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011.

capitulo once.
un enfoque de novela.

Giraron su cabeza hacia un señor quien abrió una puerta con la tarjeta electromagnética; a medida que bajaban las escaleras hasta lo más profundo de Eichen, el hombre hablaba.

—Les recuerdo que solo hago esto como un favor a Deaton. Y lo hago en contra de mis propias convicciones— acotó el hombre.

Hayley bajaba la escalera la escalera un tanto más lento que los demás, analizando absolutamente todo.

Estaba cuestionando seriamente en que parte de Eichen se encontraba su abuelo, Peter Hale.
Por mas que el hombre la había manipulado y utilizado, abusando de su inocencia y poca humanidad; se las había arreglado para buscar su perdón a través de cartas, pero un día a otro dejaron de llegar y tampoco ella se puso a buscar el por que.

Scott volteo a verla al no escuchar sus pasos, había quedó parada en la escalera mirando un cuadro que había allí.

El muchacho subió las escaleras que los separaban y llamó su atención rozando su mano con la de ella, haciendo que Hayley la quite rápidamente mientras lo miraba.

El chico no acotó nada sobre eso, simplemente hizo un movimiento de cabeza invitándola a seguir su paso.

—¿Cual es la etiqueta para hablar con este tipo?— preguntó stiles al terminar de bajar las escaleras. —Digo, ¿alguna vez voltean a verle el otro ojo?

—¿Otro ojo?— le susurro la coyote a Lydia con su cara desfigurada en duda, la pelirroja asintio levemente sin mirarla.

—Yo no lo haría. Mientras estén aquí abajo-— Hayley lo interrumpió.

—Estamos por nuestra cuenta, lo sabemos— el hombre la volteo a ver por un segundo.

—Iba a decir que traten de no tener contacto visual con nadie ni nada— siguió bajando las escaleras.

•••

La duda estaba en la cabeza de Hayley. Si aquí resguardaban a criaturas sobrenaturales ¿por que ella no estaba aquí?

Por lo que había comprendido era una especie de cárcel para sobrenaturales que habían cometido crímenes o solo eran peligrosos para la sociedad humana, pero ¿por que ella no estaba ahí?

Coyote, hombre lobo y vampiro. Podía estar en la categoría de oro si quisiera.

Su guardia y sentidos estaban completamente agudizados con sospecha de que algo iba a pasar tanto a ella como a la manada, y no pensaba arriesgar a nadie ese día.

Miraba como los pasillos subterráneos y prohibidos de la Eichen iban desgastándose, perdiendo el color blanco que tenían en un principio para terminar en un sobrio gris.

Dio un tropezón al sentir como algo no le permitía el paso, estaba dispuesta a insultar a quien se lo había prohibido pero su ceño se frunció al no ver a nadie.

Scott, Kira y ella estaban siendo retenidos por la invisible barrera. Genial.

Lydia volteo al ver que no escuchaba pasos tras ella y se detuvo al ver a sus amigos sin avanzar.

—No pensaron que irían todos, ¿verdad?— preguntó el hombre mirando como los sobrenaturales se quedaban fuera del juego.

—Genial, ceniza de montaña— acotó la coyote al verse obligada a convivir con el triángulo amoroso que había formado Scott.

—En todas partes, Mikaelson— le contestó el hombre. —Pero se concentra mucho aquí.

La cara de Hayley cambio completamente al escuchar el apellido. Apretó su mandíbula y dio un paso para adelante, dispuesta a golpearlo pero obviamente la ceniza de montaña la retuvo.

El guardia pasó la tarjeta magnética permitiéndoles el paso solamente a Stiles y Lydia. —La celda de Valack es la última al final del pasillo.

—No irán solos— Hayley volvió a tratar de pasar pero nuevamente dio tropezones.

Lydia la miró con la cara de "¿ahora que hacemos?".

—Estaremos aquí— dijo Scott hacia sus amigos.

Stiles y Lydia los miraron para luego girar por el pasillo desapareciendo de la vista de los presentes.

Así como el guardia alcanzó a salir de la barrera que lo protegía de la coyote, lo tomó por el cuello y lo estampó contra pared.

—¡Hayley!— vociferó Scott tratando de detenerla agarrando su brazo, pero esta en un solo movimiento se deshizo de él, lo suficientemente fuerte como para golpearse contra la pared y aturdirlo.

—¿Tomas verbena?— el hombre asustado asintió, ella hizo una mueca. —¿Que sabes sobre los Mikaelson?— miró directamente a sus ojos usando compulsión.

—Están en Nueva Orleans velando por tu hija— respondió mecánicamente el hombre.

Hayley se rio en su rostro con dejó una sonrisa sorna. —Parece que alguien se olvidó de la medicina— le murmuró divertida. Se concentró aún más colocando todo el poder que tenía. —Vas a olvidarte de los Mikaelson. El nombre Mikaelson nunca lo escuchaste nombrar. Vas a olvidarte completamente— lo obligo. —Y cuando te vayas, vas a olvidarte de esta conversación.

El hombre asintio y Hayley lo soltó bruscamente. —Vete.

El guardia salió rápidamente a seguir con sus quehaceres, preguntándose porque tenía una laguna en sus pensamientos.

Hayley volteo para ver como Scott y Kira la miraban seriamente. Se acercó con velocidad sobrenatural y los tomó del cuello a ambos, comenzando a soltar pequeñas toses debido al agarre.

Los amaba, a Scott, a Kira, a la manada, pero más amaba a Malia, Derek y a los Mikaelson. No iba a permitir que les hagan daño.

Always and forever.

Miro a Scott a los ojos, quien la miraba con furia y podía jurar que iba a golpearla si no fuera que lo tenía agarrado.

—Lo siento, Scott. Pero no puedo permitir que lastimen a mi familia— se disculpo la muchacha.

—¿Tu familia? ¡Nosotros somos tu familia y míranos!— bramo el alfa claramente molesto. —Antes no eras así, Hayley. ¿Que ha ocurrido en Nueva Orleans?— trato de razonar el alfa pero ella negó con su cabeza.

—No lo entenderías.

Las grietas al rededor de sus ojos se hicieron presentes, sus pupilas lobunas y su escalera se inyectó en rojo.

Scott la miró extrañado.
Hayley nego con la cabeza nuevamente. —Por siempre y para siempre— susurro a ella misma y lo miró a los ojos. —Vas a olvidarte que esto sucedió— Scott quedó en trance y con una expresión neutral.

Miro a Kira con su ceño fruncido. —Tu tampoco dirás nada— trato de usar compulsión en ella pero al ver que sus pupilas no dilataban volvió a arrugar su ceño. —No funciona por el zorro— murmuró asintiendo curiosa ante el descubrimiento. Apretó sus labios y la miró con lastima. —Esto va a doler un poco.

Al tener tacto con el cuello de Kira pudo acceder a su mente, permitiéndole ver y sentir todo lo que había pasado con ella en sus últimos años de vida. Un sabor amargo de formó en la boca de Hayley al ver sus recuerdos de Scott pero trato de concentrarse lo más que podía en el momento reciente.

Luego de un proceso difícil y doloroso para Kira pudo obtener lo que quería, dejándole una laguna a la muchacha, La soltó.
Mientras que la asiática se trataba de recomponer Hayley le susurraba cosas en el oído a Scott, aún sometido a su compulsión.

Si ves que Kira nombra algo de lo sucedido, asesinas a sus padres.

Dicho esto, ambos adolescentes siguieron como si nada. Kira estaba un tanto perdida pero nada que Hayley no pueda manejar.

—Tengo una pregunta— murmuró Hayley apoyada en la pared contraria a ellos. —No se si es estupida o ingeniosa— la miraron extrañados. —Si hasta acá llegan los seres sobrenaturales como nosotros, ¿como hacen para llegar hasta las celdas y encerrarlos ahí?

Su pregunta quedó en el aire, ninguno de los dos presentes sabía darle la respuesta. En base a esa pregunta se comenzaron a formular muchas más, pero ninguna tenían respuestas.

•••

—No se escucha nada, Scott. Deja de intentarlo— le dijo Hayley en tono cansado mientras rodaba sus ojos caminando por el pasillo con sus brazos cruzados.

—Si. No oigo nada. Será la ceniza de montaña— les dijo a ambas pero se acercó a Kira hasta posarse a su lado.

Por un segundo, solo por un segundo, la coyote estaba tentada en jugar con sus mentes; algo macabro hasta para ella pero era algo que le parecería... interesante.

—También lo siento. Me siento un poco débil— admitió Kira con voz pesada.

No era exactamente debido a la ceniza, era su cuerpo intentando recuperarse de la invasión obligada por parte de la coyote.

—Si, es como estar sedado— Scott volteo a ver a Hayley, quien les estaba dando la espalda mirando la pared. —¿Y tu? ¿Como lo llevas?

Hayley volteo y le sonrió con superioridad. —Me siento de maravilla. Luego de casi morir en la bóveda Hale esto se siente como un resfriado en verano— dijo la chica divertida.

Scott sonrió y bajo su cabeza al recordar. —Esto fue una mala idea, ¿verdad?— preguntó Kira a ambos.

Hayley se apoyo en la pared contraria a ellos, mirándolos. —No, estarán bien sin nosotros. Lydia va a cuidar bien de Stiles— dijo mientras reia levemente.

—Y esos dos...Dios mío— susurro lo último Scott. —Son muy buenos juntos.

—Si, lo son— le dio la razón Kira.

Hayley sonrió de lado. —No tienen superpoderes ni espadas, pero sobreviven— mustio mirando hacia el pasillo donde había visto por última vez a Stiles.

—A el aún le gusta ella, ¿no?— Hayley frunció su ceño y miró a Kira.

Scott se tensó en su lugar al escuchar como Hayley se incorporaba dejando de estar apoyada en la desgastada pared.

—¿Que?— ambos la miraron, su cara era molesta y sus cejas alzadas. —¿A Stiles le gusta Lydia estando con mi mamá?— preguntó molesta acercándose unos pasos.

—Si, pero ahora es diferente— se adelantó a aclarar Scott.

Hayley hizo una mueca estirando sus brazos para luego cruzarlos. —¿Ah, si?

—Si— volvió a afirmar el alfa asintiendo. —Debiste ver la forma en que el andaba detrás de ella— hayley arrugo su ceño.

—¿Así de malo?— preguntó Kira tratando de que las aguas se calmen.

—Era un tanto obsesivo— dijo Scott con una sonrisa dirigida a Kira.

Hayley seguía allí parada, con sus brazos cruzados y una expresión imposible de descifrar.

—Pero no era malo— continuó el moreno. —Ya sabes, Lydia fingía que no era inteligente.

Hayley frunció su ceño con extrañeza. —¿Nuestra Lydia?— preguntó con curiosidad.

—Si— dijo scott asintiendo, destentándose poco a poco al ver como la coyote cambiaba de tema. —Stiles era el único que se había dado cuenta.

—¿Como?— preguntó esta vez Kira.

—Escuchándola— murmuró Hayley con su vista baja.

Scott la miro al mismo tiempo que ella, era obvio que no solamente hablaba de Lydia y Stiles.
Scott siempre la escucho y fue un soporte para ella, el había sido su ancla al igual que toda la manada, siendo un pedacito de ella que no estaba dispuesta a perder.

Sus miradas se apartaron hacia los focos de la luz, los cuales habían comenzado a parpadear. Hayley volvió a fruncir su ceño colocándose a mitad de pasillo al igual que Scott.

—¿Vieron eso?— preguntó el moreno aun mirando las luces.

—Yo veo eso— murmuro Hayley mirando a Kira.

La mirada de Kira y la de los alfas estaba posada en su mano, donde se veían los destellos de electricidad que salían de ella.

Poco a poco la energía que había en la mano de Kira paso a formarse una capa sobre todo su cuerpo, haciendo que Scott y Hayley den pasos hacia atrás.

—Kira, detente— habló Hayley dispuesta a tomar paso pero Scott la tomó del brazo y la colocó detrás de él.

—Kira, no se qué haces, pero por favor detente— murmuro Scott al mismo tiempo que acercaba más a el a la coyote.

La kitsune los miró asustada. —No estoy haciendo nada. Solo sucede— contestó entre tartamudeo.

Las luces explotaron haciendo que el alfa cubra con su cuerpo a Hayley, ambos tapándose el rostro.

—¿Estas bien?— preguntó Hayley tomando la cara de Scott entre sus manos, asegurándose que no tenga nada. El asintio.

Voltearon su cabeza y vieron el cuerpo de Kira tumbado en el piso. —¡Kira!

La coyote se acercó rápidamente pero al colocar una mano para ayudar a la asiática una descarga eléctrica recorrió todo su cuerpo haciendo que salga volando hasta las rejas que habían a sus espaldas.
Gimoteo adolorida, su cuerpo liberaba pequeños espasmos debido a la energía que invadió su cuerpo.

—Hayley— susurro Scott ayudándola a levantarse del piso mientras que ella trataba de recomponerse.

—Estoy bien.

El mismo hombre que había amenazado hace una hora atrás hizo aparición por la reja de entrada/salida, se agachó junto a los adolescentes auxiliando a la coyote colocando una mano en su hombro preguntándole si esta bien.

—Algo está pasando— murmuró un tanto adolorida. —Y Kira lo está provocando.

Hayley se apoyo en Scott y se incorporó ignorando el dolor, su cuerpo estaba sanando, lo podía sentir pero también el pequeño pellizco en sus venas.

—Debemos sacarla inmediatamente— declaró el guardia mirando el cuerpo de Kira.

—¿Como se supone que lo haga? ¡casi me mata!— vociferó la muchacha también mirando el
cuerpo de la kitsune.

Su cuerpo se estremeció al sentir la densidad del ambiente. Pudo escuchar los ruidos metálicos a sus espaldas.

Estaban aquí.
Los doctores del pavor.

Giró bruscamente en guardia; se posicionó en forma de pelea solo para sentirse un tanto más segura.

Ya no iba a tenerles miedo.
Su nombre era Hayley Hale, coyote, hombre lobo alfa y vampiro.

El hedor a sangre que liberaba el cuerpo desfallecido de quien acababan de asesinar los doctores llegó a sus fosas nasales, y su estómago pidiéndole a gritos una probada, pero debía mantener el control.

Con el doctor que parecía ser el líder conectaron miradas, estaba dispuesta a luchar y el de mascara lo sabía.

Estaba posicionada a la izquierda de Scott, mientras que el guardia estaba a su derecha.

—Es mejor que corran— les murmuro el hombre que trabajaba allí.

—No vamos a dejarla— le respondió Hayley sin mirarlo.

Los doctores comenzaron a abrir la puerto. —Yo si puedo— dicho esto, el desconocido comenzó a correr traspasando la puerta que Hayley tenía a un lado.

—Toma a Kira yo me encargo— dijo la alfa dando un paso hacia delante.

—Hay-— la coyote volteo y le gruño.

Scott quedo petrificado en su lugar. Los ojos de Hayley eran completamente distintos a la última vez que la había visto, estos eran más salvajes, menos humanos.
Había ocurrido en Nueva Orleans de eso no había duda.

Se estremeció al ver sus ojos verdes cambiados por unos dorados y unas grietas al rededor de sus ojos.

Hayley pudo jurar que bufo internamente, todo lo que había hecho hoy para que Scott y Kira no sepan la verdad se había ido al carajo.

—Toma a Kira y vete— volvió a gruñir. 

Scott aguantando la respiración y gritando de dolor tomó a la kitsune entre sus brazos y salió corriendo de allí.

—Bien— Hayley saco sus garras con ferocidad. —Ganó la lotería el que me quebró el cuello en Sinema. ¿Quien fue el maldito?— dijo con ironía antes de atacar al doctor del medio.

Comenzó tratando de arañarlo, pero al ver que esquivaba todos sus movimientos y sólo recibía golpes, se acercó a velocidad vampirica al de la izquierda, tomándolo por sorpresa.
Aún con su velocidad sobrenatural lo estampó contra la pared.

—Siempre tuve la duda si tenían corazón— dijo burlonamente.

Hundió su mano en el pecho del mismo, haciendo que comience a removerse de dolor entre las garras de la coyote. —Oh, ahí está. Me ahorraría mucho problema arrancártelo, pero obviamente tus amiguitos-— giró su cabeza levemente donde los doctores estaban estáticos en sus lugares, sabiendo que un movimiento en falso mataría a su colega. —-me asesinarían si es que saben como— dijo sarcásticamente, como si la situación fuera cómica. —Pero puedo arrancarte los brazos para asegurarme que no sigues haciendo malditos experimentos.

Giró hacia los dos doctores y sonrió de lado. Con su fuerza vampirica y aun con la mano en el corazón del doctor, lo hizo avanzar hasta la mitad del pasillo donde sus colegas observaban la escena sin hacer nada.

—Díganme, ¿que van a elegir? ¿Mi vida, o la de el?

Con una mirada furiosa saco su mano del pecho del doctor, haciendo que este caiga al piso. Poco le importaba si estaba vivo, estaba concentrada en sentir la sustancia viscosa que tenía en su mano. Segundos después los doctores apreciaron como ella huía por esa misma puerta a velocidad vampirica sin dejar rastros.

Salió de la casa Eichen hacia el patio principal donde estaba el portón, pudo escuchar los gimoteos de dolor de Scott y las palabras de Kira.

—En el club. En el club dijiste que...— susurro mientras que sus palabras quedaron en el aire.

Hayley se fue acercando poco a poco a ellos, con sumo silencio queriendo escuchar lo que decían. Aunque sabía que estaba mal, quería asegurarse de que no era lo que pensaba.

—Ya recuerdo— le contestó Scott. A ese punto de la caminata pudo observarlos, vio como el alfa acariciaba la cara de Kira con amor. —Y lo dije en serio.

Hayley bufo para si misma y asintió de la misma forma. Camino hacia ellos mientras que sus ropas caian, primero sus botas, su short, la remera y su corpiño.

Los adolescentes la miraron extrañados, tratando de no ver de más; abrio el portón y miró a Kira sobre su hombro.

—A mi también me lo ha dicho– dijo con autosuficiencia.

Sus huesos se comenzaron a romper y se escapó de allí convertida en lobo, dejando a una Kira confundida y a Scott tenso.

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