020.
capítulo veinte.
(monstruosidades).
La coyote y Brett hacían guardia.
En los plásticos colgantes que había en la habitación, Hayley miraba con sus ojos entrecerrados. A unos metros de ella, un cazador que guardaba una planta amarilla de acólito en la caja fuerte.
Apenas sacó el acólito de su chaqueta, el hedor llegó a sus fosas nasales y los ojos comenzaron a picar.
El hombre tomó su arma y comenzó a apuntar hacia donde estaba escondido Brett, listo para atacar.
Hayley tomó un objeto puntiagudo y se lo lanzó al cazador, soltando un rugido al ver como se acercaba listo para disparar.
El cazador dejó su arma grande y de su pantalón sacó una automática, apuntando al rostro transformado de Brett.
La coyote salió por detrás, colocando sus garras en la garganta del hombre mientras le gruñía con sus dientes fuera.
—¡Esperen! ¡Hayley, Brett! Este lugar es suyo. Es suyo— Scott llego corriendo mientras gritaba antes de que Hayley le desgarre la garganta.
Automáticamente la coyote guardó sus garras y sus dientes, alejándose.
Se paró frente a él, haciendo que Chris la mire esperando que tenía para decir.
—Debes ser Chris Argent— el hombre la examinó con la mirada de arriba a abajo.
—Si— afirmó asintiendo.
Hayley sonrió sin mostrar los dientes. —Si eres como Kate. Te mataré— mostró sus ojos dorados.
Se alejó de el, pasando por un lado de Scott, regalándole una sonrisa burlona.
—Scott. Si ibas a traer invitados, podrías haber avisado— le dijo Argent, acercándose al alfa, mientras miraba a la manada de Satomi.
—No tenía otro lugar donde llevarlos— se limitó a murmurar Scott.
Satomi se acercó a paso firme y se colocó a un lado de Kira. —Conozco a este hombre. Quizá no lo recuerde, pero ya nos conocemos— le dijo con recelo.
—Puedes confiar en el— salto a defender Scott, mirándola. —Yo confió en el— Chris apartó la mirada de la de Scott.
—¿Como sabemos que el no es como los otros?— preguntó Satomi mirando al alfa de reojo.
—¿Que otros?— se limitó a preguntar Chris.
—Anoche, había un equipo entero tras ellos— le explicó Kira.
Hayley se acercó a ellos con la mitad de una flecha en sus manos. —Y usaron ballestas— se la dio a Argent y luego se fue a sentar a unas de las cajas de acero que había allí, cerca de la conversación.
—Son cazadores, ¿no?— preguntó Scott mirando cómo Chris examinaba el objeto.
—Si matan por un beneficio, no— respondió el cazador levantando su mirada de la flecha. —Ya no—.
—¿Pueden encontrarlos?— preguntó Brett dando unos pasos hacia delante.
Chris lo miro. —Tal vez ya sepan que están aquí. Quizá esperen a que oscurezca—.
—Entonces, ¿no estamos a salvo aquí?— preguntó Kira girando hacia Scott, quien estaba a su izquierda.
—No estamos seguros en ningún lado— le contesto Satomi a su derecha. —Hemos intentado escapar durante días. Donde vamos, encontramos a alguien nuevo intentando matarnos— le informo la mujer a Argent.
—Si ellos vienen, Scott, también vienen por ti— murmuró Chris acercándose alfa. —Aún estás primero en la lista—.
Scott asintio. —Lo se. Y no soy el único que está primero— miro sobre su hombro a Hayley, mientras que ella apoyaba sus codos en sus rodillas y entrelazaba sus dedos, encorvándose.
La coyote tenía presente que era una de los mejores números de la lista, dejando mucho para desear. Y dado el hecho que ya la habían intentado asesinar casi cinco veces, comenzaba a pensar que era suerte que siga viva.
—Valgo cinco millones menos, Scott. Vienen por tu cabeza primero— le recordó la coyote, negando con la cabeza vagamente.
—Se que Lydia puede conseguir la respuesta de Meredith— Scott se dirigió a Chris. —Solo necesita más tiempo—.
—Entonces es lo que conseguirá— contestó el cazador, dando terminada la conversación.
—Y cuando vengan, primero voy a patear sus traseros— dijo Hayley levantándose de su asiento, decidida a pelear.
•••
Scott le tendió su teléfono a la coyote, con el número de su madre marcando.
—¿Scott?— dijo Malia, seriamente en la otra linea.
—Hayley— contestó ella con una pequeña sonrisa.
—Hola, Hayley— su tono de voz se alegró y la menor puede jurar que estaba sonriendo. —¿Que ocurre? Casi nunca llamas desde el celular de Scott— se escuchó como si golpeara algo con su mano.
Hayley miro a sus costados, viendo a la manada de Satomi intentando prepararse para la batalla.
Metió una mano en sus bolsillos trasteros de sus jeans, un poco incómoda.
—Am. Quiero...quiero hablarte de algo— dijo Hayley suspirando mientras cerraba sus ojos y ladeaba su cabeza, nerviosa.
—¿Que ocurre?—.
—Está noche... vamos a enfrentarnos a un grupo que nos ha estado siguiendo. De la lista negra— aclaró a lo último intentando sonar bien. —Y. Y queria decirte que...— suspiro, volviendo a cerrar sus ojos. Los abrió. —No se lo que va a suceder esta noche. Y si algo sucede, quiero asegurarme, saber que lo dije-— Malia la interrumpió.
—¿Donde estas? Iré con Stiles a buscar-— ahora fue Hayley quien la interrumpió.
—No...solo— volvió a suspirar. —Estoy... estoy orgullosa de ti. Estoy...estoy orgullosa de nosotras— murmuro asintiendo, intentando convencerse a ella misma que sus palabras eran correctas.
La coyote recordó lo que Satomi le había dicho esta mañana sobre su mancha de nacimiento.
—Hayley...— murmuró Malia.
—Hay un clan— la voz de Hayley quebró mientras abría sus ojos donde habían pequeñas lágrimas. —Un clan de hombres lobo. En Nueva Orleans— apretó sus labios, mientras pestañeaba rápido, intentando ahuyentar las lágrimas. —Pueden ser mi familia. Mi familia paterna— Hayley dejo salir un sollozo, llamando la atencion de algunos presentes. —Tienen la misma marca de nacimiento que tengo en mi hombro— se sobó los mocos e intento tragar el nudo que estaba en su garganta. —Manada Crescent. Ese es su nombre— intento reír entre lágrimas.
Malia guardo silencio al escuchar todo lo que Hayley decía, mientras que sus ojos se llenaban de lágrimas al escuchar de lo que la adolescente decía.
Estaba en shock.
No sabía como reaccionar ante toda la información que le daba su hija.
Había estado segura toda su vida que el padre de Hayley era un coyote.
—No quiero morir sin saber si en verdad somos del mismo linaje. Del mismo clan— la coyote menor respiro hondo tomando el control de sus emociones. —Era eso. Solo... Creí que deberías saberlo— murmuró ella bajando la mirada apenada por el escándalo emocional. —Debo irme. Prepararme— aclaro soltando un corto suspiro nasal.
—Seguro— la voz de Malia sonó ahogada y sonrió tras teléfono. —Ten cuidado, Hayley. Y luego hablamos— la coyote menor sonrió sin mostrar los dientes y corto.
•••
Luego de devolverle el celular a Scott, la coyote se acercó a la mercenaria, Braeden, que estaba puliendo y armando su escopeta lista para la batalla.
—Dame un arma— dijo decidida Hayley al colocarse delante de Braeden.
La mercenaria dejó de pulir un cañón y levantó su mirada con su ceja alzada. —¿Que?—.
—Las balas son más rápidas que yo. Eso quiere decir que si alguien me dispara, no tendré el tiempo suficiente para hacerme a un lado. Me acercó y ¡pum!, juego terminado— explicó la coyote tomando una automática en sus manos.
—¿Sabes al menos cómo usar una?— preguntó Braeden esperando a que dijera que no.
Dejo la automatica donde la encontró y tomó una escopeta, examinándola. —Vi películas— se encogió de hombros.
Braeden se levantó, dejando el trapo sobre la mesa al igual que las piezas de su arma. Se acercó a ella y le sacó la escopeta de las manos.
—Debes sostener la escopeta con la mano con la que no disparas en el guardamanos. Sujeta el gatillo con la mano que escribes— fue explicando a medida que hacia los movimientos. —Apoya tu mejilla en el arma y la parte de atrás en tu hombro. Tus pies deben estar separados por la distancia de los hombros, rodillas ligeramente flexionadas. Cargas la escopeta, apuntas y bon appétit— Hayley hizo una mueca y asintió. Antes de que la pudiera tomar, Braeden la alejó. —Y quítale el seguro antes de disparar y ten las balas contadas— dijo la mercenaria seriamente a la chica. Ella volvió a asentir y le dio el arma.
Hayley la examinó con una sonrisa y se puso en posición de disparar. —¿Así?—.
—Perfecto— le contestó Braeden colocando una mano sobre la escopeta y bajándola, haciendo que Hayley la mire. —Y ahora te enseñaré a torcer las reglas— murmuró como si fuera un secreto, sonriendo maliciosamente.
Hayley sonrió de lado viendo las armas sobre la mesa a un costado.
•••
Scott se acercó a hablar con Derek mientras que Hayley los miraba desde lejos limpiando el arma que Braeden le había prestado.
—¿Sabes disparar?— preguntó Brett acercándose a ella.
—No— murmuro ella regalándole una sonrisa divertida. Brett rio negando con su cabeza. —Pero tengo buena puntería— se encogió de hombros, presumiendo.
Brett sonrió de lado al ver como seguía concentrada. —Lo siento— murmuró serio. Hayley levantó su mirada confundida.
—¿Por que?— preguntó ella encogiéndose de hombros.
—Por Liam— Hayley sonrió divertidamente sin mostrar los dientes.
—No soy Liam. Debes pedirle disculpas a él— Brett rodó los ojos al notar que ella disfrutaba la situación.
—Hayley— la llamo Scott a lo lejos junto a sus amigos.
—Tienen garras y colmillos. Pero no son luchadores— le dijo Derek a Scott, caminando hacia su novia.
—Por eso te llame a ti— se acercó Scott al círculo.
—Bueno, recuerda que ya no tengo ni colmillos ni garras— le contestó el ex-hombre lobo.
—Y por eso Hayley me llamó a mi— dijo Braeden señalando a la castaña al lado izquierdo de Scott.
—¿Soy la única que está deseando que sea una falsa alarma?— Hayley miro a Kira con una ceja alzada y con una cara de '¿en serio?'. —Quiero decir, es posible que esperemos toda la noche y no pase nada. ¿Verdad?— preguntó mirando a los adultos; y ellos miraron a Hayley y Hayley miro a Scott, quien tenía cara de 'Ni remotamente pasa eso'.
—Scott, ¿sabes algo de Stiles o Lydia?— preguntó la mercenaria.
—Lydia aún está hablando con Meredith— Scott miro a Hayley esperando que sepa donde está su madre.
—Mamá me dijo algo de que ella y Stiles iban a ir a la casa del lago— sus ojos brillaron de esperanza. —Van a intentar pararlo— dijo con una pequeña sonrisa.
—¿Y qué pasa si no pueden pararlo?— preguntó Brett a unos metros de sus espaldas.
Scott y Hayley voltearon a verlo.
—¿Que pasa si esto no acaba hasta que estemos todos muertos?— Hayley miro a Scott sin saber que responder.
—Le enviaremos un mensaje— dijo Derek, muy decidido a sus espaldas. Ambos volvieron a voltear hacia el. —Dejémosle algo bien claro a cualquiera con una copia de esa lista— comenzó a caminar mientras seguía hablando. —No importan si son asesinos profesionales, cazadores, o aficionados que acaban de tomar un arma— volteó parando su caminata, mostrando su arma mientras decía lo último. —Cualquiera que crea que puede cazarnos y matarnos por dinero será puesto en otra lista— Hayley comprendió lo que quiso decir. —Nuestra lista. Su nombre aparecerá en nuestra lista negra— Braeden cargo su escopeta decidida.
Scott miro a Hayley, quien estaba a su frente pero unos pasos alejada.
—Movimientos bruscos me ponen nerviosa— cargo su escopeta. —Y homicida—.
•••
Hayley respiro profundamente, intentando mantener la calma antes de que ataquen. Disfrutando del oxígeno que iba a escasear cuando los cazadores tiraron las bombas lacrimógenas de acónito.
—¡Retrocedan!— gritó Braeden al ver como caían las bombas al piso.
La coyote se agachó apoyando su espalda en la pared al escuchar como los cazadores entraban disparándo hacia cualquier lado. Giró su cabeza hacia la derecha y vio como un cazador estaba listo para disparar en su contra; Se paró cargando su escopeta y le disparó en la pierna.
Volvió a cargarla y respiro hondo.
Soltó un rugido mientras salía de su escondite, a dar pelea.
•••
—¡Kira!— gritó la coyote, golpeando la cabeza de un cazador contra su rodilla, para luego correr hacia la espalda de la Kitsune y acabar con el cazador que iba a atacarla.
Ambas se asintieron y volvieron a batalla.
Hayley estaba cubierta de sangre, su propia sangre. La habían herido múltiples veces con cuchillos y golpes, pero eso no la detenía a seguir luchando.
Corrió hacia un cazador, y soltando un rugido, corrió el cañón de su cara y le dio una patada en el estómago, haciendo que suelte el arma; Lo golpeó con la culata, soltando un pequeño rugido.
En su espalda baja, sintió como electricidad corría por todo su cuerpo, expandiéndose lenta y dolorosamente.
Giró rápidamente, despegándose de la picana, y agachándose en el proceso.
Detuvo el ataque con su ante brazo y golpeó la cara del cazador con su puño cerrado.
Tiro el arma a un costado y se apoyó en una de las cajas, intentando recuperar el aire y controlar los pequeños espasmos que le había causado la picana.
Inconscientemente, posó una mano en su abdomen sangrante, donde uno de ellos le había disparado, dejando la bala dentro de ella.
Miro hacia donde estaba Lori, quien estaba luchando junto a su hermano intentando acabar con tres de ellos. Soltó un rugido mientras saltaba hacia los cazadores.
•••
—¡Hayley! ¡Kira!— escuchó los gritos desesperados de Scott.
Rápidamente golpeó el cuerpo del cazador contra el suelo y se levantó corriendo hacia allí, recibiendo un disparo en su hombro derecho.
Su paso se detuvo abruptamente al escuchar la voz temerosa de Lori colándose en sus oídos.
—¿Brett? ¿Brett, donde estas?—.
Sus ojos se volvieron dorados y corrió hacia donde estaba ella con toda su velocidad.
El miedo de la rubia aumento al ver como un cazador se posaba delante de ella apuntando a su cabeza con el arma.
Hayley tacleo fuertemente al cazador por la izquierda, que estaba por dispararle a la mujer lobo.
Scott se acercó corriendo a ellas y comenzó a rasguñar al asesino.
Hayley se alejó de ellos, viendo como el rostro de Scott cambiaba a uno más terrorifico y lobuno.
Su ceño se frunció y miro a su alrededor extrañada, las balas habían parado y el silencio rondaba la habitación.
Hayley posó su mirada en Derek, quien estaba contra una pared con tres cazadores listos para disparar y acabar con la vida de su primo.
Corrió hacia ellos soltando un rugido.
En los ojos de Derek, parecía todo cámara lenta.
Todo en cámara lenta; Hayley acercándose a ellos lista para atacar.
Paró su paso abruptamente, colocándose detrás de los cazadores.
El que estaba en el medio, volteó listo para acabarla; Hayley fue más rápida y enterró su mano derecha en su pecho y le arrancó el corazón.
Con los otros dos paso sus manos en las barbillas y las llevó hacia atrás, acabando con sus vidas, rompiendo sus cuellos.
Kira se llevó una mano a la boca al ver como ella asesinaba a sangre fría a los cazadores.
Derek examinó su reacción al ver como ella estaba mirando los cuerpos sin vida gruñendoles con sus dientes de coyote apretados, como si quisiera asegurarse que no lo atacarían.
—Hayley— murmuró Derek mirando los muertos.
Levantó su mirada de los cuerpos. —Hice lo que tenía que hacer— murmuró neutra.
Esa fue la ultima vez que habían visto a Hayley esa noche.
En la cabeza de Scott, resonaron las palabras que su padre le había dicho unas noches anteriores, cuando había asesinado a 'el Quimico' para salvar la vida de su mejor amigo. Las recordaba mientras que veía a Hayley cómo escapaba quitándose la ropa en el proceso, lista para convertirse en coyote y bloquear sus sentimientos.
No es fácil quitarle la vida a alguien, incluso si te ves obligado a hacerlo.
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