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006.

capitulo seis.
atrapasueños.

Liam llego rápidamente a la clase donde estaba Scott.
El alfa estaba mirando su libro y moviendo las páginas de una a otra a ver como su beta le hacía señas, las cuales no entendía, y su profesora lo presionaba para que haga la revisión de lectura.

Disimuladamente se tocó la oreja, dándole a entender que iba a escucharlo.

Está aquí. En la clase de historia. Tracy. Está aquí y Hayley está a punto de desgarrarle el cuello—.

•••

Lo único que Hayley escuchaba eran sus propios latidos erráticos, sintiendo la adrenalina de tener a una asesina en la clase de Historia sentada unos asientos detrás de ella.
En realidad, si la cuentan a ella también, serían dos.

Se estaba preparando mentalmente para enfrentarse a la mujer lobo asesina en serie, pensando en cómo atacarla sin que su lado sobrenatural salga a la luz.

Apretó su mesa en sus manos, dejando posiblemente marcas por las garras que habían salido a la luz al escuchar como la amiga de Liam le hablaba a la loca psicótica.

La alarma de incendios se activó, haciendo que todos los de la clase se retiren, excepto Tracy y la amiga de Liam, quien aún no sabía el nombre.

—Yukimura— murmuró lo suficientemente alto Hayley como para que el profesor voltee a verla. Sus ojos estaban inyectados de dorado, y las grietas habían aparecido. —Es mejor que salga, porque esto se va a poner feo— murmuró levantándose de su asiento.

Volteó a ver a Tracy, y luego dirigió su mirada a Liam y a Scott por unos segundos.
Pudo sentir la decepción de Scott a kilómetros de donde estaba ella, el sabía que en el fondo, Hayley iba a asesinarla si no estuviera la humana y ellos.

Escuchó como la vengativa amiga de su posiblemente pareja, comenzó a quejarse a medida que Tracy la agarraba de su muñeca y comenzaba a rasgar la piel de la humana.

—Tracy, suéltala— siguió avanzando Scott, mientras que volvía a intentar que Tracy la suelte.

—Scott, tienes cinco segundos para que la deje ir o la haré pedazos— murmuró también avanzando, llevándole siempre la delantera a Scott.

Esa era la diferencia que tenían ambos alfas.
Scott podía repetirte las cosas mil veces, Hayley también, solo que esta a las mil y uno ya te estaría amenazando o probablemente atacando.
No podían culparla, ambos linajes de sus padres biológicos eran asesinos en masa. Lo tenía en sangre.

—Ya vienen— murmuró Tracy con la mirada perdida. Soltó a la humana, quien rápidamente se llevó su propio brazo cerca de ella. La psicótica se levantó. —Ya vienen por todos nosotros.

—¿Quien, Tracy? ¿Quien viene?— preguntó Hayley, ya como humana, guardando sus colmillos, dando un paso más.

Tracy no pudo responder, ya que cayó a peso muerto hacia el suelo.
Desde su boca entreabierta comenzó a surgir un líquido plateado en abundancia; Hayley tuvo que dar un paso hacia atrás para que sus botas no se mancharan.

Hayley rápidamente tomó un brazo de Tracy y ayudó a Scott a sostenerla, mientras que el profesor Yukimura se acerco a ambos para tomar el lugar de Hayley.

Todos los del aula la abandonaron a medida que Scott y el padre de Kira se iban con Tracy en sus brazos. Y a Hayley no le quedó otra en quedarse con Liam y su amiga.

—Ella ni siquiera debería estar en nuestra clase. ¿A donde se la llevan?— preguntó la humana a espaldas de la pareja, quienes voltearon a verla.

Hayley solo la miro de arriba a abajo, para repetir y mirarla con su nariz fruncida por un segundo.
Sip, no le agradaba para nada.

—Al hospital, supongo— le contestó Liam encogiéndose de hombros sin saber que responder. Miro de reojo a Hayley y le tocó el brazo, llamando la atención de esta. —¿Estas bien?

Hayley lo miro sin expresión y luego dio una mínima sonrisa. —Si, lo estoy— murmuró tocando el hombro del chico, intentando transmitirle el mejor estado emocional que pudiera.

—¿Te ayudó a llegar con la enfermera?— le preguntó amablemente el hombre lobo a su 'amiga'.

—Creo que puedo sola— contestó de mala manera para luego voltear e irse.

—Maldita insolente— murmuró Hayley dando un paso para seguirla y decirle un par de cosas que posiblemente nunca en su vida la había escuchado, pero Liam la tomó del brazo deteniéndola.

—Hey, hey. Tranquila fiera— murmuró gracioso Liam. Hayley seguía mirando hacia donde se había ido la chica, tomó el mentón de Hayley y la obligó a mirarlo. —Siempre es así.

El olor a fresa y electricidad llegaron a las fosas nasales de la híbrida, al mismo tiempo que a las de Liam.
Ambos sin decir ni una palabra, fueron hacia el pasillo donde provenía el aroma de Lydia y Kira.

—¿Van a la clínica de animales?— preguntó Kira al ver a ambos chicos.

—Que Deaton vea qué pasa— completo la oración la mujer lobo.

—Pasa que mato a dos personas. A su padre y, según Parrish, a su psiquiatra— susurró Lydia alarmada hacia Hayley.

—¿Con quien podemos hablar?— preguntó Kira, sin darle poder a Hayley a responderle a Lydia. —¿Tiene a su mamá? ¿Algún familiar?— Hayley ni siquiera se gastó en pensar, ya que no estaba muy informada sobre el tema.

—Alfa— respondió Lydia con la mirada perdida. Los demás no la entendieron pero Hayley si.

—Si es una mujer lobo, tiene un alfa, ¿verdad?— preguntó Hayley.

—¿Sabes si alguien nuevo se mudo a Beacon Hills?— preguntó Lydia mirando a Kira, quien también la miro; La banshee miro disimuladamente a la nueva alfa de la manada Crescent, dándole a entender a Kira que ella podría ser la que convirtió a Tracy.

Esto no les salio bien ya que Hayley se dio cuenta de esa mirada.

—Lydia, lamentó que te equivoques, pero no he mordido a nadie. La manada Crescent no funciona así— le dijo Hayley ofendida, cruzándose de brazos.

—No, pero hay alguien viejo. De los más viejos y la conocemos— a penas Kira dijo esto, Hayley pudo notar la molestia y celos de Liam.

—Y a su manada— murmuró molesto.

•••

Liam, Mason y Hayley avanzaron hacia las canchas de Lacrosse que tenía la preparatoria Beacon Hills, donde estaba el viejo amigo de Hayley, Brett Talbot, jugando al lacrosse, sin camiseta.

Los tres pararon al ver como Brett metía un gol; Hayley no pudo evitar mirarlo de arriba a abajo, examinándolo.

—¿También es un hombre lobo?— preguntó Masón fascinado.

—Si— respondió Liam, cruzándose de brazos.

—Esto mejora a cada momento— dijo Mason disfrutando de la buena vista de Brett sin camiseta.

•••

Mientras que la híbrida se había ido a comprar una botella de agua, intentando escapar del posible momento incómodo que se formaría entre el trío. Ya saben lo que dicen, mientras que el ganado no sepa que es ganado, la granja está tranquila.
Pero ambos saben que son ganados así que lo mejor que pensó fue irse con una buena excusa.

Liam le mostró la foto de Tracy a Brett.

—Linda. Pero no la conozco— Hayley se acercó rápidamente hacia ellos antes de que alguno mate a alguien.

Brett se erguio ante la presencia de Hayley.

Por dios, no lo hagas. Pensó la coyote.
Pero fue tarde, Brett ya se estaba colocando su rodilla derecha en el suelo, arrodillándose ante ella.

—Dios, no. Vamos. Levántate. No me hagas pasar por esto— murmuró Hayley a medida que tomaba el brazo musculoso de Brett y lo obligaba a levantarse.

El hombre lobo río por lo bajo. —Eres una reina, estoy obligado a mostrar respeto.

Hayley apretó sus labios y levantó sus cejas por un segundo. —Estamos en confianza— murmuró dándole el permiso de no volver a arrodillarse.

—¿Satomi pudo convertirla sin que tú supieras?— preguntó Liam bloqueando su celular.

—Después de la piscina, Satomi no está reclutando mucho— Liam bajo la mirada al ver que Brett no sabía nada.

—¿Así es como funciona? ¿Los hombres lobo alfa andan mordiendo gente por ahí?— preguntó Mason.

Hayley se colocó a un lado de Brett para ver al moreno mejor y explicarle las cosas que Liam no tenía ganas de explicarle.

—O puedes nacer como yo y mi hermana— Hayley lo interrumpió.

—O como yo. En Nueva Orleans mi manda tiene alfas por linaje de liderazgo, no por poder— Hayley se encogió de hombros.

—Satomi nos acogió cuando mi familia murió en un incendio— siguió contándole Brett a Masón.

Hayley frunció su ceño y lo miro de reojo. —¿Que clase de incendio?

Le fue imposible no pensar en el incendio Hale, donde toda su familia materna murió por culpa de la perra psicótica de Kate Argent.

—Chicos. Creo que encontré algo— dijo Liam, mirando su celular, antes de que Brett le responda la duda de Hayley.

•••

Según Liam, la noche en la que Stiles y el siguieron a Hayley y Theo, el había caído en un hoyo y había encontrado el mismo collar que tiene Tracy en la foto del anuario, solo que este, en su momento no le había dado mucha importancia, hasta que lo vio.

La coyote caminaba ágilmente entre las ramas y barro del bosque de Beacon Hills, recordaba como el año anterior no podía ni pisar el bosque porque se caía. 
Como había cambiado todo.

—¿Sabes a donde vas?— preguntó Brett a un lado de Liam.

Liam llevaba la delantera con Brett, quien se arrepentía de haber aceptado la ayuda del hombre lobo musculoso. Y luego venían Hayley y Masón, quienes venían hablando en susurros para que los hombres lobo no los escuchen.

—Yo se donde voy— respondió Liam de mala forma.

—Yo también. En el medio de la nada— respondió Brett cansado de dar vueltas.

Unos quejidos tanto masculinos como femeninos se escucharon a espaldas de ambos.

—¿Chicos?— se escuchó la voz de Hayley.

Rápidamente Brett, como buen beta, se acercó al hoyo en donde estaban Hayley y Masón, este último sobándose la cabeza mientras que Hayley sonreía para no estallar en risa.

—Creo que lo encontramos— murmuró Mason aun adolorido.

Liam llego a un lado de Brett y lo fulmino con la mirada al ver que le preguntaba a Hayley si estaba bien.

—¿Ven el collar?— preguntó Liam desde arriba mientras que los que estaban en el hoyo sacudían y removían las hojas del piso.

—No, no lo veo— le dijo Masón a ambos mientras que miraba hacia arriba

Brett agarro al moreno y lo ayudó a subir. Faltaba Hayley que suba, así que ambos hombres lobo le tendieron las manos.

Hayley se quedo mirando ambas manos pertenecientes a Liam y a Brett sin saber cual tomar.

Si tomaba la de Brett, Liam se enojaría y probablemente su trastorno explosivo intermitentes salga a la luz.

Que tóxico.

Si tomaba la mano de Liam, Brett la odiaría y probablemente se ofenda.

Que tóxico también.

Si tomaba ambas, uno tiraría con más fuerza que el otro y le sacarían los brazos de lugar por probar quien tiene más fuerza.

Uno la había apoyado desde que la conoció, y el otro la había ayudado a encontrar a su manada y a convertirse en reina. Difícil decisión.

Hayley sonrió burlona, tomó envion y salto hasta quedar a un lado de Mason, quien estaba detrás de ambos hombres lobo.
Liam y Brett voltearon a ver a la reina, quien sonrió burlona.

No caeré en los juegos de ambos. Pensó la coyote.

—Liam. Dijiste que era un socavón— se metió Mason entre medio de hombres lobo a examinar el hoyo desde arriba.

—Es un hoyo. ¿Que importa?— preguntó Hayley cruzándose de brazos mientras se acercaba a agacharse junto a Masón.

—Miren esas huellas de manos. Y toda esta tierra— dijo Masón mientras tocaba la tierra removida.

—Ella no cayo aquí— dijo Brett examinado la escena.

—Fue enterrada— murmuró Hayley intentando captar algún aroma de la tierra.

—Intenso.

Liam volvió a meterse en el hoyo a buscar el collar mientras que los demás buscaban pistas fuera.

—¿Por que no está aquí?— preguntó Liam desde el hoyo.

—Capaz volvió por el— le respondió Brett rodando los ojos.

—Puede ser. Cuando desperté fui por Hope— hablo esta vez Hayley y se encogió de hombros al sentir la mirada de ambos lados de Masón y Brett. —Puede ser lo mismo pero con un collar.

Liam suspiro y salto fuera del hoyo. —No creo que este sea el correcto— dijo mirándolo.

—¿De que hablas?— preguntó Brett.

—Estaba más cerca del puente. Mucho más cerca.

—Es un hoyo diferente— murmuró Hayley con la mirada perdida.

—¿Y quien salió de este?

El oído de Hayley se agudizó por costumbre al sentirse amenazada.
No era la primera vez que la sorprenderían en los bosques por no agudizar su oído, es por eso que su cuerpo ya lo hacia solo cuando sentía que algo malo iba a pasar.

¿Lydia? ¡Lydia!— escuchó a varios kilómetros lo que parecía ser la voz de Natalie, la madre de Lydia.

Los desagudizo y miro a los chicos preocupada. —Tengo que irme— pronunció antes de caminar rápidamente hacia donde provenía el grito.

—¡Hayley! Espera. ¿Que ocurre?— preguntó Liam intentando que no se vaya.

—Problemas— murmuró antes de irse corriendo con su elogiada velocidad sobrenatural, sin importarle que ellos la hayan visto, no cuando Lydia estaba en peligro.

Hayley entro a la estación de policía al mismo tiempo que Malia. A diferencia de su madre, Hayley entro a paso lento a la escena del crimen, examinando delicadamente cada rincón de la estación, intentando encontrar alguna pista de donde Tracy podría estar.

Ambas coyotes se detuvieron al ver al Sheriff Stilinski tendido en el piso si poder moverse.

—Cuidado— susurró sin modular.

Hayley miro a Malia, quien le asintió a Noah.

—Hayley— escuchó el pequeño susurró de Lydia.

Rapidamente Hayley corrió al llamado de Lydia, quien estaba tendida en el suelo con una gran cortada a su costado, mientras que Kira ejercía presión para que no se desangre. Y lo más curioso era que estaba igual de inmovilizada que los demás.

—¿Lydia?— preguntó Malia a un lado de Hayley, conmocionada al ver a su amiga así.

—Estoy bien. No es... No es tan malo como se ve— Hayley no podía no evitar ver la sangre y sentir hambre.

Aún no se controlaba, lo intentaba y resistía lo más que podía. Incluso una vez, Hope se había lastimado, y estaba tan tentada en beber su sangre que se quebró el cuello para mantenerla a salvo, dándole unas horas a Klaus para aparecer y curar a Hope.
Aunque la bebe sabia muy bien que podía hacerlo por ella misma.

—Hayley. Escucha. Tracy cree que está dormida. Ella cree que está soñando. Es una pesadilla— Malia la interrumpió.

—No se que...

—Ella no está soñando. No está dormida. Debemos hacer que lo entienda— Hayley cerró sus ojos e intento concentrarse en el pulso de Lydia para saber que tan bajo estaba.

—Malia— la llamó el Sheriff y la coyote volteó. —Sótano. Están en el sótano.

Hayley abrió sus ojos y se acercó a Lydia. —¿Crees que puedes tragar?— preguntó arrodillándose a un lado de ella.

—Ve por Tracy. Solo. Estaré bien— tartamudeo la banshee en su posible lecho de muerte.

—No hoy, pelirroja— Hayley llevo su muñeca a su boca y mordió fuertemente, dejando que la sangre caiga sobre los labios de Lydia, intentando curarla.

—No. No puedo tragar— murmuró la banshee al sentir las gotas de sangre en sus labios.

—Hayley, vamos— dijo Malia decidida, tomando un brazo de su hija, obligándola a pararse.

Lentamente, con sus garras fuera, las mujeres coyote comenzaron a caminar siguiendo el rastro de sangre con un líquido plateado.
Cuando su mirada se levantó pudo ver como Tracy arrastraba a una inconsciente Natalie por el piso.
Ambas coyotes se miraron ideando un plan. Este era el preciso momento en el que tenían que olvidarse de sus peleas de nenas de tres años y concentrarse en salvar a la madre de Lydia.

Tracy empujo el cuerpo de Natalie hacia un costado, dejándoles vía libre para pelear.

Malia fue la primera que atacó. Venía bien hasta que Tracy la empujo hacia los estantes, y ahí fue la entrada de la reina Crescent.

Tracy volteó a ver a Hayley, quien sacó sus colmillos lista para morderla.
Cada golpe que Hayley daba, era un golpe perdido, ya que la lagartija de Tracy los esquivaba. Literalmente, lagartija.

Hayley le tiro una patada lo suficientemente fuerte para que tambalee y retroceda. Tracy intento rasguñarla pero la coyote fue más rápida esquivando su golpe; Tomó el brazo de la lagartija y la obligó a caer haciéndole una llave que su difunto esposo le había enseñado. Mientras que ella la retenía, Malia se colocaba de pie, intentando no estar lo suficientemente mareada para ayudar a su hija.
Tomó el lugar de Hayley, ahorcandola con la rodilla, mientras que su hija le sostenía los brazos, procurando que no rasguñe a Malia.

Ambas coyotes le gruñeron en la cara aprisionándola más y más, Malia dejándola sin respiración y Hayley clavando sus uñas en las muñecas de la lagartija.

De un momento a otro, vio como Tracy luchaba para respirar, y dejaba que sus brazos vayan cayendo poco a poco.
En la cabeza de Malia rebotaron la palabra que le dijo Scott, 'Salvala'.

Malia dejo a Tracy, obligando a Hayley que también la dejé, llevándola con ella unos pasos hacia atrás, mientras que la psicótica intentaba respirar nuevamente.

—Tracy. Tracy. No, no, no. Mírame— comenzó a hablar Malia a medida que la nombrada se alejaba con miedo de ella. —No estas soñando.

—Todo esto es real— siguió Hayley.

—¿Entiendes? ¿Entiendes eso?— preguntó Malia. —No estas soñando, Tracy.

—¿Que...? ¿Que me está pasando?— preguntó la muchacha examinando sus manos, las cuales tenían escamas verdes.

Un hombre con ropas metálicas, que salío de la nada, inyectó a Tracy.

—¡No!— gritó Hayley dando un paso hacia delante.

Pudo sentir como unas manos de posaban en su cuello y lo quebraban.

–¡No! ¡Hayley!— gritó Malia casi al instante llorando.

Malia pudo ver como el cuerpo de Hayley caía de lleno muerto al piso.
Uno de esos hombres tomó su cabeza y la estrelló contra la pared, para luego tomarla y obligar a ver como Tracy vomitaba un líquido color plateado.

—Su condición es terminar— murmuraron con voz distorsionada.

El cuerpo de la lagarta cayó a un lado del de su hija.
Mientras que los hombres se retiraban y la dejaban libre, Malia rompió en llanto al ver a Hayley con los ojos abiertos, su mirada verde perdida y apagada.
Entre sollozos sus piernas fallaron y fue cayendo lentamente hacia el piso, sin quitarle la vista a Hayley.

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