Nunca debí dejarte ir

Ahora sé que debimos de haber sido un nosotros.

O tal vez no estaba destinado a ser.

Vivo con tu sombra ahora, calcinada en mi memoria.

❝ Nevergreen — VOILÀ ft. Kellin Quinn❞

Jeon Jungkook no era una mala persona...

Bueno tal vez sí, pero él juraba que la razón principal de serlo era que Kim, su mejor amigo, lo sacaba de sus casillas.

Ya que, según Jeon, Taehyung tenía lo que él no. Y no hablaba de una cosa, si no de varias.

Por ejemplo: Kim, era uno de los primeros en cada clase sin esforzarse mucho y eso, para Jeon, era completamente desesperante. Tae también estaba en la lista de favoritos de la mayoría de los profesores y algunos ni siquiera eran de la carrera que estaban cursando. Kim no tenía que mantener apariencias cuando estaba frente a distintos tipos de personas, sino que era él mismo sin importarle lo que dijeran los demás. También veía lo que quería mientras estaba en casa y no  solo lo que estaba "de moda" entre las masas para poder encajar; pero, lo que Jungkook más envidiaba, era que Kim podía pasar el receso en donde quisiera y completamente solo si así lo deseaba.

Jungkook anhelaba hacer lo mismo que él, esa había sido la razón principal por la que había congeniado con Kim desde un principio, pero la popularidad que había ganado con el pasar de los días, le había estropeado los planes.

El alfa de cabellos castaños no soportaba el hecho de que Kim viviera —con total naturalidad y desinterés— la vida que él quería; lo odiaba, realmente lo hacía. Razón por la que transformaba su rabia en palabras; se burlaba de Taehyung en público, hacia comentarios pasivo-agresivos cuando sabía que él estaba cerca y, sobre todo, lo tomaba como fuente de risas para su grupo.

Pero Kim no parecía entender las indirectas y continuaba a su lado sin importar qué. 

"Parecía más una maldita goma de mascar, que un amigo" o al menos eso era lo que Jungkook decía.

Pero lo que Jeon no entendía era que las "señales" que enviaba no eran las correctas. Ya que aun cuando decía y hacía esas cosas, él apreciaba realmente la compañía del rubio. Y eso hacía un completo lío en su cabeza; lío que solo lograba confundirlo aún más; lío que empeoró cuando cupido flechó a Taehyung.

Pero nadie más que Jeon tendría forma de saber lo que pasaba en su cabeza... y ni siquiera él lograba discernir un pensamiento de otro; tampoco ponía empeño en hacerlo.

«Soy un alfa, y los alfas reaccionan así», se excusaba.

Jungkook simplemente no soportaba que Taehyung hablara de Yoongi hasta en el almuerzo, y no era porque hablara del omega, Jungkook también hablaba de conquistas o de quienes tenía la mira, sino que, mientras Kim hablaba de su omega-amor platónico, su aroma se volvía empalagoso para Jungkook.

Y el problema fue que Jungkook se enfadó a tal punto que se encaprichó con Min, pero solo para demostrarle al rubio que no podría tenerlo todo.

Y sí, lo intentó, varias veces de hecho, pero no pudo acercársele ni un solo centímetro al omega; porque, sin saberlo, comentó el tema en el circulo social de Moon Byulyi, la mejor amiga de Yoongi. Y ella, no permitió ningún tipo de acercamiento al darse cuenta de las intenciones del alfa de ojos marinos.

Jungkook se resignó después de un par de meses y, solo entonces, supo que Yoongi había dejado las citas de corta duración de la nada. Se especuló sobre una pareja estable, también sobre un cortejo repentino, pero ninguno resultó ser cierto... o al menos eso dijeron los que eran cercanos a los amigos del chico.

Pero Jungkook necesitaba estar seguro; necesitaba saber si eso había sido por sí mismo o por alguien en específico. Y lo necesitó tanto, que no midió sus acciones al interceptar a Yoongi cerca de las instalaciones de la universidad. Equipado con parches de aroma, mascarilla, capucha y navaja, le arrebató las pertenencias al omega. Incluyendo entre ellas, el celular.

Pero no encontró llamadas, mensajes o audios que no fueran a sus amigos y familiares. Tampoco encontró fotos subidas de tono o comprometedoras, sino que la mayoría eran a paisajes, animales o capturas de pantalla de libros online y, los vídeos que tenía en la memoria, se basaban en recomendaciones de libros, de sus cantantes favoritos o memes.

Pero Jungkook no podía hacer nada con todo eso, pero tampoco podía devolverlo y ya. Era probable que Yoongi lo reconociera; era probable que lo denunciara.

Entonces le insinuó a Kim el tener las pertenencias personales de alguien importante para así poder acusarlo de tenerlas, pero Taehyung no le tomó más importancia de la que Jungkook hubiera querido... y eso jodió sus planes.

Así que solo lo guardó al fondo de uno de sus cajones, bajo llave.

Jungkook había decidido dejar de pensar en Yoongi, y también, retomar una buena amistad con Taehyung. Pero todo se había caído al suelo cuando Taehyung había reconocido a Yoongi como su pareja destinada en esa fiesta. Trató de interponerse, pero Kim no se lo había dejado fácil. Menos cuando, de pronto, los dos habían desaparecido de su vista.

No había podido seguirlos porque uno de sus amigos se le había colgado del cuello y comenzado una conversación. Cosa que hizo que estuviese furioso, con todo el mundo y consigo mismo, pero más con Taehyung, porque el tipo no solo tenía una vida perfecta, sino que también había encontrado a su destino.

«¿Acaso siempre seré la maldita sombra de Taehyung?», se preguntaba Jeon.

Sin saber que no era la sombra de nadie, sino que, debido a sus inseguridades, se sentía como una, que por eso trataba de rebajar a Kim en todos los aspectos. Lo que Jeon no entendía, era que el rubio no tenía la culpa de su complejo de inferioridad, que nadie la tenía en realidad.

Y ese día, el chico de ojos marinos, trató de contactarse con Yoongi por todos los medios; necesitando saber que no estaba con Kim. Pero la hermana de Yoongi tenía bloqueado el número y Hoseok lo enviaba directo a buzón, trató con Jimin pero la llamada simplemente se perdía y luego ni siquiera llegó a sonar.

Estaba frustrado; lleno de ira. Al punto, que lanzó el celular contra la pared, destrozándolo de inmediato.

«Los dos me la van a pagar», era en lo único que podía pensar.

Y, el día que por fin tuvo la oportunidad de "arruinar la vida de Kim" en sus manos, Yoongi se la había arrebatado sin saberlo, yendo a esa habitación de hotel con el mismísimo Taehyung. Y al siguiente día, que lo encontró de casualidad cuando iba a visitar al trabajo a uno de sus amigos del centro comercial, este, junto a la chica que creyó era una de las amigas de Min, le habían restregado en la cara el hecho de que Kim estaba junto a Yoongi...

Y era fácil deducirlo, ya que Yoongi estaba marcado con el aroma de Taehyung, por lo que era obvio que dijera eso.

Los dos estaban juntos, eso era seguro. Ningún omega saldría a presumir una marca de aroma si no estuviera intentando algo con el alfa en cuestión. Y Yoongi no había esperado mucho para salir a presumirla. Siendo eso, la cereza del pastel.

Jungkook simplemente explotó, pensando que Taehyung siempre tendría todo sin esfuerzos. Había forjado una buena vida sin hacer nada más que ser el mismo, y había tenido al omega más cortejado solo con verle un par de segundos a los ojos.

Estaba harto, razón por la que buscaba venganza —la cual no tenía ni pies ni cabeza—.

Por eso, cuando tuvo la oportunidad de ver de nuevo al omega, fue un completo golpe el realizar que estaba en cinta. No solo estaba en shock, sino que estaba demasiado herido.

«—Joder, ¿enserio crees que se va a hacer cargo de tu embarazo? Ten un poco de decencia, Min», había dicho, pero Yoongi no se tomó tan a pecho todo lo que había salido de sus labios ese día.

Y entendió por qué. Porque Kim era ignorante ante el embarazo del omega.

«Tal vez ni siquiera es de Taehyung, así que no tiene caso decirle», pensó Jungkook, sintiéndose levemente mareado. Y es que Yoongi no respondía, bajo ningún estímulo, a lo despectivo que estaba siendo ese día.

Jungkook, se dio cuenta de algo días después (cuando había vuelto a pelear con Taehyung y estuvo apunto de decirle sobre el embarazo de Yoongi).

Entendió que no tenía caso arruinar una relación que ni siquiera daba señales de vida, que sus malditos celos irracionales no le llevarían a ningún punto.

Pero no estaba dispuesto a pensar que había hecho demasiadas estupideces en un corto lapso de tiempo y que nadie tenía la culpa de toda la mierda que pasaba en su vida y, que el único culpable estaba en el reflejo del espejo. Todo porque el orgullo que carcomía su cuerpo era demasiado grande como para hacerle reconocer su error.

Jeon catalogó todas sus acciones como una estupidez que necesitaba remediar. De todas formas, quería a Taehyung como un amigo. Pero en ningún momento significó que pediría perdón por lo hecho.

Ya que ni siquiera lo lamentaba; esa palabra no estaba en su vocabulario.

「◖⚘◗」 

Actu, porque no me cae bien el personaje de Jeon. Pero debo admitir que en algún punto de mi vida me sentí similar a él. 💔