023.
capítulo veintitrés.
(pretextos y engaños).
La coyote caminaba sigilosamente entre los pasillos del edificio Hale. Había encontrado la forma de entrar y salir del loft sin que ni Braeden, ni Derek se dieran cuenta.
Desde detrás de unas de las columnas de loft, miraba como la mercenaria cargaba las armas, mientras que Derek las miraba seriamente apoyado en la mesa.
—Aún no me gusta confiar en estas cosas— murmuró Derek sin despegarle la vista a la mesa.
—Entiendo. Extrañas tu poder. Yo también lo haría— Braeden dejó el arma ya cargada y tomó otra mientras escuchaba lo que su pareja decía.
—No se trata de poder, sino de ser capaz de ayudar. No me gusta sentirme indefenso— Braeden lo miro con burla.
—Soy humana— cargo el arma en sus manos. —¿Te parezco indefensa?— Derek la miro con una sonrisa.
—Eres mucho mejor tiradora que yo— el ex-hombre lobo. Bajo la mirada.
—¿Realmente crees que no volverás?— preguntó la mercenaria un tanto abrumada.
—Vivo no— Braeden dejo de cargar las armas y se acercó a él.
—Sabes que no estoy de acuerdo con eso— murmuró posándose a su lado.
Derek sonrió de lado y la beso dulcemente. —Yo si. Si sirve para salvar a Scott y Kira— volteó hacia las armas de nuevo. —Ni siquiera se si son suficientes armas como para derribar un Berserker—.
Hayley salió de su escondite cargando su escopeta, haciendo que ambos la apunten con un arma.
—Creo que tendré que patear más traseros por ti, primo— dijo con burla haciendo que bajen las armas. —Porque yo tampoco estoy de acuerdo con eso— negó levemente con su cabeza.
Derek apretó sus labios y las miro a ambas.
Ciertamente, no podía creer que Hayley estuviera parada frente a él.
Creía que el era la última persona que Hayley quería ver en ese momento. Se dio cuenta de que sus pensamientos eran erróneos.
—Ni lo creas— se escuchó la voz de Peter bajando las escaleras en espiral que habían allí. —Matar a un Berserker es casi imposible. No solo por la presión, es romper con el espirito animal del humano— Hayley suspiro acercándose a la mesa, dejando la escopeta en ella mientras escuchaba la conversación.
—Una persona con esa clase de experiencia es Argent. Y no vendrá por mi— dijo Derek encogiéndose de hombros.
—Entonces, necesitaremos ayuda— miro a Hayley quien lo miro extrañada. —Como Malia, puede ser Liam. O yo, sin dudas— sonrió de lado al terminar su discurso.
•••
Stiles revolvía rápidamente el armario de Scott en busca de alguna prenda usada. Tomó unos shorts y se los tiro a Malia mientras volvía a buscar.
La coyote se llevó la ropa a su nariz, intentando captar alguna esencia del hombre lobo.
Negó con su cabeza. —Suavizante para ropa— le dijo Malia.
Stiles la volteó a mirarla por un segundo y se dirigió rápidamente hacia el baño, con Malia pisándole los talones.
Abrió el cesto de la ropa sucia y tomó unos calzoncillos del alfa. Malia lo miro con asco.
—Recuerda, la vida de Scott está en juego—.
Malia volvió a hacer una mueca y volteó hacia la habitación buscando otra opción de rastreo. Simplemente le daba asco oler allí abajo. Se acercó rápidamente a la cama y tomó la almohada para olfatearla. Miro a Stiles obvia.
—Si. Eso funciona también— dijo Stiles mientras volvía a dejar los calzones.
Rápidamente sacó la funda y bajaron
las escaleras corriendo. Se encontraron con Liam, quien estaba apoyado en la mesa esperándolos de brazos cruzados. Se levantó al verlos.
—Liam, ve a casa. No vendrás con nosotros— le ordenó el lunarejo mientras seguía caminando.
—¿Por que no?— preguntó el rubio mientras que pasaban por su lado.
—Porque hay luna llena, y no me gustaría tener que manejar hasta Mexico y que tú me desgarres el cuello— contestó parando su paso y volteando a verlo al igual que Malia.
—Puedes encerrarme, ¿si? ¿Encadenarme al asiento o algo?— Malia miro por un segundo a Stiles.
—Rompiste las cadenas, ¿recuerdas?— preguntó Malia.
—Si va Hayley estaré bien, ¿okay?— la pareja bajo la mirada.
—No sabemos nada de ella desde...— murmuró Stiles levantándola.
—El accidente— terminó Malia suspirando estresadamente al recordar a su hija.
La había buscado por todos lados. Su casa, la casa de Derek, la de Stiles, la cueva donde vivían siendo coyotes, e incluso la de Peter, y desde la noche del partido, donde ella estaba en las gradas escondida estratégicamente, no sabía nada de Hayley.
Liam frunció su ceño al escuchar esto y las palabras de la coyote retumbaron en su cabeza.
No le digas a Scott que me viste. A nadie, en realidad.
Se hizo el desentendido y asintio de acuerdo, murmurando un 'Si, seguro'.
—Para que vayas, deberíamos congelarte en carbonita— murmuró Stiles intentando que Liam entienda que no vaya.
El se encogió de hombros. —Bien, ¿donde conseguimos carbonita?— preguntó inocentemente el chico.
Stiles negó con la cabeza frustrado, entrecerrando sus ojos mientras lo fulminaba con la mirada. —En serio, ¿tampoco lo has visto?— y con la misma expresión intento retirarse de la casa.
—¡Espera!— Liam camino posándose delante de ellos. —¿Y si me llevas en el baúl?—.
—Saldrías de ahí, también— contestó la coyote.
—Liam, has sido un hombre lobo durante cinco minutos. No tienes que hacer esto— le dijo Stiles.
—Se que no debo. Pero quiero hacerlo. Por Hayley. Por mi— Malia miro a Stiles. —Debe haber cadenas más fuertes, un baúl más grande o algo así. Debe haber—.
•••
Hayley levantó una ceja al ver como Stiles caminaba de un lado a otro liberando toxinas de preocupación, con su celular en su oído, maldiciendo en alta voz baja a Lydia.
—De cualquier forma, ¿que hace en la escuela?— le preguntó Derek a Malia, quien giró su cabeza para verlo.
—Tenemos la espada de Kira-— la levantó mostrándosela. —-pero necesitamos algo con más aroma. Lydia fue q buscar un abrigo en su armario— volvió a mirar hacia el frente dando terminada la conversacion.
—Nada— aviso Stiles acercándose.
—Ella tiene un auto, puede alcanzarnos— puntualizó la mercenaria.
Peter la señaló dándole la razón. —Buena idea. La llamaremos—.
—No. ¿Y si paso algo? ¿Y si está en problemas?— Peter rodó los ojos al escuchar al lunarejo.
—Bien. Quédate, encuéntrala. Seguiremos sin ti—contestó el hombre lobo listo para partir.
Hayley comenzó a caminar hacia allí, haciendo que todos giren su cabeza para mirarla.
—Nadie va a dejar a nadie— dijo mirándolos a todos, hasta que su mirada se puso en la de Malia. —Hola, mamá— murmuró con una sonrisa sin mostrar los dientes.
—Hola, Hayley— respondió Malia mirándola exactamente igual a ella.
—Puedo llamar a Mason. Es de su grupo de estudio. Quizá pueda buscarla— opinó Liam sacando de sus burbujas al ver a su chica.
Stiles miro a Hayley buscando una opinión y ella se encogió de hombros. —Bien. De acuerdo—.
Stiles apartó a Hayley y Malia de los demás, quienes estaban yendo a la camioneta blindada que había conseguido Braeden para encadenar a Liam.
—Hayley, me alegra mucho que estes aquí, pero necesito volver con Derek y Liam. Algo se sobre hombres lobo adolescentes sin control— murmuró esto último. Las coyotes se miraron un segundo y volvieron su vista a él. —¿Estarán bien si van con Peter?— preguntó mirándolas sucesivamente.
—Si, seguro. Lamento no haber traído sangre y entrañas de inocentes para saciar la sed que tiene mi abuelo. Gracias por preguntar— murmuró sarcástica Hayley mientras se cruzaba de brazos.
Malia rodó los ojos al escuchar la dramatización de su hija. Por si no se olvidaba, ella fue la que estuvo viviendo con el luego de que se enterara que son familia.
—Es mi padre. Quizá podamos establecer un vínculo— le contestó por su lado, Malia, apartando sus pensamientos.
—Nah. Sin vínculos— Stiles asintió con una sonrisa conforme. —Pongan la radio, muy fuerte— ambas asintieron aceptando el plan.
—Recuerden a que nos enfrentamos aquí. No solo a Kate. Si no también a sus Berserkers— dijo Peter llamando la atención de todos mientras se ponía su chaqueta. —Aún si ven ojos humanos detrás de esos cráneos, no crean que les queda algo de humanidad— Hayley suspiro mientras se colocaba al lado de Liam, quien derrochaba toxinas de miedo. —Tu, pequeño, les tienes terror, ¿verdad?— Liam miro inconscientemente a Hayley, quien miraba mal a Peter. —No te preocupes, mi amigo. Ese miedo te mantendrá vivo— Hayley miro a Liam. Le sonrio sin mostrar los dientes y entrelazó sus dedos. —Recuerden. No se pelea con los Berserkers para sobrevivir, se pelea para matarlos—.
Todos comenzaron a subir a sus respectivos automóviles, pero Malia detuvo a Hayley antes de que pudiera subir en la parte de atrás del coche de Derek, donde iban a ir con Peter.
Malia suspiro y atrajo a Hayley a sus brazos. Sus ojos se humedecieron al sentir como su hija sollozaba en su pecho, recordando detalladamente el corazón en su mano y el ruido de los cuellos rotos.
—Lo siento— murmuró Malia separando a Hayley de su pecho. —Siento no haber estado ahí para ti— seco las lágrimas de su hija con sus pulgares.
Ella asintió con un intento de sonrisa. —Está bien. Tenias razón— Malia frunció su ceño al escucharla. —Ser una asesina viene de familia— bajo la mirada asintiendo, mientras abría la puerta del auto y se refugiaba allí.
•••
La radio retumbaba fuertemente en el auto.
Malia miraba por la ventana del asiento del copiloto, intentando ignorar a Peter como Stiles le había dicho.
Todo el asunto de la familia la había tomado de imprevisto. Al igual que su hija era obligatoriamente parte de una manada en Nueva Orleans.
Sus propios pensamientos abrumaban a Hayley. Sentada en el medio de la parte de atrás, intentando mantener el control en la luna llena.
La música hacía que sus agudos oídos se estremezcan e intenten bloquearse a ellos mismos.
La voz de Peter sonó como parlante cuando hablo. —¿Les molesta si bajo un poco la música?— preguntó mirándola por el espejo retrovisor y luego mirar a Malia.
A Hayley no le molestaba estar con Peter, solo le incomodaba el hecho que el sepa que había asesinado por primera vez. Todo un orgullo para la familia.
Malia se limitó a mirarlo por un segundo para luego voltear la vista a Hayley, para asegurarse que ella siga siendo ella.
Por más que había controlado el cambio por una noche, no significaba que sepa como hacerlo en otra.
No tenía ni idea de que era su ancla.
—¿Están preocupadas por Stiles?— preguntó el mayor al oler el nerviosismo de ambas chicas.
—Estoy preocupada por todos— contestó su hija, sin dirigirle la mirada.
Peter miro a Hayley por el espejo retrovisor, esperando una respuesta. —Estoy preocupada por Scott— murmuró apartando la mirada.
—¿Debería preocuparme por ustedes?— Hayley miro a Peter sin hacer ningún movimiento. Malia volteó la cabeza a verlo. —Debemos derrotar a los Berserkers para llegar a Kate— Malia volvió la mirada al desierto. —Luego debemos derrotar a Kate para llegar a Scott y Kira. Créanme, no será fácil— murmuró negando con su cabeza.
—Scott dice que no matamos gente— le dijo Malia volviéndolo a mirar.
Peter miro por un segundo el espejo retrovisor, mientras que Hayley bajaba la vista al sentir su mirada.
—Hice lo que tenía que hacer para salvar a Derek— miro al desierto. —Lo volvería a hacer su fuera necesario—.
—¿Creen que Scott mataría para salvar a Kira?— ambas chicas lo miraron de reojo. —¿Tu lo harías?— le preguntó a Malia, sabiendo que la respuesta de Hayley sería un rotundo si.
La coyote sería capaz de matar a todo un ejército para salvar a uno de los suyos.
—¿Matarían para salvar a Stiles?— Peter no pudo seguir parloteando, ya que Hayley había colocado sus manos bruscamente en el hombro del asiento, mientras se quejaba entredientes y lo apretaba fuertemente.
Malia volteó a verla y colocó una de sus manos sobre la de ella, intentando calmarla. Su madre también soltó un quejido con su ceño fruncido.
—¿Que sucede?— preguntó Peter mirando a las chicas por un segundo.
—La luna llena— murmuró Malia volviendo a voltear para mirar el cielo con una gran luna.
—Bien. Necesitarán ese poder—.
El radio que había sobre el maletero del auto, comenzó a soñar la voz de Braeden.
—Detén el auto— ordenó la chica deteniendo la camioneta negra que iba a su atrás.
Peter detuvo el auto y bajo la ventanilla.
—¿Ahora que ocurre?— preguntó sacando su cabeza.
—Trae a Hayley— le gritó la mercenaria bajando de la camioneta mientras caminaba apurada hacia allí.
—¿Que?— murmuró la chica mientras que volteaba a ver a su madre.
Braeden abrió la puerta del auto y esperó a que Hayley salga.
Malia miraba hacia atrás, impaciente por saber que necesitaban de su hija. ¡Ella la necesitaba más que ellos! ¡Hayley era su ancla!. La coyote mayor gruñó por lo bajo mientras volvía a ver hacia delante al mismo tiempo que Peter arrancaba.
Braeden empujo a Hayley dentro de la parte de atrás de la camioneta, dejando ver un Stiles y Derek nerviosos y a un Liam semi transformado.
Se sentó rápidamente al sentir como el motor volvía a arrancar.
—Sea lo que sea que ibas a enseñarme...— dijo Liam mirando el triskelion en su mano derecha. Hayley colocó una mano en su hombro dándole apoyo, mientras que ella también comenzaba a transpirar e hiperventilar. —Creo que es mejor que empiecen— murmuró levantando su mirada dorada.
—Oh my god. Ya te trajimos a Hayley, ¿que mas quieres?— preguntó Stiles en un murmuró casi inexistente.
•••
La coyote apretaba fuertemente el asiento al igual que sus dientes. Su ceño estaba fruncido, sus ojos apretados y su rostro completamente mojado.
Su subconsciente repetía una y otra vez las palabras que Peter le había dicho un día antes de la luna llena.
Abrió sus ojos mirando a Stiles, quien se sobresaltó al ver sus ojos dorados. Torpemente, golpeó el brazo musculoso de Derek, llamando su atención y miro a la coyote tenso.
Tenían a un hombre lobo y a una mujer coyote convirtiéndose en una camioneta de la policia con tres humanos dentro.
Genial.
—Liam, ¿me sigues?— Derek volvió la atención al beta. Intentando pasar desapercibido el hecho de que Hayley estaba comenzando a perder el control. —Tenemos un mantra para usar. Hayley— la llamo, haciendo que esta lo mire con sus ojos verdes cambiando a dorado por un segundo. —Repítanlo, concéntrense en las palabras. Es como meditar. Digan las palabras hasta sentir que vuelve el control— Liam apretó fuertemente el triskelion. Hayley lo tomó también, quedando ambos agarrando de el.
Stiles miraba nervioso la escena, la coyote podía notarlo por las toxinas que liberaba este último.
—Bien. ¡Bien! ¿Cuáles son las palabras?— preguntó Liam en un grito entre dientes.
—Mira el triskelion. ¿Ves el símbolo?— no pudo seguir al escuchar como los hombros de Hayley comenzaban a quebrarse y sus colmillos comenzaban a salir. —Tengo un tatuaje en la espalda, es el mismo. Cada espiral representa algo—.
—Alfa. Beta. Omega— respondió Hayley en un gemido, apretando el triskelion y, a a la vez, la mano de Liam.
—Representa que siempre podemos reaccionar frente a unos y replegarnos ante otros. Betas pueden volverse Alfas— Stiles siguió al discurso de Derek, mientras que ambos adolescentes los miraban cada vez que cada uno hablaba.
—Alfas pueden volverse Betas—.
—¿Los Alfas pueden volverse Omegas?— preguntó Liam.
Derek asintió, pensando que el había pasado de Alfa a Omega. —Todo lo que tienes que decir son tres palabras y, con cada una, te dices a tu mismo que te relajas y que te controlas— Hayley lo interrumpió.
—Alfa. Beta. Omega— murmuró entre dientes , mientras que movía su cabeza para atrás al sentir como su columna se achicaba.
—Alfa. Beta...— dijo Liam rápidamente.
—Lento— susurró Hayley, apretando su mano.
Soltó un grito al sentir como la piel de coyote comenzaba a salir de su piel humana. Rápidamente, soltó la mano de Liam y se arrastró hacia el rincón más cercando.
—Alfa. Beta. Omega. ¿POR QUE RAYOS NO ME FUNCIONA?— gritó lo ultimo al sentir que sus manos se volvían negras y con bellos.
Liam perdió el control y comenzó a tirar de las esposas, haciendo que la camioneta se mueva bruscamente. Hayley soltó un grito al impactar con el asiento donde estaba Stiles.
El hombre lobo rompió las esposas de las que lo habían sostenido por todo ese tiempo. Con las garras afuera, se abalanzó para atacar a Derek, quien intentaba detenerlo a toda costa.
Hayley se obligó a ella misma a detener el lado coyote. No supo cómo lo hizo, pero sus manos se volvieron humanas, sus huesos dejaron de crujir y sus músculos de contraerse, el pelaje comenzó encarnarse en su piel una vez más.
Con fuerza de voluntad, se agachó en su lugar y soltó un rugido al ver que intentaba matar a Derek. Rápidamente, arremetió contra Liam mientras que Stiles le gritaba a Derek que no estaba fincionando para ellos, eso de Alfa, Beta, Omega.
—¿Conoces otros mantras?— preguntó Derek de regreso, al ver como de la espalda baja de Hayley salía lentamente una cola, aunque esta última estaba aprisionada por detener a Liam y que no asesine a nadie.
—Si, conozco. Liam. Hayley. ¿Cuáles son las tres cosas que no podemos ocultar por mucho tiempo?— Hayley volteó la cabeza hacia atrás, mirando a Stiles con el ceño fruncido al escuchar la pregunta.
El rubio amagó a soltarse, pero Hayley no se lo permitió, y volvió a detener a Liam, mucho más fuerte que la primera vez, haciendo que el hombre lobo se enoje y le ruja en su rostro.
—¡Hayley! ¡Liam!— volvió a intentar, acercándose un poco, pero aún con distancia de no perder un ojo. —¡Ambos! ¡Mírenme!— Hayley volteo la cabeza a verlo, aún apretando a Liam contra la pared de la camioneta. El chico no perdió el tiempo de su desconcierto y colocó sus garras en el cuello de la coyote. —¿Cuáles son las tres cosas que no podemos ocultar?— gritó en la cara de ambos. —¿Las tres cosas?— Liam giró su cabeza hacia la derecha mirando al lunajero.
—El sol— murmuró entredientes. —La luna— gruñó.
—La verdad. El sol. La luna. La verdad— le dijo Hayley a Liam.
Dejo de tomarlo tan fuerte al sentir como sus garras dejaban su cuello.
Stiles tenía la mirada pegada en ellos, listo para interponerse para salvar la vida de Hayley si era necesario.
—El sol. La luna. La verdad— comenzó a murmurar Liam con su voz volviendo de a poco a la normalidad.
—¿Derek?— preguntó Braeden dejando de ver la carretera para mirarlos a ellos.
Hayley cayó rendida en el piso, con sus músculos a doloridos.
—Estamos bien— contestó.
—El sol. La luna. La verdad— volvió a decir Liam, mirando a Hayley en sus pies, toda sudada y con una pequeña sonrisa.
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