Día 16. Él

Te observa burlón desde un lugar inalcanzable para ti. Sabes que sin su voz estarías mejor, pero tienes miedo de quedarte solo.

<<¿Te gusta lo que soy? >>

Haces que no lo escuchas y genera, muy dentro de ti, una angustia que entre más lo ignoras, más prevalece.

<<Estoy para recordarte lo que vales. No vales nada, pero aquí sigo, contigo>>

Incluso te engaña en un abrazo de apoyo. Aconseja en cada lagrima que se refleja en ese absurdo ser frente al espejo, mientras, Él se encarga de confirmar esa idea. Ahí está, ¿Ya lo ves?, frente a ti.

<<Sin mi no eres nadie>>, te dice en cada oportunidad cuando miras al vacío. Daña peor que un grito. Taladra igual que un susurro agónico y desesperante.

¡Déjame!, ¿Quién eres?

<<Soy tu>>

Entonces una paz te embarga. Sabes que no te puedes mentir a ti mismo, que siempre contaras con esa voz interna que te genera conciencia, o eso es lo que te hace creer.

Por un tiempo vives tranquilo, en paz, ¿Ves esa persona de ahí?, tu eres mucho mejor.

<<Tienes razón>>, te respondes con una sonrisa.

Las cosas han mejorado. Ya no hay complejos ni miedos, sabes quien eres porque te lo repites cada mañana frente al espejo; te sientes único, seguro, en paz, sin nada que pueda detener tus pasos ante esa carrera peligrosa que es la vida. Peligrosa, dura...la vida es dura.

<<Lo es, pero no importa. Siempre que me tengas aquí para decirte lo que te hace bien o mal, todo estará bien>>

¿Quién eres?

<<Soy tu>>

Sonríes al saber que cuentas contigo; quieres volver a salir a la calle, pero antes, te enfundas la ropa de batalla, esa que compraste el mes pasado y que tanto te agradó al probártela, tu reflejo lo dijo. Ahora esa persona podrá notar tu existencia y tal vez, se enamore de ti.

<<Nunca lo hará>>

Es verdad...nunca lo hará.

<<Porque no vales nada sin esa ropa. Para empezar, no tienes oportunidad, ¿Tu?, no me hagas reír>>

Ves un borde en la línea de tu ropa que nunca notaste, ¿así de horrible soy?

<<Que asco>>

Sí... que asco.

<<Por fortuna me tienes a mi para decirte la verdad>>

Te odio.

<<Lo sé>>

Cállate

Cállate

Cállate

<<¿Quién eres?>>

Soy tu.

Te golpeas en la cabeza una y otra vez con el puño cerrado, deseando incontables veces que se convierta en un mazo que acabe con tu mente. Nunca se acaba.

Después del colapso, la frustración desparramada por tus ojos se acabó. No hay fuerzas, entonces una calma embarga tu ser; a cada bocanada de aire puro tus pulmones te avisan que sigues vivo, ya no hay dolor, tu mente esta en blanco y, sin embargo, sabes que sigues vivo porque sientes palpitante tu corazón.

<<¿Qué haces?>>, te dice Él.

Esta vez, no sientes la necesidad de responder.

Las venas se llenan de energía, tu pecho sube, baja y sube en completa tranquilidad. Por un leve segundo te sientes en paz. No piensas en nada, aun así, estas consciente; presente... vivo.

<<¡ERES UN HIPÓCRITA!, hace un rato llorabas y ahora, ¿Te sientes bien?>>, ríe nervioso.

Escuchas las gotas de lluvia impactar contra la tierra que, irremediablemente, desprende ese olor a vida, ese olor a tierra mojada.

<<PUTA MADRE, DEJA DE PERDER EL TIEMPO>>

Tus pulmones vuelven a expandirse.

<<Si no te mueves, vamos a morir...vamos a morir..mo-morir...no suena nada mal morir, ¿no crees?>>, comienza a decir en un susurro.

¿Sé quién eres?

<<Soy tu, ya te lo dije>>

No.

<<Soy tu amigo>>, sonríe frente a ti <<¿Quién te cuidaría si no soy yo?>>

Si tu me cuidas, y eres yo, entonces yo me cuido.

<<...Eso no es lo que quise decir>>

Vuelves a inhalar.

<<Sin mí no eres nada. No existes. Yo soy quien te digo lo que eres, sin mi no eres nada. ¿Puedes vivir sin mí?>>

<<NO. Porque no existes>>

Abres lo ojos, Él sigue ahí, al otro lado del marco.

<<Yo te controlo. Te protejo>>, te dice tranquilo mientras le miras, <<Si yo digo que eres idiota, sabes que tengo la razón, porque yo lo digo. ERES IDIOTA>>

Sigues de espectador.

<<¿Tienes miedo?>>, se acerca a ti desbordando una sonrisilla, <<Sí lo tienes>>

Retienes el aire.

<<Yo no soy tu enemigo, ese de allá lo es. Mientras ellos siempre se alejan, yo siempre me quedo. Somo nosotros...somos tu y yo>>

No.

Entonces Él saca un cuchillo y se lo coloca frente a la garganta.

<<¿Quieres que me vaya?, ¿Quieres?, ¿Quieres?, ¿Quieres?>>, al no encontrar respuestas, el cuchillo corta la garganta de un solo movimiento y su cuerpo cae.

Dejas de morderte los labios. El silencio vuelve a embargar la habitación.

<<Sigo aquí>>, dice tarareando luego de una carcajada, <<¿Sabes por qué?>>, pregunta al restregar su rostro frente al espejo, justo atrás de ese marco frente a ti.<<Porque yo soy tu>>

Tú...no eres yo.

Siempre te engañó, Él quiso estafarte, ahora no hay problema. Ya lo descubriste.

Tú no eres yo.

<<YO SOY TU>>, Golpea el espejo y este termina estrellándose.

-Tú no me controlas. -Liberas a tu puño del cuchillo que no recuerdas haber tomado-. Yo te controlo -repites frente al espejo y con una sonrisa; el aire vuelve a ti.

Entonces ahora sabes que Él, es tu ego y que Él, no eres tú.