No te odio pero...
Namjoon tenía tres años cuando comprendió que algo no estaba tan bien con él, es decir, su perrito acababa de ser enterrado y él aún lo veía correr a través de las paredes.
Quizás que los muertos le hablen no era algo normal pero de algo se tenía que vivir, a sus quince años ya se había acostumbrado a muchas cosas raras, entre ellas hablar con muertos y había aprendido a sacarle provecho a eso, su vida era tranquila, tenía dinero para sus chucherías y podía pasar sus días cómodos viendo tv xxx, solo tenía que sentarse y escuchar los lamentos de una familia, luego les pasaba el mensaje de su muerto y ya tenía cien dólares en el bolsillo, en menos de dos horas, no como su tonto amigo Jackson que tenía que trabajar cargando cajas en el supermercado, tonto Jackson trabaja toda la semana y su paga nunca estaría al nivel de Namjoon.
— ¿Podrías solo prestarme dinero?— preguntó Jackson con una mueca de fastidio— Necesito 50 dólares para pagar una deuda
— El trabajo sin sacrificio no es trabajo, Jackie— se burló Namjoon mirando sus zapatos— Esfuerzate más, no estás trabajando lo suficiente
— ¿Qué?—gruño de mal humor— ¡trabajo como burro y tu solo ves televisión!
— Mi trabajo requiere tranquilidad mental— respondió viendo el fantasma de su casera atravesar la puerta— No lo entenderías...
Sin embargo, el tiempo pasó y la gente dejó dw creer en él luego de que su hermana mayor corriera el rumor de que se drogaba, incluso los fantasmas empezarona ignorarle y terminó asumiendo que su ojo psíquico se había secado y debía conseguirse un nuevo empleo.
— Nada de prostitutas, Namjoon— le advirtió su madre acomodandole la mochila— Y por favor, no aloques a esos niños
— Mamá, son niños problemáticos, ya están locos— gruño de mal humor— Quizás yo termine mal, ¿Podrías preocuparte ppr tu único hijo varón?
—Podemos reenplazarte por Jackie— intervino su noona alegre— es lindo y muy trabajador
Se ajustó la mochila y puso sus ojos en blanco, tomó sus gafas y se miró en el espejo, la estúpida camisa celeste con una carita feliz que llevaba parecía burlarse de él, solo serían unas vacaciones, nada tenía que salir mal, ya no había fantasmas o poltergeist siguiendole, a las justas le seguía uno que otro perro cuando comía hamburguesas, ahora solo debía llevar una vida normal.
— ¿Llevas los números de emergencia, Namjoon?—
— ¡Sí, mamá!—gritó mientras se metía al auto se su padre— Si muero o me decapito me asegurare de llamarte primero, no hiperventiles
Fue una hora de viaje tranquilo, cuando llegaron al lugar, un suave aire con aroma a eucalipto caló en sus pulmones, su padre se largó a penas bajó del auto y con seguridad se acercó al hombre de cabellos rojizos que le esperaba en la puerta.
— Bienvenido al campamento Youth— dijo con demasiada alegría— Mi nombre es Heechul y soy uno de los dueños del lugar
— Oh— soltó sorprendido — Soy Namjoon, me dijeron que tenía que venir antes, soy el nuevo orientador
— Ya veo— suspiró el hombre mordiendose el labio— Acompañame, te llevaré a tu cabaña, el lugar es grande asegurate de no perderte
Muchos jóvenes iban de allá para acá riendo y saltando, Namjoom se preguntó si el ruido era normal.en.un campamento o era porque todos ahí eran niños problema, su mente repasó en cada cabaña, había algunas rosas, otras azules, algunas tenían graffitis, el lugar era muy guay y la música era muy buena.
— Cada cabaña tiene sus propios orientadores— informó con media sonrisa— Ésta es la cabaña especial, hay pocos miembros y no son tan problemáticos como parecen, espero que no te importe compartir litera, estamos algo recortados de espacio
Recibió una bonita llave color rosa y fue dejado frente a una.bonita cabaña de madera con detalles demasiado sofisticados para ser de alguien común, tomó un largo suspiro y abrió la puerta de un solo golpe.
Cinco chicos le observaron confundidos, Namjoon casi quiso salir corriendo del lugar, esos.niños tenían la palabra problema escrita en la.frente, tomó la lista fe los miembros y empezó a identificarlos.
— ¿Min Yoon Gi?—
Los demás señalaron a un chico que había vuelto a dormirse en una litera mientras abrazaba un peluche de kumamon, bien, ese chico no estaría en las competencias de esfuerzo físico.
— ¿Jung Hoseok?—
¿Qué estaba mal con ese niño? Todo, estaba vestido como un árbol de navidad y bailaba demasiado extraño, su sonrisa daba algo de miedo y parecía algo poseído mientras bailaba.
— ¿Park Jimin?
El niño era un saco de huesos, Namjoon se juró que nunca habia visto una calavera tan flaca pero su sonrisa se le hizo tierna.
— ¿Kim Taehyung?—
Debía haber un error... ¿Que hacia una chica semidesnuda en una cabaña para varones? La chica sonrió y se cruzó de piernas inocentemente mientras se acomodaba las pantis negras que llevaba.
Y por último.
— ¿Jeon Jungkook?
Era un.niño rata, a las justas se habia apartado del control remoto para darle un gruñido y había vuelto a su juego mientras escuchaba a Justin Bieber.
Quiso salir huyendo pero una nueva voz le llamó la atención, alguien había bajado corriendo las escaleras llamando la atención de todos, giró en cámara lenta hacia el chico y cuándo lo vio literalmente se desmayó.
Cabello castaño, sonrisa encantadora, labios gruesos y ese cuerpo tan... tan de su tipo... el chico simplemente era tan WoW...
— Soy Kim Seok Jin— dijo mientras sacudia un papel para darle aire— Soy el otro orientador... bienvenido
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