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『Cʜᴀᴘᴛᴇʀ 11』

Estas imágenes parpadean, haciéndome quedar ciego.

Me estás mirando a los ojos, pero estoy perdido en mi mente.

War With My Mind — Crimson Apple ❞


Yoongi había investigado lo suficiente como para darse cuenta de que el aborto no era una opción viable, tampoco una opción segura para su integridad física. Podría haber complicaciones graves, podría quedar infértil, podría caer en depresión, ansiedad o culpa y, podría perder la conexión con su lobo.

¿Realmente valía la pena?

Yoongi, quien era un sentimental de primera, decidió que suficiente daño había sufrido como para sumar un aborto.

No podía hacerlo, aun cuando se obligara a imaginar la mala combinación de los genes del alfa con los suyos. Es más, quería darse golpes contra cualquier superficie plana cuando pensaba en Taehyung y él teniendo un bebé. No podía con la idea, y trataba de desecharla casi de inmediato, pero no lo lograba, ya que esta cruzaba continuamente como si realmente no fuera mala.

—Yo... quiero tenerlo. —había dicho a su padre una semana después, tiempo en el cual su madre no podía mantenerle la mirada, ella estaba realmente enojada con él, tanto que parecía hasta decepcionada.

Yoongi se sentía culpable, a pesar de que no lo era.

—Me alegra que te hayas dado una respuesta definitiva, cariño. Estoy orgulloso de ti. —sonrió Kihyun.

—Yo... no sé si sea motivo de orgullo... —susurró apenas—. Mamá no cree eso.

—No pienses en ella, piensa en ti. Ella estará enojada un tiempo y cuando se dé cuenta de que no puede obligarte a nada, se le va a pasar. Siempre es así, lo sabemos.

—Sí... pero ella siempre ha insistido con esto, ¿por qué ahora se enoja conmigo?

—Porque Yongsun quiere que todos tengan obligatoriamente lo que ella desee, que vivas como ella diga y que pienses como ella; aun cuando tú no quieras. ¿Recuerdas cuando te inscribiste a la universidad? Ella quería que estudiaras gastronomía, pero matriculaste lo que tú querías.

—Estuvo enojada mucho tiempo por eso; tuve que comenzar a trabajar porque ella dijo que no la pagaría.

—Cuando se dio cuenta de su error, ella te ayudó con los gastos. Cuando vea que no te puede imponer un estilo de vida obligatorio, se rendirá y pasará la página como si nada. Son solo berrinches temporales.

—No aguantaría verla enojada conmigo por mucho tiempo.

—Lo sé, yo tampoco lo haría, pero ya no debes preocuparte por eso, ¿sí? —Yoongi asintió—. Piensa en ti, solo en ti.

—Eso haré —sonrió.

—Más te vale —murmuró Kihyun, sonriente.

Su hijo era la persona que menos escuchaba consejos, en el planeta. Así que le agradó saber que su hijo recurrió a él para saber qué hacer y no a algún extraño. Lo que significaba que le tenía suficiente confianza.

—Sabes... —susurró Kihyun logrando captar la atención de su hijo—... con Chae iremos a comprar algo de ropa. Dijo que no se sentía cómoda con lo que llevó.

—Muchos iban vestidos de forma casual y ella, como si fuera a una pasarela. La tienes consentida.

—A los dos los tengo consentidos —recalcó el omega mayor—, pero ese no es el punto, quería que nos acompañaras, para distraernos un poco. Ahora que ocuparas cosas para ti cuando tu pancita crezca no nos viene mal ir consiguiendo lo necesario.

—Pero... no van ni dos meses.

No quería salir de casa. Corría el riesgo de ver a Taehyung o a Jungkook. Antes los veía de forma frecuente en la lejanía, por lo que quería evitar encontrarse de forma directa con ellos.

—Sí, pero los otros se irán volando, créeme —añadió.

—Chae puede...—replicó, pero fue interrumpido.

—Además, así vemos qué es lo que te gusta o qué es lo que no. ¿Que dices?

—Papá...

—Tiempo padre e hijos. ¿No suena bonito?

—Vamos, Gi —dijo Chaeyeon desde el umbral de la puerta—. Obligarte a estar encerrado no te hará bien. Vamos, y si quieres pasamos por un helado a la vuelta.

—No es eso...

Pero, luego de pensarlo, Yoongi accedió. Solo esperaba no encontrarse con nadie conocido.
Así que, después del almuerzo, cumplieron lo planeado.



Y fue a Yoongi a quien le tocó manejar. Según Kihyun, su hija era descuidada al volante y quería evitar un accidente. Y si la tarea ya era complicada en las abarrotadas calles de su ciudad, tener a su padre hablando hasta por los codos en el asiento del copiloto distrayéndole cada cinco minutos con un tema nuevo, lo multiplicaba por dos.

Yoongi no pudo descansar hasta que, en el centro comercial, tuvo la grata casualidad de encontrarse con Byulyi. Pero ella no estaba sola; estaba acompañada de la prima de Hoseok, chica de la cual, Yoongi no recordaba su nombre.

Los tres estuvieron hablando durante un buen tiempo; riendo y caminando sin rumbo fijo.

—¿Entonces cuándo volvieron? —preguntó Byul.

—Hace unos días, no estuvimos mucho. Solo hasta que rindió el examen y ya después regresamos.

—Pero se van a volver a ir, ¿cierto?

La forma en la que lo dijo pudo haberle delatado ante Yoongi, pero él ni siquiera notó ese tinte específico en su voz.

—Sí, bueno, solo si Chae aprueba y estoy seguro que lo hará.

Chaeyeon y Kihyun habían entrado a una tienda cuando ellos se encontraron, dejándoles la privacidad suficiente como para hablar con total confianza.

—¿Es necesario que vayas? Me refiero a que, si podrías quedarte... Aquí estamos tu familia y... amigos.

—Lo sé, pero no voy dejar a mi hermana sola en un lugar que no conocemos, mientras yo me quedo aquí, haciendo exactamente lo mismo que podría hacer allá.

—¿Y qué pasará con nosotros? No quiero que te vayas y nos olvides... eres mi mejor amigo.

—Byul, no los voy a olvidar, además, solo serán un par de años, puedo venir de visita de vez en cuando, ¿no?

—Lo sé —sonrió—, o podría ir yo cuando tenga libre. Claro, solo si así lo quieres.

Yoongi asintió, feliz de que la alfa ya hubiese aceptado una parte de su futuro.

—No me negaría a una visita tuya.

—Pero, ¿qué pasará con él...? —preguntó con cautela. No quería arruinar el momento, pero necesitaba salirse de dudas.

—¿A qué te refieres?

—Es que... no sé cómo explicártelo... Mira, Kim ha estado un poco fastidioso. Siempre quiere verte y va a buscarme porque sabe que te conozco. Pero si no me das el visto bueno, no le puedo decir nada de ti.

—¿Y tú cómo lo conoces?

—Su hermana mayor es la pareja de mi hermano menor.

—Genial, ahora tendré que cuidarme hasta cuando vaya a tu casa.

—Le tiene miedo a mi padre, por ahí él no pasa.

—¿Tu papá? Pero él es un amor.

—Lo sé, pero ya sabes cómo se lleva con los extraños.

—Pero son casi familia, deben llevarse bien.

—Pues sólo mirate, es tu destinado y no lo quieres ver ni en pintura.

—Eso es otra cosa, no tiene nada que ver.

—Sí que lo tiene; tú tendrás que llevarte bien con él en algún momento, no puedes huir del lazo para siempre.

—Byul, no me siento bien como para verlo, peor para un lazo en sí; no estoy lo suficientemente preparado para comenzar a conocerlo, y tampoco como para hacerme la idea de que seamos... pareja.

—Es solo un lazo, no tienen que ser pareja. Solo tienen que llevarse bien. Pueden ser buenos amigos en esta vida y casarse en la siguiente, nada está escrito en piedra.

—No es tan fácil.

—Sé que no es fácil, pero Yoon, el pasado es pasado. Si te estancas en la idea de cómo son las relaciones, te perderás de muchas cosas valiosas.

—Siento que alguien aquí está abogando por su amigo.

—No estoy abogando por nadie, tonto. Solo quiero que veas el mundo con otros ojos. Que veas que no todo es blanco y negro como te lo hizo ver ese...

—Byul —interrumpió algo molesto por la mención implícita de su ex pareja—. Aprecio que veas por mis sentimientos, y es muy lindo de tu parte que te preocupes por mí. Pero que no se te vuelva a ocurrir tratar de hacerme cambiar de parecer. No quiero tener que verle ni oír de él por el momento. Solo quiero paz, ¿es mucho pedir?

La alfa negó, resignada.

—Disculpen, debo irme, me están esperando —dijo la beta, interrumpiendo el silencio que se había formado entre quienes habían olvidado que ella estaba ahí.

—Lo siento Hye, vamos. —musitó Byul, solo entonces Yoongi recordó el nombre de la chica.

—Hyejin, fue un placer volver a verte. —Yoongi le sonrió, y ella le devolvió el gesto.

—Igualmente, hasta pronto —dijo y con un asentimiento comenzó a marcharse. Byul le dio un beso en la mejilla a Yoongi como despedida y siguió a la chica casi de inmediato.

Yoongi quedó pensando seriamente en las palabras de Byulyi mientras regresaba con su padre y hermana.

Él creía lo contrario a Byulyi, ¿estancarse en la idea de cómo son las relaciones? Él no se sentía estancado, lo veía todo con claridad. Las relaciones, según su experiencia, terminaban en desastres, peleas y separaciones; había excepciones, sí, pero Yoongi sabía que él no formaría parte de ellas, si no lo formó antes, ¿qué le aseguraba que ahora sería diferente?

Yoongi estaba completamente seguro de que solo perdería el tiempo al intentar formar una relación estable y que no importara qué, estaría soltero para toda una eternidad.

Porque el "carácter" que había formado con los años había sido una molestia para las parejas que había tenido. Y preferían dejar todo por la paz en lugar de continuar con una persona como él que solo buscaba compañía física, y no sentimental.

Con un suspiro, entró a la tienda en la que esta su hermana y padre. Deseando no pensar en más que encontrar ropa linda para su futuro bebé, y tal vez hacerse de un par de camisetas. Pero. en todo lo que restaba del día, Yoongi no pudo evitar recordar el pasado. No pudo evitar que en su cabeza se cruzara una y mil veces el rostro de quien arruinó su percepción del amor.

Y como si hubiera sido hace un par de horas, Yoongi no pudo evitar regresar a cuando tenía dieciséis, justo cuando conoció esa persona de dulce sonrisa adornada de hoyuelos pronunciados y ojos tiernos que... arruinó por completo su vida.

Inconscientemente su memoria le llevó a mediados de octubre, cuando el otoño había hecho su aparición sin tardar ni un solo día.

Yoongi había decidido acompañar a Chaeyeon al parque cercano a su escuela luego de pasar a recogerla, ya que, según ella, las clases habían sido demasiado aburridas y solo quería divertirse un rato, Chae solo tenía diez años para ese entonces. Yoongi tenía menos de un año de haber recibido los resultados del examen de género, el cual había apuntado que era un omega y él aún estaba algo triste por ello.

Yoongi simplemente no deseaba el mismo resultado para su hermana ya que, un país alfista no era un buen lugar para ser omega, según Yoongi, quien solo quería que su hermana disfrutara su niñez antes de que ese examen fuera obligatorio en su día a día.

Mientras ella correteaba con algunos niños de su misma edad, Yoongi permanecía alejado, pero vigilando a sus alrededores; sentado en una de las bancas supervisando su bienestar y riendo de vez en cuando al verla caer.

Ella se levantaba, sacudía el polvo y seguía como si nada. Yoongi admiraba su determinación... y también su resistencia ya que él no podría soportar un golpe mínimo con el frío que comenzaba a hacer.

Cuando decidió que ya era hora de marcharse, comenzó a acomodar dentro de la mochila, las cosas que minutos antes Chaeyeon había regado en el banco, pero no contaba con que un chico mayor que él se sentara a su lado.

Chaeyeon llegó corriendo un par de segundos después, alegando que uno de los niños había roto la falda de su uniforme. Otro niño, aparentemente menor, venía detrás de ella llorando, abrazándose al joven a su lado. Ella no dudó en acercársele y gritonear.

—¡Él la rompió! Gi, él me tiró del pasamanos y la falda se rompió. ¡Tiene que pedirme perdón!

—Chae, ya no tienes cinco, no le grites a desconocidos —dijo Yoongi, tomando la mano de su hermana—. Ven, vamos a casa, mamá la arreglará.

El mayor, apenado, solo sabía disculparse con Yoongi. Yoongi se disculpaba por la actitud de su hermana. El omega estaba dispuesto a irse en ese mismo instante, pero sinceramente, ni siquiera supo cómo terminó hablando durante casi una hora con el mayor a su lado, mientras los dos menores continuaban jugando como si nada hubiese sucedido.

Pero el celo de Yoongi se adelantó un par de días debido a que todavía no se acostumbraba al hecho de ser omega. Y tuvo que salir corriendo del parque con Chaeyeon renegando y casi armando un par de rabietas.

Ese día, Yoongi conoció a Jooheon.

Jooheon, tenía diecinueve, era un alfa realmente atractivo a los ojos de cualquiera y Yoongi lo consideraba un buen amigo. Los días libres hablaban durante horas en el parque cercano a la escuela de Chaeyeon, mientras ella jugaba con el sobrino del "amigo de su hermano".

Luego de varios meses en la misma rutina, Jooheon le aseguraba de que eran como almas gemelas y que el destino los había unido para siempre por algo llamado hilo rojo en el dedo meñique, Yoongi lo asoció con las parejas destinadas por la luna y el alfa lo tomó en ventaja al decirle que su celo se había adelantado debido a eso.

Yoongi al principio estaba renuente a creerle, pero, eventualmente, lo hizo. Y, sin saberlo, ese fue el peor error que pudo haber cometido. Cuando Yoongi cumplió dieciocho, llevaba un año de noviazgo con Jooheon.

Yongsun decía —casi siempre— que, si ellos eran destinados, que no habría problema en que la marca se formara pronto, para así poder casarse como era debido. Y Yoongi estaba algo emocionado con eso, aunque, también estaba completamente convencido de que aun eran demasiado jóvenes.

Pero Jooheon creía lo mismo que Yongsun.

El alfa decía que Yoongi debía de tener una marca para que así nadie más se acercara con otro tipo de intenciones. Para que todos vieran que ya le pertenencia a alguien y que no debían acercársele siquiera.

Cuando Yoongi cumplió veinte, estaba pensando seriamente en dejarse marcar, ya que Jooheon se convirtió en la única persona importante, luego de sus padres, en su vida, ya no había amigos, o conocidos. Ellos solo se habían alejado sin ningún motivo aparente.

Yoongi no sabía que el alfa se había encargado de alejar a todos y cada uno de sus amigos, incluyendo a Byulyi y Hoseok, aun cuando estos eran casi parte de la familia del omega. No le permitía hablar con nadie más que no fuera familia directa, ni salir sin decirle dónde o con quién estaba. Yoongi creía que eso era normal en las parejas jóvenes ya que varias veces oyó a su madre decir cosas parecidas.

Pero, de un momento a otro, las peleas se habían vuelto recurrentes por cualquier cosa, por salir o no hacerlo, por su forma de vestirse o por el corte de cabello, y el tema regular, era porque Yoongi en ningún momento quiso pasar sus celos con su "pareja", ya que sentía que todavía no estaba preparado para ese paso y que no era correcto ya que sentía que estaba siendo obligado por Jooheon.

El alfa, reclamaba su "derecho" a hacerlo y comenzó a insinuar que el omega pasaba sus celos con alguien más. Yoongi, en ese momento, no sabía que estaba siendo mentalmente manipulado.

Tenía una venda gigante en los ojos cuando de Jooheon se trataba. Nunca vio más allá del amor que el alfa le profesaba, nunca vio las mil y una oportunidades que tuvo de escapar de sus reglas estrictas y formas para mantenerlo encarcelado entre sus brazos.

Yoongi creyó que todo mejoraría luego de entregarle su cuerpo al alfa. Y fue astuto al usar un collar anti-marcas durante los tres días que duró su celo, pero no fue lo suficiente como para ver realmente con quién estaba tratando.

Jooheon fue el bastardo más grande al presumir haberse acostado con él, pero lo hizo de la peor forma en la que Yoongi se imaginó. Anunciando haber tenido su virginidad como si de una de las hazañas más grandes del mundo se tratara. Eso rompió su corazón en mil pedazos, pero lo hizo más el hecho de que Jooheon lo humillaba a donde quiera que fueran, en cualquier lugar en el que se encontraran. Por suerte y no iban a la misma universidad o también lo hubiera hecho ahí.

Yoongi ya no podía imaginar al Jooheon que conoció, mucho menos recordarlo. Y el día que el alfa recurrió a los golpes, Yoongi decidió que había sido suficiente. Habló el tema con sus padres. Y las medidas que ellos tomaron, no ayudaron mucho ya que el alfa se volvió aún más intenso, reclamándolo como de su propiedad.

Solo entonces Yoongi entendió que los momentos felices con Jooheon podría haberlos contado fácilmente con los dedos de sus manos y que había perdido la cuenta de los días en que había llorado por su culpa.

Y creer que se hubiera dejado marcar por él o que había pensado en la posibilidad de tener un hijo juntos, lo había tenido enfermo por días. Yoongi comenzó a odiar el concepto de amor por la culpa de él, y terminó detestándolo hasta los huesos. Pero la necesidad de estar acompañado le estaba jugando en contra.

Realmente pensaba en llamarle, en pedirle perdón y que volvieran, decirle que necesitaba oír su voz. Pero sabía que no importara la hora en que pensara en Jooheon, fueran las diez de la mañana o las tres de la madrugada, no debía llamarlo, porque era él el que estaba mal y no Yoongi. Jooheon era el culpable, y el omega lo entendió mejor al ver las amenazas por mensajes de texto, las llamadas, los correos de voz en los que lo insultaba a morir. No podía con todo eso, pero cuando no había nada, él entraba en un estado de expectación desesperante.

Sentía que, en cualquier momento, Jooheon entraría por la puerta y volvería a golpearlo.

Y Yoongi no pudo evitar caer en un estado emocional terrible en el que solo la posibilidad del suicidio le parecía una solución viable. Solo entonces, Yongsun decidió poner una orden de restricción al ver la situación fuera de control.

Pero Yoongi no quiso ir a ver un psicólogo, en cambio, creó sus propios métodos —para nada saludables— para salir adelante. Se concentró en sus estudios y en nadie más.

Estaba la mayoría del tiempo pegado a su familia y demasiado cerca de sus amigos, ya que estar solo le agobiaba y, al necesitar  otro tipo de compañía, coqueteaba con la primera persona que se le pusiera enfrente. Inconsciente de que, con eso, mantenía de lado una herida que necesitaba ser curada con urgencia.

Pero no todo quedó ahí, ya que generalizar se volvió parte de su rutina. Creía que cualquiera que se acercara con otras intenciones que no fueran de una noche en su cama, era porque planeaba hacerle lo mismo; que solo se acercaban para atarlo de pies y manos y alejarlo de todo y de todos. Y temía; por lo tanto, reaccionaba de la primera forma que veía conveniente, alejarse o alejar a esa persona, hasta la última consecuencia.

No importaba la opinión pública, a Yoongi le dejó de mortificar el qué dirán luego de la quinta persona.

Su corazón comenzó a encapsular sus sentimientos hacia las demás personas que no tuvieran un vinculo previo con él. Luego de tantas veces que lloró hasta dormir, y las veces en que dejar de existir sonaba demasiado tentador, Yoongi no quería sentir por otras personas lo que sintió por Jooheon, porque en su mente todo terminaría igual o peor que como terminó con ese alfa.

¿Debería darle el placer a ese idiota de dejarlo destrozado? Cada vez que lo pensaba, Yoongi, inmediatamente después, soltaba una carcajada amarga y comenzaba a hacer cosas que normalmente no haría.

Y por sus malas decisiones en cuanto a compañías nocturnas, tuvo que aprender a defenderse. En ocasiones cuando alguien se pasaba de listo, Yoongi imaginaba el rostro de Jooheon y no podía evitar descargar la furia retenida contra esa persona.

Pero, ¿estaba haciendo mal? ¿Enserio se estaba encapsulando a sí mismo?

Yoongi detuvo su andar, había seguido a su padre y hermana estando sin estar, realmente.

Estaba encerrado en su mente, pensando seriamente en que el amor era algo que los escritores habían romantizado con el pasar del tiempo. Y es que, lo que él leyó alguna vez, fue completamente lo contrario a lo que sintió. Había leído sobre mariposas en el estómago, sobre brillos en los ojos y sonrisas interminables. Pero él no había sentido nada de eso, en cambio, había tenido dolores de cabeza, lágrimas de arrepentimiento y humillaciones que se habían sentido interminables.

Y sí, Yoongi había sentido hacia ese alfa algo parecido a lo que los escritores definían como amor, pero solo era la etapa del enamoramiento.

El alfa en ningún momento estuvo enamorado de él, Yoongi en cambio, se enamoró porque creía que era su destinado. Desde un principio esa obsesión había apuntado al fracaso... pero Yoongi no pudo verlo porque el alfa le prometió la luna y el universo entero, cuando ni siquiera pudo darle una estrella.

—Yoon... —Al parecer, Chaeyeon llevaba tiempo tratando de llamar su atención.

—Dime.

—Ya nos vamos... ¿Pasa algo? Has estado demasiado distraído.

—¿Papá, dónde está?

—Gi, no me cambies el tema... ¿Es algo malo? ¿Byul te dijo algo?

—Ella... Yo... —Yoongi negó tratando de aclarar su mente—. Solo me dejó pensando...

—¿En qué?

—¿Tú cómo me definirías?

—¿Por qué...?

—Solo responde —interrumpió.

—¿Perfectamente imperfecto?

—Ajá... —La mayoría de amigos decían lo mismo, era como una broma interna. Algo que solo entre ellos entendían—. ¿Eso quiere decir que...?

—Que... por fuera te ves como el omega perfecto, pero... no lo eres, nadie lo es realmente.

—¿Eso vendría siendo una forma linda de decirme que mi personalidad es una mierda?

—¡No quiero decir eso! Es solo que... tu percepción del mundo es demasiado negativa y eso hace que las personas se alejen de ti y...

—Entonces, ¿crees que estoy cerrado a la idea de una relación? —interrumpió.

—Bueno, no quiero sonar ruda... pero sí. Desde lo de... ya sabes... él, no has querido a nadie más.

¿Tan mal estaba todo que su hermana no se atrevía a mencionar el nombre de Jooheon siquiera? Yoongi inconscientemente llevó una de sus manos a su vientre.

Y ahora que lo recordaba... tampoco la había dejado hacerlo con Taehyung.

"—Vuelves a mencionarlo y juro que romperé todos tus sets de maquillaje. ¿Entiendes?"

No solo estaba siendo rudo consigo mismo, sino que también lo era con las personas a su alrededor. Yoongi quería comenzar a hacer las cosas bien, por sí mismo y por su hijo. Tal vez ese era el siguiente paso: Sanar.

Sanar para que la mención tácita o explícita de Jooheon no dañara su subconsciente. Sanar, para que la mención del padre de su hijo no sea una carga en su corazón.

Porque Yoongi quería que el bebé en su vientre creciera con un padre que no le tenga miedo a la palabra amor.

Y iba a esforzarse el triple si era necesario. Pero primero, necesitaba ayuda... ayuda profesional.

「◖⚘◗」

Un amigo que lee la historia me preguntó que porqué ponía canciones al inicio de cada capitulo, en lugar del título que antes tenían (los primeros lectores sabrán a lo que me refiero).

Pues los títulos me parecían spoilers, y estas son canciones que escuchaba mientras escribía y me parecieron que pegaban con algún sentimiento, situación o pensamiento respecto al capítulo. Así que nadie se va a spoilear nada si no lo ha escuchado antes, ¿no?

Igual, todas esas canciones van siendo añadidas a la playlist de la historia, por las dudas. Muchas me ayudaron a expandir mis gustos musicales a nuevos artistas, así que espero que hagan lo mismo por ustedes. ^^

Por ahora, nos leemos luego, mis amores. 💕✨

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