ¿Cuánto dormiste?

—Nada. No pude.

—¿Quieres que te compre algunos somníferos?

—No... no quiero pastillas, quiero darme de baja de la vida.

—Vamos, no puede ser tan terrible, cariño.

—Lo es...

—¿Qué es lo que te preocupa, mi niño? —susurró Yongsun, agazapándose a la altura del omega.

—No lo sé...

Yongsun realmente pensó dos veces la actitud de su hijo. Aunque estaba un poco acostumbrada a esa faceta de Yoongi, en la cual declaraba querer "morir", últimamente estaba preocupada por esa misma. Dormir poco, comer menos de lo necesario, y, sobre todo, el apego emocional hacia ellos, le preocupaba. Yoongi dormía mucho y comía demasiado; pasaba la mayoría de tiempo encerrado y eso era normal. Pero cuando todo eso cambiaba, era porque algo no estaba bien.

Ya había pasado una vez... esa no fue una de las mejores temporadas en familia. Yoongi estuvo realmente mal y todos tardaron mucho en darse cuenta, porque nadie notó nada raro al principio. Pero de una u otra forma, la historia volvía a repetirse...

—Planeábamos ir con Chae al parque —dijo con esperanzas de poder levantar el animo de su hijo mayor—, nada elaborado. Solo caminar un poco. Sé que hace algo de frío, pero una caminata nos haría bien, ¿qué dices?

—¿Caminar...?

—Sí... o podríamos sentarnos a disfrutar el paisaje. Cambiar de aires un rato —susurró acariciando lentamente el cabello azabache de su hijo—, o ir a la biblioteca. Te gusta leer, así que podríamos leer ahí o comprar algún libro. ¿Qué dices?

—No quiero salir... —susurró negando con la cabeza.

—Solo será un rato... Podemos llevar algo de comer. Vamos ¿Sí? —El anhelo en los ojos de su madre le pedía a gritos que aceptara. Él, por más que quisiera, no podría rechazarla. Con un suspiro, él asintió—. Le diré a Chaeyeon, ¿vale? ¿Quieres tomar un baño mientras tanto? —Yoongi asintió—. Tomate tu tiempo, cariño.

El omega, de nuevo, asintió y se levantó lentamente de la cama, la alfa dejó un beso en su frente y salió de la habitación cerrando la puerta con suavidad. Una vez fuera, se dirigió a la habitación de su hija menor, tocó un par de veces y la puerta fue abierta casi de inmediato.

La castaña asomó por la ranura y terminó de abrir en un movimiento fluido.

—¿Qué pasó, cómo está?

—¿Puedo pasar? —preguntó y cuando la castaña asintió, se adentró cerrando con cuidado la puerta.

—No ha dormido... y está peor que ayer en la noche. ¿Qué crees que le pase?

—Tal vez esté estresado por el viaje —susurró, dudando de sus propias palabras. Ella creía que estaba así por haber rechazado a su luna, pero no podía decir nada si Yoongi todavía no lo había considerado—. No lo sé...

—Bueno... ha aceptado salir. No parece emocionado con ello, pero hay que hacer lo posible para que olvide lo que sea que le preocupe. ¿Entendido?

—Entendido.

Chaeyeon asintió y Yongsun, salió de la habitación encontrándose al azabache en el pasillo,. Yoongi caminaba como si sus pies fueran de plomo ya que parecía no poder levantarlos correctamente.

Su cara estaba pálida y una línea de sudor perlaba su frente.

—¡Yoongi! —La alfa corrió hacia su hijo cuando lo vio casi caer, tocándole la frente, buscando signos de fiebre entrante, pero no había nada. En cambio, su piel estaba fría, al igual que su sudor.

Chae había asomado por la puerta al oír el pequeño grito de su madre.

—Estoy bien —renegó el pelinegro apartando suavemente las manos de su madre.

—¿Bien? Mírate los labios, están tan blancos como una hoja de papel...

—No me siento tan mal como dices que me veo, créeme. Solo iré a bañarme. No te preocupes por mí.

—Yoonie...

—Estoy bien —susurró Yoongi, dándole una leve sonrisa a su madre para que esta no se preocupara de más, pero, logró totalmente lo contrario.

Él entró al cuarto de baño sin mirar atrás un sólo segundo, ignorando las miradas de preocupación en su madre y hermana.

Tratando de pasar por alto su propio malestar, terminó de ducharse lo más calmado posible. El olor fuerte del jabón de baño le estaba tentando a lanzarlo a la papelera más cercana, sumado al dolor de cabeza que estaba creciendo con solo oír el repiqueteo del agua sobre las baldosas. Todo eso se confabulaba para hacer un poco más difícil su tarea.

Finalmente, un cuarto de hora después, salió de la habitación sintiéndose un poco mejor que al principio.

Dos horas después, estaban en uno de los parques más cercanos a casa. Yoongi tuvo que explicar a las dos mujeres que no se sentía al borde de la muerte durante los primeros quince minutos ahí.

El aire gélido daba de lleno contra su nariz y los abrigos que había sido obligado a vestir cumplían el cometido de mantener su cuerpo caliente. Estaba comenzando a disfrutar del ambiente, ya que había pocas personas en el lugar, y no estaba infestado de aromas que probablemente le harían vomitar.

—¿Te sientes mejor? —preguntó su madre. Yoongi tardó un poco más de lo normal en decir:

—Tengo hambre...

La alfa lo miró con un pequeño brillo en los ojos. La omega, en cambio, le ofreció una pequeña bandeja de plástico. Las dos estaban realmente preocupadas por Yoongi, pero ni siquiera él sabía qué le ocurría.

—Sándwiches —susurró Chaeyeon—. Creí que podría darte hambre así que preparé varios. También traje agua y mentas por si te da ganas de vomitar...

—Gracias... —Yoongi asintió y comenzó a comer lentamente, inconsciente de que a un par de calles de ahí, dos alfas discutían por su persona.

「◖⚘◗」

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Y les mando muchos abrazos, porque, a pesar de su lento avance, han decidido quedarse a leer <3

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