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『Cʜᴀᴘᴛᴇʀ 20』

¿Cómo se siente estar vivo de nuevo?

Deja de aguantar tu querido aliento.

Estás un paso más cerca de mí, 

en el espectáculo del gran salón de baile.

Ballroom Extravaganza — DPR IAN ❞


El sábado por la mañana, Yoongi parecía una persona distinta. Y Jihoon pudo notarlo. Estaba más relajado y ni siquiera parecía que, el día anterior, había estado con los ánimos por el suelo.

—Hoy iremos a comer donde tía Byul, Honey. —Le había dicho a su hijo.

Y Jihoon asumió que eso era lo que le tenía de buen humor. Salir de casa, comer fuera, reunirse con amigos; eso era algo que siempre ponía a su padre de un mejor humor cuando se sentía triste.

Jihoon quería, profundamente, ser como su padre. Ser amable y comprensivo aún en sus peores momentos.  Yoongi, por otro lado, esperaba que fuese un almuerzo tranquilo, para poder ver a Byulyi y contarle lo sucedido para poder obtener consejos de su parte, para entender mejor cómo reaccionar ante esas situaciones. Byulyi siempre fue buena en eso.

Chaeyeon pidió a Yoongi que la dejase acompañarlos. Ya que eso significaba una oportunidad de hablar con Jin, el hermano de Byulyi, uno de sus amigos de infancia. Así que él accedió de inmediato.

Jihoon no esperaba menos de su papá y su tía, de todas formas, irían a comer a la casa de una de las personas más importantes para ellos y que no habían podido ver durante todos esos años porque el trabajo de su padre y de ella no les permitía viajar.

Por ello, el menor se encargó de demostrar lo emocionado que estaba desde el momento en que recibió la noticia. Había pedido consejo a su tía Chae sobre cómo comportarse una vez ahí y le había pedido a su padre que le ayudase a verse lo mejor posible. Pero, uno de los aspectos que dejaba en claro su emoción, era que no había dejado de ver la hora, ya que se suponía que Byulyi pasaría por ellos a las doce menos cuarto.

—Son las diez, ¿verdad, abuelo? —preguntó Jihoon, viendo el reloj de agujas que le costaba leer.

—Falta poco, si —respondió Kihyun, revolviéndole el cabello a su nieto.

El menor, en cambio, giró su cabeza hacia su padre, quien parecía absorto frente a su computadora portátil.

—Papá —susurró Jihoon acercándose a su padre, quien estaba sentado en la mesa del comedor.

—Dime, Hoonie.

—Venimos por vacaciones, ¿verdad?

—Sí. ¿Por qué la pregunta? —Yoongi apartó la vista de la pantalla y se giró hacia su hijo.

—Estuviste en el portátil todo la mañana... —dijo el menor, quien a veces sentía envidia del aparato.

—Toda la mañana —corrigió Yoongi, el menor, asintió—. Y bueno, solo adelantaba trabajo, cariño. Así no tendré que preocuparme por él luego y tendremos más tiempo para salir.

—¿Eso significa que no iremos donde la tía Byul?

Yoongi se sorprendió de manera inmediata. Era la primera vez que escuchaba a Jihoon decirle tía a Byulyi.

—Sí iremos, solo hacía tiempo hasta que llegara la hora de estar listos —dijo Yoongi acariciando la mejilla de su hijo y quitándole un trozo de cereal en el proceso.

—¿Entonces voy a bañarme? —preguntó Jihoon con una enorme sonrisa.

—¿Ya son las diez? —Jihoon asintió, Yoongi giró hacia el computador para verificar—. Bien, ve a bañarte entonces, yo le avisaré a Chae —dijo Yoongi seguido de una sonrisa.

Jihoon asintió como respuesta y salió casi corriendo hacia la habitación.

Casi una hora después, faltando un par de minutos para las once y cuarto de la mañana, Yoongi recibió una llamada de la alfa, pero fue su hijo quien atendió.

Hablaron de tanto que Yoongi aprovechó ese tiempo para ayudar a Chaeyeon a maquillarse.

—¿Pero ya están listos? —preguntó ella, luego de haberse puesto al día con el menor, ya que Jihoon le había contado sobre su salida del jueves, sin mencionar al hombre que se les había acercado poco antes de tener que irse.

—Yo sí, papá todavía está ayudando a mi tía.

—¿Pero él ya está listo? —dijo Byulyi mientras encendía el coche.

—No, todavía le faltan los zapatos y peinarse.

—Pásame a tu papi, ¿sí, mi niño?

—Voy...

Jihoon salió corriendo en busca de su padre, entrando a la habitación de su tía sin tocar, ya que la puerta estaba abierta.

—Papá, la tía Byul pregunta si estás listo, dile tú —dijo entregándole el celular.

Yoongi volvió a sentir extraño el que Jihoon le dijese tía, pero esta vez solo sonrió.

—¿Hola, Byul? —preguntó, maniobrando el envase del delineador y el celular en la misma mano.

—Yoon, hijo mío. Estoy casi llegando —mintió—, ¿ya están listos?

—Nos falta poco.

Byulyi había oído mil veces esa frase cuando los dos eran adolescentes y para ella eso significaba: "me falta mucho, espera una media hora".

—Pues apúrate.

—Byulyi, estaré listo cuando llegues —murmuró terminando de maquillar a Chaeyeon.

Ella también había escuchado esa frase. Así que soltó un suspiro, resignada.

—¿Seguro?

—Lo prometo —respondió—. Chae, guarda eso y termina de vestirte, vamos —dijo hacia la castaña—. Te dejo, Byul, nos vemos.

—Nos vemos. —Y con eso ella finalizó la llamada.

En menos de veinte minutos, la puerta estaba siendo golpeada por Byulyi, Kihyun le dejó pasar casi de inmediato.

Como Yoongi lo prometió, estaba listo para cuando ella llegó. Y en un parpadear, estaban todos en el coche. Algo que a Byulyi sintió extraño, él nunca había sido puntual, ni cuando estaba en la universidad o en el colegio... o en ninguna parte.

¿Cuánto podía cambiar una persona en tan poco tiempo? Bueno, llevaban casi siete años separados, poco tiempo no había sido. Byulyi no tenía cómo saber en qué aspectos había cambiado él, si la única forma de contacto entre los dos eran videollamadas.

Estaba realmente sorprendida, los tres Min menores iban en su auto, camino a su casa justo a la hora acordada, bueno, pocos minutos antes. Creyó que iba a tener que esperar más, por eso había dicho que los recogería faltando quince para las doce, cuando realmente había pensado que las doce sería una hora perfecta, pero no fue así.

Yoongi parecía ser un padre puntual y eso era lo que le estaba enseñando a Jihoon. A estar listo a tiempo.

—Vamos a tiempo —había murmurado Byulyi—, nunca creí decir eso a tu lado Gi. Estoy realmente orgullosa.

Yoongi sonrió con las mejillas tintadas de rosa. Jihoon, por su lado, comenzó a hablar, emocionado.

—Tía Byul, ¿habrán niños de mi edad?

Byulyi resintió el hecho de que le llamase tía, pero se alegraba por ello también. Había sufrido muchos malentendidos por ser llamada mamá, más por sus potenciales parejas.

—Bueno... es un almuerzo en familia —había dicho Byul, mientras conducía—, mi hermano tiene dos hijos, si, pero son menores que tú.

Chaeyeon se asustó. Sungjin era menor que ella por dos años y tenía ya dos hijos. ¿Eso significaba que ella se estaba volviendo mayor?

—¿Muy menores o solo menores?

—Son muy menores. Así que cabe la posibilidad de que hayan quedado a cargo de alguien más.

—¿Entonces no estarán ahí?

—Hoonie, lo verás cuando lleguemos. Por ahora tu tía Byul tiene que centrarse en conducir. —dijo Yoongi viéndolo por el espejo retrovisor, logrando que Jihoon se emocionara con solo eso. Guardando todas sus preguntas para luego.

Byulyi lo había agradecido. Jihoon a veces hacía demasiadas preguntas, aún estaba en crecimiento, era normal. Pero en ocasiones se sentía agobiada y agradecía que Yoongi le ayudara con eso.

Cuando la alfa estacionó el auto, frente a su casa, Jihoon se sintió ligeramente decepcionado. Esperaba una casa grande y lujosa, como las novelas que miraba su tía. Él creía que todos los alfas tenían ese tipo de mansiones, pero al parecer las series le habían mentido.

Y a Jihoon no le gustaban las mentiras.

—¿Esta es tu casa, tía Byul? —preguntó Jihoon, con renovado entusiasmo.

—¿Te gusta?

—Es muy bonita, pero se vería más bonita con un jardín o un arbolito —respondió genuinamente, no mentía. Jihoon pensaba que los jardines realzaban la belleza de una casa, además, los árboles generaban oxígeno y sombra gratis, otra razón para tener unos cuantos.

Estaba acostumbrado que en California, una gran parte de casas tuvieran jardines o árboles muy bien cuidados.

—¿Eso crees? —preguntó mientras bajaban del coche.

—Sí. Pero un árbol es mejor para tu patio, ya que tu trabajas. Un árbol no necesita tanto cuidado como un jardín, así que es perfecto para ti.

—Pero aquí no venden arbolitos —dijo Byulyi tomando de la mano a Jihoon para caminar hacia dentro de la casa.

A Jihoon le encantaba la jardinería. Adoraba ayudar a su padre con el jardín que tenían en su casa de Los Ángeles. Yoongi solo sonreía, estaba orgulloso de su pequeño hijo.

—¿No? Pues para cuando regresemos, te guardaré uno de los arbolitos que papá trasplantó antes de venir aquí y así luego lo plantaremos juntos, ¿quieres?

—Claro que quiero —respondió Byulyi emocionada mientras abría la puerta.

Ni Byulyi, ni Yoongi contaban con que Taehyung estaría sentado en el sofá, hablando tranquilo con el hermano de Byulyi.

—¡Pero mira quién es! —dijo la señora Moon desde el salón—. Gi, precioso.

Yoongi pudo poner cualquier excusa para regresar a casa, pudo disculparse y regresar por donde vino. Pudo hacer montar un escenario; pudo comportarse como un idiota. Pudo hacer mil cosas, pero solo sonrió. Sintió tener más control emocional. Podía con eso, él lo sabía.

—Señora Moon, tiempo sin verla —respondió él, abrazando a la omega.

Yoongi pudo sentir los ojos de Taehyung taladrando en su interior, pero no quería parecer incómodo. Tampoco quería hacer sentir a los demás incómodos. Por lo que continuó como si nada malo estuviese pasando en su cabeza.

«—Que ni se le ocurra acercarse—»

«No lo hará», respondió Yoongi a su lobo. Y aunque estuvo a punto de levantarse del sofá, Taehyung se mantuvo alejado.

—¿Hoonie, eres tú? —preguntó la omega hacia el menor.

—Min Jihoon, un placer conocerla en persona. —El menor alzó su mano hacia ella, cosa que no fue tomado como algo extraño.

—Eres tan educado. Un placer Jihoon, soy Moon Chaeha. —Ella tomó a Jihoon en un apretón de manos firme, cosa que hizo sonreír a Byulyi.

Jihoon se sentía como en casa ya que le conocía desde que tenía memoria, aun cuando fuese solo por videollamadas. Además, Jihoon había sido criado con costumbres mixtas. Entre coreanas y estadounidenses, así que, para Byulyi, que su madre haya tomado eso en cuenta, fue un gesto muy lindo.

—Señora Moon, un gusto verla de nuevo —dijo Chaeyeon en cuanto la mayor le abrazó como saludo.

—Pero pasen, pasen. No se queden en la puerta, vamos.

Byulyi avanzó hacia su cuñada y la saludó formalmente, saludando a penas a Taehyung, para dirigirse a su hermano menor casi de inmediato.

—Sung, ¿podemos hablar un momento?

El nombrado asintió, saludando a los invitados en cuanto pasó al lado de ellos. Subieron las escaleras juntos, mientras los Min eran alagados por la señora Moon.

—¿Min Yoongi, eh? —preguntó la hermana de Taehyung, en un suave susurro que solo él pudo escuchar—. Ese nombre me es familiar, ¿de dónde será?

Aunque estaba borroso, ella podía recordar de dónde. Hacía muchos años, Taehyung le había rogado que localizara ese nombre, en cuanto se dio cuenta de que el chico se iba del país. Ella , al darse cuenta de los motivos por los cuales "supuestamente" se iba Yoongi, decidió no mover un solo dedo en ayuda de su hermano.

—Yo... —dijo Taehyung con la mirada fija en Yoongi y su hijo—... Creo que lo arruiné en grande, sería justo que me odie.

—¿Crees? Taehyung. Lo arruinaste. Sería más que justo que te odie —respondió comprensiva. No quería hacer sentir mal a su hermano, pero tampoco podía mentirle.

Ella había estado ese mismo día en el departamento del alfa, había escuchado la conversación desde una de las habitaciones. Y había simpatizado con el omega. 

Pero, saber de la existencia de su sobrino no era lo mismo que verle de cerca. Ella había deseado por años ese contacto, por lo que se encaminó hacia ellos con la mejor cara, deseando que ninguno de los Min llegase a despreciarla. Jihoon tenía un increíble parecido con Yoongi, debía admitirlo; no había mucho que le recordase a su hermano, excepto sus ojos.

—Hola, disculpen, un placer —dijo la alfa de cabello marrón, hermana de Taehyung.

—Oh, cariño, perdón. Olvidé que estaban aquí —dijo la señora Moon, avergonzada—. Yoongi, Chaeyeon, Jihoon; ella es la esposa de mi Sungjin, Kim Sooya.

—Un placer —dijeron casi al mismo tiempo.

—Tae —dijo Chaeha—, ven vamos, te presento.

El alfa, cohibido, se levantó del sillón y avanzó hacia donde estaban.

—Él es Taehyung, hermano de Sooya. ¿Verdad que es muy guapo? —preguntó la señora Moon, Chaeyeon asintió distraída, esperando a que Byulyi bajase las escaleras. Quería saber qué era de lo que hablaba con Jin.

Entonces cayó en cuenta, estaba frente a un Taehyung, Kim Taehyung. Y era el mismo olor que había reconocido tiempo atrás en Yoongi, el mismo olor que había venido del departamento que había visitado con Yoongi el día de la pelea. Era el bendito alfa que había rechazado a Yoongi y a su hijo. El mismo. Para ella tenía mucho sentido el porqué Yoongi había buscado a Byulyi para contactar con él, eran indirectamente familiares.

—Ella es Chaeyeon, él es Yoongi y su hijo Jihoon.

—Gracias, ya nos conocíamos —dijo Yoongi hacia la señora Moon, quien sonrió.

—¿Kim Taehyun? —preguntó Jihoon, pronunciando mal el nombre a propósito, siendo consciente de cómo ese alfa miraba a su papá, quería gruñirle, pero su papá no merecía que él se comportara de esa manera.

No le importaba quién era ese señor, lo único que quería era que dejara de ver a su papá.

—Kim Taehyung —corrigió el alfa de inmediato, para poner extrema atención al menor—. ¿Me recuerdas? Del museo de arte.

—¿Conoces hace mucho a mi papá? —preguntó en cambio. El menor sintió como Yoongi le acariciaba el brazo casi de inmediato. Eso solo lo hacía para que Jihoon no dijese nada imprudente. El menor entendió que, ese Taehyung no era de confianza.

—Sí, desde hace mucho... de cuando estábamos en la universidad —Taehyung sonrió esperanzado, pero Jihoon decidió mantener distancia.

—¿Desde hace cuánto? —preguntó aun más convencido.

—Bueno... Tu edad...

Jihoon se dio cuenta de algo importante. Ese Kim Taehyung podría ser su padre. Y estuvo a punto de decirlo, pero lo dejó como una suposición.

—Hoonie —dijo Byulyi bajando de las escaleras—. ¿Me ayudas a poner la mesa, hijo?

Ella había hecho mucho énfasis en el "hijo", cosa que hizo que Jihoon se girara emocionado hacia ella. Era la primera vez que ella lo llamaba así.

—Claro, mamá. Permiso, señor Kim.

Ante la respuesta, Taehyung se quedó congelado. El "mamá" había sonado tan natural, como si fuera algo normal en la vida del menor.

¿Acaso Yoongi y Byulyi... ahora eran pareja?

Tendría mucho sentido el porqué Byulyi había hecho lo posible para que no volviese a ver a Yoongi. Ella solo estaba moviendo sus cartas, y Taehyung pudo ver un patrón donde en realidad no había nada.

Él no sabía que Jihoon estaba acostumbrado a llamarla así porque había sido muy importante durante su crecimiento. Tampoco sabía lo que Jihoon había recurrido a ello, porque no tenía de quién hablar cuando en sus reuniones escolares era obligatorio la presencia de un o una alfa. Y aunque Byulyi no había sido la verdadera madre alfa de Jihoon, el menor era a la única persona que podía recurrir cuando necesitaba consejos de ese tipo.

—Yoongi, cariño. ¿Nos ayudas, por favor? —dijo la alfa desde la cocina, impidiendo que Taehyung dijese algo hacia el omega.

Y Yoongi, con una disculpa, fue hacia el comedor.

—¿"Cariño"? —preguntó Taehyung en voz baja, pero fue escuchado por la madre de Byulyi.

—Sí, ¿verdad que hacen una linda pareja? —comentó ella.

—Sí —respondió Sooya, viendo a Yoongi, quien sonrió cuando estuvo junto a Byulyi—. ¿Hace cuánto están casados? —preguntó por curiosidad.

De cierta forma, le alegraba que el omega hubiese hecho su vida.

—Oh, no lo están. Sería muy feliz si me dijeran que decidieron casarse —dijo la omega mayor. Emocionada con la idea. Llevaba mucho tiempo viendo esa química entre Byul y Yoongi, que solo esperaba que ellos decidieran dar el siguiente paso—, pero a mi Byul le gustan las mujeres. Aunque se traten tan bonito, no creo que vaya a pasar. Y bueno, Hoonie le dice mamá, eso quiere decir que no tendría problema con que ellos acabasen juntos.

Moon Chaeha, madre de Byulyi, nunca había oído sobre Taehyung siendo el padre de Jihoon, es más, nunca se lo habían mencionado. 

Ella sabía que Yoongi había tenido que criar a Jihoon solo, pero nunca supo las razones. Así que se convenció de nunca preguntarle a Yoongi sobre ello para que no se pusiera incómodo de ninguna manera.

—Él... —murmuró Chaeyeon atrayendo la atención de los Kim—... tuvo como prioridad a mi sobrino, desde siempre. A Hoonie no le faltó nada en su infancia. Es un niño inteligente y bueno... me alegra que haya aceptado a Byul como su madre.

—Yoongi es un padre maravilloso, lástima de quien lo haya perdido —dijo la omega Moon, con una sonrisa melancólica plasmada en su rostro—. Pero bueno, hay que almorzar.

Por otra parte, desde que Byulyi había llamado a Yoongi, Jihoon no había parado de preguntar si el señor que les miraba desde la sala era su padre.

Yoongi, tratando de no parecer incómodo por la situación, le dijo que podrían hablarlo de mejor manera en cuanto llegasen a casa. Jihoon no necesitó explicaciones, "él" era su padre, nadie lo sacaría de ahí. Por lo que preguntó a Yoongi si se sentía cómodo con quedarse o tendría que inventar algún malestar para irse a casa.

Era un niño muy inteligente. Tanto que no quería que su padre se sintiese incómodo con la presencia de alguien que le hacía sentir triste. Y si Jihoon tenía que fingir, lo haría. Yoongi solo sonrió y le dijo que podría considerarlo solo si Jihoon prometía comer toda verdura que hubiese en su plato.

—Papá —dijo Jihoon acercándose a la cocina para ayudar a llevar los tenedores, Taehyung giró la cabeza de inmediato, pero el niño simplemente pasó de él—, la tía Jenny no estará contenta contigo. Sabes que a ella tampoco le gustan las verduras.

—Tú sigues en crecimiento, Hoonie. No puedes simplemente pasar de largo de ellas —dijo Yoongi, yendo hacia la cocina, para ayudar a la señora Moon a terminar de servir la mesa.

—¿Puedo solo no comerlos hoy? —preguntó desde el comedor.

—¿Puedes? —preguntó Yoongi de vuelta, con una pequeña sonrisa. Jihoon solo suspiró.

—Si te sirve de consuelo, a mi tampoco me gustan las verduras —dijo Taehyung, acercándose un poco a él.

Jihoon realmente quiso ignorarlo, pero eso sería muy maleducado de su parte. De una u otra forma, era su padre.

—No es que no me gusten, señor Kim. Es que solo las como cuando mi papi las cocina.

—¿Enserio? —preguntó Sooya, quitándole la palabra a Taehyung—. Imagino que tu papá cocina delicioso.

—Sí, él siempre cocina muy rico.

—Me imagino que tu mamá ha de estar muy orgullosa de él.

—¿Mi mamá Byulyi? —preguntó Jihoon; a lo que Sooya asintió—. Ella no es mi verdadera mamá, pero está muy orgullosa de mi papá. —Jihoon quiso evitar aclararlo, pero sintió que no debía omitir esa parte.

—¿Enserio? ¿Y entonces dónde está tu verdadera mamá? —Sooya lo preguntó sin malicia, ella solo quería saber si el pequeño sabía sobre la existencia de su padre, Taehyung.

—No es una mamá, es un papá, es un alfa —respondió Jihoon, captando la completa atención de Taehyung.

Yoongi quiso intervenir, pero... Jihoon tenía el derecho de querer hablar con su padre.

Taehyung no podía parar de pensar que, aun cuando él y Yoongi quedaron en malos términos, Jihoon sabía de su existencia. Aún cuando no lo reconocía.

—¿Tu papá Yoongi te lo dijo? —preguntó Taehyung. Con la esperanza de poder ganar la confianza de Jihoon lo suficiente como para poder recuperar los años perdidos.

—Sí, mi tía me había dicho que estaba en el cielo para no herir mis sentimientos. Pero mi papá me dijo que él tenía cosas que hacer y que por eso no estaban juntos. Al parecer eran muy importantes. Aunque eso ya no importa. Mi papá es muy feliz ahora y yo quiero que siga igual de feliz.

—¿Qué habrá sido tan importante? —preguntó Sooya a Jihoon, pero manteniendo la mirada fija en Taehyung.

—No lo sé, papá no habla mucho sobre eso.

Taehyung se sintió realmente culpable. Un par de palabras en una acalorada discusión le habían hecho perder la oportunidad de vivir al lado de la persona de la que estaba enamorado y su hijo. Tal vez todo hubiera sido diferente si no hubiese pensado solo en sí mismo ese día.

—¿Pero y si tu papá alfa aparece de nuevo? ¿Que harías? —preguntó Taehyung con un deje de esperanza.

—¿Yo? —preguntó Jihoon haciéndose el desentendido. Taehyung no le estaba mintiendo hasta ese momento, solo estaba haciendo preguntas, así que estaba bien hasta cierto punto—. Yo no haría nada, señor Kim. Él tendría que hablar primero con mi papá, no conmigo.

A pesar de todavía no haber cumplido siete, hablaba demasiado y con su verdad por delante. Aunque no quisiera admitirlo, quería pasar tiempo con su padre alfa, pero eso era algo que no le concernía. No podía poner sus caprichos por sobre los demás. Yoongi le había enseñado eso mucho tiempo atrás.

No porque quisiera algo, significaba que siempre sería suyo. Como cuando lloró en una tienda solo porque quería un juguete muy caro que su papi no le podía comprar. O como cuando quería ver la tele hasta tarde cuando al siguiente día Yoongi, Chaeyeon y él tenían que salir muy temprano para viajar Seúl.

—¿Y si lo hace, crees que tu papá lo perdone? —preguntó Taehyung con un nudo en la garganta.

Jihoon quiso decirle a Taehyung que su papá lo perdonaría, pero no iba a mentirle.

—Depende de qué tan feas sean las cosas que se dijeron y también sobre cómo comiencen a hablar. A papá no le gusta que las personas pidan perdón solo porque sí —Jihoon se encogió de hombros—. Para pedir perdón tienes que sentir que necesitas que te perdonen y que la otra persona vea que de verdad quieres que te perdone.

Jihoon, con una sonrisa, fue hasta donde su padre y Byulyi hablaban en voz baja.

—A la mesa —dijo la señora Moon.

Jihoon sintió que había hecho algo bien. No supo cómo, pero podía sentirse feliz de alguna forma. Y no por lo que había dicho, sino por cómo se había comportado ante la situación. Había sido un niño educado y su papá le agradaba cuando él era un niño educado.

Aunque Taehyung se miraba triste, estaba menos triste que antes. Jihoon podía verlo ya que, con la cabeza gacha, miraba cada tanto a Yoongi y sonreía un poco. Su papá no se veía muy cómodo, era verdad, pero no estaba tan mal como al principio. Y eso era algo bueno, según Jihoon.

—¿Y cómo te va en la escuela, Hoonie? —preguntó Chaeha. No acostumbraba a hablar mientras comía, pero era Jihoon. Él había sido criado con otras costumbres.

—Muy bien, papá dijo que si seguía así me apuntaría al programa de artes del instituto el año que viene —dijo orgulloso, la omega le dedicó una enorme sonrisa.

—¿Artes? —preguntó Sooya sonriente—. ¿Te gusta la música o la pintura?

—Los dos —respondió Yoongi sonriendo—. También la poesía, la literatura y...

—Y la botánica —respondió Jihoon inflando el pecho, sintiéndose muy feliz de poder hablar sobre ello.

Taehyung le miró sorprendido. ¿Que clase de padre era Yoongi? ¿Por qué parecía que Jihoon era la clase de hijo perfecto? Debía de haber un truco, ¿cierto? Deberían de estar exagerando o Yoongi estaba sobreexplotando al pequeño.

—¿Que instrumentos te gustan? —preguntó Taehyung.

—El piano es mi favorito —respondió Jihoon sin pensar.

—¿Y pintores?

—Van Gogh, Claude Monet, Salvador Dalí, Frida Khalo, Diego Velásquez, Caravaggio y...

—Conoces muchos, eso veo... —interrumpió Taehyung.

—Papá trabaja cerca de un museo de artes, así que vamos de visita cada vez que hay nuevas exposiciones. También tiene varios libros en casa. Así que dejó toda una sección para mí. Aprendí a leer a los tres años, así que primero elegí los de cuentos y como eran muy cortos me fui a los de poesías. Clementina Suárez es mi favorita hasta ahora, pero papá dice que debería dejar muchos de sus poemas para cuando sea mayor.

Yoongi, sin quererlo tosió. Ya que la mayoría de obras de la poeta eran de índole sexual. Y por más que le dijera a Jihoon que no la mencionara, a él le era imposible no mencionar su nombre.

Taehyung aprendió mucho de su hijo durante el almuerzo y Jihoon habló más de lo que habría querido. Pero era un niño con mucho que decir pero con pocas personas, a parte de su familia, que le querían escuchar.

Por ello se sintió tan feliz de que ellos se mostraran tan interesados en él. Ya que esos temas los podía hablar solo con su papá y su tía, con nadie más.

Jihoon comenzó a sentir que su estomago le dolía. Así que fue bajando poco a poco el tono de su voz. Hasta que ya no se sentía bien como para seguir. El ambiente no era el mismo desde que habían dejado de lado su conversación y, antes de que terminaran todos de comer, Jihoon llamó a su padre en un murmuro, explicándole que no se sentía muy bien.

Yoongi volteó a ver a su hijo, su plato estaba vacío. Así que Yoongi supo que no fingía.

—¿Que sientes, Hoonie?

—Creo... que me duele el estómago...

—¿Quieres que los lleve a casa, bonito? —preguntó Byulyi hacia Yoongi, desde el otro lado de la mesa.

—No me siento tan mal... —susurró, pero era obvio su malestar.

—¿Seguro? —preguntó la señora Moon. Jihoon no contestó, solo colocó su mano sobre su barriga.

—Señora Moon, espero que nos perdone... —murmuró Yoongi poniéndose de pie, pero ella lo interrumpió.

—No te preocupes. Si Jihoon no se siente bien, entonces es mejor que vayan a casa. Tal vez algo le cayó pesado.

—Puedo llevarlos —dijo Taehyung, levantándose de inmediato.

—No, gracias —respondió Chaeyeon—. No se lo tome a mal, señor Kim. Vinimos en el coche de Byulyi, así que sería más prudente que ella nos llevara de vuelta.

—Muchas gracias por todo —dijo Yoongi—. Y lamento esto. Sungjin, fue un placer verte; Sooya, un placer conocerte; señora Moon, nos retiramos, con permiso.

—Vayan, espero que mejores pronto Jihoon.

—Muchas gracias, señora Moon —dijo Chaeyeon, luego de despedirse de su amigo de la infancia.

—Hasta pronto... —susurró Taehyung, lamentando el hecho de que Yoongi se había despedido de todos, menos de él.

Yoongi sin embargo, se apresuró al coche de Byulyi, respirando profundo. Jihoon se sentía mal y eso era algo raro en él.

Tenía seis años y medio. Hablaba demasiado y tocaba temas que niños de su edad tacharían de aburridos. Pasaba más tiempo pintando que viendo la televisión, leía poemarios y cuando no entendía algo, iba directo a preguntarlo para poder entender lo que leía. Y, para su corta edad, podía entender muchas cosas que para Yoongi serían difícil de explicar.

Pero era extraño que enfermara. Eso era seguro.

—El señor Kim parece buena persona —dijo Jihoon, abrazado a su padre en el asiento trasero del coche—, no me molestaría llamarlo papá.

Yoongi sonrió con melancolía, más preocupado por su hijo que por lo que decía. Byulyi sin embargo, no le agradó la idea de que Jihoon llamara a Taehyung papá.


De vuelta. Espero les guste el capitulo de hoy. Estuve mucho tiempo con un bloqueo horrible, pero las vacaciones me devolvieron la chispa, o eso creo. Jsja

Aprovecho este espacio para promocionar mi cuenta de Instagram, me encuentran como: wtt_nazacerratho. Aquí en los comentarios les estaré dejando el link, por si quieren pasarse por ahí. <3

Ahora sí, nos vemos. 💕✨

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