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007.

capítulo siete.
(el benefactor)

Scott cerró la cortina de la ducha, salió del baño y Hayley comenzó a golpearlo, haciendo que levante sus brazos en un intento de apaciguar los golpes.

—Scott McCall, idiota, estúpido, imbécil— decía la coyote mientras lo golpeaba y lo empujaba a la habitación.

—Hayley, detente— Scott intentaba sacarse la chica de encima, quien no dejaba de castigarlo.

La muchacha lo empujó con fuerza hacia la cama, su espalda cayó contra esta.
La tranquilidad en su cama no duró mucho, ya que Hayley se sentó a horcajadas de el, mientras que seguía reprochando entre golpes.

Scott tomó los brazos de la chica antes de que su puño impacte sobre su mandíbula.

—Hayley— apretó sus muñecas incorporándose, Hayley se quejaba por la fuerza que aplicaba.

Sus ojos se volvieron dorados. Miro al alfa fijamente mientras se retorcía sobre el, manteniendo su distancia.

—¡Suficiente!— los ojos de Scott se volvieron de alfa, sus colmillos se dieron a conocer, acercando a la chica a su torso, pegando su rostro contra el de el.

El agarre se intensificó. Algunos huesos de Hayley sonaron.

Los ojos de la coyote se apagaron. Apretó la mandíbula mientras bajaba la mirada.

Scott le dio un último apretón a sus muñecas y la soltó.

La menor miro la parte afectada, estaba morado. La mirada de Scott suavizó al ver como había dejado a Hayley.

Hayley levantó su mirada hacia el, su ceño estaba fruncido, sus ojos verdes demostraban dolor; Al contrario, Scott quien la miraba arrepentido, como un perro mojado, apretó los labios y tomó con suavidad las muñecas de la chica.

Bajo su mirada y las venas del chico se volvieron negras, la coyote sonrió de lado al sentir que el dolor se desvanecía de a poco.

—Yo-Yo, lo siento— Scott sacó la mano de la muñeca de la chica, ya recuperada.

La expresión de melancolía de Hayley, paso a enojada.

—Deberías—.

Se levantó del regazo del chico, dejándolo aturdido, se fue a zancadas a su habitación, cerrando la puerta con un fuerte portazo.

Suspiro tirandose a la cama de nuevo.

•••

Hayley levantó la cabeza de sus estudios al escuchar la voz de su padrastro en la planta baja.

Como digo. Le he contado a mi padre todo lo que pude— agudizó su oído y escuchó la conversación que tenía Stiles con Scott.

¿No le haz hablado de Liam?—.

Apenas me haz hablado de Liam— Sintio la voz de Stiles un poco más cerca. —¿Que haz hecho con el?—.

Está arriba—.

¿Haciendo que?— escuchó a Scott balbucear, deteniendo su paso.

Descansando— Stiles soltó una risita.

¿Con Hayley?— dejo de escuchar la conversación.

Miro hacia la puerta de la habitación propia que tenía.

Nunca la usaba, solo para almacenar la ropa y hacer la tarea, ya que tenía un bonito escritorio para hacerlas. La cama estaba completamente tendida como la última vez que durmió en ella, comenzando a dormir con Scott.

Volvió la vista a los libros.

¿Estaba enojada con Scott? Si. Mucho. Pero seguía siendo manada, su alfa.

Suspiro y se levantó de la silla, camino hacia la puerta colocándose unas crocs en el proceso.

Llevaba una camiseta blanca grande que tapaba hasta sus muslos, un short que no se veía a simple vista, un rodete mal hecho y sus anteojos de descanso.

Cuando Lydia y Stiles comenzaron a enseñarle a Hayley a estudiar, se dieron cuenta que la chica escribía con letras muy grandes y se acercaba los libros a sus ojos para leerlos.

La señora McCall y Malia la llevaron al médico y le dijeron que lo mejor sería usar anteojos de descanso.

Abrió la puerta, y encontró a ambos chicos sentados sobre la cama de Scott con la mirada perdida.
Se acercó a ellos y se apoyó en el marco de la puerta, cruzando sus brazos y piernas.

—Entonces lo mordiste— murmuró Stiles, entrelazando sus dedos mientras colocaba el peso sobre sus codos en sus rodillas.

—Si— contestó el alfa con la misma expresión y posición que su amigo.

—Y lo secuestraste—.

—Si—.

—Y Hayley te odia— Stiles miro a la chica que estaba frente a él.

—Si— contestó, esta vez ella, con una expresión que delataba un 'dah'.

—Y lo trajiste aquí—.

—Entre en pánico— Stiles le murmuró un 'oh' sarcástico.

—Esto no va a terminar con nosotros enterrando partes de su cuerpo en el desierto ¿verdad?— Hayley lo miro mal.

Unos quejidos desesperados se escucharon desde la puerta del baño de Scott, dirigieron la mirada hacia allí.

—Como recordatorio, esta es la razón por la que yo siempre hago los planes. Tus planes apestan— dijo el castaño moviendo su dedo.

—Lo se— Scott suspiro. —Por eso te llame— Miro a su amigo. —Entonces...¿Que hacemos?—.

•••

Hayley subió la escalera con un trozo de carne en sus manos, dejando un pequeño rastro de gotas de sangre, que caían de ella, en el piso. Se detuvo al final de la escalera y volteó viendo el desastre que había hecho.

Malia siempre le traía comida a Hayley cuando iba de caza, ya sea de ciervo o de algún otro animal.

Siguió masticando mientras caminaba al cuarto de Scott.

Llego y miro a ambos chicos con una ceja alzada, mientras comía otro pedazo de carne.

Tenían a Liam con sus manos y brazos atados en cinta al igual que su boca, sentado en una silla.

Dejo la carne en uno de los estantes de Scott y limpio las comisuras de sus labios.

Liam miro a la chica con el ceño fruncido, de arriba a abajo, para luego repetir, esta última lo miro seria.

—Liam, vamos a quitarte la cinta de la boca. Si gritas, te la volveré a poner y dejaré que Hayley te de una paliza-— Hayley interrumpió a Stiles.

—No haré eso—.

—Si. Si lo harás— la coyote apretó los labios y le gruñó con la boca cerrada. Se dirigió hacia Liam. —Si hablas en voz baja, no la pondré. ¿Está bien?— Liam dejo de mirar con odio a Scott y asintió hacia Stiles.

Murmuró un 'okay'. Stiles, con las manos en la cadera, comenzó a hacerle señas a Scott con la cabeza, diciéndole indirectamente que saque la cinta de su boca. Hayley rodó los ojos al ver que el moreno no entendía.

Se acercó hacia el rubio, miro sus ojos azules, apretó los labios.

Suspiro, con delicadeza fue despegando la cinta del sentido del chico.
Se alejó bruscamente de el, mientras hacía un bollito la cinta y la tiraba a algún lugar del cuarto.

—Okay, Liam, haz visto cosas muy raras esta noche. Y mas cosas raras van a pasar por las cosas tan raras que han pasado esta noche. ¿Lo entiendes?— hablo Stiles haciendo que Hayley mire a Scott confundida por lo que decía el lunarejo.

—No, la verdad— respondió Liam con voz ronca.

—Bien. Esta bien— Stiles lo señaló con su dedo.

—Ni yo lo entiendo— dijo Scott.

—Yo tampoco— Hayley se encogió de hombros.

—Hayley, tu nunca entiendes nada— ella frunció el ceño ofendida por las palabras de Stiles.

—Hey, no le hables así/¡Stiles!— replicó Liam y Scott al mismo tiempo.

[Aclaracion: Liam dijo lo primero y Scott dijo lo segundo. De nada].

—A lo mejor deberías decirle— murmuró Hayley al lado del alfa, dio un paso hacia delante, haciendo que Liam la mire.

—¿Decirme que?— alzo la voz el recién nombrado, mirando a los adolescentes hombres de la habitación.

—Liam...— comenzó Scott, dando una pausa, buscando las palabras correctas. —Lo que te ha pasado. Lo que te he hecho, lo he tenido que hacer para salvarte, va a cambiarte—.

—Si es que no te mata— Hayley y Scott miraron mal a Stiles. —No debería haber dicho eso—.

—¿Que?— susurró Liam mirando a Scott.

Hayley rodó sus ojos al ver como el rubio comenzaba a llorar con su cabeza baja.

—¿Esta...llorando?— preguntó Stiles señalándolo.

Scott se agachó ante el ojiazul.

Oh my god. Me voy. Esto es patético— aviso la coyote retirándose de la habitación mientras rodaba los ojos.

Cruzó hacia la habitación del frente caminando en diagonal.

Abrió la puerta de la habitación y se sacó la remera, soltó su cabello y suspiro.

Escuchó pasos apurados en el pasillo, volteó a ver y estaba Liam con una pequeña sonrisa, que se borró al ver que ella lo pescó viendo su espalda desnuda.

—¿Liam?— frunció su ceño e inclinó su cabeza hacia la derecha.

A Hayley no le molestaba que la vieran desnuda. Había pasado toda su vida desnuda, solo que con un pelaje que la cubría. Además, luego de las transformaciones, siempre quedaba sin ninguna prenda. Pero ahora con la diferencia que estaba en corpiño.

Toda la manada tenía una muda de ropa de ella en sus casilleros, casas y Malia y Scott en sus bolsos o mochilas, ya que aún no controlaba mucho el cambio.

—Hola— dijo levantando su mano nerviosamente.

Escuchó los quejidos de Scott y Stiles.
Se acercó a la puerta y vio que se ponían de pie.

—¡Agarrálo!— gritó Stiles.

Ambos hombres comenzaron a correr hacia Liam mientras gritaban, este último también comenzó a gritar al ver que se abalanzaban contra el.

Hayley salió corriendo detrás de ellos al ver que fueron hacia las escaleras, cayendo bruscamente por ellas, Hayley la bajo rápidamente, pero era tarde.

Liam había escapado.

•••

Dejo el vaso con agua a un costado.

Estaba sentada sobre la mesa con sus pies sobre la silla, en sus manos había un cubo mágico.

Suspiro al comenzar a mover las fichas.

Recuerda cuando Scott se lo había regalado. Según el, esto le había ayudado a controlar el cambio y Hayley había quedado fascinada con la idea.

Esto había sido a los dos meses de ser humana, en ese tiempo con las únicas personas que convivía era con Malia y con Scott.

Scott.

Estaba muy enojada con el.

Volvió a suspirar mirando el cubo entre sus manos.

Se sobresaltó al escuchar como abrian la puerta principal y la cerraban con suma delicadeza. El aroma de Rafael McCall inundo sus agudizadas fosas nasales.

Miro hacia donde estaba el hombre, quien se sobresaltó al verla allí.

—¿Hayley? ¿Que haces despierta? Son las tres de la mañana— susurró el agente lo suficientemente alto para que lo escuche.

Dejo su maletín en la mesa, a un lado de ella. Se encogió de hombros en respuesta, mientras volvía a su juego.

Rafael se acercó a una de las repisas y tomó un plato, lo dejo sobre la mesada donde había a un lado del lavado. Camino y abrió la heladera sacando las sobras de la cena.

Hayley no lo miraba, pero sus sentidos le decían que estaba haciendo exactamente.

Puso la comida a calentar en el microondas.

Abrió el grifo y se enjuago las manos, tomó el repasador y se secó lentamente mirando a la chica, quien estaba concentrada en el juego.

—Mañana hay escuela. Deberías dormir— le aconsejo Rafael.

La chica lo miro y se encogió de hombros, para volver a mover el cubo que había en sus manos. —No puedo dormir—.

—¿Es... por la pelea que tuviste con Scott?— Hayley frunció su ceño y lo miro. El rasco su nuca unos segundos. —Oí a Stiles y a Stilinski hablando—.

Hayley se encogió de hombros.

—Scott suele ser muy demostrativo ¿sabes?— Hayley sonrió negando.

—Al menos sabes algo de él. El padre del año—.


—A lo que me refiero, Hayley, es que el te quiere— se acercó al microondas y sacó la comida recalentada.

Se acercó a ella con el plato en la mano y se sentó en la silla continua mirándola.

—Nunca voy a entender la... extraña relación que tienen ambos. Primero parecen padre e hija y luego...— apretó sus labios mientras negaba incrédulo. —...esposo y esposa—.

Hayley bajo la mirada escuchando al agente McCall.

—No se que ha hecho para que estes enojada con el, pero, quiero creer, que no lo hizo intencionalmente— la coyote lo miro, estaba masticando. —Te quiere, Hayley. Luego que todo lo que ha pasado, no querría perder a alguien como tú. No otra vez—.

Imágenes pasaron por su cabeza como si fueran flashes.

























































Cuando era recientemente humana, y había comenzado a dormir con Scott, una noche sus garras habían salido sin control. Había abrazado a Scott por su cuello y sin querer había clavado sus garras en el.

En ese momento, había entendido por lo que Scott había pasado.

Por lo que había pasado con Allison.

Su corazón se encogió al recordar las memorias del chico

Dejo el cubo de lado y bajo de la mesa de un salto.

El agente McCall sonrió al verla partir, tomó el vaso de agua que Hayley había dejado y bebió de el.

Despacio, movió la puerta entreabierta de la habitación del alfa.

Entro a paso silencioso y se colocó frente a los pies de la cama. Comenzó a examinarlo con la mirada; Estaba acostado boca arriba con su brazo detrás de la cabeza, en el lado izquierdo de la cama.

Ella siempre dormía en el lado izquierdo.

Apretó los labios vacilando en despertarlo y acostarse o irse, cerrar la puerta y aprender a dormir sola.

Optó por la segunda opción, aunque seguía parada frente la cama.

Primero había comenzado a dormir en la habitación que Melissa había arreglado para que ella durmiera. No le gustaba porque olía a perro mojado y porque en las noches pasaba frío.

Malia le había dicho que cuando eran coyotes, tenían una capa de piel y pelaje gruesos que las cubrían del frío y calor. Sumando que cuando eran animales, Malia la abrazaba.

Ese pelaje ya no estaba.

Y Malia no tan frecuente.

Por lo que comenzó a meterse en la cama de Scott, sin que el moreno se de cuenta.

Eso era cuando Kira no pasaba la noche en la casa McCall.

Luego Scott comenzó a despertarse cada vez que ella iba; El alfa se levantaba, la llevaba a su cuarto y la arropaba y se acostaba con ella hasta que se quede dormida para luego irse.

Las cosas comenzaron a cambiar cuando Hayley se quedaba dormida y Scott también, llegando así durmiendo juntos.

Con un par de almohadas entre medio.

—Puedes pasar la noche aquí, Hayley. Se que tienes frío—.

Scott se sentó en la cama, tallándose los ojos. Hayley apretó los labios y se sentó en la punta de la cama.

—Siento no haberte podido salvar del Wendigo— Hayley frunció su ceño. —Te vi. Vi como tu brazo estaba desgarrado. La expresión de horror que tenías al ver al tipo que lo asesino con el hacha— ella se encogió de hombros.

Puedo cuidar de mi misma— apretó los labios al ver su expresión. —Scott...— murmuró, se cruzó de piernas. —...algún día voy a crecer. Cuando mi mamá sea mayor de edad va a cambiarme el apellido. Conseguiré un trabajo o le pediré a Deaton que me de empleo. Mi mamá también trabajará y terminará sus estudios, al igual que yo, nos iremos a vivir juntas— Hayley se encogio de hombros, Scott la miro penosamente. —Y eso no quiere decir que me perderás. No tenes protegerme todo el tiempo, Scotty— dijo mientras sonreía y negaba con la cabeza.

Colocó una de sus delicadas manos en su hombro robusto. —No soy Allison—.

Estas palabras le cayeron como agua fría, trayéndolo a la realidad, de que ella, no era Allison.

•••

—¿Ahora que está pasando?— le preguntó la coyote a Stiles, quien tiraba de su brazo, apurándola.

Giraron en un pasillo del instituto y allí entendió todo, habían acorralado a Liam.

—¡Oye, Liam!— le gritó Stiles corriendo hacia el, mientras Scott, quien estaba del otro lado del pasillo, también.

—Debemos hablar— Scott se paró frente a él.

—No. Tienen que volver al infierno ¿si?. Los dos— gritó Liam. Frunció el ceño al ver a Hayley allí, a un lado de Stiles.

—¿Puedes escucharnos solo un minuto, por favor?— la voz de Scott sonó desesperada.

Volteó a verlo, volvió hacia Stiles y por último miro a Hayley, quien le asintió levemente.
Suspiro, rodando los ojos.
El alfa miro a la coyote, quien le hizo un movimiento de cabeza. 'Vamos. Hazlo'.

—Liam...— miro a sus ojos. —Somos hermanos ahora—.

Hayley lo miro con sus ojos entrecerrados y su ceño fruncido.

—¿Que?— preguntaron los menores al mismo tiempo.

—Dios, eso es...— murmuró Stiles, apartando la mirada. Bajo su cabeza y pasó una mano por su ceño.

—¿De que hablas? Recién nos conocemos y me mordiste—.

—La mordida...— dijo mecánicamente. —La mordida es un obsequio— siguió el moreno, como si no fueran sus propias palabras.

—Scott. Scott. Detente. Por favor— rogó el lunarejo ante su mala imitación de Derek Hale. Se acercó a el y palmeó su pecho. —Tratamos de ayudarte, maldito mocoso— se dirigió hacia Liam, apuntándolo con su dedo índice.

—¿Secuestrándome?— Hayley hizo una mueca de 'Tiene un buen punto'.

—Solo para que quede claro. Scott te secuestro, ¿si?. Yo ayude e incite— Liam miro a Hayley, quien estaba a su lado, preguntándole a Stiles que había hecho ella. —Ella... a ella no la metas en esto—.

El rubio asintió sarcásticamente y volvió a su mala cara.

—Liam, ya he pasado esto— el tono que Scott usaba era compasivo. —Algo te está pasando. Algo importante— Liam miro a Stiles y Scott por milisegundos.

—Nada está pasándome— levanto el brazo donde estaba la mordida y se arrancó la venda que tenía en ella.

Había sanado.

—Nada—.

Se volteó y se alejó de ellos, haciendo un bollo la venda y tirándola al suelo.

Hayley lo siguió con la mirada, volteando su cuerpo.
Se giró para sus amigos y los miro mal.

—Scott, eres un idiota— miro a Stiles. —Stiles haz de Stiles y no dejes que Scott sea un idiota— dicho esto, se retiró de la escena, hacia su clase de economía.

•••

Hayley iba con Malia hacia el estacionamiento. Iban a tener una reunión de emergencia de manada.

Para ser exactos, cerca de los buses escolares.

—No compartiré mi sótano— Hayley se cruzó de brazos.

—En realidad, es mi sótano— le aclaro Lydia a ambas coyotes, quienes se negaban a compartir sótano. Miro a Hayley. —Y mi mamá se dio cuenta de cómo lo destruiste— miro a madre e hija. —Lo destruyeron—.

—Está bien, siguen aprendiendo— salto en la defensa de las chicas, Stiles, quien estaba al lado de Malia.

—Usaremos el cobertizo para Liam y Hayley— aviso Scott, haciendo que la recién nombrada lo mire.

—¿Por que?—.

—Bueno, tomando en cuenta de los daños que hicieron Malia y tu juntas en una luna llena— Kira hizo una mueca. —Es mejor mantenerlas separadas— finalizó la japonesa.

Madre e hija se miraron, hablando con la mirada.

—Bien— acepto la mayor.

—Además, tiene tirantes de contención. Podremos contenerlos a ambos— dijo Scott.

—Hayley aún se sigue convirtiendo en coyote completo en las lunas llenas— le aclaró Malia. Scott asintió y miro a su novia, quien estaba a su lado.

—Luego iré por los sedantes— afirmó la kitsune. Hayley hizo una mueca.

—La anterior luna llena no me convertí por los sedantes—.

Scott la miro y cerró los ojos suspirando. —Está bien, nada de sedantes. Tienes que convertirte— la chica asintio.

Así era el trato, una luna llena se convertía y en la otra no.

—Pero ¿como lo llevamos a la casa del lago si no confía en nosotros?— le cuestionó la japonesa al alfa.

—Digo que si evitamos que mate a alguien, podemos dormir al maldito y tirarlo al lago— Stiles hizo señas con sus brazos y manos diciendo esto.

Hayley consideró la idea.

—Estoy de acuerdo— apoyo Malia, mientras levantaba su mano.

Hayley ladeo su cabeza mirando hacia arriba, verdaderamente considerando lo que dijo Stiles.

—No lo mataremos o secuestraremos— dijo Scott con un tono alto, rodando los ojos.

—Seamos más listos. Le decimos qué hay una fiesta y lo invitamos— opinó Lydia.

El celular de Hayley sonó.

—¿Invitarás a alguien de nuevo ingreso?— preguntó Stiles, mientras que la coyote leía lo que había en su celular.

—Chicos, tengo que irme. Tengo literatura en menos de cinco minutos— aviso Hayley hacia la manada.

—Ve— Malia le tocó el cabello a su hija, y luego esta última se alejó.

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